Asesinato de Rosa Acuña: “Mató a la madrina de sus hijos y no es la primera muerte que tiene”

Una de las implicadas por encubrimiento en el asesinato de septiembre de 2018, Lorena Oyarzo, complicó seriamente a Laura Vargas, la principal acusada del crimen. En su testimonio relató, con detalle, los momentos posteriores a la muerte de Acuña. “Lo hice por miedo. No lo hice a propósito”.

13 NOV 2020 - 21:25 | Actualizado

Mató a la madrina de sus hijos y no es la primer muerte que tiene”. Las palabras de Lorena Oyarzo, una de las acusadas de encubrimiento por la muerte de Rosa Acuña, hacían referencia a Laura Vargas, la principal imputada del crimen; ya en el final de una intensa jornada durante el juicio oral que se realiza en la sala de la Cámara Penal de Trelew que busca desentrañar lo que sucedió hace casi dos años en una vivienda del barrio Primera Junta de esa ciudad.

Los dichos de Oyarzo ampliaban la declaración que efectuó el 29 de octubre de 2018 y que fueron reproducidas en esta audiencia, junto a las de Karen Campusano, Luis Samusik y la propia Vargas.

Rociado con nafta o alcohol

Previamente, en la primera parte de este día se pudieron escuchar los audios rescatados del teléfono de la acusada por homicidio, donde confirma que prendió fuego un cuerpo y expresa sus temores respecto a las consecuencias. Entre el mismo 2 y el 4 de septiembre de 2018 intercambió audios con un hombre allegado al cual le decía: “Si se quemó bien no sé, había colchón, ropa y nylon, no sé si se quemó entera” , y le respondían: “La tendrías que haber rociado con nafta o alcohol, aunque si agarra completo el colchón quema todo”.

En otros de los audios se justificaba diciendo: “La tenía que quemar para borrar las huellas, está bien, lo que hice está mal pero ella habló mal de mis hijos…la reventé a piñas y a palos, todo, no sabés como la dejé…”.

“Se recocinó”

También manifestaba que “yo digo que se recocinó así que no sé, si se prende fuego queda como cenizas nada más, no queda nada, no va a pasar nada, que descanse en paz, ella mismo buscó la muerte, si hasta el otro día quiso tirarse del auto…” . Mientras, el hombre la tranquilizaba: “Tratá de estar tranquila, ya te la mandaste así que tranqui, lo importante es que no estás sola pero la próxima pensá las cosas, sos una leona, yo te entiendo pero pensala bien”, son partes de los numerosos diálogos reproducidos.

“El violín”

Después del cuarto intermedio habitual las partes solicitaron escuchar las declaraciones realizadas por todos los involucrados, y así pudo verse a Laura Vargas en una audiencia de septiembre de 2018 donde aseguraba que aquella noche todos se fueron a las 6.30 y ella quedó sola en su casa y no eran suyos los celulares secuestrados, así como las manchas de sangre que tenían que ver con el “violín”, refiriendo a quien habría violado a sus hijos.

Mas adelante dijo que la fue a ver una tal Lorena, que había conocido durante la fiesta, y la amenazó con que no dijera nada porque si no la prendía fuego.

Empastillada

Indicó que Rosa se había ido junto al resto, entre ellos Lorena, y estaba tomada y empastillada, además de desmentir que haya atracado un auto al día siguiente en el portón de su vivienda. “Rosita se iba con cualquiera” aseveró en aquellas declaraciones y según ella, estaba atemorizada ya que el marido de esa tal Lorena estaba preso y tenía gente pesada afuera.

“En ningún momento discutimos con Rosa y jamás le levanté la mano. Eramos amigas, no comadres, y hacía un mes y medio que vivía conmigo porque se había peleado con la madre” manifestó en otro tramo.

Sacar la basura

A su turno, Luis Samusik (otro de los acusados por encubrimiento), en el mismo septiembre contaba que recibió llamados de su novia Karen y él estaba durmiendo. Cuando se comunicó le pidió que la ayudara con el auto para sacar basura de una casa. Ese domingo cerca del mediodía pasó por la casa de Lorena en barrio Constitución (Mil Viviendas) y allí lo esperaban las tres y fue Vargas, a quien llamaba “la señora”, quien lo condujo hasta una casa en barrio Primera Junta, haciendo poner el coche marcha atrás en el portón. “Yo y Karen nos quedamos en el auto mientras Lorena y la señora bajaron y fueron a cargar el baúl” señaló, aunque luego admitió que durante la espera bajó a fumar un cigarrillo.

