Paula Pérez, trabajadora social en el centro de salud, explicó que en el marco de tan relevante fecha se tomó la decisión del primer nivel de atención de poder trabajar en la puerta del centro con una mesa informativa y folletería elaborada para la ocasión.
“El lema que pensamos fue que el barbijo no nos calle” dijo la trabajadora social, quien puntualizó que se buscó utilizar esa herramienta y medida de prevención para que no sea una barrera más para que las mujeres sufran la violencia de género.
“La idea es que el barbijo no nos tape la boca ni los calle para poder decir basta de violencia, Ni una Menos” comentó Pérez, quien referenció que desde el centro de salud se ha venido realizando un importante trabajo de interacción con los ciudadanos del barrio para intentar detectar situaciones de violencia que pudiera estar atravesando una mujer.
La trabajadora social indicó que “la pandemia nos ha dejado más expuestas a la violencia por estar encerradas y confinadas junto al agresor. Tenemos que visibilizar los derechos y los contactos donde poder denunciar y desde allí que desde el primer nivel de atención a la salud este tipo de acciones son indispensables”.
En ese contexto de interacción con la comunidad se realizan talleres barriales, además de encuentros grupales en el propio centro de salud para hacer un abordaje integral de la problemática.
Paula Pérez explicó que “durante la pandemia hemos visto modificado el sistema de salud respecto al funcionamiento y organización que llevó a la suspensión de los encuentros grupales, el encuentro con las otras para poder charlarlo. Poco a poco vamos pudiendo salir, volver al terreno con visitas domiciliarias y pensando cómo poder recuperar esos encuentros grupales para saber que no estamos solas”.
Paula Pérez, trabajadora social en el centro de salud, explicó que en el marco de tan relevante fecha se tomó la decisión del primer nivel de atención de poder trabajar en la puerta del centro con una mesa informativa y folletería elaborada para la ocasión.
“El lema que pensamos fue que el barbijo no nos calle” dijo la trabajadora social, quien puntualizó que se buscó utilizar esa herramienta y medida de prevención para que no sea una barrera más para que las mujeres sufran la violencia de género.
“La idea es que el barbijo no nos tape la boca ni los calle para poder decir basta de violencia, Ni una Menos” comentó Pérez, quien referenció que desde el centro de salud se ha venido realizando un importante trabajo de interacción con los ciudadanos del barrio para intentar detectar situaciones de violencia que pudiera estar atravesando una mujer.
La trabajadora social indicó que “la pandemia nos ha dejado más expuestas a la violencia por estar encerradas y confinadas junto al agresor. Tenemos que visibilizar los derechos y los contactos donde poder denunciar y desde allí que desde el primer nivel de atención a la salud este tipo de acciones son indispensables”.
En ese contexto de interacción con la comunidad se realizan talleres barriales, además de encuentros grupales en el propio centro de salud para hacer un abordaje integral de la problemática.
Paula Pérez explicó que “durante la pandemia hemos visto modificado el sistema de salud respecto al funcionamiento y organización que llevó a la suspensión de los encuentros grupales, el encuentro con las otras para poder charlarlo. Poco a poco vamos pudiendo salir, volver al terreno con visitas domiciliarias y pensando cómo poder recuperar esos encuentros grupales para saber que no estamos solas”.