Opinión / Las cooperativas, otra vez… 2021

Opinión / La crisis de los servicios en Puerto Madryn.

10 ENE 2021 - 20:55 | Actualizado

Por Roberto Wyn Hughes /Expresidente de Servicoop

Con el derecho y la experiencia que me asiste de haber presidido el Consejo de Administración de Servicoop durante diez años, me permito hacer una breve reflexión sobre las cooperativas de servicios públicos de Chubut, mi provincia.

En primer lugar, no debemos olvidarnos que cuando no había ninguna solución, ninguna idea, ningún aporte para por parte de las autoridades nacionales, provinciales y municipales para que las ciudades más importantes de Chubut no carecieran de servicios “esenciales” ( luz, agua, cloacas) y otros útiles (como servicios de sepelios, aporte a los bomberos voluntarios, etcétera), ahí estuvieron “los vecinos con coraje y pasión” que armaron estas empresas populares, con personal que fue aprendiendo sobre la marcha.

Aprovechamiento: casi inmediatamente, los gobiernos de turno aprovecharon la efectividad de las cooperativas para recaudar impuestos de todo tipo (dada la herramienta de corte del servicio eléctrico ante falta de pago, que garantizó una buena recaudación). Aproximadamente, un 50% del costo final que paga el socio es en concepto de impuestos. Eso sí les gustó a los gobiernos y se acostumbraron mal.

Obras: como si esto fuera poco, fueron las cooperativas las que se hicieron en gran parte, y hasta que pudieron, del financiamiento y ejecución de las obras públicas de electricidad, agua y cloacas, y hasta de gas (en el caso de Servicoop) con esfuerzo propio, créditos del IPV, y hasta del Banco Mundial. Y el resultado no fue malo, al contrario: el porcentaje de cobertura de servicios y su calidad fue muy elevada en comparación con otros lugares del país (sin tener en cuenta las dificultades propias que presenta la geografía patagónica).

Tarifas: como si esto tampoco fuera poco, las tarifas no fueron un resorte de aplicación de las autoridades de las cooperativas, dado que las aprueban los Concejos Deliberantes que, obviamente, con un gran sentido “popular” y casi sin conocimiento apropiado alguno, no otorgaban aumento alguno y si lo hacían ya la inflación se los comía (por ejemplo, en la gestión que me tocó presidir fueron diez años sin aumentos).

Mientras tanto, los gobiernos nacionales y provinciales “miraban” y esta parte de los servicios básicos se la sacaron de encima y, como dije, mamaron y maman de las boletas los mayor cantidad de impuesto posible.

Desapareció Agua y Energía de la Nación y acá las Cooperativas se hicieron cargo. Más tarde se creó el “Mercado Eléctrico Nacional”, dirigido por CAMMESA (muy lindo para Suiza); es decir que la energía pasó a ser “un producto del mercado” y caro bajo la ola de privatizaciones de los servicios públicos.

Importancia del gremio de Luz y Fuerza: los convenios laborales no son baratos pero no se debe equilibrar para abajo, en detrimento de lo bien logrado. Eso no quiere decir no negociar. De hecho, en la gestión que presidí, y contra opiniones críticas, sumamos al gremio de Luz y Fuerza, que formó parte del Consejo de Administración en un tercio, conociendo de primera mano los movimientos de la Cooperativa, apoyando a veces desde la crítica constructiva, discutiendo siempre pero acompañando la gestión.

Sumando sus conocimientos como personal calificado y apoyando en los peores momentos. Tal vez por ello duré tantos años involucrando a los empleados y a su agrupación gremial “en la conducción”.

La Cooperativa cuenta con empleados calificados y, debo decirlo, durante nuestra gestión tuvimos el apoyo y el acompañamiento del gremio, sin cuyo entendimiento y participación hubiera sido muy dificultoso.

En diez años no tuvimos un paro, ni quite de colaboración. Y por qué no decirlo, también había “compañeros” y “correligionarios”, infaltables en un sistema democrático de elección de autoridades voluntario en que pocos participan. La gente que no se involucra sólo quiere levantarse, prender la luz y que encienda. Abrir la canilla y que salga agua. Si pueden dejar de tener un pozo ciego, mejor; si por las dudas pueden tener un servicio de sepelios prepago, más alivio aún.

Las soluciones de hoy: decía Groucho Marx que “estos son mis principios, si no les gustan tengo otros”.

Mi principio es que el Cooperativismo debe seguir, los gobiernos no deben hacerse los “boludos” (para hablar sin eufemismos) y respetar la historia de las Cooperativas; deberían sacarles la presión impositiva, cobrarles una energía promocional, barata, dejarlas fijar las tarifas propias (existen entes reguladores calificados) y acompañarlas a realizar todas las obras de infraestructura necesarias.

Las cooperativas no pueden ganar dinero, son entidades sin fines de lucro.

Si el principio del cooperativismo no los convence o ya no pueden sacar más provecho, las autoridades políticas pueden intervenirlas, privatizarlas, hacerlas públicas, pero estos son otros principios.

Responsabilidad: si pretenden, como siempre, echarle la culpa de todo a quienes nos hicimos cargo alguna vez de la conducción de la Cooperativas, investigarlos, denunciarlos, perseguirlos, ahí están los Tribunales y la Justicia de Chubut. Ojo, también lo están para las empresas privadas (gas, cable, telefonía) y para los gobernantes. ¿O no?.

