Rolo, el vecino que limpió la playa de Isla Escondida e inspiró a toda la comunidad

La gesta voluntaria de Rolo Rodríguez, el vecino de Trelew que limpió la playa de Isla Escondida, tuvo una enorme repercusión en el ámbito del Valle. Su hazaña se viralizó instantáneamente en redes sociales y dejó impregnada una huella de conciencia y conservación del medio ambiente digna de imitar.

06 NOV 2020 - 20:29 | Actualizado

Por Martín Tacón

Rolo Rodríguez es un vecino más de Trelew, como vos y como yo. Tiene 46 años y hace más de 30 que recorre las playas de nuestra provincia con su fanatismo por la pesca y su afecto por el mar. “Soy un simple ciudadano”, dice Rolo a Jornada. “Amo el mar, amo la playa y amo pescar”.

Su iniciativa de limpiar la playa surgió el pasado domingo cuando una persona publicó un video en Facebook mostrando la cantidad de basura que había dejado la gente aquel caluroso fin de semana. La escena era terrible: aquel paraje apacible junto al mar estaba contaminado por los desperdicios de un montón de irresponsables.

La espeluznante imagen sensibilizó a Rolo, un hombre al que la pesca le ha enseñado a recoger sus propios deshechos cada vez que visita una playa. Al día siguiente subió a su camioneta y manejó hasta Isla Escondida con la única misión de limpiar la costa. Ese lunes llenó 25 bolsas de consorcio. Lo hizo rápido, porque se encontró con demasiada basura, hasta ocupar por completo la caja de su camioneta, y se marchó con la determinación de volver.

Dos días después, volvió a Isla Escondida para continuar su trabajo. “Cuando volví el miércoles, me encontré con que había basura donde ya había limpiado”, dice Rolo. Esta actitud reprochable lo incentivó a filmar el famoso video que luego se haría viral por las redes sociales.

“Decidí hacer un video, un poco con humor, para que la gente tome conciencia”, dice. “No hay que caer en el facilismo de decir ‘como no es mío no lo hago’”.

¿Con qué tipo de basura se encontró? De todo: botellas de bebidas, latas de cerveza, bolsas con materia fecal, pañales, envoltorios plásticos, y también, increíblemente, con basura embolsada. “Dejar las bolsas con basura allá es un error, porque no hay un servicio de recolección de residuos. Los tachos están llenos y pasan meses hasta que alguien lo junta”.

Enorme fue su sorpresa al descubrir que algunas de las personas que reaccionaban a su video, en lugar de indignarse por la mala educación de la gente, quedaban atónitos ante el trabajo solidario y desinteresado de un vecino anónimo. “Me llama la atención que se sorprendan por mi actitud y no cuando ven semejante cantidad de basura. Hay algo que está al revés”.

El apoyo por el cuidado ambiental entre los habitantes del Valle fue general, y su video inspiró a otros. “Me llamó muchísima gente con ganas de ayudar para hacer una limpieza general el día de mañana. Sirvió el video para aportar un granito de arena para que las playas estén más limpias”.

Los voluntarios enarbolaron un plan futuro que se propone dar limpieza a las playas de Bahía Cracker, El Sombrerito y Bajo Los Huesos. “Me pone contento saber que hay mucha gente que hace las cosas bien. Lamentablemente la minoría que las hace mal ensucia mucho. Siempre hay que hacerlo, no hay que dejar que se ensucie tanto”.

Esta historia de héroes anónimos es tan solo un pequeño eslabón de una larga cadena de hechos que surgen a partir de la prohibición a vecinos de Trelew de visitar Playa Unión para refrescarse un fin de semana de calor, y acaba con la desesperada idea colectiva de acudir en tropel a una playa recóndita que pertenece más a la madre naturaleza que a la indigna presencia del “Hombre civilizado”.

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06 NOV 2020 - 20:29

Por Martín Tacón

Rolo Rodríguez es un vecino más de Trelew, como vos y como yo. Tiene 46 años y hace más de 30 que recorre las playas de nuestra provincia con su fanatismo por la pesca y su afecto por el mar. “Soy un simple ciudadano”, dice Rolo a Jornada. “Amo el mar, amo la playa y amo pescar”.

Su iniciativa de limpiar la playa surgió el pasado domingo cuando una persona publicó un video en Facebook mostrando la cantidad de basura que había dejado la gente aquel caluroso fin de semana. La escena era terrible: aquel paraje apacible junto al mar estaba contaminado por los desperdicios de un montón de irresponsables.

La espeluznante imagen sensibilizó a Rolo, un hombre al que la pesca le ha enseñado a recoger sus propios deshechos cada vez que visita una playa. Al día siguiente subió a su camioneta y manejó hasta Isla Escondida con la única misión de limpiar la costa. Ese lunes llenó 25 bolsas de consorcio. Lo hizo rápido, porque se encontró con demasiada basura, hasta ocupar por completo la caja de su camioneta, y se marchó con la determinación de volver.

Dos días después, volvió a Isla Escondida para continuar su trabajo. “Cuando volví el miércoles, me encontré con que había basura donde ya había limpiado”, dice Rolo. Esta actitud reprochable lo incentivó a filmar el famoso video que luego se haría viral por las redes sociales.

“Decidí hacer un video, un poco con humor, para que la gente tome conciencia”, dice. “No hay que caer en el facilismo de decir ‘como no es mío no lo hago’”.

¿Con qué tipo de basura se encontró? De todo: botellas de bebidas, latas de cerveza, bolsas con materia fecal, pañales, envoltorios plásticos, y también, increíblemente, con basura embolsada. “Dejar las bolsas con basura allá es un error, porque no hay un servicio de recolección de residuos. Los tachos están llenos y pasan meses hasta que alguien lo junta”.

Enorme fue su sorpresa al descubrir que algunas de las personas que reaccionaban a su video, en lugar de indignarse por la mala educación de la gente, quedaban atónitos ante el trabajo solidario y desinteresado de un vecino anónimo. “Me llama la atención que se sorprendan por mi actitud y no cuando ven semejante cantidad de basura. Hay algo que está al revés”.

El apoyo por el cuidado ambiental entre los habitantes del Valle fue general, y su video inspiró a otros. “Me llamó muchísima gente con ganas de ayudar para hacer una limpieza general el día de mañana. Sirvió el video para aportar un granito de arena para que las playas estén más limpias”.

Los voluntarios enarbolaron un plan futuro que se propone dar limpieza a las playas de Bahía Cracker, El Sombrerito y Bajo Los Huesos. “Me pone contento saber que hay mucha gente que hace las cosas bien. Lamentablemente la minoría que las hace mal ensucia mucho. Siempre hay que hacerlo, no hay que dejar que se ensucie tanto”.

Esta historia de héroes anónimos es tan solo un pequeño eslabón de una larga cadena de hechos que surgen a partir de la prohibición a vecinos de Trelew de visitar Playa Unión para refrescarse un fin de semana de calor, y acaba con la desesperada idea colectiva de acudir en tropel a una playa recóndita que pertenece más a la madre naturaleza que a la indigna presencia del “Hombre civilizado”.


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