Después relató como la misma Vargas lo guió hasta el descampado y entre unas lomas paró para que descendieran las mismas mujeres a descargar. Le dijeron: “Salí para adelante que vamos a prender fuego”. Después volvió a dejar a las tres en el barrio Constitución.

A los pocos días estaba en el comedor de la fábrica y vi por televisión lo que había pasado y la casa del allanamiento que era la misma de la señora donde habían ido. Ante el temor llamó a un primo que es oficial de Policía y le contó, pero lo derivó a la Brigada de Investigaciones.

“No sabía qué hacer, estaba asustado, sentí que me habían hecho una trampa, no sé porqué me lo hicieron, quedé helado ya que no me pueden hacer esto, no sé si Karen sabía”, declaró Samusik.

Agregó que sólo había visto “una bolsa con yuyos arriba” y cuando se iban del descampado pudo ver que se prendía fuego. “Nunca dije que había visto unos pies”, finalizó, tal lo consignó un parte oficial de la Fiscalía de Trelew.

Karen declaró que en aquel momento se encontraron en el domicilio de Vargas y ratificó que tomaron mucho, además del episodio cuando va la Policía y bajan la música, y dio detalles de la pelea de Rosa y Laura, debido a que esta última le reclamaba haberse acostado con el “Violín”; es decir, el padre de sus hijos, y la culpaba por ello.

“Se empezaron a pegar adentro, siguieron afuera y era imposible separarlas y luego se empezaron a ir todos”, haciendo lo propio ella y Lorena cerca de las 5. Después ratificó la forma en que fueron en el auto de Samusik a cargar y luego a tirar la posible basura. Pero después cuando junto a Lorena se dirigían en colectivo al Instituto Penitenciario Provincial a ver su marido, dijo que la notó rara y le preguntó qué le pasaba. Llorando Lorena le confesó que no era basura sino el cuerpo de Rosa Acuña. “No le pregunté más nada por miedo”.

Según indicó Vargas volvió a verlas en casa de Lorena el martes 4 de septiembre y les pidió que si preguntaban por Rosa dijera que se había ido de su casa con ropa.

“Se me fue la mano”

Después llegó el momento de escuchar la declaración de Lorena Oyarzo quien coincidió en cuanto a los momentos en que se fueron encontrando y quienes asistieron aquella noche, así como los detalles de lo que fue una tremenda pelea entre Rosa y Laura, retirándose del lugar a las 5 y caminando.

Cerca de las 11 llegó Laura a su casa con la excusa de vender cosméticos y ahí pidió ayuda para sacar basura en un auto, porque debía poner la casa en condiciones para que vinieran sus hijos.

Cuando llegaron a la casa llevadas por Samusik, Lorena bajó a ayudarla e inclusive la hizo entrar por la ventana para abrir desde adentro. Una vez allí observó el envoltorio dándose cuenta de que era algo mas que basura, por lo que ante tanta insistencia Vargas le dice: “No digas nada, necesito que me ayudes, se me fue la mano y maté a Rosita, necesito sacarla porque está largando olor…no es la primera vez que hago esto”.

Lorena se desesperó y se negó terminantemente a ayudarla, pero la amenazó con contarle a su marido a través de allegados que estaban detenidos juntos. “Me puse renerviosa y al final ayudé a cargar”.

A Vargas siempre se la vio tranquila. Al llegar al baldío le pidió que la ayudara a tirar la mugre, para después agarrar un papel y prender fuego todo lo que había acumulado envolviendo el cuerpo de Rosa. Luego señaló que había mentido con la Policía porque tenía mucho miedo.

Tras la proyección de las declaraciones, la única que quiso ampliar sus dichos fue Oyarzo, que llorando confirmó lo que había declarado: “No lo hice a propósito, fui amenazada constantemente por Vargas y varias veces lo hizo donde estábamos detenidas y donde me pegaron y me trataban de vigilanta, amenazó de muerte a mí y mis hijos”.

“Me dijo que no era la primera vez que mataba a una persona, Yo trabajo y me las rebusco, la lucho siempre, pero esta mujer mató a la madrina de sus hijos y no es la primer muerte que tiene, se mata de risa. Estoy pasando por un mal momento y tengo mucho miedo porque es capaz de llamar y hacer que caguen a tiros mi casa”. Y ya dirigiéndose a la madre de Rosa en medio del llanto exclamó: “Perdón, no lo hice a propósito”.