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10 ENE 2021 - 20:55

Por Roberto Wyn Hughes /Expresidente de Servicoop

Con el derecho y la experiencia que me asiste de haber presidido el Consejo de Administración de Servicoop durante diez años, me permito hacer una breve reflexión sobre las cooperativas de servicios públicos de Chubut, mi provincia.

En primer lugar, no debemos olvidarnos que cuando no había ninguna solución, ninguna idea, ningún aporte para por parte de las autoridades nacionales, provinciales y municipales para que las ciudades más importantes de Chubut no carecieran de servicios “esenciales” ( luz, agua, cloacas) y otros útiles (como servicios de sepelios, aporte a los bomberos voluntarios, etcétera), ahí estuvieron “los vecinos con coraje y pasión” que armaron estas empresas populares, con personal que fue aprendiendo sobre la marcha.

Aprovechamiento: casi inmediatamente, los gobiernos de turno aprovecharon la efectividad de las cooperativas para recaudar impuestos de todo tipo (dada la herramienta de corte del servicio eléctrico ante falta de pago, que garantizó una buena recaudación). Aproximadamente, un 50% del costo final que paga el socio es en concepto de impuestos. Eso sí les gustó a los gobiernos y se acostumbraron mal.

Obras: como si esto fuera poco, fueron las cooperativas las que se hicieron en gran parte, y hasta que pudieron, del financiamiento y ejecución de las obras públicas de electricidad, agua y cloacas, y hasta de gas (en el caso de Servicoop) con esfuerzo propio, créditos del IPV, y hasta del Banco Mundial. Y el resultado no fue malo, al contrario: el porcentaje de cobertura de servicios y su calidad fue muy elevada en comparación con otros lugares del país (sin tener en cuenta las dificultades propias que presenta la geografía patagónica).

Tarifas: como si esto tampoco fuera poco, las tarifas no fueron un resorte de aplicación de las autoridades de las cooperativas, dado que las aprueban los Concejos Deliberantes que, obviamente, con un gran sentido “popular” y casi sin conocimiento apropiado alguno, no otorgaban aumento alguno y si lo hacían ya la inflación se los comía (por ejemplo, en la gestión que me tocó presidir fueron diez años sin aumentos).

Mientras tanto, los gobiernos nacionales y provinciales “miraban” y esta parte de los servicios básicos se la sacaron de encima y, como dije, mamaron y maman de las boletas los mayor cantidad de impuesto posible.

Desapareció Agua y Energía de la Nación y acá las Cooperativas se hicieron cargo. Más tarde se creó el “Mercado Eléctrico Nacional”, dirigido por CAMMESA (muy lindo para Suiza); es decir que la energía pasó a ser “un producto del mercado” y caro bajo la ola de privatizaciones de los servicios públicos.

Importancia del gremio de Luz y Fuerza: los convenios laborales no son baratos pero no se debe equilibrar para abajo, en detrimento de lo bien logrado. Eso no quiere decir no negociar. De hecho, en la gestión que presidí, y contra opiniones críticas, sumamos al gremio de Luz y Fuerza, que formó parte del Consejo de Administración en un tercio, conociendo de primera mano los movimientos de la Cooperativa, apoyando a veces desde la crítica constructiva, discutiendo siempre pero acompañando la gestión.

Sumando sus conocimientos como personal calificado y apoyando en los peores momentos. Tal vez por ello duré tantos años involucrando a los empleados y a su agrupación gremial “en la conducción”.

La Cooperativa cuenta con empleados calificados y, debo decirlo, durante nuestra gestión tuvimos el apoyo y el acompañamiento del gremio, sin cuyo entendimiento y participación hubiera sido muy dificultoso.

En diez años no tuvimos un paro, ni quite de colaboración. Y por qué no decirlo, también había “compañeros” y “correligionarios”, infaltables en un sistema democrático de elección de autoridades voluntario en que pocos participan. La gente que no se involucra sólo quiere levantarse, prender la luz y que encienda. Abrir la canilla y que salga agua. Si pueden dejar de tener un pozo ciego, mejor; si por las dudas pueden tener un servicio de sepelios prepago, más alivio aún.

Las soluciones de hoy: decía Groucho Marx que “estos son mis principios, si no les gustan tengo otros”.

Mi principio es que el Cooperativismo debe seguir, los gobiernos no deben hacerse los “boludos” (para hablar sin eufemismos) y respetar la historia de las Cooperativas; deberían sacarles la presión impositiva, cobrarles una energía promocional, barata, dejarlas fijar las tarifas propias (existen entes reguladores calificados) y acompañarlas a realizar todas las obras de infraestructura necesarias.

Las cooperativas no pueden ganar dinero, son entidades sin fines de lucro.

Si el principio del cooperativismo no los convence o ya no pueden sacar más provecho, las autoridades políticas pueden intervenirlas, privatizarlas, hacerlas públicas, pero estos son otros principios.

Responsabilidad: si pretenden, como siempre, echarle la culpa de todo a quienes nos hicimos cargo alguna vez de la conducción de la Cooperativas, investigarlos, denunciarlos, perseguirlos, ahí están los Tribunales y la Justicia de Chubut. Ojo, también lo están para las empresas privadas (gas, cable, telefonía) y para los gobernantes. ¿O no?.


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