A 155 años de la llegada de los colonos galeses a las costas patagónicas

La historia de los orígenes y concreción de la colonización galesa en la Patagonia Argentina.

Miembros del primer contingente de inmigrantes galeses fotografiados en Rawson el 28 de julio 1890.
27 JUL 2020 - 20:44 | Actualizado 30 SEP 2022 - 15:26

Luego de 20 años de trabajar en el Comercio en Argentina el inglés Samuel Phibbs, regresó a su país natal como Cónsul Honorario de la República Argentina.

Establecido en Liverpool publicó un aviso en 1863 en el diario “Albión” que decía lo siguiente:

La República Argentina se conoce como tierra de progreso y de promisión debido a sus libertad, a su ilustrado gobierno, acceso fácil, cordial hospitalidad, completa libertad religiosa, clima sano y excelente, suelo fértil y variado, minas, concesión de tierras, cría de ganado vacuno y lanar, abolición de pasaportes, y cargas, demanda creciente de toda clase de trabajos.

Crédito público interior y exterior, capitalistas, agricultores, mecánicos, trabajadores y todos los que se propongan emigrar pueden obtener cualquier información respecto de la República Argentina concurriendo personalmente o por escrito al abajo firmante, que a residido por veinte años en aquel país y tendrá mucho gusto de poder prestar cualquier información que deseen los que se propongan emigrar.

Firmado SR. Phibbs. Cónsul Argentino.

El Convenio

Con fecha del 21 de julio de 1863, el presidente de la República llevó al congreso Nacional un mensaje suscripto por el doctor Guillermo Rawson, pidiendo la aprobación del convenció celebrado con los señores Lowe Parry y Lewis Jones, relacionados con la instalación de una colonia galesa en la Patagonia.

En el mensaje se hacía contar que, después de varias conferencias, mantenidas con el ministro mencionado, los representantes galeses optaron por modificar sus primeras condiciones para el establecimiento de la colonia al sur de Río Negro que proyectaban.

Aunque esas primeras condiciones no se hicieron conocidas y probablemente nunca se conocerán, de acuerdo al mencionado proyecto y de acuerdo con el afán de conseguir amplias libertad en tierras despobladas de América pusieron de manifiesto los hijos de Gales puede colegirse que, al proyectar establecerse en un lugar habitados solamente por algunas tribus de indios nómades y desconocidos casi por completo en mundo civilizado tratarían de constituir una pequeña república, semi independiente aunque formando parte de la gran nación Argentina, en la que pudieran darse sus leyes, con autoridades elegidas por ellos. Ajustando las costumbres galesas, al adaptadas al ambiente en el que tenían que actuar.

Entendemos que pretendían constituir un estado patriarcal, en que practicando el apoyo mutuo sin trabas de ningún género – como lo practicaron en los primeros años de la colonización – pudieran vivir una armonía fraternal, sin que los explotaran en sus trabajos y sin señores feudales.

Las cláusulas

Las cláusulas del convenio entre el gobierno y la Sociedad de inmigración eran ampliamente liberales. No podían ser mejores en cuanto a concesiones se refiere para formar una gran colonia.

En el artículo primero del mencionado convenio se establecía ¡La sociedad de inmigrantes de Gales se obligara a enviar por el término de diez años, de trescientas a quinientas familias de inmigrantes cada año y establecerse en el territorio de la Patagonia en la República Argentina al sur de Río Negro.

El gobierno por su parte se obliga a ceder a cada doscientas familias un municipio en propiedad de dos leguas cuadradas de tierra. La mitad de dicho terreno se destinará al objeto de establecer los edificios y obras públicas, tales como escuelas, iglesias, cabildo casas de corrección y otras aplicaciones de carácter público.

La otra mitad se distribuirá en lotes de casas, y asea cediéndolas gratuitamente a los primeros pobladores, ya sea vendiéndolas después para obtener rentas para el sostenimiento de la colonia (esto pertenece al artículo segundo del proyecto de la colonia).

Como puede observarse la propiedad se concedía en forma colectiva a las doscientas familias que debían integrar cada uno de los municipios con que se formaría la colonia proyectada. Mitrad de ella para incrementar la población construyendo edificios destinados a la comunidad y mitad para cederla a los primeros gratuitamente, o por un precio que debía destinarse al sostenimiento comunal.