Halló un pie fundido

El hombre que encontró el cuerpo de Rosa y dio aviso a la Policía dejó su testimonio señalando que había ido al descampado buscando “un fierro” para utilizar en tareas mecánicas, cuando vio un bulto quemado. En un primer momento pensó que era un maniquí pero se acercó y pudo observar un pie fundido y la descomposición de órganos quemados. Quedó conmovido.

“Quedé muy mal pero avisé porque era un ser humano y no quería que se lo coman los animales”, dijo muy nervioso en la audiencia que declaró, ratificando que no quiere saber más nada con el tema porque lo afecta en demasía.

“No me pegues más”

El testimonio de un vecino sobresalió en la cuarta jornada del juicio oral donde se investiga el homicidio de Rosa Acuña. El hombre contó lo que vivió la noche que se realizaba una fiesta en la casa de Laura Vargas.

Los jueces Gustavo Castro, María Tolomei y Mirta Moreno escucharon cuando el testigo indicó que había mucho ruido por lo que decidió llamar a la Policía, que llegó de inmediato. Pudo ver como Rosa y Laura salieron a responder a los efectivos que estaban en el patrullero, pero después siguieron como dos horas más y luego ya no escuchó más.

Indicó que tuvo temor junto a su familia porque los habían amenazado con prenderle fuego la casa o agredirlos. Pero lo principal fue cuando manifestó que sus hijas, que hoy viven con mucho miedo, pudieron grabar gritos en esa noche después de la fiesta: “Basta, Laura, basta, no me pegues más”, se escucha en los audios que constan como elemento de prueba. Señaló que al otro día en horas de la mañana pudo ver como estacionaba un auto marcha atrás, y se veía a Laura junto a un muchacho y dos mujeres más.

El próximo martes: habla Laura Vargas

El tribunal integrado por Gustavo Castro, María Tolomei y Mirta Moreno que presenció parte del juicio a través de videoconferencia, comunicó que el martes 17 a las 8 se escuchará a Laura Vargas, la principal imputada por el homicidio de Rosa Acuña en septiembre de 2018. Luego, las partes tendrán a su cargo los respectivos alegatos.

El Ministerio Público Fiscal está representado por la fiscal general Griselda Encina y la querella particular está asumida por Federico Ruffa. Laura Vargas es defendida por Sergio Rey, mientras Lorena Oyarzo, Karen Campusano y Luis Samusik son asesorados legalmente por la defensora pública, Romina Rowlands.

Es importante destacar que Encinas elevó como prueba testimonial escuchas entre Laura Vargas y un individuo en relación a la muerte de Acuña.#

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13 NOV 2020 - 21:25

Mató a la madrina de sus hijos y no es la primer muerte que tiene”. Las palabras de Lorena Oyarzo, una de las acusadas de encubrimiento por la muerte de Rosa Acuña, hacían referencia a Laura Vargas, la principal imputada del crimen; ya en el final de una intensa jornada durante el juicio oral que se realiza en la sala de la Cámara Penal de Trelew que busca desentrañar lo que sucedió hace casi dos años en una vivienda del barrio Primera Junta de esa ciudad.

Los dichos de Oyarzo ampliaban la declaración que efectuó el 29 de octubre de 2018 y que fueron reproducidas en esta audiencia, junto a las de Karen Campusano, Luis Samusik y la propia Vargas.

Rociado con nafta o alcohol

Previamente, en la primera parte de este día se pudieron escuchar los audios rescatados del teléfono de la acusada por homicidio, donde confirma que prendió fuego un cuerpo y expresa sus temores respecto a las consecuencias. Entre el mismo 2 y el 4 de septiembre de 2018 intercambió audios con un hombre allegado al cual le decía: “Si se quemó bien no sé, había colchón, ropa y nylon, no sé si se quemó entera” , y le respondían: “La tendrías que haber rociado con nafta o alcohol, aunque si agarra completo el colchón quema todo”.

En otros de los audios se justificaba diciendo: “La tenía que quemar para borrar las huellas, está bien, lo que hice está mal pero ella habló mal de mis hijos…la reventé a piñas y a palos, todo, no sabés como la dejé…”.

“Se recocinó”

También manifestaba que “yo digo que se recocinó así que no sé, si se prende fuego queda como cenizas nada más, no queda nada, no va a pasar nada, que descanse en paz, ella mismo buscó la muerte, si hasta el otro día quiso tirarse del auto…” . Mientras, el hombre la tranquilizaba: “Tratá de estar tranquila, ya te la mandaste así que tranqui, lo importante es que no estás sola pero la próxima pensá las cosas, sos una leona, yo te entiendo pero pensala bien”, son partes de los numerosos diálogos reproducidos.

