Familias de IMA Trelew piden que sus hijos tengan acto de colación con protocolos

Solicitaron públicamente la posibilidad que sus hijos tengan un acto de colación presencial con protocolos. JornadaPlay dialogó con un grupo de madres y sus hijos sobre la necesidad de concretar la ceremonia.

19 NOV 2020 - 13:22 | Actualizado

Atravesamos la cuenta regresiva del 2020 y nos acercamos al cierre del ciclo lectivo. Un cierre particular para los alumnos que dejan la primaria y avanzan al nivel secundario, y un momento especialmente emocional para los egresados que no volverán a la escuela. Los estudiantes se quedan de brazos abiertos con la ilusión de tener su fiesta de colación y su merecido viaje de egresados.

Un grupo de padres del Instituto María Auxiliadora de Trelew hizo una convocatoria a través de redes sociales y creó una solicitud con un único fin: que sus hijos puedan darle cierre al año escolar. Vía Zoom, Jornada Play dialogó con Paula Alemán y su hijo Gonzalo, Patricia Mackensen y su hija Victoria, y Mara Rodríguez, abanderados de una causa noble que busca dar solución a uno de los tantos conflictos que generó la pandemia en los chicos.

“Lo que estamos pidiendo es que los chicos puedan tener su cierre en lo emocional y recibir el título en mano”, dice Paula Alemán. “Apuntamos a que ellos puedan tener el cierre del colegio que no tuvieron durante todo el año”.

Son 69 los alumnos de sexto años del IMA de Trelew que esperan ansiosos su acto de colación. Hay un hilo de esperanza entre los estudiantes. Como antecedente, en Neuquén existe una aprobación que permite a colegios privados –donde está incluido el IMA de esa provincia–desarrollar la entrega de diplomas bajo protocolo. También se conoce un caso similar en Bahía Blanca.

“La idea es cuidar y no exponer a nadie”, explica Paula. “Todo va a ser bien supervisado solo si está aprobado. Tendrán que enviarnos ciertas pautas para confeccionar el protocolo, como la cantidad de alumnos permitidos, el tiempo de duración. Sabemos que el acto no va a ser como todos los años; los actos de fin de curso duran dos horas o dos horas y media. La idea es hacer la parte formal con las palabras de los docentes, algún padre y alumnos. Tal vez esa parte sea a través de la virtualidad”.

El año se esfumó en medio de una crisis sanitaria mundial y los jóvenes, sin clases presenciales a lo largo del año, han perdido el contacto humano tan necesario para la vida en sociedad. “Fue un año muy pobre desde los vínculos y las relaciones”, dice Paula. “Eso se siente, se los ve tristes, están desmotivados. Lejos de generarle energía para la etapa que van a empezar, están sin ganas. Queremos darle un mimo”.

La voz de los chicos

A flor de piel, Victoria, una de las alumnas del IMA de Trelew, describió el hervidero de emociones que siente a raíz de esta situación. “Estamos mal”, dice con sinceridad. “Es lo peor que pudo haber pasado. Parece exagerado, pero no lo es porque lo estamos viviendo y no se lo deseamos a nadie. Es difícil la situación de no tener nada, no tener viaje, no tener fiesta, no tener una sesión de fotos típica. Empezamos el año y enseguida fue la cuarentena. Eso fue muy estresante, nos afectó psicológicamente. Es triste no poder cerrar una etapa y empezar otra que es la universidad. Creo que nos merecemos un cierre”.

Lo más doloroso es haber perdido los vínculos personales, así lo expresa el alumno Gonzalo en su testimonio. “Yo considero que fue un año perdido. No tuvimos clases presenciales, no tuvimos ninguno de los pasos que se siguen en el año como la estudiantina y la primavera. Esas emociones se vieron opacadas porque no estábamos con los que queríamos. Estar virtualmente no es lo mismo. No está la fraternidad con el compañero, no están los momentos de charla. Es todo formal y desganado. Eso no ayuda para lo que viene. Estar 12 años en la escuela esperando este momento y que pase esto, es una especie de desgracia. El último año es el que más se espera. El año pasado vimos el egreso de los compañeros más grandes, la pasaron bien. Es un puñal”.

Los padres confiesan que brindar acompañamiento psicológico a los hijos durante el trance del conflicto pandémico es una tarea ardua. Los tiempos de cuarentena y aislamiento social se han vuelto demasiado extensos y no se encuentra el apoyo necesario.

Quieren ser escuchados

El reclamo público que promueven los padres es apenas el principio. Es necesario que el Ministerio de Educación eleve una solicitud formal al Ministerio de Salud antes de vislumbrar un avance real. El ministro Fabián Puratich había declarado días atrás que aún no ha recibido pedidos en su despacho.

Otras escuelas se encuentran en similares condiciones. “Las cuatro escuelas salesianas de la zona están nucleadas y se manejan de la misma manera”, dice Paula. “Desconocemos los tiempos que requiere la autorización para este evento. En una reunión de padres nos comunicaron que no íbamos a poder compartir la entrega de diplomas de forma presencial con los chicos. Nosotros nos autoconvocamos y estamos tratando de ver si hay alguna posibilidad”.

Los padres se predisponen a respetar los protocolos pertinentes. Proponen un acto de colación reducido al aire libre, plantean divisiones del grupo escolar en días alternados y la posibilidad de ver a sus hijos recibir el diploma a la distancia o desde el interior de su auto.

