Más de la mitad de la población de Chubut tiene sobrepeso y la pandemia agravará las cifras

Se estima que la situación en Chubut será más compleja como consecuencia del cambio de hábitos inducido por el coronavirus. Desde el Ministerio de Salud promueven un trabajo interdisciplinario para trabajar en la prevención con los niños, cuya franja muestra estadísticas preocupantes.

28 JUN 2020 - 21:02 | Actualizado

Más del 64% de la población de Chubut de adultos tiene exceso de peso y entre los menores de entre 5 y 17 años de toda la región patagónica ese procentaje supera el 46%. La tendencia se viene incrementando en cada medición y se estima que la situación generada por la pandemia profundizará la problemática.

Los datos corresponden a encuestas nacionales que ubican a la Patagonia y a Chubut levemente por encima de la media nacional, pero con dimensiones muy similares inclusive globalmente.

Así lo explicó la jefa del Departamento de Nutrición dependiente de la Dirección de Prevención y Promoción de la Salud, Karen Bender, aclarando que “estos datos son similares en todas las provincias, estamos muy cerca de la media nacional y son datos globalizados”.

Si bien “se da la condición de que en Patagonia se dan índices más altos que en el resto del país”, asegura que “no estamos en situaciones diferentes al resto”.

La explicación del crecimiento del exceso de peso es multicausal. “Una de las cuestiones es el cambio de hábitos, los cambios en la forma de trabajo, la oferta de alimentos rápidos más ricos en grasas y azúcares, el uso de más pantallas, el incremento del sedentarismo, que hacen que el cambio se produzca a nivel global” señaló Bender.

Se trata de una epidemia que continúa en ascenso en cuanto a sobrepeso y la obesidad sin distinción de clases socioeconómicas y que revierte a la antigua problemática de riesgos de bajo peso o desnutrición “independientemente que la obesidad y el sobrepeso son también malnutrición y pueden implicar déficit de algunos alimentos” explicó la responsable.

La actividad física es junto con la alimentación, la otra cara de la problemática y es la que más se ve restringida en tiempos de restricciones por la pandemia. “A veces queda en el segundo plano y tiene una relevancia del mismo nivel que la alimentación” aseguró Bender, indicando que a diferencia de los alimentos “es hasta más accesible, porque se puede hacer en la casa”.

Sin embargo a veces no se trata solamente de tener ganas de entrenar o no. La mirada social indica que deben generarse entornos que promuevan estos cambios de hábitos.

“Con los adultos todo esto de la alimentación y la actividad física uno lo relaciona con una decisión personal, pero la verdad es que se debe trabajar sobre los entornos en los que se desarrollan y se desenvuelven las personas. No es lo mismo una localidad urbana que una rural” explicó.

El camino está en promover “entornos saludables abiertos y cerrados para hacer actividad física, la inserción de la actividad física en los centros de salud, la difusión de las opciones gratuitas de la actividad física”. Pero para todo eso debe estar el hábito y la intención. “Se deben trabajar las dos cosas y también incluirlas en los entornos laborales” remarcó.

Más de la mitad de adultos

La obesidad en población de 18 años o más en Chubut subió de 16,3% registrado en 2005 a 26,7 % en Chubut en 2018 según los resultados de dos ediciones de la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR). En esas mismas encuestas, el sobrepeso en el mismo segmento etario subió de 36,1% a 38,1%.

Es decir que el 64,8% de la población de Chubut tiene exceso de peso mientras a nivel nacional el resultado fue de 61,6%.

“La tendencia viene creciendo reporte a reporte” detalló Bender, precisando que la situación se agrava registro a registro.

Niñez y adolescencia

Por otro lado, la población infantil es registrada mediante la Encuesta de Nutrición y Salud, que establece los resultados por Región Patagónica y no por provincia.

“Ahí vemos un 20% de chicos con exceso de peso y en chicos de 5 a 17, el porcentaje aumenta a un 40%. Es muchísimo” reconoció Bender.

Los datos precisan que el exceso de peso en menores de 5 años subió de 9,5% a 20,5% entre 2007 y 2018, mientras que en la población de 5 a 17 años es del 46,6% en la Región Patagónica, siendo el valor más alto del país para este grupo etario.

