Editorial / Una agresión sin precedentes de Ricardo Mutio a Jornada

El presidente del Partido Justicialista de Chubut vinculó a este diario con el "narcotráfico". Se enojó por la publicación de una carta del Consejo de Localidad del PJ Trelew, que criticaba a las autoridades del partido.

03 JUN 2020 - 21:07 | Actualizado

En las últimas horas circuló por las redes sociales el audio de una entrevista en la que el presidente del Partido Justicialista de Chubut, Ricardo Mutio, cuestiona a este diario por haber publicado los términos de una carta que el presidente del Consejo de Localidad del PJ Trelew, Nicanor Arbeletche, le envió a la conducción del partido, quejándose por la falta de comunicación y otros errores que han llevado al PJ a sucesivas derrotas electorales.

En el marco de esa “entrevista”, Mutio no tuvo la mejor idea que agredir a Jornada de una manera inexplicable, vil y desproporcionada, al vincular a este medio con el narcotráfico, sólo porque osó publicar una carta que tenía la firma del dirigente Nicanor Arbeletche y que el propio presidente del Consejo de Localidad del PJ Trelew había divulgado.

La maldad, el desprecio y la falta de escrúpulos con la que el presidente de uno de los dos principales partidos políticos de Chubut trató a este diario, no tiene antecedentes. Sobran los ejemplos de dirigentes políticos, sindicales y sociales que de tanto en tanto arremeten contra algún medio de comunicación porque no les gustan las verdades que estos medios publican. Pero la violencia verbal y la ridiculez argumentativa con la que Mutio eligió vincular a este diario nada más y nada menos que con el “narcotráfico”, no tienen parangón.

Nunca antes alguien se había atrevido a descalificar de esta manera a un medio de comunicación que está en pie desde hace 66 años, inclusive antes de que Chubut fuera una provincia constituida, o que el propio Mutio haya nacido.

Tratar de ensuciar a un medio de comunicación que hace seis décadas se sigue ganando honestamente la confianza de millones de lectores (en abril pasado, sólo su portal web tuvo un tráfico de más de 3 millones de usuarios únicos), es de una audacia pocas veces vista. Hay que ser un dirigente de vuelo muy bajo para responder con un agravio semejante.

A lo largo de su historia, Jornada ha demostrado con aciertos y errores que es un medio serio, que siempre ha estado preocupado por el destino de Chubut y de sus habitantes, y que ha expresado sin medias tintas sus posicionamientos editoriales, le moleste a quien le moleste.

La ligereza e insensatez con la que Mutio se ha referido a Jornada,con el amparo de una claque de dirigentes peronistas que lo siguen sosteniendo como presidente de facto de un partido histórico (no está mal recordar que llegó a ese lugar después de una jugada judicial que dejó fuera de competencia a otro sector peronista y fue designado a dedo al frente del PJ), obliga a reflexionar sobre el peligroso terreno sobre el que se ha comenzado a mover una parte de la política chubutense hace bastante tiempo.

La política y sus alrededores siempre fue un lugar complejo, sobre todo para desarrollar la actividad periodística. Pero el hedor que ha comenzado a emanar desde ciertos subsuelos de la “política” (entre comillas, porque eso no es política), sobre todo desde la masificación de las redes sociales y la proliferación de portales de internet que son utilizados para realizar operaciones a favor en contra del tal o cual dirigente, sector o empresa, han contaminado el escenario y han convertido algunos rincones en una gran cloaca en donde la información de dudoso origen es una mercancía valiosa para actuar desde el anonimato.

Los más de setenta empleados de Editorial Jornada y Cadena Tiempo se han sentido profundamente agraviados por las palabras de Mutio y el silencio de algunos dirigentes que conocen la historia de este diario y de sus trabajadores a los largo de estos 66 años.

Los dichos de Mutio son tan graves como insostenibles y se caen por su propio peso. De última, siempre está a mano la Justicia para dilucidar este tipo de disputas. Pero los que hacemos Jornada todos los días le exigimos a Mutio y, en su defecto, al Partido Justicialista de Chubut, que aporten pruebas sobre los vínculos de este diario con el “narcotráfico” o que asuman su error, las consecuencias y pidan disculpas públicas.

Qué puede haber ocurrido en Chubut en estos últimos años para que alguien crea que se puede echar lodo sobre la historia de un diario sin que pase demasiado o que la gran mayoría se haga el distraído. Cuesta creer que el peronismo de Chubut siga sosteniendo a un personaje como Mutio.

Para los que se dicen peronistas –y también para el resto, por cierto- nunca es tarde para releer al General Juan Domingo Perón. O, al menos, para recordar algunas de sus frases célebres, llenas de lucidez y siempre corrosivas con los que no daban la talla: “Yo he visto malos que se han vuelto buenos, pero no he visto jamás un bruto volverse inteligente”.

