Fuerte cruce parlamentario aviva el debate sobre la monarquía en España

El debate en torno a la monarquía española continúa creciendo en España, donde la derecha lanzó hoy una ofensiva contra el Gobierno progresista de Pedro Sánchez, al que llegó a acusar de "subvertir" el régimen después de que tres ministros hayan criticaron abiertamente al rey.

30 SEP 2020 - 11:29 | Actualizado

"Usted prometió guardar y hacer guardar la Constitución con lealtad al rey, y una vez más mintió", le espetó a Sánchez el líder del conservador Partido Popular (PP), Pablo Casado, en el arranque de su intervención en la sesión semanal de control al Gobierno en el Parlamento.

"Lleva dos años siendo desleal, tolerando los ataques de su Gobierno al Jefe de Estado (...) Si le queda algo de dignidad institucional cese a su Gobierno radical y rompa con sus socios que ya amenazan con otro golpe", añadió el dirigente opositor, refiriéndose a los independentistas catalanes, que facilitaron su llegada al poder.

Casado continuó su ataque al Gobierno afirmando que "si quieren cambiar el régimen tienen que presentar una reforma constitucional" y no seguir "subvirtiendo la legalidad cobardemente".

En su respuesta, el presidente del Gobierno eludió defender a la monarquía y entrar en las provocaciones del líder opositor, pero le lanzó una advertencia aludiendo a la responsabilidad de su partido en la última gran crisis política e institucional que atravesó España, cuando gobernando el PP, en octubre de 2017, se consumó el intento fallido de secesión de Cataluña.

"Se erige en defensor de la Corona. La última vez que se erigieron en defensores de algo fue de la unidad de España frente al independentismo catalán y mire como acabamos", dijo Sánchez.

El presidente del Gobierno instó al líder de la oposición a hacer frente a las "amenazas reales" y no a "ficticias" y de ahí que le exigió que desbloquee la renovación de los órganos del Poder Judicial, una disputa que contribuyó al conflicto en torno a la Corona.

Precisamente un llamado del rey Felipe VI para excusarse por su ausencia en un acto del Poder Judicial en Barcelona derivó el viernes pasado en fuertes críticas de varios ministros a la monarquía, la más incisiva por del titular de Consumo, Alberto Garzón, del partido Unidas Podemos (UP), quien acusó al rey de "maniobrar contra el Gobierno".

El Gobierno había vetado la presencia del monarca para evitar que coincida con la posible publicación de la sentencia de inhabilitación contra el presidente catalán, Quim Torra, que finalmente llegó el lunes y, como era previsible, desencadenó protestas.

De ahí que el llamado del monarca al presidente del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, un juez conservador enfrentado con el Gobierno que sigue en su cargo gracias al bloqueo del PP, fue interpretado como un gesto de deslealtad institucional, y de toma de partido en el conflicto por la renovación de ese órgano.

Con esta polémica a flor de piel, el diputado Gabriel Rufián, vocero de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), desató una gran bronca parlamentaria cuando aseguró, con una foto del dictador Francisco Franco en la mano, que el actual monarca era "el diputado 53 de Vox", el partido de extrema derecha.

En medio del revuelo, Casado atacó a la Presidenta del Parlamento, Mertixell Batet, por no censurar las palabras de Rufián.

Batet, no obstante, defendió la libertad de expresión, pero exigió "contención, respeto y educación" a los diputados españoles enardecidos por el debate en torno al papel de la monarquía, vapuleada como nunca antes desde el último escándalo de corrupción del rey emérito, que lo llevó a abandonar España.

30 SEP 2020 - 11:29

"Usted prometió guardar y hacer guardar la Constitución con lealtad al rey, y una vez más mintió", le espetó a Sánchez el líder del conservador Partido Popular (PP), Pablo Casado, en el arranque de su intervención en la sesión semanal de control al Gobierno en el Parlamento.

"Lleva dos años siendo desleal, tolerando los ataques de su Gobierno al Jefe de Estado (...) Si le queda algo de dignidad institucional cese a su Gobierno radical y rompa con sus socios que ya amenazan con otro golpe", añadió el dirigente opositor, refiriéndose a los independentistas catalanes, que facilitaron su llegada al poder.

Casado continuó su ataque al Gobierno afirmando que "si quieren cambiar el régimen tienen que presentar una reforma constitucional" y no seguir "subvirtiendo la legalidad cobardemente".

En su respuesta, el presidente del Gobierno eludió defender a la monarquía y entrar en las provocaciones del líder opositor, pero le lanzó una advertencia aludiendo a la responsabilidad de su partido en la última gran crisis política e institucional que atravesó España, cuando gobernando el PP, en octubre de 2017, se consumó el intento fallido de secesión de Cataluña.

"Se erige en defensor de la Corona. La última vez que se erigieron en defensores de algo fue de la unidad de España frente al independentismo catalán y mire como acabamos", dijo Sánchez.

El presidente del Gobierno instó al líder de la oposición a hacer frente a las "amenazas reales" y no a "ficticias" y de ahí que le exigió que desbloquee la renovación de los órganos del Poder Judicial, una disputa que contribuyó al conflicto en torno a la Corona.

Precisamente un llamado del rey Felipe VI para excusarse por su ausencia en un acto del Poder Judicial en Barcelona derivó el viernes pasado en fuertes críticas de varios ministros a la monarquía, la más incisiva por del titular de Consumo, Alberto Garzón, del partido Unidas Podemos (UP), quien acusó al rey de "maniobrar contra el Gobierno".

El Gobierno había vetado la presencia del monarca para evitar que coincida con la posible publicación de la sentencia de inhabilitación contra el presidente catalán, Quim Torra, que finalmente llegó el lunes y, como era previsible, desencadenó protestas.

De ahí que el llamado del monarca al presidente del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, un juez conservador enfrentado con el Gobierno que sigue en su cargo gracias al bloqueo del PP, fue interpretado como un gesto de deslealtad institucional, y de toma de partido en el conflicto por la renovación de ese órgano.

Con esta polémica a flor de piel, el diputado Gabriel Rufián, vocero de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), desató una gran bronca parlamentaria cuando aseguró, con una foto del dictador Francisco Franco en la mano, que el actual monarca era "el diputado 53 de Vox", el partido de extrema derecha.

En medio del revuelo, Casado atacó a la Presidenta del Parlamento, Mertixell Batet, por no censurar las palabras de Rufián.

Batet, no obstante, defendió la libertad de expresión, pero exigió "contención, respeto y educación" a los diputados españoles enardecidos por el debate en torno al papel de la monarquía, vapuleada como nunca antes desde el último escándalo de corrupción del rey emérito, que lo llevó a abandonar España.


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