El otro extremo de la problemática son el bajo peso y emaciación, que según la misma encuesta afecta a menores de 5 años en porcentajes que variaron de 1,3% a 2,2% entre una encuesta y otra. En los niños y adolescentes de entre 5 y 17 años el porcentaje de delgadez es de 0,8%.

“Antes asociábamos pobreza con bajo peso o desnutrición y hoy vemos que el exceso de peso no discrimina” evaluó la responsable del departamento de Nutrición, explicando que “las encuestas nacionales evalúan también a qué otros datos se asocian, como por ejemplo nivel educativo o socioeconómico. Y en general no hay diferencias significativas por nivel socioeconómico ni educativo. Quizá una persona de determinado nivel socioeconómico va a estar obeso y bien nutrido mientras una persona de menor nivel socioeconómico está obeso y mal nutrido. Esa desigualdad existe en muchos aspectos” analizó.

“Es una patología que está naturalizada. Si bien se va tomando más conciencia de que es un problema, lo que busca el espacio intersectorial es instalar que es una problemática y que debemos trabajar para prevenirla”.

“Un niño obeso hoy es un adulto obeso. Y un adulto obeso implica que lleve otras comorbilidades como diabetes 2, patologías de corazón, artritis, otras de índole mental, social, etc. Por eso apuntamos principalmente al grupo de niños como eje principal pero trabajamos para toda la población”.

Estos resultados se verán agravados como resultado de la pandemia, según estimó la Lic. Bender. “No tenemos la bola de cristal ni mucho menos, pero está documentado que las pandemias, catástrofes, emergencias sanitarias, agravan los problemas de salud preexistentes. Y en el caso nutricional, es probable que los que tenían déficit es probable que aumenten ese nivel y los que tienen exceso de peso, también” señaló.

“Habrá que ver qué pasa de acá a un tiempo, si todos estos índices van a empeorar, pero estoy casi segura de que va a ser así” agregó la profesional.

Las explicaciones se encuentran en los hábitos que modificó el encierro: “estamos más tiempo en la casa, con las ansiedades que genera, consumiendo alimentos que antes no, y sobre todo con falta de actividad física” enumeró.

En el caso de los niños y adolescentes, la falta de movimiento es una de las cuestiones más preocupantes. “Los chicos necesitan una hora de actividad física diaria. Imposible llegar a ese nivel sin ir al club, sin ir a la plaza, sin ir a la escuela” reconoció Bender.

Desde el Departamento de Nutrición se intenta promover en ese sentido la actividad física en la casa. “Es una situación que nadie eligió ni esperaba, en la que estamos tratando de fomentar la actividad física en la casa porque el sedentarismo que está generando la pandemia es terrible” aseguró.

Comparativamente, la pandemia no afecta tanto en lo alimentario como en el sedentarismo. “Hasta puede ser una oportunidad en lo alimentario tener a los chicos más supervisados, consumir menos comida chatarra, comer más ordenados, sin los problemas de la rutina normal de tener que resolver rápido, sin llevar a los chicos a los kioscos, o al shopping, es decir sin las influencias de ver productos ricos en azúcar o grasas, salvo cuando lo ven en la tele” enumeró.

La nutrición no es uno de los aspectos más consultados en el ámbito de la salud pública, por eso es importante trabajarlo desde el ámbito de la promoción y prevención de la salud, generando sobre todo entornos saludables que contribuyan a tomar mejores decisiones alimentarias en la medida de las posibilidades.

Desde el Departamento de Nutrición se viene trabajando en una mesa intersectorial e interdisciplinaria para la prevención de obesidad infantil.

“La problemática está identificada hace mucho y hubo varios intentos, pero es la primera vez que percibo que es el momento en el que estamos todos yendo para el mismo lado, con la misma intención e identificando la problemática” destacó Bender.

“Esta problemática se viene visibilizando y va en crecimiento. No es que se mantiene o baja, va subiendo a un nivel muy preocupante, entonces obviamente desde el sector salud es una problemática en agenda, pero también la identifican otros sectores” remarcó.

El trabajo contempla un proyecto de ley “para que los entornos escolares sean entornos saludables”, una idea en la que se viene trabajando desde hace tiempo pero que requiere avanzar en lo normativo.

Asimismo, el trabajo incorpora también al Ministerio de Desarrollo para coordinar aspectos de la asistencia alimentaria. “Antes no había una lógica nutricional y quizá se asistía con alimentos que no favorecían a promover los alimentos más saludables. Ahora intentamos que las personas que reciben ayuda alimentaria accedan a información sobre hábitos saludables, estamos empezando a incorporar algunas mejoras. No es fácil pero no es imposible” remató la especialista.

