Los artesanos buscan alternativas para seguir trabajando durante la pandemia

26 MAY 2020 - 20:41 | Actualizado

El referente de la Feria Regional Artesanal, Mario Lombi, precisó ayer que “en esta coyuntura de la pandemia mundial por el coronavirus, no podemos trabajar desde hace dos meses y estamos buscando alternativas, como la posibilidad transitoria de utilizar la Casa de la Cultura de El Bolsón para una exhibición de los artesanos. Sin turistas y sin conectividad aérea y terrestre, no podemos pensar en reabrir el tradicional espacio de plaza Pagano”, recalcó.

Sin embargo, valoró “la alternativa de orientar las ventas hacia nuestros vecinos, a quienes ofrecemos pensar en los artesanos y productores locales a la hora de elegir el regalo para un cumpleaños, un dulce, una cerveza o la verdura de todos los días, apostando a las pequeñas economías de la cordillera”.

A su turno, Patricia Zelarayán destacó que también “estamos trabajando a través de las redes sociales (facebook e instagram), publicando la oferta de cada uno de los hacedores culturales. Asimismo, otra de las ideas es subir a ese ámbito los distintos talleres de capacitación. Tratamos de aprovechar al máximo estas nuevas herramientas que nos aporta la tecnología”.

De igual manera, resaltó “la imposibilidad de salir durante el invierno a otras ciudades patagónicas como Comodoro Rivadavia, Trelew o Neuquén, como se hizo durante los últimos años a esta altura del año. Ni siquiera podemos cruzar el paralelo 42°, lo que nos impide también vernos con los compañeros del lado de Chubut, porque la feria está conformada por gente de todos los pueblos”, aseveró.

Pedido

Los feriantes de El Bolsón participaron ayer del lanzamiento de un video conjunto con 15 mil artesanos de todo del país, con la premisa de “contar nuestra realidad y llegar a los niveles de decisión política para contar lo que nos está pasando”.

Previamente, mandaron una carta al presidente Alberto Fernández, donde aseguran que viven “una situación extrema por la crisis generada por la pandemia”, al tiempo que solicitan “acceso a subsidios para la reactivación de la producción y créditos blandos a tasa cero y con un año y medio de gracia, más alimentos para el artesano y su familia”.

Además, “como se prevé que las actividades turísticas serán las últimas en recuperarse (de allí dependen nuestros ingresos casi en su totalidad), nuestro sector no verá mejoras sustanciales en el corto y mediano plazo”, explican. Por otra parte, reclaman que la mayoría de ellos “no pudo acceder al beneficio del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), porque han sido denegadas las solicitudes”.

40 años

La Feria Regional Artesanal de El Bolsón comenzó a funcionar en 1979 y con los años se ha transformado en una de las principales muestras de Sudamérica, atractivo principal para el turismo que llega al Corredor de los Andes y espacio de encuentro para los lugareños.

“Somos una amalgama social impresionante que no se encuentra en otra parte del país, pero no vivimos en una anarquía. Es muy diversa y totalmente heterogénea, un pilar fundamental para el desarrollo de esta comunidad”, remarca Lombi mientras grafica que “los turistas vuelven a buscar aquella mística de los hippies que fundaron la feria. La mezcla de coloridos y la diversidad hace que todo sea natural”.

El espacio cuenta con unos 500 puestos permanentes (llegando a 600 en temporada estival). Exponen artesanos y productores de El Bolsón, Lago Puelo, El Hoyo, Cholila, Epuyén, El Maitén y Ñorquinco. Funciona los martes, jueves, sábados y domingos, de 10 a 18.

Ofrecen trabajos en madera, cuero, metal, lana, cerámica, vitreaux, flores secas; más los dulces, chocolates, verduras, chutney, alfajores, frutas finas, quesos, sahumerios, cervezas, vinos y licores. Durante el verano suele recibir más de 5 mil visitantes por día.

En casa

“La plata de la feria queda en la zona, son cientos de familias que viven acá y lo que ganan lo gastan en los comercios locales. Sería muy difícil cuantificar los ingresos, más allá de que durante enero y febrero son volúmenes interesantes, pero durante el resto de año se convierte en una economía de subsistencia, apenas el manguito para pagar la luz y lo mínimo para mantener a la familia”, puntualiza “Pancho” Grunow, artesano en pipas de madera de radal.

Al amplio abanico de puestos se suman los libros de autores locales, instrumentos musicales, cuchillos forjados a mano y las velas artesanales de distintos tamaños, cosmética y perfumes exquisitos. De la mano de la naturaleza obtienen las materias primas que, combinadas, “nos ayudan a cuidar y tratar nuestro cuerpo de forma saludable”. La oferta incluye cremas, jabones, tinturas, aceites y desodorantes. Entre los preparados, las flores y esencias del bosque cercano tienen un lugar preponderante.

“Hoy somos todos trabajadores de las artesanías, productores de distintos estratos sociales. Gente nacida acá, otros venidos, una diversidad enorme. El hippie de El Bolsón pasó a ser un concepto antiguo, aunque siempre el turista puede descubrir alguno”, se ríe Grunow.

