El Maitén: condenaron a 14 años de prisión al pastor evangélico que abusó de dos menores

Se trata de Samuel Josué Figueroa que deberá comenzar a cumplir la condena en la comisaría de Cholila el 26 de agosto.

13 AGO 2020 - 20:33 | Actualizado

Conforme un fallo dado a conocer el lunes, la justicia del noroeste chubutense condenó finalmente al pastor evangélico Samuel Josué Figueroa a cumplir 14 años de prisión por el delito de abuso sexual -agravado por haberse aprovechado de la convivencia-, que deberá comenzar a cumplir en la comisaría de Cholila el 26 de agosto. En tanto, los jueces accedieron a un pedido de su abogado defensor para que el imputado disponga de otros 10 días de libertad con el argumento de “resolver cuestiones personales”.

Los hechos investigados ocurrieron entre los años 2000 y 2007, cuando las víctimas eran menores de edad: “Mi prima tenía entre 8 y 15 años cuando fue violada, yo en cambio era adolescente, tenía entre 13 y 14 y lo sufrí hasta los 15 y 16 años, pero finalmente pude hablar y contar todo”, relató ayer Any, quien debió mudarse desde El Maitén a Neuquén para rehacer su vida y tratar de olvidar el calvario vivido.

“En su momento, nos amenazaba para que no habláramos. Cuando tomé la decisión, se lo dije a mí mamá porque no quería seguir viviendo una vida así, pero teníamos mucho miedo por lo que iban a decir los compañeros del colegio”, agregó.

Al respecto, recordó que “la gente del pueblo nos trataba de mentirosas, eran contados quienes conocían realmente lo que estaba pasando. Él era una cosa con los demás y cuando estaba cerca mío o de mi prima era otro tipo, creo que viene de familia porque al padre también lo acusaron en Bariloche de violación, pero a niños varones”, señaló.

Reiteró que Figueroa “les había llenado la cabeza a muchos vecinos. No los culpo, porque tiene una capacidad terrible para convencer a los demás. No hacíamos nada por miedo y además porque mis primos (hijos del pastor) eran muy chicos y también pensábamos en ellos. Nos pusimos de acuerdo con mamá para no hacer nada”, reconoció. Por aquellos tiempos, “me quise ir muchas veces de El Maitén porque me lo cruzaba en la calle como si nada. No le importaba, además nos juzgaban a nosotros. Hoy, con este fallo, la comunidad se dio cuenta de todo, aunque también hay personas que todavía lo siguen avalando, creyendo que él ni hizo nada y hasta hubo algunos que declararon a su favor”, remarcó.

Recalcó enseguida que “mis primos crecieron, pero nadie pensó en nuestro dolor, fueron varios años muy difíciles tratando de superar esta situación. Hoy soy mamá de cuatro hijos y si me pasara con ellos, sinceramente creo que lo mataría”, aseveró. “Cuando mi mamá se enteró, le escribió y le pidió que se fuera del pueblo. Estuvo un tiempo en Trelew, pero volvió para estar de nuevo con mi tía. Hoy sigue en libertad en El Maitén, no lo puedo entender. La justicia le dio un tiempo más para que arregle su vida, aunque no tendría que estar suelto. Esta persona tiene que estar toda su vida preso; de hecho, nuestro defensor había pedido 22 años”, indicó. La sentencia de cesura se venía prorrogando desde marzo pasado. Por entonces, el fiscal Carlos Díaz Mayer señaló que además “hubo otras víctimas de delitos contra la integridad sexual, pero son casos que no pudieron ser juzgados porque ya estaban prescriptos”.

Cabe recordar que el pastor Samuel Figueroa también tuvo exposición pública a partir del año 2016, cuando participó del proyecto para crear un Centro Provincial de Rehabilitación en Drogadependencia en el viejo hospital del pueblo ferroviario, donde los internados iban a tener “contención espiritual de las iglesias del lugar”.

Conforme

En referencia a la sentencia, Any se mostró “sinceramente conforme” con lo actuado por la justicia de la región andina. “Una siempre espera un poco más, pero agradecida con el fiscal Carlos Díaz Mayer porque verdaderamente hizo un trabajo excepcional. También con los jueces, porque se sintieron conmovidos por todo lo que vivimos. En la resolución final tomaron mi caso como abuso sexual simple, a pesar de que habían pasado tantos años”, puntualizó.

De igual modo, valoró que “cuando empezamos la causa, recibimos apoyo psicológico desde la fiscalía de El Hoyo, todo el tiempo nos llamaban y nos contenían, fue fundamental para poder seguir”.

Sin miedo

En un mensaje a las víctimas de abusos sexuales o violencia de género, Any pidió que “no tengan miedo a denunciar, aún cuando no nos crean. Hay que apoyarse en una madre, en una hermana, en alguien de confianza.

Al principio cuesta, pero que después genera una gran satisfacción y tranquilidad. El dolor queda para toda la vida, pero la sensación de que la justicia hace su trabajo, es algo increíble”, aseguró.

Asimismo, aún con su experiencia traumática, dijo que “soy creyente y no lo voy a dejar de ser nunca. Más allá de que alguien que hablaba de Dios hiciera semejante monstruosidad, no todos los pastores son como él.