28 JUN 2020 - 21:02

Más del 64% de la población de Chubut de adultos tiene exceso de peso y entre los menores de entre 5 y 17 años de toda la región patagónica ese procentaje supera el 46%. La tendencia se viene incrementando en cada medición y se estima que la situación generada por la pandemia profundizará la problemática.

Los datos corresponden a encuestas nacionales que ubican a la Patagonia y a Chubut levemente por encima de la media nacional, pero con dimensiones muy similares inclusive globalmente.

Así lo explicó la jefa del Departamento de Nutrición dependiente de la Dirección de Prevención y Promoción de la Salud, Karen Bender, aclarando que “estos datos son similares en todas las provincias, estamos muy cerca de la media nacional y son datos globalizados”.

Si bien “se da la condición de que en Patagonia se dan índices más altos que en el resto del país”, asegura que “no estamos en situaciones diferentes al resto”.

La explicación del crecimiento del exceso de peso es multicausal. “Una de las cuestiones es el cambio de hábitos, los cambios en la forma de trabajo, la oferta de alimentos rápidos más ricos en grasas y azúcares, el uso de más pantallas, el incremento del sedentarismo, que hacen que el cambio se produzca a nivel global” señaló Bender.

Se trata de una epidemia que continúa en ascenso en cuanto a sobrepeso y la obesidad sin distinción de clases socioeconómicas y que revierte a la antigua problemática de riesgos de bajo peso o desnutrición “independientemente que la obesidad y el sobrepeso son también malnutrición y pueden implicar déficit de algunos alimentos” explicó la responsable.

La actividad física es junto con la alimentación, la otra cara de la problemática y es la que más se ve restringida en tiempos de restricciones por la pandemia. “A veces queda en el segundo plano y tiene una relevancia del mismo nivel que la alimentación” aseguró Bender, indicando que a diferencia de los alimentos “es hasta más accesible, porque se puede hacer en la casa”.

Sin embargo a veces no se trata solamente de tener ganas de entrenar o no. La mirada social indica que deben generarse entornos que promuevan estos cambios de hábitos.

“Con los adultos todo esto de la alimentación y la actividad física uno lo relaciona con una decisión personal, pero la verdad es que se debe trabajar sobre los entornos en los que se desarrollan y se desenvuelven las personas. No es lo mismo una localidad urbana que una rural” explicó.

El camino está en promover “entornos saludables abiertos y cerrados para hacer actividad física, la inserción de la actividad física en los centros de salud, la difusión de las opciones gratuitas de la actividad física”. Pero para todo eso debe estar el hábito y la intención. “Se deben trabajar las dos cosas y también incluirlas en los entornos laborales” remarcó.

Más de la mitad de adultos

La obesidad en población de 18 años o más en Chubut subió de 16,3% registrado en 2005 a 26,7 % en Chubut en 2018 según los resultados de dos ediciones de la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR). En esas mismas encuestas, el sobrepeso en el mismo segmento etario subió de 36,1% a 38,1%.

Es decir que el 64,8% de la población de Chubut tiene exceso de peso mientras a nivel nacional el resultado fue de 61,6%.

“La tendencia viene creciendo reporte a reporte” detalló Bender, precisando que la situación se agrava registro a registro.

Niñez y adolescencia

Por otro lado, la población infantil es registrada mediante la Encuesta de Nutrición y Salud, que establece los resultados por Región Patagónica y no por provincia.

“Ahí vemos un 20% de chicos con exceso de peso y en chicos de 5 a 17, el porcentaje aumenta a un 40%. Es muchísimo” reconoció Bender.

Los datos precisan que el exceso de peso en menores de 5 años subió de 9,5% a 20,5% entre 2007 y 2018, mientras que en la población de 5 a 17 años es del 46,6% en la Región Patagónica, siendo el valor más alto del país para este grupo etario.

El otro extremo de la problemática son el bajo peso y emaciación, que según la misma encuesta afecta a menores de 5 años en porcentajes que variaron de 1,3% a 2,2% entre una encuesta y otra. En los niños y adolescentes de entre 5 y 17 años el porcentaje de delgadez es de 0,8%.

