Editorial / Caviglia y Soñis, jueces y parte

Las inapropiadas declaraciones a la prensa de dos jueces de Comodoro que piden la salida de Arcioni, cuestionan a "los ñoquis del Valle" y piden por sus sueldos, puso otra vez en el centro de la escena en poco días a la peor cara de la Justicia de Chubut.

06 OCT 2020 - 18:31 | Actualizado

Las declaraciones que realizaron los jueces penalesMiguel Ángel Caviglia y Alejandro Soñis en una radio de Comodoro Rivadavia podrían haber causado mayor impacto si no hubiera quedado tapadas -en parte- por el caótico día que se vivió este martes en Rawson, con muchos gremios prendiendo gomas a las puertas de la Casa de Gobierno, policías tirando gases lacrimógeno y el gobernador Mariano Arcioni dando una inevitable conferencia de prensa en la que hizo anuncios que dejaron sorprendidos a propios y extraños.

Pero no deberían soslayarse las cosas que dijeron dos integrantes del Poder Judicial de Chubut, que a tono con el delicado presente (y pasado, por cierto) de la Justicia provincial en general, salieron a hacer declaraciones poco menos que peligrosas en términos institucionales.

No es que lo que dijeron Caviglia y Soñis esté alejado de la realidad o, al menos, que se pueda debatir, pero ambos magistrados se olvidaron del papel que les toca cumplir en el marco institucional y tomaron los micrófonos de varios medios para hacer una lectura de la realidad de Chubut como si fueran dirigentes de la oposición.

No está mal criticar al Papa y a la Iglesia Católica, pero ni un cura del pueblo más remoto se animaría a tomar un micrófono durante la misa y bajar línea contra Francisco y el Vaticano. Las cosas en su lugar.

Lo de estos dos jueces es más grave aún porque invaden un terreno que les está vedado. Caviglia, por ejemplo, dijo sentirse “decepcionado” por el gobernador y le pidió que “dé un paso al costado” porque no es “idóneo” para el cargo. Es más, dejó entrever que “en poco tiempo” se “solucionará” la cuestión, dando a entender que podría haber algún acontecimiento que ponga a Arcioni de patitas en la calle en Fontana 50. Decir eso y fomentar el golpismo es casi lo mismo.

Soñis no se quedó atrás: “A mí me preocupa más el nivel de corrupción el nivel de sueldos que están devengados y no percibidos en la Justicia”, mezclando peras con manzanas. Como si la corrupción de la política que la Justicia debería perseguir y juzgar tapara el vergonzoso y desproporcionado nivel de sueldos que se pagan en algunos sectores de la Justicia, muchos de los cuales trabajan mal, lento y poco.

Caviglia y Soñis eligieron escupir para arriba en vez de hacer una autocrítica. Reclamaron sus sueldos del cuarto rango como si fueran un atribulado laburante del primer rango, que apenas llega a cobrar un sueldo por encima de la línea de la pobreza.

Estos dos señores jueces se sentaron a hablar ante la prensa como si fueran punteros de algún partido político. Pasaron por encima del republicanismo que ellos y muchos otros predican hasta el hartazgo y pocos ejercitan. Se entrometieron en otro poder del Estado con una impunidad discursiva y una falta de cautela de principiantes.

Cuesta entender que dos señores mayores que no se cuecen al primer hervor hayan creído que era una buena idea salir a reclamar con tono de sindicalista, pegarle debajo de la línea de flotación a un gobernador que hace un año ganó las elecciones en las urnas, a la política y a los empleados públicos en general (los trataron de “ñoquis”, sobre todo a los que viven en la zona del Valle) sólo porque están molestos por el atraso en el pago de sus suculentos salarios.

El domingo pasado, este mismo diario editorializó sobre las injusticias de la Justicia, a cuento del lamentable episodio de la jueza Mirta del Valle Moreno en la causa contra un acusado de abuso sexual agravado que fue liberado en tiempo récord. Las inapropiadas declaraciones de dos jueces que deberían estar preocupados por defender la ley y velar por la materialización de la Justicia, no hacen más que confirmar que algo huele a podrido en Dinamarca, que hoy más que nunca se parece a Chubut.

La salida a la escena política de dos jueces comodorenses para marcar la cancha de la manera que lo hicieron no parece a esta altura una causalidad. Aunque no hubo reacciones oficiales, trascendió que sus declaraciones causaron malestar en el Superior Tribunal de Justicia, que no da abasto para atajar los goles en contra que le vienen intentando hacer varios magistrados en los últimos días.

