El cerebro en cuarentena

22 AGO 2020 - 20:38 | Actualizado

Por Vanina Botta (*) /Especial para Jornada

Soy una fanática del cerebro. Es el órgano más complejo y apasionante. Con un peso de 1200 gr y más de 100 mil millones de neuronas, el cerebro es un órgano social. La capacidad de poder vivir en sociedades complejas fue clave evolutivamente para tener el cerebro que hoy tenemos.

Cuando tenemos hambre se ponen en juego mecanismos cerebrales que nos impulsan a buscar comida (la función principal del cerebro es la supervivencia); cuando estamos sol@s, aislad@s, el cerebro también entra en auto preservación y se ponen en marcha algunos mecanismos neuroquímicos. O sea que estar conectad@s con vínculos humanos es tan necesario como beber o comer para nuestro cerebro y el vínculo humano es irremplazable.

Hoy hay datos concretos que muestran que el aislamiento social crónico y la soledad generan problemáticas en la salud y es un factor de aumento de mortalidad.

No solo el vínculo profundo, sino también los vínculos superficiales y cotidianos.

En este período de aislamiento social y cuarentena, y sabiendo este aspecto de nuestro cerebro, es importante conocer algunos mecanismos cerebrales que podrían ayudarnos un poquito.

El cerebro se comunica todo el tiempo, entre sus diferentes áreas y con el resto del cuerpo; y lo hace a través de mensajeros llamados neurotransmisores.

Existen algunos que hoy se tornan muy importantes, por ejemplo la dopamina. Es la encargada de la motivación, está involucrada en el circuito de placer y recompensa, se aumenta teniendo un objetivo y celebrando su ejecución.

La serotonina es la relacionada con el buen humor, con la sensación de bienestar, nos ayuda a memorizar todo fácilmente. La podemos aumentar buscando recuerdos felices y agradables, mirando fotos y videos viejos.

La oxitocina aumenta el sentimiento de amor y de confianza, se activa con abrazos, tocando (a otros, a las mascotas), también siendo solidari@s, dando y recibiendo regalos.

La melatonina es liberada por la glándula pineal, es la que nos marca el ritmo biológico, nos hace saber qué hora del día es, nos ayuda a dormir, se libera a la noche al disminuir la luz. Por esta razón siempre se sugiere no usar pantallas luminosas que hagan disminuir la secreción de esta hormona.

Las endorfinas se conocen como analgésicos naturales, disminuyen la intensidad del dolor. La glándula hipófisis o pituitaria libera endorfinas que aumentan la sensación de bienestar y bloquean un poco el dolor, el ejercicio físico libera estas hormonas. Por esto, aunque no seas deportista, estos días sería importante hacer algo de ejercicio físico.

Otra cuestión que puede darnos sensación de bienestar es tener un propósito (aunque sea algo mínimo y no trascendental).

También es conectarnos con el presente, ya que nuestro cerebro es el único que puede revisar escenarios pasados y anticipar escenarios futuros. Un cerebro atento y enfocado en el presente es un cerebro más feliz y más productivo. Evita además que estemos rumiando, evita que entremos en el circuito de la ansiedad.

Cuando hacemos algo que nos gusta mucho y encontramos un estado de plenitud, el cerebro libera miles de neurotransmisores que nos generan y hace que experimentemos sensaciones agradables.

El altruismo, tanto con lo que vemos como con lo que no vemos, activa el sistema de recompensa con la generación de dopamina y también nos hará sentir bien. Pensar en la gente nos hace bien.

Y, por supuesto, comer chocolates!!

(*) Vanina Botta es médica especialista en Psiquiatría y en Medicina Legal y Forense en el Poder Judicial de Puerto Madryn.

Las más leídas

22 AGO 2020 - 20:38

Por Vanina Botta (*) /Especial para Jornada

Soy una fanática del cerebro. Es el órgano más complejo y apasionante. Con un peso de 1200 gr y más de 100 mil millones de neuronas, el cerebro es un órgano social. La capacidad de poder vivir en sociedades complejas fue clave evolutivamente para tener el cerebro que hoy tenemos.

Cuando tenemos hambre se ponen en juego mecanismos cerebrales que nos impulsan a buscar comida (la función principal del cerebro es la supervivencia); cuando estamos sol@s, aislad@s, el cerebro también entra en auto preservación y se ponen en marcha algunos mecanismos neuroquímicos. O sea que estar conectad@s con vínculos humanos es tan necesario como beber o comer para nuestro cerebro y el vínculo humano es irremplazable.

Hoy hay datos concretos que muestran que el aislamiento social crónico y la soledad generan problemáticas en la salud y es un factor de aumento de mortalidad.

No solo el vínculo profundo, sino también los vínculos superficiales y cotidianos.

En este período de aislamiento social y cuarentena, y sabiendo este aspecto de nuestro cerebro, es importante conocer algunos mecanismos cerebrales que podrían ayudarnos un poquito.

El cerebro se comunica todo el tiempo, entre sus diferentes áreas y con el resto del cuerpo; y lo hace a través de mensajeros llamados neurotransmisores.

Existen algunos que hoy se tornan muy importantes, por ejemplo la dopamina. Es la encargada de la motivación, está involucrada en el circuito de placer y recompensa, se aumenta teniendo un objetivo y celebrando su ejecución.

La serotonina es la relacionada con el buen humor, con la sensación de bienestar, nos ayuda a memorizar todo fácilmente. La podemos aumentar buscando recuerdos felices y agradables, mirando fotos y videos viejos.

La oxitocina aumenta el sentimiento de amor y de confianza, se activa con abrazos, tocando (a otros, a las mascotas), también siendo solidari@s, dando y recibiendo regalos.

La melatonina es liberada por la glándula pineal, es la que nos marca el ritmo biológico, nos hace saber qué hora del día es, nos ayuda a dormir, se libera a la noche al disminuir la luz. Por esta razón siempre se sugiere no usar pantallas luminosas que hagan disminuir la secreción de esta hormona.

Las endorfinas se conocen como analgésicos naturales, disminuyen la intensidad del dolor. La glándula hipófisis o pituitaria libera endorfinas que aumentan la sensación de bienestar y bloquean un poco el dolor, el ejercicio físico libera estas hormonas. Por esto, aunque no seas deportista, estos días sería importante hacer algo de ejercicio físico.

Otra cuestión que puede darnos sensación de bienestar es tener un propósito (aunque sea algo mínimo y no trascendental).

También es conectarnos con el presente, ya que nuestro cerebro es el único que puede revisar escenarios pasados y anticipar escenarios futuros. Un cerebro atento y enfocado en el presente es un cerebro más feliz y más productivo. Evita además que estemos rumiando, evita que entremos en el circuito de la ansiedad.

Cuando hacemos algo que nos gusta mucho y encontramos un estado de plenitud, el cerebro libera miles de neurotransmisores que nos generan y hace que experimentemos sensaciones agradables.

El altruismo, tanto con lo que vemos como con lo que no vemos, activa el sistema de recompensa con la generación de dopamina y también nos hará sentir bien. Pensar en la gente nos hace bien.

Y, por supuesto, comer chocolates!!

(*) Vanina Botta es médica especialista en Psiquiatría y en Medicina Legal y Forense en el Poder Judicial de Puerto Madryn.


NOTICIAS RELACIONADAS