“Antes asociábamos pobreza con bajo peso o desnutrición y hoy vemos que el exceso de peso no discrimina” evaluó la responsable del departamento de Nutrición, explicando que “las encuestas nacionales evalúan también a qué otros datos se asocian, como por ejemplo nivel educativo o socioeconómico. Y en general no hay diferencias significativas por nivel socioeconómico ni educativo. Quizá una persona de determinado nivel socioeconómico va a estar obeso y bien nutrido mientras una persona de menor nivel socioeconómico está obeso y mal nutrido. Esa desigualdad existe en muchos aspectos” analizó.

“Es una patología que está naturalizada. Si bien se va tomando más conciencia de que es un problema, lo que busca el espacio intersectorial es instalar que es una problemática y que debemos trabajar para prevenirla”.

“Un niño obeso hoy es un adulto obeso. Y un adulto obeso implica que lleve otras comorbilidades como diabetes 2, patologías de corazón, artritis, otras de índole mental, social, etc. Por eso apuntamos principalmente al grupo de niños como eje principal pero trabajamos para toda la población”.

Estos resultados se verán agravados como resultado de la pandemia, según estimó la Lic. Bender. “No tenemos la bola de cristal ni mucho menos, pero está documentado que las pandemias, catástrofes, emergencias sanitarias, agravan los problemas de salud preexistentes. Y en el caso nutricional, es probable que los que tenían déficit es probable que aumenten ese nivel y los que tienen exceso de peso, también” señaló.

“Habrá que ver qué pasa de acá a un tiempo, si todos estos índices van a empeorar, pero estoy casi segura de que va a ser así” agregó la profesional.

Las explicaciones se encuentran en los hábitos que modificó el encierro: “estamos más tiempo en la casa, con las ansiedades que genera, consumiendo alimentos que antes no, y sobre todo con falta de actividad física” enumeró.

En el caso de los niños y adolescentes, la falta de movimiento es una de las cuestiones más preocupantes. “Los chicos necesitan una hora de actividad física diaria. Imposible llegar a ese nivel sin ir al club, sin ir a la plaza, sin ir a la escuela” reconoció Bender.

Desde el Departamento de Nutrición se intenta promover en ese sentido la actividad física en la casa. “Es una situación que nadie eligió ni esperaba, en la que estamos tratando de fomentar la actividad física en la casa porque el sedentarismo que está generando la pandemia es terrible” aseguró.

Comparativamente, la pandemia no afecta tanto en lo alimentario como en el sedentarismo. “Hasta puede ser una oportunidad en lo alimentario tener a los chicos más supervisados, consumir menos comida chatarra, comer más ordenados, sin los problemas de la rutina normal de tener que resolver rápido, sin llevar a los chicos a los kioscos, o al shopping, es decir sin las influencias de ver productos ricos en azúcar o grasas, salvo cuando lo ven en la tele” enumeró.

La nutrición no es uno de los aspectos más consultados en el ámbito de la salud pública, por eso es importante trabajarlo desde el ámbito de la promoción y prevención de la salud, generando sobre todo entornos saludables que contribuyan a tomar mejores decisiones alimentarias en la medida de las posibilidades.

Desde el Departamento de Nutrición se viene trabajando en una mesa intersectorial e interdisciplinaria para la prevención de obesidad infantil.

“La problemática está identificada hace mucho y hubo varios intentos, pero es la primera vez que percibo que es el momento en el que estamos todos yendo para el mismo lado, con la misma intención e identificando la problemática” destacó Bender.

“Esta problemática se viene visibilizando y va en crecimiento. No es que se mantiene o baja, va subiendo a un nivel muy preocupante, entonces obviamente desde el sector salud es una problemática en agenda, pero también la identifican otros sectores” remarcó.

El trabajo contempla un proyecto de ley “para que los entornos escolares sean entornos saludables”, una idea en la que se viene trabajando desde hace tiempo pero que requiere avanzar en lo normativo.

Asimismo, el trabajo incorpora también al Ministerio de Desarrollo para coordinar aspectos de la asistencia alimentaria. “Antes no había una lógica nutricional y quizá se asistía con alimentos que no favorecían a promover los alimentos más saludables. Ahora intentamos que las personas que reciben ayuda alimentaria accedan a información sobre hábitos saludables, estamos empezando a incorporar algunas mejoras. No es fácil pero no es imposible” remató la especialista.


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