Sin contagios por procesados

Trabajos. La prevención en el puerto de Comodoro Rivadavia.
28 JUN 2020 - 20:39 | Actualizado

En el marco de la pandemia y con un escenario comercial todavía indefinido ante una baja en las ventas y una depreciación del mercado a nivel internacional, la pesca intenta reactivar su producción en los puertos de la región. Los casos positivos detectados en la tripulación del barco pesquero “Santorini” y sus posteriores derivaciones, generaron aún más incertidumbre en un sector que se había visto fuertemente impactado con la crisis mundial sumado a la problemática local y la discusión con los sindicatos del sector.

Sin embargo, la pesca comienza lentamente a romper este proceso y apuesta a insertarse nuevamente en los mercados de consumo entendiendo que la situación epidemiológica ha generado un cambio de paradigma en la industria junto con un refuerzo sanitario que involucra a todo el universo laboral de la pesca. La reapertura del muelle del Puerto de Comodoro Rivadavia representa una señal positiva para que se pueda retomar el trabajo; generar un circuito productivo y comenzar a restablecer un panorama deficitario para la mayoría de las plantas procesadoras.

“No hay una demostración real y científica que demuestre que el coronavirus se puede transmitir a través de los alimentos. ¿Cuáles son las posibilidades de transmisión? En un 99,9 por ciento diría que no”, resumió el veterinario Diego Lacombe. Y describió que el virus puede sobrevivir en cartón 24 horas y 72 en el acero inoxidable pero no se puede multiplicar de ninguna manera. “Tampoco puede hacerlo en un organismo muerto”.

“Los virus hacen mitosis, es decir que chocan y se multiplican. Y al hacer esto, destruyen la célula en la que parasitan y le producen un perjuicio al huésped al que están infectando para beneficio de ellos. Básicamente necesita de un huésped “vivo” para poder multiplicarse y generar la enfermedad”. El langostino, la centolla, merluza y o el calamar y demás recursos extraídos del mar, ingresan a bodega y cumplen con un estricto proceso alimenticio, inclusive preexistente a la pandemia. La limpieza pre y post-operacional garantizan no solo la muerte de los virus sino también de las bacterias. “Son más complicadas porque se pueden desarrollar en tejidos que están muertos. No necesitan un tejido vivo que le dé alimento” advirtió el profesional.

“Nadie come el producto como se elabora, no es que sale listo para el consumo sino que se debe hacer un proceso térmico que asegure inocuidad. Nada de lo que se procesa en la industria está pensando en generar un posible riesgo de transmisión del COVID-19”.

Minimizó cualquier riesgo de transmisión a través de los productos de mar a partir del proceso posterior que asegura la destrucción de cualquier microorganismos inocuos mediante cadenas de frío intensivo y el proceso térmico de cocción. “Hay que considerar que en el proceso hay personas que trabajan con guantes, cofia y todos los elementos necesarios de higiene desde antes que exista el coronavirus”, resumió Lacombe representante técnico de la Cámara Empresaria de Pesca “Golfo San Jorge”.

La actividad pesquera reforzó las medidas preventivas para poder retomar sus tareas con un protocolo adecuado a las características en el Puerto de Comodoro Rivadavia. Los puntos básicos resultan la prevención, el control y la preservación de la capacidad productiva. Están contemplados el distanciamiento, los elementos de protección personal que disminuyen todo riesgo de contagio.

Se tiene en cuenta especialmente, la coordinación para evitar “cruces” de los equipos de trabajo. Tripulación, armadores; personal operativo y estiba es sometido a un proceso de control en el acceso al puerto: la toma de temperatura e hisopados obligatorios en función de hacer más efectivo el cuidado de las poblaciones más expuestas.

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Trabajos. La prevención en el puerto de Comodoro Rivadavia.
28 JUN 2020 - 20:39

En el marco de la pandemia y con un escenario comercial todavía indefinido ante una baja en las ventas y una depreciación del mercado a nivel internacional, la pesca intenta reactivar su producción en los puertos de la región. Los casos positivos detectados en la tripulación del barco pesquero “Santorini” y sus posteriores derivaciones, generaron aún más incertidumbre en un sector que se había visto fuertemente impactado con la crisis mundial sumado a la problemática local y la discusión con los sindicatos del sector.

Sin embargo, la pesca comienza lentamente a romper este proceso y apuesta a insertarse nuevamente en los mercados de consumo entendiendo que la situación epidemiológica ha generado un cambio de paradigma en la industria junto con un refuerzo sanitario que involucra a todo el universo laboral de la pesca. La reapertura del muelle del Puerto de Comodoro Rivadavia representa una señal positiva para que se pueda retomar el trabajo; generar un circuito productivo y comenzar a restablecer un panorama deficitario para la mayoría de las plantas procesadoras.

“No hay una demostración real y científica que demuestre que el coronavirus se puede transmitir a través de los alimentos. ¿Cuáles son las posibilidades de transmisión? En un 99,9 por ciento diría que no”, resumió el veterinario Diego Lacombe. Y describió que el virus puede sobrevivir en cartón 24 horas y 72 en el acero inoxidable pero no se puede multiplicar de ninguna manera. “Tampoco puede hacerlo en un organismo muerto”.

“Los virus hacen mitosis, es decir que chocan y se multiplican. Y al hacer esto, destruyen la célula en la que parasitan y le producen un perjuicio al huésped al que están infectando para beneficio de ellos. Básicamente necesita de un huésped “vivo” para poder multiplicarse y generar la enfermedad”. El langostino, la centolla, merluza y o el calamar y demás recursos extraídos del mar, ingresan a bodega y cumplen con un estricto proceso alimenticio, inclusive preexistente a la pandemia. La limpieza pre y post-operacional garantizan no solo la muerte de los virus sino también de las bacterias. “Son más complicadas porque se pueden desarrollar en tejidos que están muertos. No necesitan un tejido vivo que le dé alimento” advirtió el profesional.

“Nadie come el producto como se elabora, no es que sale listo para el consumo sino que se debe hacer un proceso térmico que asegure inocuidad. Nada de lo que se procesa en la industria está pensando en generar un posible riesgo de transmisión del COVID-19”.

Minimizó cualquier riesgo de transmisión a través de los productos de mar a partir del proceso posterior que asegura la destrucción de cualquier microorganismos inocuos mediante cadenas de frío intensivo y el proceso térmico de cocción. “Hay que considerar que en el proceso hay personas que trabajan con guantes, cofia y todos los elementos necesarios de higiene desde antes que exista el coronavirus”, resumió Lacombe representante técnico de la Cámara Empresaria de Pesca “Golfo San Jorge”.

La actividad pesquera reforzó las medidas preventivas para poder retomar sus tareas con un protocolo adecuado a las características en el Puerto de Comodoro Rivadavia. Los puntos básicos resultan la prevención, el control y la preservación de la capacidad productiva. Están contemplados el distanciamiento, los elementos de protección personal que disminuyen todo riesgo de contagio.

Se tiene en cuenta especialmente, la coordinación para evitar “cruces” de los equipos de trabajo. Tripulación, armadores; personal operativo y estiba es sometido a un proceso de control en el acceso al puerto: la toma de temperatura e hisopados obligatorios en función de hacer más efectivo el cuidado de las poblaciones más expuestas.


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