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26 MAY 2020 - 20:41

El referente de la Feria Regional Artesanal, Mario Lombi, precisó ayer que “en esta coyuntura de la pandemia mundial por el coronavirus, no podemos trabajar desde hace dos meses y estamos buscando alternativas, como la posibilidad transitoria de utilizar la Casa de la Cultura de El Bolsón para una exhibición de los artesanos. Sin turistas y sin conectividad aérea y terrestre, no podemos pensar en reabrir el tradicional espacio de plaza Pagano”, recalcó.

Sin embargo, valoró “la alternativa de orientar las ventas hacia nuestros vecinos, a quienes ofrecemos pensar en los artesanos y productores locales a la hora de elegir el regalo para un cumpleaños, un dulce, una cerveza o la verdura de todos los días, apostando a las pequeñas economías de la cordillera”.

A su turno, Patricia Zelarayán destacó que también “estamos trabajando a través de las redes sociales (facebook e instagram), publicando la oferta de cada uno de los hacedores culturales. Asimismo, otra de las ideas es subir a ese ámbito los distintos talleres de capacitación. Tratamos de aprovechar al máximo estas nuevas herramientas que nos aporta la tecnología”.

De igual manera, resaltó “la imposibilidad de salir durante el invierno a otras ciudades patagónicas como Comodoro Rivadavia, Trelew o Neuquén, como se hizo durante los últimos años a esta altura del año. Ni siquiera podemos cruzar el paralelo 42°, lo que nos impide también vernos con los compañeros del lado de Chubut, porque la feria está conformada por gente de todos los pueblos”, aseveró.

Pedido

Los feriantes de El Bolsón participaron ayer del lanzamiento de un video conjunto con 15 mil artesanos de todo del país, con la premisa de “contar nuestra realidad y llegar a los niveles de decisión política para contar lo que nos está pasando”.

Previamente, mandaron una carta al presidente Alberto Fernández, donde aseguran que viven “una situación extrema por la crisis generada por la pandemia”, al tiempo que solicitan “acceso a subsidios para la reactivación de la producción y créditos blandos a tasa cero y con un año y medio de gracia, más alimentos para el artesano y su familia”.

Además, “como se prevé que las actividades turísticas serán las últimas en recuperarse (de allí dependen nuestros ingresos casi en su totalidad), nuestro sector no verá mejoras sustanciales en el corto y mediano plazo”, explican. Por otra parte, reclaman que la mayoría de ellos “no pudo acceder al beneficio del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), porque han sido denegadas las solicitudes”.

40 años

La Feria Regional Artesanal de El Bolsón comenzó a funcionar en 1979 y con los años se ha transformado en una de las principales muestras de Sudamérica, atractivo principal para el turismo que llega al Corredor de los Andes y espacio de encuentro para los lugareños.

“Somos una amalgama social impresionante que no se encuentra en otra parte del país, pero no vivimos en una anarquía. Es muy diversa y totalmente heterogénea, un pilar fundamental para el desarrollo de esta comunidad”, remarca Lombi mientras grafica que “los turistas vuelven a buscar aquella mística de los hippies que fundaron la feria. La mezcla de coloridos y la diversidad hace que todo sea natural”.

El espacio cuenta con unos 500 puestos permanentes (llegando a 600 en temporada estival). Exponen artesanos y productores de El Bolsón, Lago Puelo, El Hoyo, Cholila, Epuyén, El Maitén y Ñorquinco. Funciona los martes, jueves, sábados y domingos, de 10 a 18.

Ofrecen trabajos en madera, cuero, metal, lana, cerámica, vitreaux, flores secas; más los dulces, chocolates, verduras, chutney, alfajores, frutas finas, quesos, sahumerios, cervezas, vinos y licores. Durante el verano suele recibir más de 5 mil visitantes por día.

En casa

“La plata de la feria queda en la zona, son cientos de familias que viven acá y lo que ganan lo gastan en los comercios locales. Sería muy difícil cuantificar los ingresos, más allá de que durante enero y febrero son volúmenes interesantes, pero durante el resto de año se convierte en una economía de subsistencia, apenas el manguito para pagar la luz y lo mínimo para mantener a la familia”, puntualiza “Pancho” Grunow, artesano en pipas de madera de radal.

Al amplio abanico de puestos se suman los libros de autores locales, instrumentos musicales, cuchillos forjados a mano y las velas artesanales de distintos tamaños, cosmética y perfumes exquisitos. De la mano de la naturaleza obtienen las materias primas que, combinadas, “nos ayudan a cuidar y tratar nuestro cuerpo de forma saludable”. La oferta incluye cremas, jabones, tinturas, aceites y desodorantes. Entre los preparados, las flores y esencias del bosque cercano tienen un lugar preponderante.

“Hoy somos todos trabajadores de las artesanías, productores de distintos estratos sociales. Gente nacida acá, otros venidos, una diversidad enorme. El hippie de El Bolsón pasó a ser un concepto antiguo, aunque siempre el turista puede descubrir alguno”, se ríe Grunow.


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