La Nación no pudo cumplir con esa clausula por que la Sociedad de inmigrantes no pudo cumplir con la suya. Esto fue no por falta de voluntad sino por cuestiones de fuerza mayor.

Los hechos

Durante la primera mitad del siglo XIX, un grupo de personas en Gales se inspiraron en la idea de establecer una colonia galesa. Esto fue impulsado por el fundador de la Colonia Galesa, Michael D. Jones. Querían salir por muchas razones; para escapar de la pobreza, para buscar la libertad religiosa y de establecer un nuevo país donde el galés sería el lenguaje de la religión, el gobierno, el comercio y la educación. En Gales en ese momento, no era posible, ya que Gales estaba siendo absorbido gradualmente en Inglaterra. Por estas razones, un grupo de 153 galeses y las mujeres se inspiraron para zarpar hacia una nueva vida en la Patagonia Argentina para guardar y aferrarse a lo que creían, su religión, su lengua y cultura.

Grupos de galeses se habían aventurado previamente en viajes a Israel, América del Norte, Brasil y Australia. Estos intentos fracasaron debido a otros idiomas y culturas que influyeron en el galés, diluyendo la identidad galesa. En la Patagonia había sólo los indios Tehuelches , con quienes los galeses vivieron en paz.

El viaje

El viaje comienza el 28 de mayo 1865. Fue un largo viaje a la Patagonia - a bordo de un barco llamado Mimosa. A raíz de las dificultades inesperadas en la obtención de fondos, y prolongado las negociaciones con el gobierno argentino, el primer grupo de colonos galeses, finalmente salió de Liverpool.

La llegada de los colonos

Los colonos llegaron a las costas de Puerto Madryn, Patagonia. Este día de desembarque se celebra anualmente como ‘Gwyl y Glaniad’ (Galés para el Festival de arribo).

Los colonos se enfrentaron tiempos difíciles. En un principio tenían una vida muy difícil y sufrieron grandes penurias. Habían dejado todo en Gales, llegando a condiciones peligrosas y dolorosas; no hay casas, no hay comida y un invierno patagónico dolorosamente frío.

Los galeses cavaron agujeros en las cuevas y chozas construidas para refugio. Las mujeres y los niños vivían allí durante las primeras semanas, mientras que los hombres buscaron a pie por la comida y el agua.

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Miembros del primer contingente de inmigrantes galeses fotografiados en Rawson el 28 de julio 1890.
27 JUL 2020 - 20:44

Luego de 20 años de trabajar en el Comercio en Argentina el inglés Samuel Phibbs, regresó a su país natal como Cónsul Honorario de la República Argentina.

Establecido en Liverpool publicó un aviso en 1863 en el diario “Albión” que decía lo siguiente:

La República Argentina se conoce como tierra de progreso y de promisión debido a sus libertad, a su ilustrado gobierno, acceso fácil, cordial hospitalidad, completa libertad religiosa, clima sano y excelente, suelo fértil y variado, minas, concesión de tierras, cría de ganado vacuno y lanar, abolición de pasaportes, y cargas, demanda creciente de toda clase de trabajos.

Crédito público interior y exterior, capitalistas, agricultores, mecánicos, trabajadores y todos los que se propongan emigrar pueden obtener cualquier información respecto de la República Argentina concurriendo personalmente o por escrito al abajo firmante, que a residido por veinte años en aquel país y tendrá mucho gusto de poder prestar cualquier información que deseen los que se propongan emigrar.

Firmado SR. Phibbs. Cónsul Argentino.

El Convenio

Con fecha del 21 de julio de 1863, el presidente de la República llevó al congreso Nacional un mensaje suscripto por el doctor Guillermo Rawson, pidiendo la aprobación del convenció celebrado con los señores Lowe Parry y Lewis Jones, relacionados con la instalación de una colonia galesa en la Patagonia.

En el mensaje se hacía contar que, después de varias conferencias, mantenidas con el ministro mencionado, los representantes galeses optaron por modificar sus primeras condiciones para el establecimiento de la colonia al sur de Río Negro que proyectaban.

