La lucha de Tomás, un joven basquetbolista de Germinal

Sufrió un ACV y perdió la sensibilidad en la mitad de su cuerpo. Hoy se recupera y volvió a entrenarse. En 2019 fue campeón sudamericano con el Sub-14 de Argentina.

08 AGO 2020 - 20:13 | Actualizado

Por Martín Tacón

Tomás Ortega es un luchador de la vida. Tocó el cielo con las manos en 2019 al consagrarse campeón sudamericano de básquet con la Selección Argentina Sub 14, y luego, inesperadamente, un revés de la vida acabó por darle un golpe casi fulminante, doloroso para él y su familia.

El 15 de febrero, Tomy sufrió un ACV. Su cuadro era grave: el derrame cerebral le produjo daños en la parte izquierda de su cuerpo, afectando sus piernas, sus brazos y su visión. Su mano izquierda estaba incapacitada. Dos semanas antes del ACV, Tomy había sido intervenido quirúrgicamente en su rodilla por una fuerte lesión sufrida durante un entrenamiento. Clubes y personalidades del básquet se pronunciaron públicamente y rezaron por su bienestar.

Pero Tomy, que es un luchador nato, frente a toda calamidad, rápidamente emprendió el rumbo de la recuperación. Para sorpresa de todos, fue recobrando la movilidad de sus extremidades con el extraordinario poder de la voluntad.

Dadas sus facultades combativas, entró en rehabilitación: kinesiología, terapia ocupacional y psicología. Tomy pasó la cuarentena internado en el hospital de Trelew a fin de afinar la motricidad. En mayo, recibió el alta y regresó a su hogar con su familia, en Rawson. Tres veces por semana viaja a Trelew para continuar con sus tareas de rehabilitación.

En simultáneo, el club Germinal reactivó la actividad con sus deportistas a través de medios virtuales. El entrenador Facundo Álvarez Ferranti cuenta que la reinserción de Tomy a las prácticas fue voluntaria.

“Nosotros en el club estábamos trabajando por Zoom y Tomy se empezó a sumar”, dice Facundo. “A mí eso me dio la inquietud de saber si lo que nosotros hacíamos a él le hacía bien o le hacía mal. Pedí una reunión con el equipo médico de Tomy para ver de qué manera podíamos trabajar con él de forma personalizada. Tuvimos una videollamada y me explicaron en qué fase estaba de su recuperación”.Enseguida, Tomy Ortega se integró a las prácticas. “Tomy ya está trabajando trote y salto. Todo muy básico, a él le cuesta mucho la coordinación. Tiene que aprender a dominar su cuerpo, porque en este tiempo creció 5 centímetros en dos meses (mide 1,94 cm). Su mano izquierda está bastante afectada, la mueve pero no tiene sensibilidad. Hay que trabajar la motricidad fina en su mano”, señala Facu.

El staff profesional del club Germinal aunó fuerzas para focalizar en la recuperación de Tomy. Facundo cuenta: “En base a lo que me dijeron los médicos, me reuní con los profes del club, donde contamos con una licenciada en psicomotricidad. Les planteé la idea de trabajar en conjunto en la recuperación de Tomy. Se coparon todos y armamos un plan de trabajo: cuenta de tres entrenamientos semanales, donde trabaja la licenciada en psicomotricidad, trabajan los preparadores físicos Martín Ñañez y Mariano Ferro. El “Flay” Álvarez y yo trabajamos la parte de básquet. Trabajamos lo gestual, dominio del balón, reenseñando de a poco”.

Los primeros ejercicios tenían lugar en su casa. Cuando habilitaron la reapertura de los clubes, Tomy tuvo la posibilidad de entrenar en el gimnasio de Germinal. Un día, recibió una grata sorpresa. “Nico De los Santos se copó a venir a entrenar con Tomy y dar una mano”, cuenta Facundo Álvarez. “Durante la práctica, Nico intervenía. Fue muy lindo y a Tomy le gustó. Tomy va mejorando de a poco, es un proceso largo”.

Tomy tiene 15 años y mejora día a día. Mantiene su ritmo educativo en el colegio María Auxiliadora con un régimen adecuado. Su padre, Nicolás Ortega, dice que Tomy lleva una vida feliz. Sorprendido por su pronta recuperación, sueña con verlo algún día otra vez en una cancha de básquet.

