Efecto pandemia: de trabajar en fiestas y eventos a ser fletero

Emiliano Salvo organizaba eventos en Comodoro Rivadavia. La pandemia lo golpeó fuerte y ahora hace fletes. No vendió sus equipos y apuesta a la normalidad.

Emiliano Salvo decidió reconvertirse en el medio de la pandemia.
22 NOV 2020 - 20:41 | Actualizado

Por Ismael Tebes

Nada es imposible cuando se trata de ponerle el cuerpo. Y de trabajar aunque la pandemia diga “no” en algunos rubros específicos. Con poca edad pero mucha determinación, Emiliano Salvo decidió reconvertirse y encontrar una oportunidad en medio de la crisis. Empezó modestamente trabajando en fiestas, tenía programados más de treinta eventos para 2020 pero la realidad lo llevó a no vender sus equipos y diversificarse en busca del “mango”.

El vehículo en el que solía transportar equipos es ahora el instrumento para generar ingresos como fletero. Rubro nuevo quizás pero con la misma ambición de quedarse jamás. “Hay que tratar siempre de salir, reinventarse si es necesario para tratar de pasar la situación que estamos viviendo”, cuenta el responsable de Maxi Sonidos quien a los 20 años ahora se ofrece como taxiflet en Facebook.

“Desde los 14 empecé con un rubro que siempre quería hacer, el de los eventos. Arranqué con dos parlantes y una consola nomás haciendo sonidos para cumpleaños. Después fui comprando equipos; luces y pantalla gigante. En diciembre pasado llegué a hacer cinco eventos en una misma noche, todos simultáneos incluyendo barra de tragos y telón led además de mozos, mantelería y vajilla”, cuenta a través de “Fase Cero”, el programa de Cadena Tiempo Comodoro.

“Cuando esto pasó con el primer corte del 13 de marzo, teníamos dos fiestas el viernes y 4 más al día siguiente. Primero se especuló con que se iban a postergar solamente y que se iban a poder hacer más adelante. Ahí la gente se empezó a echar para atrás. Si a mí me dicen una hora antes, cargo los equipos y salgo pero con la comida no pasa eso, lleva tiempo de cocción y elaboración, es más difícil”, explicó Salvo.

Maxi reconoce no haber nacido con un sello de profesión en la frente y asume que cualquier oficio es bueno y digno para poder sostener sus gastos y generar un recurso genuino. “Ahí se cortó el trabajo. Estuve ayudando un tiempo en el kiosko de mi familia con mi papá, lo hice en marzo y abril para no aburrirme y en mayo, con la camioneta Ranger doble cabina que tenía, una chica me preguntó si podía hacerle una mudanza”.

A ese comienzo, Emiliano lo ayudó con un refuerzo en las redes sociales. “Lo puse en el Facebook y ahí gracias a Dios, todos los días sale algo. Son muy pocos los días que no hay nada. Siempre está saliendo algo para hacer”, agradece. “Pudimos empezar en este rubro y con mucha suerte. Hace tres días cambiamos una Sprinter que es más grande y más apta para cargarle cosas”.

A diferencia de sus colegas, trabajadores de fiestas, sonidistas y DJ´s reconoce que no se vio en la necesidad de desprenderse de sus equipos y que reinvirtió este tiempo en “recargar” energías positivas. “No vendí nada de mis equipos. No tuve esa necesidad y tengo la esperanza de que esto finalmente se normalice. Tengo 34 fiestas vendidas, de las cuales cancelaron solamente 2 a las que les devolví el dinero. Las que están suspendidas tenemos la esperanza de poder hacerlas cuando todo esto se levante”.

“Nadie dijo –lamenta Salvo- por cuánto tiempo se iban a cortar todas las actividades, nunca se fijó un tiempo estimado y por eso, nos imaginábamos que pasarían diez días y estaríamos volviendo; después pensábamos en diez más y así. De última, pensábamos que a mitad de año como mucho, volveríamos y no pasó. Ahora decimos que se levante cuando Dios quiera”, expresó.

Pese a su corta edad, Emiliano está curtido en la venta callejera y jamás se resigna ante la adversidad de acuerdo al precepto familiar. “Siempre de chico me gustó trabajar y tener mis cosas. Cuando era más chico vendía en la calle y mi viejo que es no vidente tenía un kiosko en la terminal. Lo acompañaba a vender en el centro y con eso, me compré mis primeros equipos de sonido”.

Terminar sus estudios

Y como si fuera poco, admite que más allá de sus positivos balances laborales y de los ingresos que pudo reinvertir hay una cuestión pendiente que le gustaría resolver en lo inmediato.

“Me gustaría sacar las materias que me quedaron pendientes del secundario y poder seguir en la Universidad. Siempre tuve eso ahí y me quedó esa cuenta pendiente de poder estudiar. Siempre dije que quería cursar Abogacía y estoy a tiempo”.

Pese a su edad, demuestra no estar acostumbrado a lo fácil y hace valer la “ley del esfuerzo” por sobre todo. “Mi papá es un gran ejemplo para mí, siempre rescaté lo bueno y él me decía que a las cosas hay que encontrarle el lado positivo y que inclusive las cosas malas, te pueden dejar una enseñanza. A todos en la vida nos falta algo, nadie lo tiene todo por completo. Yo lo aprendí y soy feliz todos los días, veo lo positivo y pienso en que aunque me falten cosas, tengo muchas otras”.