Nunca voy a dejar de creer en Dios a pesar de todo lo que me ha pasado, hoy más que nunca creo que existe y llena mi vida. Siempre le pedí justicia, para mí y para mi prima”, concluyó.

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13 AGO 2020 - 20:33

Conforme un fallo dado a conocer el lunes, la justicia del noroeste chubutense condenó finalmente al pastor evangélico Samuel Josué Figueroa a cumplir 14 años de prisión por el delito de abuso sexual -agravado por haberse aprovechado de la convivencia-, que deberá comenzar a cumplir en la comisaría de Cholila el 26 de agosto. En tanto, los jueces accedieron a un pedido de su abogado defensor para que el imputado disponga de otros 10 días de libertad con el argumento de “resolver cuestiones personales”.

Los hechos investigados ocurrieron entre los años 2000 y 2007, cuando las víctimas eran menores de edad: “Mi prima tenía entre 8 y 15 años cuando fue violada, yo en cambio era adolescente, tenía entre 13 y 14 y lo sufrí hasta los 15 y 16 años, pero finalmente pude hablar y contar todo”, relató ayer Any, quien debió mudarse desde El Maitén a Neuquén para rehacer su vida y tratar de olvidar el calvario vivido.

“En su momento, nos amenazaba para que no habláramos. Cuando tomé la decisión, se lo dije a mí mamá porque no quería seguir viviendo una vida así, pero teníamos mucho miedo por lo que iban a decir los compañeros del colegio”, agregó.

Al respecto, recordó que “la gente del pueblo nos trataba de mentirosas, eran contados quienes conocían realmente lo que estaba pasando. Él era una cosa con los demás y cuando estaba cerca mío o de mi prima era otro tipo, creo que viene de familia porque al padre también lo acusaron en Bariloche de violación, pero a niños varones”, señaló.

Reiteró que Figueroa “les había llenado la cabeza a muchos vecinos. No los culpo, porque tiene una capacidad terrible para convencer a los demás. No hacíamos nada por miedo y además porque mis primos (hijos del pastor) eran muy chicos y también pensábamos en ellos. Nos pusimos de acuerdo con mamá para no hacer nada”, reconoció. Por aquellos tiempos, “me quise ir muchas veces de El Maitén porque me lo cruzaba en la calle como si nada. No le importaba, además nos juzgaban a nosotros. Hoy, con este fallo, la comunidad se dio cuenta de todo, aunque también hay personas que todavía lo siguen avalando, creyendo que él ni hizo nada y hasta hubo algunos que declararon a su favor”, remarcó.

Recalcó enseguida que “mis primos crecieron, pero nadie pensó en nuestro dolor, fueron varios años muy difíciles tratando de superar esta situación. Hoy soy mamá de cuatro hijos y si me pasara con ellos, sinceramente creo que lo mataría”, aseveró. “Cuando mi mamá se enteró, le escribió y le pidió que se fuera del pueblo. Estuvo un tiempo en Trelew, pero volvió para estar de nuevo con mi tía. Hoy sigue en libertad en El Maitén, no lo puedo entender. La justicia le dio un tiempo más para que arregle su vida, aunque no tendría que estar suelto. Esta persona tiene que estar toda su vida preso; de hecho, nuestro defensor había pedido 22 años”, indicó. La sentencia de cesura se venía prorrogando desde marzo pasado. Por entonces, el fiscal Carlos Díaz Mayer señaló que además “hubo otras víctimas de delitos contra la integridad sexual, pero son casos que no pudieron ser juzgados porque ya estaban prescriptos”.

Cabe recordar que el pastor Samuel Figueroa también tuvo exposición pública a partir del año 2016, cuando participó del proyecto para crear un Centro Provincial de Rehabilitación en Drogadependencia en el viejo hospital del pueblo ferroviario, donde los internados iban a tener “contención espiritual de las iglesias del lugar”.

Conforme

En referencia a la sentencia, Any se mostró “sinceramente conforme” con lo actuado por la justicia de la región andina. “Una siempre espera un poco más, pero agradecida con el fiscal Carlos Díaz Mayer porque verdaderamente hizo un trabajo excepcional. También con los jueces, porque se sintieron conmovidos por todo lo que vivimos. En la resolución final tomaron mi caso como abuso sexual simple, a pesar de que habían pasado tantos años”, puntualizó.

De igual modo, valoró que “cuando empezamos la causa, recibimos apoyo psicológico desde la fiscalía de El Hoyo, todo el tiempo nos llamaban y nos contenían, fue fundamental para poder seguir”.

Sin miedo

En un mensaje a las víctimas de abusos sexuales o violencia de género, Any pidió que “no tengan miedo a denunciar, aún cuando no nos crean. Hay que apoyarse en una madre, en una hermana, en alguien de confianza.

Al principio cuesta, pero que después genera una gran satisfacción y tranquilidad. El dolor queda para toda la vida, pero la sensación de que la justicia hace su trabajo, es algo increíble”, aseguró.

Asimismo, aún con su experiencia traumática, dijo que “soy creyente y no lo voy a dejar de ser nunca. Más allá de que alguien que hablaba de Dios hiciera semejante monstruosidad, no todos los pastores son como él.

Nunca voy a dejar de creer en Dios a pesar de todo lo que me ha pasado, hoy más que nunca creo que existe y llena mi vida. Siempre le pedí justicia, para mí y para mi prima”, concluyó.


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