“El violín”

Después del cuarto intermedio habitual las partes solicitaron escuchar las declaraciones realizadas por todos los involucrados, y así pudo verse a Laura Vargas en una audiencia de septiembre de 2018 donde aseguraba que aquella noche todos se fueron a las 6.30 y ella quedó sola en su casa y no eran suyos los celulares secuestrados, así como las manchas de sangre que tenían que ver con el “violín”, refiriendo a quien habría violado a sus hijos.

Mas adelante dijo que la fue a ver una tal Lorena, que había conocido durante la fiesta, y la amenazó con que no dijera nada porque si no la prendía fuego.

Empastillada

Indicó que Rosa se había ido junto al resto, entre ellos Lorena, y estaba tomada y empastillada, además de desmentir que haya atracado un auto al día siguiente en el portón de su vivienda. “Rosita se iba con cualquiera” aseveró en aquellas declaraciones y según ella, estaba atemorizada ya que el marido de esa tal Lorena estaba preso y tenía gente pesada afuera.

“En ningún momento discutimos con Rosa y jamás le levanté la mano. Eramos amigas, no comadres, y hacía un mes y medio que vivía conmigo porque se había peleado con la madre” manifestó en otro tramo.

Sacar la basura

A su turno, Luis Samusik (otro de los acusados por encubrimiento), en el mismo septiembre contaba que recibió llamados de su novia Karen y él estaba durmiendo. Cuando se comunicó le pidió que la ayudara con el auto para sacar basura de una casa. Ese domingo cerca del mediodía pasó por la casa de Lorena en barrio Constitución (Mil Viviendas) y allí lo esperaban las tres y fue Vargas, a quien llamaba “la señora”, quien lo condujo hasta una casa en barrio Primera Junta, haciendo poner el coche marcha atrás en el portón. “Yo y Karen nos quedamos en el auto mientras Lorena y la señora bajaron y fueron a cargar el baúl” señaló, aunque luego admitió que durante la espera bajó a fumar un cigarrillo.

Después relató como la misma Vargas lo guió hasta el descampado y entre unas lomas paró para que descendieran las mismas mujeres a descargar. Le dijeron: “Salí para adelante que vamos a prender fuego”. Después volvió a dejar a las tres en el barrio Constitución.

A los pocos días estaba en el comedor de la fábrica y vi por televisión lo que había pasado y la casa del allanamiento que era la misma de la señora donde habían ido. Ante el temor llamó a un primo que es oficial de Policía y le contó, pero lo derivó a la Brigada de Investigaciones.

“No sabía qué hacer, estaba asustado, sentí que me habían hecho una trampa, no sé porqué me lo hicieron, quedé helado ya que no me pueden hacer esto, no sé si Karen sabía”, declaró Samusik.

Agregó que sólo había visto “una bolsa con yuyos arriba” y cuando se iban del descampado pudo ver que se prendía fuego. “Nunca dije que había visto unos pies”, finalizó, tal lo consignó un parte oficial de la Fiscalía de Trelew.

Karen declaró que en aquel momento se encontraron en el domicilio de Vargas y ratificó que tomaron mucho, además del episodio cuando va la Policía y bajan la música, y dio detalles de la pelea de Rosa y Laura, debido a que esta última le reclamaba haberse acostado con el “Violín”; es decir, el padre de sus hijos, y la culpaba por ello.

“Se empezaron a pegar adentro, siguieron afuera y era imposible separarlas y luego se empezaron a ir todos”, haciendo lo propio ella y Lorena cerca de las 5. Después ratificó la forma en que fueron en el auto de Samusik a cargar y luego a tirar la posible basura. Pero después cuando junto a Lorena se dirigían en colectivo al Instituto Penitenciario Provincial a ver su marido, dijo que la notó rara y le preguntó qué le pasaba. Llorando Lorena le confesó que no era basura sino el cuerpo de Rosa Acuña. “No le pregunté más nada por miedo”.

Según indicó Vargas volvió a verlas en casa de Lorena el martes 4 de septiembre y les pidió que si preguntaban por Rosa dijera que se había ido de su casa con ropa.

“Se me fue la mano”

Después llegó el momento de escuchar la declaración de Lorena Oyarzo quien coincidió en cuanto a los momentos en que se fueron encontrando y quienes asistieron aquella noche, así como los detalles de lo que fue una tremenda pelea entre Rosa y Laura, retirándose del lugar a las 5 y caminando.