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Emiliano Salvo decidió reconvertirse en el medio de la pandemia.
22 NOV 2020 - 20:41

Por Ismael Tebes

Nada es imposible cuando se trata de ponerle el cuerpo. Y de trabajar aunque la pandemia diga “no” en algunos rubros específicos. Con poca edad pero mucha determinación, Emiliano Salvo decidió reconvertirse y encontrar una oportunidad en medio de la crisis. Empezó modestamente trabajando en fiestas, tenía programados más de treinta eventos para 2020 pero la realidad lo llevó a no vender sus equipos y diversificarse en busca del “mango”.

El vehículo en el que solía transportar equipos es ahora el instrumento para generar ingresos como fletero. Rubro nuevo quizás pero con la misma ambición de quedarse jamás. “Hay que tratar siempre de salir, reinventarse si es necesario para tratar de pasar la situación que estamos viviendo”, cuenta el responsable de Maxi Sonidos quien a los 20 años ahora se ofrece como taxiflet en Facebook.

“Desde los 14 empecé con un rubro que siempre quería hacer, el de los eventos. Arranqué con dos parlantes y una consola nomás haciendo sonidos para cumpleaños. Después fui comprando equipos; luces y pantalla gigante. En diciembre pasado llegué a hacer cinco eventos en una misma noche, todos simultáneos incluyendo barra de tragos y telón led además de mozos, mantelería y vajilla”, cuenta a través de “Fase Cero”, el programa de Cadena Tiempo Comodoro.

“Cuando esto pasó con el primer corte del 13 de marzo, teníamos dos fiestas el viernes y 4 más al día siguiente. Primero se especuló con que se iban a postergar solamente y que se iban a poder hacer más adelante. Ahí la gente se empezó a echar para atrás. Si a mí me dicen una hora antes, cargo los equipos y salgo pero con la comida no pasa eso, lleva tiempo de cocción y elaboración, es más difícil”, explicó Salvo.

Maxi reconoce no haber nacido con un sello de profesión en la frente y asume que cualquier oficio es bueno y digno para poder sostener sus gastos y generar un recurso genuino. “Ahí se cortó el trabajo. Estuve ayudando un tiempo en el kiosko de mi familia con mi papá, lo hice en marzo y abril para no aburrirme y en mayo, con la camioneta Ranger doble cabina que tenía, una chica me preguntó si podía hacerle una mudanza”.

A ese comienzo, Emiliano lo ayudó con un refuerzo en las redes sociales. “Lo puse en el Facebook y ahí gracias a Dios, todos los días sale algo. Son muy pocos los días que no hay nada. Siempre está saliendo algo para hacer”, agradece. “Pudimos empezar en este rubro y con mucha suerte. Hace tres días cambiamos una Sprinter que es más grande y más apta para cargarle cosas”.

A diferencia de sus colegas, trabajadores de fiestas, sonidistas y DJ´s reconoce que no se vio en la necesidad de desprenderse de sus equipos y que reinvirtió este tiempo en “recargar” energías positivas. “No vendí nada de mis equipos. No tuve esa necesidad y tengo la esperanza de que esto finalmente se normalice. Tengo 34 fiestas vendidas, de las cuales cancelaron solamente 2 a las que les devolví el dinero. Las que están suspendidas tenemos la esperanza de poder hacerlas cuando todo esto se levante”.

“Nadie dijo –lamenta Salvo- por cuánto tiempo se iban a cortar todas las actividades, nunca se fijó un tiempo estimado y por eso, nos imaginábamos que pasarían diez días y estaríamos volviendo; después pensábamos en diez más y así. De última, pensábamos que a mitad de año como mucho, volveríamos y no pasó. Ahora decimos que se levante cuando Dios quiera”, expresó.

Pese a su corta edad, Emiliano está curtido en la venta callejera y jamás se resigna ante la adversidad de acuerdo al precepto familiar. “Siempre de chico me gustó trabajar y tener mis cosas. Cuando era más chico vendía en la calle y mi viejo que es no vidente tenía un kiosko en la terminal. Lo acompañaba a vender en el centro y con eso, me compré mis primeros equipos de sonido”.

Terminar sus estudios

Y como si fuera poco, admite que más allá de sus positivos balances laborales y de los ingresos que pudo reinvertir hay una cuestión pendiente que le gustaría resolver en lo inmediato.

“Me gustaría sacar las materias que me quedaron pendientes del secundario y poder seguir en la Universidad. Siempre tuve eso ahí y me quedó esa cuenta pendiente de poder estudiar. Siempre dije que quería cursar Abogacía y estoy a tiempo”.

Pese a su edad, demuestra no estar acostumbrado a lo fácil y hace valer la “ley del esfuerzo” por sobre todo. “Mi papá es un gran ejemplo para mí, siempre rescaté lo bueno y él me decía que a las cosas hay que encontrarle el lado positivo y que inclusive las cosas malas, te pueden dejar una enseñanza. A todos en la vida nos falta algo, nadie lo tiene todo por completo. Yo lo aprendí y soy feliz todos los días, veo lo positivo y pienso en que aunque me falten cosas, tengo muchas otras”.


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