Ningún juez puede arrogarse el derecho de ejercer una presión pública sólo porque le pagan sus sueldos con atraso. Que alguien ponga en su lugar a Caviglia y Soñis, antes de que cometan otro atropello como el que cometieron.

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06 OCT 2020 - 18:31

Las declaraciones que realizaron los jueces penalesMiguel Ángel Caviglia y Alejandro Soñis en una radio de Comodoro Rivadavia podrían haber causado mayor impacto si no hubiera quedado tapadas -en parte- por el caótico día que se vivió este martes en Rawson, con muchos gremios prendiendo gomas a las puertas de la Casa de Gobierno, policías tirando gases lacrimógeno y el gobernador Mariano Arcioni dando una inevitable conferencia de prensa en la que hizo anuncios que dejaron sorprendidos a propios y extraños.

Pero no deberían soslayarse las cosas que dijeron dos integrantes del Poder Judicial de Chubut, que a tono con el delicado presente (y pasado, por cierto) de la Justicia provincial en general, salieron a hacer declaraciones poco menos que peligrosas en términos institucionales.

No es que lo que dijeron Caviglia y Soñis esté alejado de la realidad o, al menos, que se pueda debatir, pero ambos magistrados se olvidaron del papel que les toca cumplir en el marco institucional y tomaron los micrófonos de varios medios para hacer una lectura de la realidad de Chubut como si fueran dirigentes de la oposición.

No está mal criticar al Papa y a la Iglesia Católica, pero ni un cura del pueblo más remoto se animaría a tomar un micrófono durante la misa y bajar línea contra Francisco y el Vaticano. Las cosas en su lugar.

Lo de estos dos jueces es más grave aún porque invaden un terreno que les está vedado. Caviglia, por ejemplo, dijo sentirse “decepcionado” por el gobernador y le pidió que “dé un paso al costado” porque no es “idóneo” para el cargo. Es más, dejó entrever que “en poco tiempo” se “solucionará” la cuestión, dando a entender que podría haber algún acontecimiento que ponga a Arcioni de patitas en la calle en Fontana 50. Decir eso y fomentar el golpismo es casi lo mismo.

Soñis no se quedó atrás: “A mí me preocupa más el nivel de corrupción el nivel de sueldos que están devengados y no percibidos en la Justicia”, mezclando peras con manzanas. Como si la corrupción de la política que la Justicia debería perseguir y juzgar tapara el vergonzoso y desproporcionado nivel de sueldos que se pagan en algunos sectores de la Justicia, muchos de los cuales trabajan mal, lento y poco.

Caviglia y Soñis eligieron escupir para arriba en vez de hacer una autocrítica. Reclamaron sus sueldos del cuarto rango como si fueran un atribulado laburante del primer rango, que apenas llega a cobrar un sueldo por encima de la línea de la pobreza.

Estos dos señores jueces se sentaron a hablar ante la prensa como si fueran punteros de algún partido político. Pasaron por encima del republicanismo que ellos y muchos otros predican hasta el hartazgo y pocos ejercitan. Se entrometieron en otro poder del Estado con una impunidad discursiva y una falta de cautela de principiantes.

Cuesta entender que dos señores mayores que no se cuecen al primer hervor hayan creído que era una buena idea salir a reclamar con tono de sindicalista, pegarle debajo de la línea de flotación a un gobernador que hace un año ganó las elecciones en las urnas, a la política y a los empleados públicos en general (los trataron de “ñoquis”, sobre todo a los que viven en la zona del Valle) sólo porque están molestos por el atraso en el pago de sus suculentos salarios.

El domingo pasado, este mismo diario editorializó sobre las injusticias de la Justicia, a cuento del lamentable episodio de la jueza Mirta del Valle Moreno en la causa contra un acusado de abuso sexual agravado que fue liberado en tiempo récord. Las inapropiadas declaraciones de dos jueces que deberían estar preocupados por defender la ley y velar por la materialización de la Justicia, no hacen más que confirmar que algo huele a podrido en Dinamarca, que hoy más que nunca se parece a Chubut.

La salida a la escena política de dos jueces comodorenses para marcar la cancha de la manera que lo hicieron no parece a esta altura una causalidad. Aunque no hubo reacciones oficiales, trascendió que sus declaraciones causaron malestar en el Superior Tribunal de Justicia, que no da abasto para atajar los goles en contra que le vienen intentando hacer varios magistrados en los últimos días.

Ningún juez puede arrogarse el derecho de ejercer una presión pública sólo porque le pagan sus sueldos con atraso. Que alguien ponga en su lugar a Caviglia y Soñis, antes de que cometan otro atropello como el que cometieron.


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