La zona andina demanda nuevos mataderos municipales

En su última visita a la cordillera, el ministro de Producción del Chubut, Leandro Cavaco, adelantó la decisión de mejorar las instalaciones del matadero municipal de El Maitén con la premisa de que se transforme en el centro matarife por excelencia para toda la Comarca Andina.

Mataderos. La zona andina demanda inversiones en infraestructura para el proceso de la carne.
05 JUN 2020 - 19:55 | Actualizado

Al respecto, el veterinario Tabaré Daniel (Inta), recordó ayer “un diagnóstico de la situación regional, elaborado en 2016 entre varias instituciones y la asociación de productores, que contemplaba la realidad de El Bolsón, Lago Puelo, El Hoyo, Epuyén, Cholila y El Maitén. Allí se mencionaron las estructuras de faena habilitadas y las necesidades a futuro, basado en las características propias de nuestra zona, conformada por pequeños productores y con muy pocos establecimientos de gran envergadura”.

Tras recordar que en la actualidad solo existe “un matadero privado en El Bolsón y un matadero municipal en El Maitén”, para atender la demanda de alrededor de 80 mil habitantes, el técnico resaltó que “son muy pocos los crianceros de animales que acceden a este servicio”.

A modo de ejemplo, graficó que “un productor de Lago Puelo o El Hoyo tiene dos fletes para ir a faenar a El Maitén: uno de ida con el animal en pie y otro de vuelta con frío. Son 300 kilómetros extras que encarece demasiado el proceso”, puntualizó.

En referencia a la garantía de sanidad que debiera prevalecer en la carne que se expende en los comercios de cada pueblo, Daniel remarcó que “se abastecen tanto de matarifes locales como de los frigoríficos externos, que ya viene sellada por las inspecciones correspondientes. En cambio, a la carne proveniente de la zona le falta ese visado y el cliente debe basar su confianza en el carnicero”.

Con todo, valoró que “esa sanidad se apoya en gente que trabaja muy bien en el campo desde siempre, que hace su labor con todos los recaudos e higiene pertinente”.

Acerca de la posibilidad de sumar mataderos en cada localidad, dijo que “son proyectos trabajados durante dos años, en el marco de un programa para micro regiones. Allí se establecieron tres proyectos a financiar y para favorecer el desarrollo comarcal en su conjunto, con un sistema integral de faena: además de El Maitén, se contemplaban otros dos puntos, uno en El Hoyo y otro en Cholila, donde por su ubicación geográfica los productores tendrían un acceso mucho más económico”.

Reiteró enseguida que “son propuestas que fueron aprobadas en su momento, pero que nunca alcanzaron el financiamiento. Incluso, en ambas localidades se contaba con el espacio físico para su concreción”. Sobre la capacidad operativa del matadero de El Maitén, el profesional consultado precisó que “hay que apoyar un plan de inversiones para su modernización y completar equipamiento, ya que es de utilidad práctica para los productores de la meseta que abastecen a los pueblos cordilleranos”.

Caponazo

Luego de coincidir con que “el mejor asado patagónico es un costillar y paleta de capón al asador, hecho con tiempo”, el dirigente de la Unión de Trabajadores de la Tierra, Juan Pablo Acosta, participó ayer en la plaza de Lago Puelo de la entrega de más de mil kilos de carne ovina a vecinos de la zona.

El programa “Caponazo” se canalizó con el concurso de minifundistas de la meseta y a través de su faena en el matadero de El Maitén, luego de celebrar un convenio con la comuna local. De esta manera, “podemos llegar directamente desde el campo a la mesa de la familia, a precios realmente populares. En este caso, el kilo de capón está a $210 y el borrego a $250. En nuestro país hay hambre y necesitamos políticas públicas que fortalezcan este tipo de procesos y el apoyo de los gobiernos a las pequeñas cooperativas”, aseveró Acosta.

Lago Puelo

A su turno, el secretario de Producción de Lago Puelo, Néstor Vidal, subrayó que la ciudad de casi 20 mil habitantes “ya necesita su propio matadero”, aún cuando reconoció que “no hay productores que manejen una gran cantidad de cabezas de ganado”.

Argumentó que “llevar un camión jaula hasta El Maitén tiene costos que un criancero pequeño no puede afrontar. Se torna inviable el negocio y tendría que vender luego la carne a valores que el mercado no podría afrontar. En cada pueblo tendría que haber un matadero a escala –insistió-, con el objetivo de comenzar a regularizar una actividad que es absolutamente informal, con todos los riesgos sanitarios que implica”.

Carne de caballo

Al igual que en muchas localidades de la Patagonia, desde el mes de mayo y durante todo el invierno, en la Comarca Andina prevalece la venta de carne de caballo a través de un mercado informal que nadie regula. Es habitual que en las redes sociales a diario se publiquen avisos del tipo “vendo carne fresca de potro, a $150 el kilo”.

Al respecto, un carnicero de Cholila, con muchos años de experiencia, indicó que “a esta altura del año, no puedo con la competencia de la carne de caballo, así que mejor cierro el local hasta la primavera”.