Cerca de las 11 llegó Laura a su casa con la excusa de vender cosméticos y ahí pidió ayuda para sacar basura en un auto, porque debía poner la casa en condiciones para que vinieran sus hijos.

Cuando llegaron a la casa llevadas por Samusik, Lorena bajó a ayudarla e inclusive la hizo entrar por la ventana para abrir desde adentro. Una vez allí observó el envoltorio dándose cuenta de que era algo mas que basura, por lo que ante tanta insistencia Vargas le dice: “No digas nada, necesito que me ayudes, se me fue la mano y maté a Rosita, necesito sacarla porque está largando olor…no es la primera vez que hago esto”.

Lorena se desesperó y se negó terminantemente a ayudarla, pero la amenazó con contarle a su marido a través de allegados que estaban detenidos juntos. “Me puse renerviosa y al final ayudé a cargar”.

A Vargas siempre se la vio tranquila. Al llegar al baldío le pidió que la ayudara a tirar la mugre, para después agarrar un papel y prender fuego todo lo que había acumulado envolviendo el cuerpo de Rosa. Luego señaló que había mentido con la Policía porque tenía mucho miedo.

Tras la proyección de las declaraciones, la única que quiso ampliar sus dichos fue Oyarzo, que llorando confirmó lo que había declarado: “No lo hice a propósito, fui amenazada constantemente por Vargas y varias veces lo hizo donde estábamos detenidas y donde me pegaron y me trataban de vigilanta, amenazó de muerte a mí y mis hijos”.

“Me dijo que no era la primera vez que mataba a una persona, Yo trabajo y me las rebusco, la lucho siempre, pero esta mujer mató a la madrina de sus hijos y no es la primer muerte que tiene, se mata de risa. Estoy pasando por un mal momento y tengo mucho miedo porque es capaz de llamar y hacer que caguen a tiros mi casa”. Y ya dirigiéndose a la madre de Rosa en medio del llanto exclamó: “Perdón, no lo hice a propósito”.

Halló un pie fundido

El hombre que encontró el cuerpo de Rosa y dio aviso a la Policía dejó su testimonio señalando que había ido al descampado buscando “un fierro” para utilizar en tareas mecánicas, cuando vio un bulto quemado. En un primer momento pensó que era un maniquí pero se acercó y pudo observar un pie fundido y la descomposición de órganos quemados. Quedó conmovido.

“Quedé muy mal pero avisé porque era un ser humano y no quería que se lo coman los animales”, dijo muy nervioso en la audiencia que declaró, ratificando que no quiere saber más nada con el tema porque lo afecta en demasía.

“No me pegues más”

El testimonio de un vecino sobresalió en la cuarta jornada del juicio oral donde se investiga el homicidio de Rosa Acuña. El hombre contó lo que vivió la noche que se realizaba una fiesta en la casa de Laura Vargas.

Los jueces Gustavo Castro, María Tolomei y Mirta Moreno escucharon cuando el testigo indicó que había mucho ruido por lo que decidió llamar a la Policía, que llegó de inmediato. Pudo ver como Rosa y Laura salieron a responder a los efectivos que estaban en el patrullero, pero después siguieron como dos horas más y luego ya no escuchó más.

Indicó que tuvo temor junto a su familia porque los habían amenazado con prenderle fuego la casa o agredirlos. Pero lo principal fue cuando manifestó que sus hijas, que hoy viven con mucho miedo, pudieron grabar gritos en esa noche después de la fiesta: “Basta, Laura, basta, no me pegues más”, se escucha en los audios que constan como elemento de prueba. Señaló que al otro día en horas de la mañana pudo ver como estacionaba un auto marcha atrás, y se veía a Laura junto a un muchacho y dos mujeres más.

El próximo martes: habla Laura Vargas

El tribunal integrado por Gustavo Castro, María Tolomei y Mirta Moreno que presenció parte del juicio a través de videoconferencia, comunicó que el martes 17 a las 8 se escuchará a Laura Vargas, la principal imputada por el homicidio de Rosa Acuña en septiembre de 2018. Luego, las partes tendrán a su cargo los respectivos alegatos.

El Ministerio Público Fiscal está representado por la fiscal general Griselda Encina y la querella particular está asumida por Federico Ruffa. Laura Vargas es defendida por Sergio Rey, mientras Lorena Oyarzo, Karen Campusano y Luis Samusik son asesorados legalmente por la defensora pública, Romina Rowlands.

Es importante destacar que Encinas elevó como prueba testimonial escuchas entre Laura Vargas y un individuo en relación a la muerte de Acuña.#


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