Fiscal denunciado por no llamar a 20 testigos de trágico choque en Rawson

La familia de Juan Labaen, víctima de un conductor ebrio, reclamó que Osvaldo Heiber vaya a jury por su “mal trabajo”.

22 NOV 2020 - 20:37 | Actualizado

Por Rolando Tobarez / @rtobarez

El hijo de un hombre que murió en un accidente vial entre Trelew y Rawson denunció ante el Consejo de la Magistratura al fiscal Osvaldo Heiber: lo acusa de renunciar a más de 20 testigos en el juicio oral y a “más del 70% de la prueba a producirse”. Algunas de esas personas que no declararon fueron testigos directos de la tragedia.

El episodio del 22 de abril de 2018 le costó la vida a Juan Carlos Labaen. Su hijo Federico quedó con graves secuelas físicas y un certificado de discapacidad. El responsable, Luis Alberto Rondan, fue condenado a 3 años de prisión condicional e inhabilitación por 5 años para conducir, por homicidio culposo agravado y lesiones graves culposas agravadas.

La presentación le imputa a Heiber “mal desempeño y desconocimiento inexcusable del Derecho”.

Según el escrito, “incurrió de manera reiterada en infracciones a la legislación que, desde luego, no pueden calificarse de meras omisiones y/o yerros en la aplicacion del Derecho, sino por el contrario, en una clara conducta alusiva a su desaprensivo ejercicio funcional y abusiva contrario al interés de las víctimas que debe representar”.

Según Labaen, el fiscal cometió “una severa infraction a su desempeño, principalmente previo al inicio y durante el desarrollo del juicio, manifestandose en todo momento contrario a los intereses de las victimas”.

Sin garantías

Minutos antes de comenzar el juicio, el fiscal en todo momento intentó persuadir –“contrario a los intereses de esta parte”- a la hermana y la madre del sobreviviente de que convenía un juicio abreviado y aceptar una condena en suspenso “porque no podia garantizar el resultado del pleito”.

Pero para Labaen hijo había “vastas pruebas del exceso de alcohol en sangre del imputado”.

Se sumaban las lesiones graves que él mismo sufrió: al momento del debate ya había atravesado 3 operaciones de reconstrucción y cambio de cadera y reconstrucción de fémur, y quedaban pendientes operaciones en Buenos Aires “para garantizar aunque sea el mínimo de mi calidad de vida”.

La familia varias veces se negó a aceptar un juicio abreviado y menos con una pena tan baja. Según la denuncia, que habla de “connivencia” entre ambos, Heiber ya había cerrado acuerdo con el defensor Fabián Gabalachis.

El juicio incluso comenzó demorado porque el fiscal “continuaba intentando que la familia acepte el abreviado, situación que llevó a la controversia con el funcionario previo al inicio”. Labaen reveló que Gabalachis llamó al abogado Romano Cominetti, querellante en la causa civil por daños y perjuicios, “para que convenza a la familia a aceptar el acuerdo”.

El hecho ocurrió la mañana del 22 de abril de 2018 en la ruta 25, a 4 kilómetros del pórtico de acceso a Rawson. Rondan conducía un Volkswagen Vento hacia la capital. Tenía 1,67 gramos de alcohol en sangre. Perdió el control y se cruzó al otro carril, cruzando la línea amarilla. Impactó de frente con el Renault Sena de Labaen, acompañado por su hijo Federico, que iban a Trelew. Juan Carlos murió; el cinturón de Federico se desgarró y fue despedido del coche.

El Vento iba a una velocidad promedio de entre 113 km/h a 162 km/h, violando toda norma. Los coches quedaron destrozados.

En el juicio “se ventilaron aún más la inconsistencia de la acusacion fiscal, el desgano del funcionario en la producción de la prueba, la renuncia indiscriminada y sin fundamento alguno de los medios de prueba propuestos, todo en miras de peticionar la pena más baja”.

Sin preguntas

Heiber llamó a declarar a Federico “sin hacerme casi ninguna pregunta sobre los hechos”. Tras su testimonio “me quedé con todas mis imposibilidades físicas viendo el desarrollo del pleito y toda la prueba solicitada para poder llegar a una condena justa”. Sin embargo el fiscal le dijo a la jueza Mirta Moreno que prescindiría de evidencia que era fundamental.