Para Tabaré Daniel, “claramente, es una cuestión cultural, aunque también tiene implicancias económicas, donde también se incluye a la carne de capón”. De igual modo, reconoció que en función de la demanda “se repiten los casos de abigeato, ya que no se sabe su procedencia”.

Fernando Bonansea/ Especial para Jornada.

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Mataderos. La zona andina demanda inversiones en infraestructura para el proceso de la carne.
05 JUN 2020 - 19:55

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Tras recordar que en la actualidad solo existe “un matadero privado en El Bolsón y un matadero municipal en El Maitén”, para atender la demanda de alrededor de 80 mil habitantes, el técnico resaltó que “son muy pocos los crianceros de animales que acceden a este servicio”.

A modo de ejemplo, graficó que “un productor de Lago Puelo o El Hoyo tiene dos fletes para ir a faenar a El Maitén: uno de ida con el animal en pie y otro de vuelta con frío. Son 300 kilómetros extras que encarece demasiado el proceso”, puntualizó.

En referencia a la garantía de sanidad que debiera prevalecer en la carne que se expende en los comercios de cada pueblo, Daniel remarcó que “se abastecen tanto de matarifes locales como de los frigoríficos externos, que ya viene sellada por las inspecciones correspondientes. En cambio, a la carne proveniente de la zona le falta ese visado y el cliente debe basar su confianza en el carnicero”.

Con todo, valoró que “esa sanidad se apoya en gente que trabaja muy bien en el campo desde siempre, que hace su labor con todos los recaudos e higiene pertinente”.

Acerca de la posibilidad de sumar mataderos en cada localidad, dijo que “son proyectos trabajados durante dos años, en el marco de un programa para micro regiones. Allí se establecieron tres proyectos a financiar y para favorecer el desarrollo comarcal en su conjunto, con un sistema integral de faena: además de El Maitén, se contemplaban otros dos puntos, uno en El Hoyo y otro en Cholila, donde por su ubicación geográfica los productores tendrían un acceso mucho más económico”.

Reiteró enseguida que “son propuestas que fueron aprobadas en su momento, pero que nunca alcanzaron el financiamiento. Incluso, en ambas localidades se contaba con el espacio físico para su concreción”. Sobre la capacidad operativa del matadero de El Maitén, el profesional consultado precisó que “hay que apoyar un plan de inversiones para su modernización y completar equipamiento, ya que es de utilidad práctica para los productores de la meseta que abastecen a los pueblos cordilleranos”.

Caponazo

Luego de coincidir con que “el mejor asado patagónico es un costillar y paleta de capón al asador, hecho con tiempo”, el dirigente de la Unión de Trabajadores de la Tierra, Juan Pablo Acosta, participó ayer en la plaza de Lago Puelo de la entrega de más de mil kilos de carne ovina a vecinos de la zona.

El programa “Caponazo” se canalizó con el concurso de minifundistas de la meseta y a través de su faena en el matadero de El Maitén, luego de celebrar un convenio con la comuna local. De esta manera, “podemos llegar directamente desde el campo a la mesa de la familia, a precios realmente populares. En este caso, el kilo de capón está a $210 y el borrego a $250. En nuestro país hay hambre y necesitamos políticas públicas que fortalezcan este tipo de procesos y el apoyo de los gobiernos a las pequeñas cooperativas”, aseveró Acosta.

Lago Puelo

A su turno, el secretario de Producción de Lago Puelo, Néstor Vidal, subrayó que la ciudad de casi 20 mil habitantes “ya necesita su propio matadero”, aún cuando reconoció que “no hay productores que manejen una gran cantidad de cabezas de ganado”.

Argumentó que “llevar un camión jaula hasta El Maitén tiene costos que un criancero pequeño no puede afrontar. Se torna inviable el negocio y tendría que vender luego la carne a valores que el mercado no podría afrontar. En cada pueblo tendría que haber un matadero a escala –insistió-, con el objetivo de comenzar a regularizar una actividad que es absolutamente informal, con todos los riesgos sanitarios que implica”.

Carne de caballo

Al igual que en muchas localidades de la Patagonia, desde el mes de mayo y durante todo el invierno, en la Comarca Andina prevalece la venta de carne de caballo a través de un mercado informal que nadie regula. Es habitual que en las redes sociales a diario se publiquen avisos del tipo “vendo carne fresca de potro, a $150 el kilo”.

Al respecto, un carnicero de Cholila, con muchos años de experiencia, indicó que “a esta altura del año, no puedo con la competencia de la carne de caballo, así que mejor cierro el local hasta la primavera”.

Para Tabaré Daniel, “claramente, es una cuestión cultural, aunque también tiene implicancias económicas, donde también se incluye a la carne de capón”. De igual modo, reconoció que en función de la demanda “se repiten los casos de abigeato, ya que no se sabe su procedencia”.

Fernando Bonansea/ Especial para Jornada.


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