Pese al apoyo del FMI Macri generó la mayor inflación en tres décadas y una caída de 5% del PBI

Con el préstamo más grande otorgado en la historia del Fondo Monetario Internacional FMI, el macrismo generó durante sus últimos dos años de mandato la inflación más elevada en tres décadas y una caída acumulada de casi cinco puntos del Producto Bruto Interno (PBI).

09 NOV 2020 - 15:10 | Actualizado

En abril de 2018, el gobierno de Mauricio Macri acordó con el FMI un crédito inicial de US$ 50.000 millones que en poco tiempo se revisó hacia el alza y se elevó a US$ 57.000 millones, de los cuales efectivamente se desembolsaron US$ 44.100 millones entre 2018 y 2019.

Así, en dos años, la Argentina recibió del FMI la mitad de lo que había recibido en toda la historia de relación con ese organismo, según se desprende de los datos oficiales.

Las proyecciones iniciales del FMI para la economía argentina eran altamente optimistas: preveían una rápida recuperación económica y una reducción significativa de la inflación.

Sin embargo, la inflación de 2018 fue de 47,6% y significó la más alta desde 1991, y en 2019 se volvió a marcar un récord, con el Indice de Precios al Consumidor (IPC) en 53,8%.

Por su parte, el PBI cerró 2018 con una caída de 2,5% y terminó 2019 nuevamente con una baja de 2,2%, lo que representó una merma de casi 5 puntos en dos años.

Además, a partir de 2018, la salida de dólares de la Argentina se intensificó, lo cual se vio reflejado en una tendencia a la baja de las reservas del Banco Central.

Si bien cada desembolso del FMI contribuyó transitoriamente a fortalecerlas, el efecto fue efímero y la caída de reservas continuó hasta ubicarse en los niveles previos al acuerdo.

El último tuvo lugar en julio de 2019, dejando las reservas en US$ 68.732 millones, para que luego de las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) y con la caída de depósitos, se cierre el año con US$ 44.781 millones, de acuerdo con los registros del Central.

El primer desembolso del crédito del Fondo se hizo efectivo en junio de 2018, por US$ 15.000 millones, que se destinaron a reforzar el presupuesto y las reservas.

En octubre se hace una primera revisión del acuerdo, acompañada de un segundo desembolso de US$ 5.700 millones, y se resolvió expandir el monto original del acuerdo hasta US$ 57.000 millones.

En el plan rediseñado los desembolsos planeados para 2019 prácticamente se duplicaron hasta alcanzar los US$ 22.800 millones, quedando para 2020-2021 apenas US$ 5.900 millones.

La revisión del plan original se hizo porque el peso se depreció más rápido de lo esperado, pasando el tipo de cambio de $ 20 por dólar en abril a $ 30 en julio y a $ 40 en octubre.

A cambio de la ampliación, la Argentina se comprometió a acelerar la consolidación fiscal, adelantando para 2019 la meta de déficit cero, originalmente prevista para 2020, y para ese año se puso como objetivo un superávit del 1% del PBI.

También se planteó la adopción por parte del BCRA de un sistema de bandas cambiarias con una política basada en la expansión nula de la base monetaria.

No obstante, el desempeño económico continuó siendo malo, ya que subió la inflación y aumentó la recesión.

La búsqueda del equilibrio fiscal en 2019 se hizo a través de la introducción de retenciones para todas las exportaciones, que habían sido recortadas algunas y eliminadas otras en 2016; del incremento en el impuesto a los Bienes Personales, y de la reducción de subsidios energéticos y gastos de capital, entre otras medidas.

En diciembre de 2018 se completó la segunda revisión del acuerdo con el Fondo, por lo que se efectivizó el tercer desembolso por US$ 7.600 millones, con lo cual en el año totalizaron US$ 28.100 millones los recursos otorgados.

Durante la segunda revisión, si bien el tipo de cambio estaba estabilizado en el límite inferior de la banda, cercano a los $ 40, la actividad económica se contrajo y cerró con una caída de 2,5%.

En febrero de 2019, en un contexto recesivo, con la inflación en 3,8% mensual y 51,3% anual, se contrajo aún más la política monetaria para cumplir con la meta de déficit cero.

En marzo, el FMI autorizó al BCRA a vender hasta US$ 9.600 millones de sus reservas para mantener controlado el tipo de cambio.

En abril, se terminó la tercera revisión del acuerdo, que permitió el desembolso de US$ 10.800 millones.

El 16 de abril, el BCRA comenzó a subastar hasta US$ 60 millones por día para contener el tipo de cambio, y se estableció un piso en la tasa de interés de las Leliq de 62,5% anual que se mantuvo durante mayo y junio.

En julio se completó la cuarta revisión, que permitió un desembolso de US$ 5.400 millones, totalizando hasta ahí los US$ 44.100 millones.

En agosto, cuando el entonces candidato presidencial del Frente de Todos, Alberto Fernández, se impuso en las PASO a Macri, con una ventaja de 16 puntos, el dólar se disparó a $ 60, y hubo una fuerte reducción de los depósitos en dólares.

El macrismo adoptó medidas de control de capitales, estableció la obligación de liquidar divisas provenientes de operaciones comerciales en corto plazo y puso un límite para la compra de dólares primero en US$ 10.000 y luego de las elecciones generales en US$ 200.