Ya en medio del primer día “me manifiesta que iba a desistir de dos testigos trascendentes”, dice la denuncia. Eran Matías Santana, un policía que venía detrás del vehículo y Miguel Jhonson, que venía dando aviso a la Policía de que Rondan zigzagueaba en la ruta.

Cuando la familia le pidió explicaciones a Heiber de porqué renunciaba a los testigos que podrían revelar lo sucedido, “me dijo textualmente: ´No los puedo encontrar, no van a venir”´.

“Acá es donde comienza la inacción deliberada del fiscal de abandonar prueba al sólo efecto de solicitar el mínimo legal en beneficio del imputado, sin importar el sentimiento a los daños sufridos por la familia”. No compulsó a los testigos ni pidió suspender el debate hasta lograr que se presentaran. “Los desistió sin más; no los notificó del inicio del debate ni formuló ninguna conducta procesal para procurar su presencia en juicio”. Heiber renunció a que se presentaran más de 20 testigos propuestos por el MPF. Citó a algunos de los intervinientes “manifestando a esta parte que con ellos alcanzaba para la culpabilidad del acusado”.

“En ningún momento privilegió el interés de las víctimas y estuvo más preocupado en que el debate culmine para poder peticionar el mínimo de la escala penal que en poder acreditar la realidad de los hechos”.

En presencia de las víctimas, el fiscal “manifestó que entendía que la pena debía ser de tres años de ejecución condicional, más el doble de inhabilitación especial para conducir”.

Según la denuncia ante la Magistratura para pedir el jury al fiscal, fue la jueza Moreno “quien aunque sea trajo paz a la familia al sentenciar la culpabilidad del imputado”.

En su fallo de noviembre de 2019, la magistrada explicó que “aunque el caso hubiera merecido una pena aún mayor, teniendo en cuenta que el debe ser considerado de extrema gravedad”, su decisión no podía superar los 3 años que había pedido Heiber, quien además renunció a la cesura de pena y no cuestionó que sea condicional.

Expuesto

“La jueza -según la denuncia- deja expuesta la labor deficiente, malintencionada y desaprensiva del fiscal a lo largo del juicio, haciendo un llamado de atencion a que tambien renunció a la cesura de pena cuando el Código así lo establece, sin ofrecer prueba alguna que permita apartarse del mínimo legal, estando presente la familia en la sala de audiencia y contrario a nuestros intereses, generando una situación de extrema vulnerabilidad y desprotección por quien tiene la obligación de garantizar la correcta aplicacion de la ley penal”.

Labaen advirtió tener “grandes sospechas” de que Gabalachis acordó con Heiber porque además es su defensor en los juicios políticos ante la Magistratura. “Existió la connivencia en cuanto a no apartarse de los minimos legales, primero intentando acordar un abreviado, y luego peticionándolo en juicio contrario al interés de las víctimas, que perdimos a nuestro padre y esposo en tal desgraciado evento cuando el conductor venía totalmente alcoholizado poniendo en riesgo la circulación de todos”.

La presentación considera acreditado “un flagrante incumplimiento de su función, sin brindar mayores explicaciones a la familia sino que por el contrario, luego del debate nunca más nos atendió, pese a nuestra intención de denunciar que el imputado continúa manejando pese a la inhabilitación”.

“Tomamos un montón”

Roxana Pinchulef tampoco declaró. Iba con Rondan en el coche. Tras el choque admitió ante la Policía: “Tomamos mucho y le advertí que no viniera manejando a Rawson porque habia tomado, así terminamos; salimos al boliche con este pelotudo y estuvimos tomando un montón, es un pelotudo, mirá como chocamos”. Heiber desistió de su testimonio.

Rondan declaró pero no respondió preguntas. Pidió disculpas a la familia, mostrándose arrepentido. Dijo que no fue su intención dañar a nadie.

Ante estos argumentos, la jueza Moreno definió al acusado como “una personalidad poco proclive a reconocer el error cometido y tratar de evadir su responsabilidad. Las disculpas no impresionan como sentidas ni muestra de arrepentimiento, más bien fue un intento de mejorar su situación procesal”.