Aunque esas primeras condiciones no se hicieron conocidas y probablemente nunca se conocerán, de acuerdo al mencionado proyecto y de acuerdo con el afán de conseguir amplias libertad en tierras despobladas de América pusieron de manifiesto los hijos de Gales puede colegirse que, al proyectar establecerse en un lugar habitados solamente por algunas tribus de indios nómades y desconocidos casi por completo en mundo civilizado tratarían de constituir una pequeña república, semi independiente aunque formando parte de la gran nación Argentina, en la que pudieran darse sus leyes, con autoridades elegidas por ellos. Ajustando las costumbres galesas, al adaptadas al ambiente en el que tenían que actuar.

Entendemos que pretendían constituir un estado patriarcal, en que practicando el apoyo mutuo sin trabas de ningún género – como lo practicaron en los primeros años de la colonización – pudieran vivir una armonía fraternal, sin que los explotaran en sus trabajos y sin señores feudales.

Las cláusulas

Las cláusulas del convenio entre el gobierno y la Sociedad de inmigración eran ampliamente liberales. No podían ser mejores en cuanto a concesiones se refiere para formar una gran colonia.

En el artículo primero del mencionado convenio se establecía ¡La sociedad de inmigrantes de Gales se obligara a enviar por el término de diez años, de trescientas a quinientas familias de inmigrantes cada año y establecerse en el territorio de la Patagonia en la República Argentina al sur de Río Negro.

El gobierno por su parte se obliga a ceder a cada doscientas familias un municipio en propiedad de dos leguas cuadradas de tierra. La mitad de dicho terreno se destinará al objeto de establecer los edificios y obras públicas, tales como escuelas, iglesias, cabildo casas de corrección y otras aplicaciones de carácter público.

La otra mitad se distribuirá en lotes de casas, y asea cediéndolas gratuitamente a los primeros pobladores, ya sea vendiéndolas después para obtener rentas para el sostenimiento de la colonia (esto pertenece al artículo segundo del proyecto de la colonia).

Como puede observarse la propiedad se concedía en forma colectiva a las doscientas familias que debían integrar cada uno de los municipios con que se formaría la colonia proyectada. Mitrad de ella para incrementar la población construyendo edificios destinados a la comunidad y mitad para cederla a los primeros gratuitamente, o por un precio que debía destinarse al sostenimiento comunal.

La Nación no pudo cumplir con esa clausula por que la Sociedad de inmigrantes no pudo cumplir con la suya. Esto fue no por falta de voluntad sino por cuestiones de fuerza mayor.

Los hechos

Durante la primera mitad del siglo XIX, un grupo de personas en Gales se inspiraron en la idea de establecer una colonia galesa. Esto fue impulsado por el fundador de la Colonia Galesa, Michael D. Jones. Querían salir por muchas razones; para escapar de la pobreza, para buscar la libertad religiosa y de establecer un nuevo país donde el galés sería el lenguaje de la religión, el gobierno, el comercio y la educación. En Gales en ese momento, no era posible, ya que Gales estaba siendo absorbido gradualmente en Inglaterra. Por estas razones, un grupo de 153 galeses y las mujeres se inspiraron para zarpar hacia una nueva vida en la Patagonia Argentina para guardar y aferrarse a lo que creían, su religión, su lengua y cultura.

Grupos de galeses se habían aventurado previamente en viajes a Israel, América del Norte, Brasil y Australia. Estos intentos fracasaron debido a otros idiomas y culturas que influyeron en el galés, diluyendo la identidad galesa. En la Patagonia había sólo los indios Tehuelches , con quienes los galeses vivieron en paz.

El viaje

El viaje comienza el 28 de mayo 1865. Fue un largo viaje a la Patagonia - a bordo de un barco llamado Mimosa. A raíz de las dificultades inesperadas en la obtención de fondos, y prolongado las negociaciones con el gobierno argentino, el primer grupo de colonos galeses, finalmente salió de Liverpool.

La llegada de los colonos

Los colonos llegaron a las costas de Puerto Madryn, Patagonia. Este día de desembarque se celebra anualmente como ‘Gwyl y Glaniad’ (Galés para el Festival de arribo).

Los colonos se enfrentaron tiempos difíciles. En un principio tenían una vida muy difícil y sufrieron grandes penurias. Habían dejado todo en Gales, llegando a condiciones peligrosas y dolorosas; no hay casas, no hay comida y un invierno patagónico dolorosamente frío.

Los galeses cavaron agujeros en las cuevas y chozas construidas para refugio. Las mujeres y los niños vivían allí durante las primeras semanas, mientras que los hombres buscaron a pie por la comida y el agua.


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