El desembolso de septiembre de 2019, previsto en US$ 5.400 millones nunca se realizó debido a la perspectiva de cambio de gobierno.

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09 NOV 2020 - 15:10

En abril de 2018, el gobierno de Mauricio Macri acordó con el FMI un crédito inicial de US$ 50.000 millones que en poco tiempo se revisó hacia el alza y se elevó a US$ 57.000 millones, de los cuales efectivamente se desembolsaron US$ 44.100 millones entre 2018 y 2019.

Así, en dos años, la Argentina recibió del FMI la mitad de lo que había recibido en toda la historia de relación con ese organismo, según se desprende de los datos oficiales.

Las proyecciones iniciales del FMI para la economía argentina eran altamente optimistas: preveían una rápida recuperación económica y una reducción significativa de la inflación.

Sin embargo, la inflación de 2018 fue de 47,6% y significó la más alta desde 1991, y en 2019 se volvió a marcar un récord, con el Indice de Precios al Consumidor (IPC) en 53,8%.

Por su parte, el PBI cerró 2018 con una caída de 2,5% y terminó 2019 nuevamente con una baja de 2,2%, lo que representó una merma de casi 5 puntos en dos años.

Además, a partir de 2018, la salida de dólares de la Argentina se intensificó, lo cual se vio reflejado en una tendencia a la baja de las reservas del Banco Central.

Si bien cada desembolso del FMI contribuyó transitoriamente a fortalecerlas, el efecto fue efímero y la caída de reservas continuó hasta ubicarse en los niveles previos al acuerdo.

El último tuvo lugar en julio de 2019, dejando las reservas en US$ 68.732 millones, para que luego de las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) y con la caída de depósitos, se cierre el año con US$ 44.781 millones, de acuerdo con los registros del Central.

El primer desembolso del crédito del Fondo se hizo efectivo en junio de 2018, por US$ 15.000 millones, que se destinaron a reforzar el presupuesto y las reservas.

En octubre se hace una primera revisión del acuerdo, acompañada de un segundo desembolso de US$ 5.700 millones, y se resolvió expandir el monto original del acuerdo hasta US$ 57.000 millones.

En el plan rediseñado los desembolsos planeados para 2019 prácticamente se duplicaron hasta alcanzar los US$ 22.800 millones, quedando para 2020-2021 apenas US$ 5.900 millones.

La revisión del plan original se hizo porque el peso se depreció más rápido de lo esperado, pasando el tipo de cambio de $ 20 por dólar en abril a $ 30 en julio y a $ 40 en octubre.

A cambio de la ampliación, la Argentina se comprometió a acelerar la consolidación fiscal, adelantando para 2019 la meta de déficit cero, originalmente prevista para 2020, y para ese año se puso como objetivo un superávit del 1% del PBI.

También se planteó la adopción por parte del BCRA de un sistema de bandas cambiarias con una política basada en la expansión nula de la base monetaria.

No obstante, el desempeño económico continuó siendo malo, ya que subió la inflación y aumentó la recesión.

La búsqueda del equilibrio fiscal en 2019 se hizo a través de la introducción de retenciones para todas las exportaciones, que habían sido recortadas algunas y eliminadas otras en 2016; del incremento en el impuesto a los Bienes Personales, y de la reducción de subsidios energéticos y gastos de capital, entre otras medidas.

En diciembre de 2018 se completó la segunda revisión del acuerdo con el Fondo, por lo que se efectivizó el tercer desembolso por US$ 7.600 millones, con lo cual en el año totalizaron US$ 28.100 millones los recursos otorgados.

Durante la segunda revisión, si bien el tipo de cambio estaba estabilizado en el límite inferior de la banda, cercano a los $ 40, la actividad económica se contrajo y cerró con una caída de 2,5%.

En febrero de 2019, en un contexto recesivo, con la inflación en 3,8% mensual y 51,3% anual, se contrajo aún más la política monetaria para cumplir con la meta de déficit cero.

En marzo, el FMI autorizó al BCRA a vender hasta US$ 9.600 millones de sus reservas para mantener controlado el tipo de cambio.

En abril, se terminó la tercera revisión del acuerdo, que permitió el desembolso de US$ 10.800 millones.

El 16 de abril, el BCRA comenzó a subastar hasta US$ 60 millones por día para contener el tipo de cambio, y se estableció un piso en la tasa de interés de las Leliq de 62,5% anual que se mantuvo durante mayo y junio.

En julio se completó la cuarta revisión, que permitió un desembolso de US$ 5.400 millones, totalizando hasta ahí los US$ 44.100 millones.

En agosto, cuando el entonces candidato presidencial del Frente de Todos, Alberto Fernández, se impuso en las PASO a Macri, con una ventaja de 16 puntos, el dólar se disparó a $ 60, y hubo una fuerte reducción de los depósitos en dólares.

El macrismo adoptó medidas de control de capitales, estableció la obligación de liquidar divisas provenientes de operaciones comerciales en corto plazo y puso un límite para la compra de dólares primero en US$ 10.000 y luego de las elecciones generales en US$ 200.

El desembolso de septiembre de 2019, previsto en US$ 5.400 millones nunca se realizó debido a la perspectiva de cambio de gobierno.


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