La condena incluyó abtenerse de beber alcohol, realizar un curso de conducción de vehículos y un tratamiento psicológico para tratar el consumo de alcohol.#

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22 NOV 2020 - 20:37

Por Rolando Tobarez / @rtobarez

El hijo de un hombre que murió en un accidente vial entre Trelew y Rawson denunció ante el Consejo de la Magistratura al fiscal Osvaldo Heiber: lo acusa de renunciar a más de 20 testigos en el juicio oral y a “más del 70% de la prueba a producirse”. Algunas de esas personas que no declararon fueron testigos directos de la tragedia.

El episodio del 22 de abril de 2018 le costó la vida a Juan Carlos Labaen. Su hijo Federico quedó con graves secuelas físicas y un certificado de discapacidad. El responsable, Luis Alberto Rondan, fue condenado a 3 años de prisión condicional e inhabilitación por 5 años para conducir, por homicidio culposo agravado y lesiones graves culposas agravadas.

La presentación le imputa a Heiber “mal desempeño y desconocimiento inexcusable del Derecho”.

Según el escrito, “incurrió de manera reiterada en infracciones a la legislación que, desde luego, no pueden calificarse de meras omisiones y/o yerros en la aplicacion del Derecho, sino por el contrario, en una clara conducta alusiva a su desaprensivo ejercicio funcional y abusiva contrario al interés de las víctimas que debe representar”.

Según Labaen, el fiscal cometió “una severa infraction a su desempeño, principalmente previo al inicio y durante el desarrollo del juicio, manifestandose en todo momento contrario a los intereses de las victimas”.

Sin garantías

Minutos antes de comenzar el juicio, el fiscal en todo momento intentó persuadir –“contrario a los intereses de esta parte”- a la hermana y la madre del sobreviviente de que convenía un juicio abreviado y aceptar una condena en suspenso “porque no podia garantizar el resultado del pleito”.

Pero para Labaen hijo había “vastas pruebas del exceso de alcohol en sangre del imputado”.

Se sumaban las lesiones graves que él mismo sufrió: al momento del debate ya había atravesado 3 operaciones de reconstrucción y cambio de cadera y reconstrucción de fémur, y quedaban pendientes operaciones en Buenos Aires “para garantizar aunque sea el mínimo de mi calidad de vida”.

La familia varias veces se negó a aceptar un juicio abreviado y menos con una pena tan baja. Según la denuncia, que habla de “connivencia” entre ambos, Heiber ya había cerrado acuerdo con el defensor Fabián Gabalachis.

El juicio incluso comenzó demorado porque el fiscal “continuaba intentando que la familia acepte el abreviado, situación que llevó a la controversia con el funcionario previo al inicio”. Labaen reveló que Gabalachis llamó al abogado Romano Cominetti, querellante en la causa civil por daños y perjuicios, “para que convenza a la familia a aceptar el acuerdo”.

El hecho ocurrió la mañana del 22 de abril de 2018 en la ruta 25, a 4 kilómetros del pórtico de acceso a Rawson. Rondan conducía un Volkswagen Vento hacia la capital. Tenía 1,67 gramos de alcohol en sangre. Perdió el control y se cruzó al otro carril, cruzando la línea amarilla. Impactó de frente con el Renault Sena de Labaen, acompañado por su hijo Federico, que iban a Trelew. Juan Carlos murió; el cinturón de Federico se desgarró y fue despedido del coche.

El Vento iba a una velocidad promedio de entre 113 km/h a 162 km/h, violando toda norma. Los coches quedaron destrozados.

En el juicio “se ventilaron aún más la inconsistencia de la acusacion fiscal, el desgano del funcionario en la producción de la prueba, la renuncia indiscriminada y sin fundamento alguno de los medios de prueba propuestos, todo en miras de peticionar la pena más baja”.

Sin preguntas

Heiber llamó a declarar a Federico “sin hacerme casi ninguna pregunta sobre los hechos”. Tras su testimonio “me quedé con todas mis imposibilidades físicas viendo el desarrollo del pleito y toda la prueba solicitada para poder llegar a una condena justa”. Sin embargo el fiscal le dijo a la jueza Mirta Moreno que prescindiría de evidencia que era fundamental.