“Es algo emocional que los chicos necesitan y nosotros también”, expresa Mara Rodríguez. “Vemos todos los días cómo van perdiendo cosas. Han perdido sus ganas, sus esperanzas, su diversión. Mi hijo me dijo: ¿qué más voy a perder?”.

19 NOV 2020 - 13:22

Atravesamos la cuenta regresiva del 2020 y nos acercamos al cierre del ciclo lectivo. Un cierre particular para los alumnos que dejan la primaria y avanzan al nivel secundario, y un momento especialmente emocional para los egresados que no volverán a la escuela. Los estudiantes se quedan de brazos abiertos con la ilusión de tener su fiesta de colación y su merecido viaje de egresados.

Un grupo de padres del Instituto María Auxiliadora de Trelew hizo una convocatoria a través de redes sociales y creó una solicitud con un único fin: que sus hijos puedan darle cierre al año escolar. Vía Zoom, Jornada Play dialogó con Paula Alemán y su hijo Gonzalo, Patricia Mackensen y su hija Victoria, y Mara Rodríguez, abanderados de una causa noble que busca dar solución a uno de los tantos conflictos que generó la pandemia en los chicos.

“Lo que estamos pidiendo es que los chicos puedan tener su cierre en lo emocional y recibir el título en mano”, dice Paula Alemán. “Apuntamos a que ellos puedan tener el cierre del colegio que no tuvieron durante todo el año”.

Son 69 los alumnos de sexto años del IMA de Trelew que esperan ansiosos su acto de colación. Hay un hilo de esperanza entre los estudiantes. Como antecedente, en Neuquén existe una aprobación que permite a colegios privados –donde está incluido el IMA de esa provincia–desarrollar la entrega de diplomas bajo protocolo. También se conoce un caso similar en Bahía Blanca.

“La idea es cuidar y no exponer a nadie”, explica Paula. “Todo va a ser bien supervisado solo si está aprobado. Tendrán que enviarnos ciertas pautas para confeccionar el protocolo, como la cantidad de alumnos permitidos, el tiempo de duración. Sabemos que el acto no va a ser como todos los años; los actos de fin de curso duran dos horas o dos horas y media. La idea es hacer la parte formal con las palabras de los docentes, algún padre y alumnos. Tal vez esa parte sea a través de la virtualidad”.

El año se esfumó en medio de una crisis sanitaria mundial y los jóvenes, sin clases presenciales a lo largo del año, han perdido el contacto humano tan necesario para la vida en sociedad. “Fue un año muy pobre desde los vínculos y las relaciones”, dice Paula. “Eso se siente, se los ve tristes, están desmotivados. Lejos de generarle energía para la etapa que van a empezar, están sin ganas. Queremos darle un mimo”.

La voz de los chicos

A flor de piel, Victoria, una de las alumnas del IMA de Trelew, describió el hervidero de emociones que siente a raíz de esta situación. “Estamos mal”, dice con sinceridad. “Es lo peor que pudo haber pasado. Parece exagerado, pero no lo es porque lo estamos viviendo y no se lo deseamos a nadie. Es difícil la situación de no tener nada, no tener viaje, no tener fiesta, no tener una sesión de fotos típica. Empezamos el año y enseguida fue la cuarentena. Eso fue muy estresante, nos afectó psicológicamente. Es triste no poder cerrar una etapa y empezar otra que es la universidad. Creo que nos merecemos un cierre”.

Lo más doloroso es haber perdido los vínculos personales, así lo expresa el alumno Gonzalo en su testimonio. “Yo considero que fue un año perdido. No tuvimos clases presenciales, no tuvimos ninguno de los pasos que se siguen en el año como la estudiantina y la primavera. Esas emociones se vieron opacadas porque no estábamos con los que queríamos. Estar virtualmente no es lo mismo. No está la fraternidad con el compañero, no están los momentos de charla. Es todo formal y desganado. Eso no ayuda para lo que viene. Estar 12 años en la escuela esperando este momento y que pase esto, es una especie de desgracia. El último año es el que más se espera. El año pasado vimos el egreso de los compañeros más grandes, la pasaron bien. Es un puñal”.

Los padres confiesan que brindar acompañamiento psicológico a los hijos durante el trance del conflicto pandémico es una tarea ardua. Los tiempos de cuarentena y aislamiento social se han vuelto demasiado extensos y no se encuentra el apoyo necesario.

Quieren ser escuchados

El reclamo público que promueven los padres es apenas el principio. Es necesario que el Ministerio de Educación eleve una solicitud formal al Ministerio de Salud antes de vislumbrar un avance real. El ministro Fabián Puratich había declarado días atrás que aún no ha recibido pedidos en su despacho.

Otras escuelas se encuentran en similares condiciones. “Las cuatro escuelas salesianas de la zona están nucleadas y se manejan de la misma manera”, dice Paula. “Desconocemos los tiempos que requiere la autorización para este evento. En una reunión de padres nos comunicaron que no íbamos a poder compartir la entrega de diplomas de forma presencial con los chicos. Nosotros nos autoconvocamos y estamos tratando de ver si hay alguna posibilidad”.

Los padres se predisponen a respetar los protocolos pertinentes. Proponen un acto de colación reducido al aire libre, plantean divisiones del grupo escolar en días alternados y la posibilidad de ver a sus hijos recibir el diploma a la distancia o desde el interior de su auto.

“Es algo emocional que los chicos necesitan y nosotros también”, expresa Mara Rodríguez. “Vemos todos los días cómo van perdiendo cosas. Han perdido sus ganas, sus esperanzas, su diversión. Mi hijo me dijo: ¿qué más voy a perder?”.


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