El intendente Sergio Ongarato salió e invitó a Santiago Acevedo a una reunión en su despacho, tras la cual el empresario -que tiene la concesión de tres líneas-, indicó que son dos reclamos: El de los choferes como trabajadores, y el suyo como titular de la empresa.
Agregó que el jefe comunal quería analizar los números, que ya están expuestos en los estudios de costos presentados por ambas empresas –Acevedo y Sargento Cabral-, al secretario de Gobierno, Julio Ruiz, y al Concejo Deliberante.
Ongarato se reuniría con el secretario de Coordinación, Gestión y Finanzas, Matías Taccetta, y luego les comunicaría alguna novedad. Mientras esperaban, Acevedo manifestó que cada vez que visitan la Municipalidad, lo hacen con la expectativa de alguna respuesta positiva, y aseguró que si aparecía un aporte, los micros saldrían automáticamente a cubrir el servicio. “No hablamos de ganar, sino de cubrir los costos de sueldos, aportes, combustible y seguros”, remarcó. Pero, pasado al mediodía el empresario informó que no tenían novedades.
Testimonio de un chofer
José Luis Cayul, chofer de la empresa Acevedo e integrante de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), sostuvo que “la estamos pasando mal, con incertidumbre laboral desde que comenzó la pandemia del coronavirus”.
También aludió a los sueldos que no perciben, habiendo sido el último pago la mitad del mes de mayo, e indicó que entre las dos empresas son 14 familias las que dependen del salario. Lamentó que el conflicto es entre las empresas y el Municipio, y ellos sólo esperan que se destrabe, para cobrar y trabajar para que los vecinos cuenten con el transporte urbano. Luego Cayul recalcó que es muy difícil para una familia vivir sin cobrar el sueldo, y en su caso personal contó que tiene deudas de impuestos y servicios de su casa. Aseguró que se hace difícil subsistir, y sólo dependen del sueldo de su esposa, que es poco. Además fue intimado por una entidad bancaria, a que regularice su situación, cuando “no tengo cómo cumplir”.
El intendente Sergio Ongarato salió e invitó a Santiago Acevedo a una reunión en su despacho, tras la cual el empresario -que tiene la concesión de tres líneas-, indicó que son dos reclamos: El de los choferes como trabajadores, y el suyo como titular de la empresa.
Agregó que el jefe comunal quería analizar los números, que ya están expuestos en los estudios de costos presentados por ambas empresas –Acevedo y Sargento Cabral-, al secretario de Gobierno, Julio Ruiz, y al Concejo Deliberante.
Ongarato se reuniría con el secretario de Coordinación, Gestión y Finanzas, Matías Taccetta, y luego les comunicaría alguna novedad. Mientras esperaban, Acevedo manifestó que cada vez que visitan la Municipalidad, lo hacen con la expectativa de alguna respuesta positiva, y aseguró que si aparecía un aporte, los micros saldrían automáticamente a cubrir el servicio. “No hablamos de ganar, sino de cubrir los costos de sueldos, aportes, combustible y seguros”, remarcó. Pero, pasado al mediodía el empresario informó que no tenían novedades.
Testimonio de un chofer
José Luis Cayul, chofer de la empresa Acevedo e integrante de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), sostuvo que “la estamos pasando mal, con incertidumbre laboral desde que comenzó la pandemia del coronavirus”.
También aludió a los sueldos que no perciben, habiendo sido el último pago la mitad del mes de mayo, e indicó que entre las dos empresas son 14 familias las que dependen del salario. Lamentó que el conflicto es entre las empresas y el Municipio, y ellos sólo esperan que se destrabe, para cobrar y trabajar para que los vecinos cuenten con el transporte urbano. Luego Cayul recalcó que es muy difícil para una familia vivir sin cobrar el sueldo, y en su caso personal contó que tiene deudas de impuestos y servicios de su casa. Aseguró que se hace difícil subsistir, y sólo dependen del sueldo de su esposa, que es poco. Además fue intimado por una entidad bancaria, a que regularice su situación, cuando “no tengo cómo cumplir”.