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08 AGO 2020 - 20:13

Por Martín Tacón

Tomás Ortega es un luchador de la vida. Tocó el cielo con las manos en 2019 al consagrarse campeón sudamericano de básquet con la Selección Argentina Sub 14, y luego, inesperadamente, un revés de la vida acabó por darle un golpe casi fulminante, doloroso para él y su familia.

El 15 de febrero, Tomy sufrió un ACV. Su cuadro era grave: el derrame cerebral le produjo daños en la parte izquierda de su cuerpo, afectando sus piernas, sus brazos y su visión. Su mano izquierda estaba incapacitada. Dos semanas antes del ACV, Tomy había sido intervenido quirúrgicamente en su rodilla por una fuerte lesión sufrida durante un entrenamiento. Clubes y personalidades del básquet se pronunciaron públicamente y rezaron por su bienestar.

Pero Tomy, que es un luchador nato, frente a toda calamidad, rápidamente emprendió el rumbo de la recuperación. Para sorpresa de todos, fue recobrando la movilidad de sus extremidades con el extraordinario poder de la voluntad.

Dadas sus facultades combativas, entró en rehabilitación: kinesiología, terapia ocupacional y psicología. Tomy pasó la cuarentena internado en el hospital de Trelew a fin de afinar la motricidad. En mayo, recibió el alta y regresó a su hogar con su familia, en Rawson. Tres veces por semana viaja a Trelew para continuar con sus tareas de rehabilitación.

En simultáneo, el club Germinal reactivó la actividad con sus deportistas a través de medios virtuales. El entrenador Facundo Álvarez Ferranti cuenta que la reinserción de Tomy a las prácticas fue voluntaria.

“Nosotros en el club estábamos trabajando por Zoom y Tomy se empezó a sumar”, dice Facundo. “A mí eso me dio la inquietud de saber si lo que nosotros hacíamos a él le hacía bien o le hacía mal. Pedí una reunión con el equipo médico de Tomy para ver de qué manera podíamos trabajar con él de forma personalizada. Tuvimos una videollamada y me explicaron en qué fase estaba de su recuperación”.Enseguida, Tomy Ortega se integró a las prácticas. “Tomy ya está trabajando trote y salto. Todo muy básico, a él le cuesta mucho la coordinación. Tiene que aprender a dominar su cuerpo, porque en este tiempo creció 5 centímetros en dos meses (mide 1,94 cm). Su mano izquierda está bastante afectada, la mueve pero no tiene sensibilidad. Hay que trabajar la motricidad fina en su mano”, señala Facu.

El staff profesional del club Germinal aunó fuerzas para focalizar en la recuperación de Tomy. Facundo cuenta: “En base a lo que me dijeron los médicos, me reuní con los profes del club, donde contamos con una licenciada en psicomotricidad. Les planteé la idea de trabajar en conjunto en la recuperación de Tomy. Se coparon todos y armamos un plan de trabajo: cuenta de tres entrenamientos semanales, donde trabaja la licenciada en psicomotricidad, trabajan los preparadores físicos Martín Ñañez y Mariano Ferro. El “Flay” Álvarez y yo trabajamos la parte de básquet. Trabajamos lo gestual, dominio del balón, reenseñando de a poco”.

Los primeros ejercicios tenían lugar en su casa. Cuando habilitaron la reapertura de los clubes, Tomy tuvo la posibilidad de entrenar en el gimnasio de Germinal. Un día, recibió una grata sorpresa. “Nico De los Santos se copó a venir a entrenar con Tomy y dar una mano”, cuenta Facundo Álvarez. “Durante la práctica, Nico intervenía. Fue muy lindo y a Tomy le gustó. Tomy va mejorando de a poco, es un proceso largo”.

Tomy tiene 15 años y mejora día a día. Mantiene su ritmo educativo en el colegio María Auxiliadora con un régimen adecuado. Su padre, Nicolás Ortega, dice que Tomy lleva una vida feliz. Sorprendido por su pronta recuperación, sueña con verlo algún día otra vez en una cancha de básquet.


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