Ya en medio del primer día “me manifiesta que iba a desistir de dos testigos trascendentes”, dice la denuncia. Eran Matías Santana, un policía que venía detrás del vehículo y Miguel Jhonson, que venía dando aviso a la Policía de que Rondan zigzagueaba en la ruta.

Cuando la familia le pidió explicaciones a Heiber de porqué renunciaba a los testigos que podrían revelar lo sucedido, “me dijo textualmente: ´No los puedo encontrar, no van a venir”´.

“Acá es donde comienza la inacción deliberada del fiscal de abandonar prueba al sólo efecto de solicitar el mínimo legal en beneficio del imputado, sin importar el sentimiento a los daños sufridos por la familia”. No compulsó a los testigos ni pidió suspender el debate hasta lograr que se presentaran. “Los desistió sin más; no los notificó del inicio del debate ni formuló ninguna conducta procesal para procurar su presencia en juicio”. Heiber renunció a que se presentaran más de 20 testigos propuestos por el MPF. Citó a algunos de los intervinientes “manifestando a esta parte que con ellos alcanzaba para la culpabilidad del acusado”.

“En ningún momento privilegió el interés de las víctimas y estuvo más preocupado en que el debate culmine para poder peticionar el mínimo de la escala penal que en poder acreditar la realidad de los hechos”.

En presencia de las víctimas, el fiscal “manifestó que entendía que la pena debía ser de tres años de ejecución condicional, más el doble de inhabilitación especial para conducir”.

Según la denuncia ante la Magistratura para pedir el jury al fiscal, fue la jueza Moreno “quien aunque sea trajo paz a la familia al sentenciar la culpabilidad del imputado”.

En su fallo de noviembre de 2019, la magistrada explicó que “aunque el caso hubiera merecido una pena aún mayor, teniendo en cuenta que el debe ser considerado de extrema gravedad”, su decisión no podía superar los 3 años que había pedido Heiber, quien además renunció a la cesura de pena y no cuestionó que sea condicional.

Expuesto

“La jueza -según la denuncia- deja expuesta la labor deficiente, malintencionada y desaprensiva del fiscal a lo largo del juicio, haciendo un llamado de atencion a que tambien renunció a la cesura de pena cuando el Código así lo establece, sin ofrecer prueba alguna que permita apartarse del mínimo legal, estando presente la familia en la sala de audiencia y contrario a nuestros intereses, generando una situación de extrema vulnerabilidad y desprotección por quien tiene la obligación de garantizar la correcta aplicacion de la ley penal”.

Labaen advirtió tener “grandes sospechas” de que Gabalachis acordó con Heiber porque además es su defensor en los juicios políticos ante la Magistratura. “Existió la connivencia en cuanto a no apartarse de los minimos legales, primero intentando acordar un abreviado, y luego peticionándolo en juicio contrario al interés de las víctimas, que perdimos a nuestro padre y esposo en tal desgraciado evento cuando el conductor venía totalmente alcoholizado poniendo en riesgo la circulación de todos”.

La presentación considera acreditado “un flagrante incumplimiento de su función, sin brindar mayores explicaciones a la familia sino que por el contrario, luego del debate nunca más nos atendió, pese a nuestra intención de denunciar que el imputado continúa manejando pese a la inhabilitación”.

“Tomamos un montón”

Roxana Pinchulef tampoco declaró. Iba con Rondan en el coche. Tras el choque admitió ante la Policía: “Tomamos mucho y le advertí que no viniera manejando a Rawson porque habia tomado, así terminamos; salimos al boliche con este pelotudo y estuvimos tomando un montón, es un pelotudo, mirá como chocamos”. Heiber desistió de su testimonio.

Rondan declaró pero no respondió preguntas. Pidió disculpas a la familia, mostrándose arrepentido. Dijo que no fue su intención dañar a nadie.

Ante estos argumentos, la jueza Moreno definió al acusado como “una personalidad poco proclive a reconocer el error cometido y tratar de evadir su responsabilidad. Las disculpas no impresionan como sentidas ni muestra de arrepentimiento, más bien fue un intento de mejorar su situación procesal”.

La condena incluyó abtenerse de beber alcohol, realizar un curso de conducción de vehículos y un tratamiento psicológico para tratar el consumo de alcohol.#


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