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03 JUN 2020 - 21:07

En las últimas horas circuló por las redes sociales el audio de una entrevista en la que el presidente del Partido Justicialista de Chubut, Ricardo Mutio, cuestiona a este diario por haber publicado los términos de una carta que el presidente del Consejo de Localidad del PJ Trelew, Nicanor Arbeletche, le envió a la conducción del partido, quejándose por la falta de comunicación y otros errores que han llevado al PJ a sucesivas derrotas electorales.

En el marco de esa “entrevista”, Mutio no tuvo la mejor idea que agredir a Jornada de una manera inexplicable, vil y desproporcionada, al vincular a este medio con el narcotráfico, sólo porque osó publicar una carta que tenía la firma del dirigente Nicanor Arbeletche y que el propio presidente del Consejo de Localidad del PJ Trelew había divulgado.

La maldad, el desprecio y la falta de escrúpulos con la que el presidente de uno de los dos principales partidos políticos de Chubut trató a este diario, no tiene antecedentes. Sobran los ejemplos de dirigentes políticos, sindicales y sociales que de tanto en tanto arremeten contra algún medio de comunicación porque no les gustan las verdades que estos medios publican. Pero la violencia verbal y la ridiculez argumentativa con la que Mutio eligió vincular a este diario nada más y nada menos que con el “narcotráfico”, no tienen parangón.

Nunca antes alguien se había atrevido a descalificar de esta manera a un medio de comunicación que está en pie desde hace 66 años, inclusive antes de que Chubut fuera una provincia constituida, o que el propio Mutio haya nacido.

Tratar de ensuciar a un medio de comunicación que hace seis décadas se sigue ganando honestamente la confianza de millones de lectores (en abril pasado, sólo su portal web tuvo un tráfico de más de 3 millones de usuarios únicos), es de una audacia pocas veces vista. Hay que ser un dirigente de vuelo muy bajo para responder con un agravio semejante.

A lo largo de su historia, Jornada ha demostrado con aciertos y errores que es un medio serio, que siempre ha estado preocupado por el destino de Chubut y de sus habitantes, y que ha expresado sin medias tintas sus posicionamientos editoriales, le moleste a quien le moleste.

La ligereza e insensatez con la que Mutio se ha referido a Jornada,con el amparo de una claque de dirigentes peronistas que lo siguen sosteniendo como presidente de facto de un partido histórico (no está mal recordar que llegó a ese lugar después de una jugada judicial que dejó fuera de competencia a otro sector peronista y fue designado a dedo al frente del PJ), obliga a reflexionar sobre el peligroso terreno sobre el que se ha comenzado a mover una parte de la política chubutense hace bastante tiempo.

La política y sus alrededores siempre fue un lugar complejo, sobre todo para desarrollar la actividad periodística. Pero el hedor que ha comenzado a emanar desde ciertos subsuelos de la “política” (entre comillas, porque eso no es política), sobre todo desde la masificación de las redes sociales y la proliferación de portales de internet que son utilizados para realizar operaciones a favor en contra del tal o cual dirigente, sector o empresa, han contaminado el escenario y han convertido algunos rincones en una gran cloaca en donde la información de dudoso origen es una mercancía valiosa para actuar desde el anonimato.

Los más de setenta empleados de Editorial Jornada y Cadena Tiempo se han sentido profundamente agraviados por las palabras de Mutio y el silencio de algunos dirigentes que conocen la historia de este diario y de sus trabajadores a los largo de estos 66 años.

Los dichos de Mutio son tan graves como insostenibles y se caen por su propio peso. De última, siempre está a mano la Justicia para dilucidar este tipo de disputas. Pero los que hacemos Jornada todos los días le exigimos a Mutio y, en su defecto, al Partido Justicialista de Chubut, que aporten pruebas sobre los vínculos de este diario con el “narcotráfico” o que asuman su error, las consecuencias y pidan disculpas públicas.

Qué puede haber ocurrido en Chubut en estos últimos años para que alguien crea que se puede echar lodo sobre la historia de un diario sin que pase demasiado o que la gran mayoría se haga el distraído. Cuesta creer que el peronismo de Chubut siga sosteniendo a un personaje como Mutio.

Para los que se dicen peronistas –y también para el resto, por cierto- nunca es tarde para releer al General Juan Domingo Perón. O, al menos, para recordar algunas de sus frases célebres, llenas de lucidez y siempre corrosivas con los que no daban la talla: “Yo he visto malos que se han vuelto buenos, pero no he visto jamás un bruto volverse inteligente”.


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