Una de ellas, identificada como V.M de C, se trenzó a golpes de puño y patadas con su cuñada, identificada como B.C, luego que esta le reprochara quesu vitel toné "era una porquería, que le faltaban anchoas a la salsa y que de pijotera no le había puesto alcaparras".
Ante la crítica, la mujer le contestó que "ella no sabía cocinar ni un huevo duro y que ella y su familia ya la tenían podrida" con sus reclamos por la comida. Y continuó:"Son todos una manga de muertos de hambre y que si no fuera por su marido todos estarían viviendo en un rancho".
En ese momento, también reaccionó la suegra de la mujer, quien la tomó de los pelos y le metió la cabeza en la olla de clericó.
Todo el escandalo despertó a un tío de la familia, que estaba durmiendo en una reposera, y sacó un revólver 38 y comenzó a efectuar disparos al aire.
Esa situación alertó a los vecinos, que se acercaron a la casa para pedir que dejara de hacerlo porque era peligroso. Pero lejos de mejorar, el panorama sólo empeoró.
El reclamo vecinal enfureció a la familia, cuyos integrantes evidenciaban un estado de ebriedad y comenzaron a pelear en la vereda.
Finalmente, la policía se acercó al lugar y recién cerca de las 4 de la madrugada pudo reestablecer la calma en la localidad santafecina.
(Crónica)
Una de ellas, identificada como V.M de C, se trenzó a golpes de puño y patadas con su cuñada, identificada como B.C, luego que esta le reprochara quesu vitel toné "era una porquería, que le faltaban anchoas a la salsa y que de pijotera no le había puesto alcaparras".
Ante la crítica, la mujer le contestó que "ella no sabía cocinar ni un huevo duro y que ella y su familia ya la tenían podrida" con sus reclamos por la comida. Y continuó:"Son todos una manga de muertos de hambre y que si no fuera por su marido todos estarían viviendo en un rancho".
En ese momento, también reaccionó la suegra de la mujer, quien la tomó de los pelos y le metió la cabeza en la olla de clericó.
Todo el escandalo despertó a un tío de la familia, que estaba durmiendo en una reposera, y sacó un revólver 38 y comenzó a efectuar disparos al aire.
Esa situación alertó a los vecinos, que se acercaron a la casa para pedir que dejara de hacerlo porque era peligroso. Pero lejos de mejorar, el panorama sólo empeoró.
El reclamo vecinal enfureció a la familia, cuyos integrantes evidenciaban un estado de ebriedad y comenzaron a pelear en la vereda.
Finalmente, la policía se acercó al lugar y recién cerca de las 4 de la madrugada pudo reestablecer la calma en la localidad santafecina.
(Crónica)