El cicloturismo, una terapia distinta y una forma innovadora para un “desenchufe” sobre ruedas

Una bicicleta puede convertirse en un vehículo, en un transporte y también en una manera de ver la vida diferente. Y se convirtió para muchas personas en tiempos de encierro pandémico en una alternativa para volver a encontrarse con el aire libre y la vida sana.

14 FEB 2021 - 20:35 | Actualizado

Por Ismael Tebes / @ismatebes

Daniel Santilli es referente de “Comodoro Sobre Ruedas”, una agrupación que además de guiar en el uso, los cuidados y aspectos de seguridad que implica circular en “bici” también lleva adelante distintas acciones solidarias.

Hay en carpeta circuitos gratuitos bajo la consigna “Sumate al Cicloturismo”, los días martes y jueves a las 17.30 para el nivel inicial, una suerte de “Academia” sin papeles para poder disfrutar en plenitud de los recursos y en especial, de las sensaciones.

“Todos podemos aprender. Ahora es un furor y no recuerdo haber visto tantas bicicletas juntas. Lamentablemente no se usa casco y se circula en contramano, por la izquierda y no por la derecha. Esto se convirtió en un boom y es a la vez un medio de transporte porque al haber tantos autos, muchos optaron por este medio para movilizarse y también disfrutar del aire libre”.

Santilli comparó a la bicicleta con un auto en términos de responsabilidad. Y planteó respetar semáforos, el cruce de peatones y los sentidos de circulación. “Creo que ni los bicicleteros tienen una magnitud de la cantidad de bicis que hay. Si digo que hay más de dos mil en circulación, no me equivoco”.

En cuanto a las pautas principales y a la prestación eficiente de este rodado, el referente de “Comodoro Sobre Ruedas” indicó que se requiere de un conocimiento en cuanto a los componentes y las características de cada unidad. “Ahora traen un montón de cambios de marcha y el mismo cuerpo va marcando qué piñón utilizar y en qué momento. Cuando se compre una bici debería incluirse un manual para que la gente aprenda”.

Santilli junto a Claudio Cseh formaron esta agrupación de ciclistas, unidos por la misma pasión hace cinco años y a lo largo del tiempo han albergado a más de doscientos cincuenta aficionados.

Si bien no hay un propósito competitivo, se apunta a la “terapia en dos ruedas” dejando de lado las preocupaciones diarias, los problemas familiares o de salud.

“Aprendimos a andar juntos; viajar, parar todos si uno para; a ser solidarios y rodar al ritmo del último. Juntamos más de setenta bicicletas todos los sábados para enseñarle a la gente nueva. Andamos en lugares seguros y llegamos a mover a más de 140 personas por fin de semana”.

La bicicleta parece no tener limitaciones. Se requiere como único requisito el uso del casco y el aprendizaje incluye la posición; la prevención de dolores musculares o articulares transmitiendo en palabras simples, el conocimiento adquirido. “Hay muchísimos portales que enseñan cómo utilizar una bicicleta”, resumió Santilli.

El encierro debido a la pandemia no impidió que el grupo generara actividades y propuestas que trascendieron el deporte y el esparcimiento. “Nos gusta ser uno, la bici y el viento que nos pega en la cara”.

“Nos reinventamos haciendo cosas. Nos contábamos historias y hasta surgió escribir un libro que ya está impreso y estará a disposición de la gente en breve”.

Si bien los valores del mercado no parecen ser accesibles, invertir en la bici equivale a un gasto consciente. “No es barato y los precios se han disparado. Nosotros mismos nos asombramos cuando se nos rompe algo y tenemos que salir a comprarlo”.

“Una cubierta rodado 29 sale 11 mil pesos más que una rueda de auto. Para empezar una bicicleta común sale entre 70 y 80 mil pesos. Muchos han empezado con el Cicloturismo y ahora están midiéndose en la competencia”.

“Comodoro Sobre Ruedas” propone un aprendizaje para conocer la distancia; regular el esfuerzo y compartir en muchos sentidos. El grupo a su vez apadrina un merendero, donó libros a una biblioteca de la Cordillera y pintura para una escuela en Carrenleufú y demás acciones en Camarones, Gaiman y Sarmiento. “Llevamos todo en mano propia. La bicicleta nos enseñó cosas que quizás no teníamos”.

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14 FEB 2021 - 20:35

Por Ismael Tebes / @ismatebes

Daniel Santilli es referente de “Comodoro Sobre Ruedas”, una agrupación que además de guiar en el uso, los cuidados y aspectos de seguridad que implica circular en “bici” también lleva adelante distintas acciones solidarias.

Hay en carpeta circuitos gratuitos bajo la consigna “Sumate al Cicloturismo”, los días martes y jueves a las 17.30 para el nivel inicial, una suerte de “Academia” sin papeles para poder disfrutar en plenitud de los recursos y en especial, de las sensaciones.

“Todos podemos aprender. Ahora es un furor y no recuerdo haber visto tantas bicicletas juntas. Lamentablemente no se usa casco y se circula en contramano, por la izquierda y no por la derecha. Esto se convirtió en un boom y es a la vez un medio de transporte porque al haber tantos autos, muchos optaron por este medio para movilizarse y también disfrutar del aire libre”.

Santilli comparó a la bicicleta con un auto en términos de responsabilidad. Y planteó respetar semáforos, el cruce de peatones y los sentidos de circulación. “Creo que ni los bicicleteros tienen una magnitud de la cantidad de bicis que hay. Si digo que hay más de dos mil en circulación, no me equivoco”.

En cuanto a las pautas principales y a la prestación eficiente de este rodado, el referente de “Comodoro Sobre Ruedas” indicó que se requiere de un conocimiento en cuanto a los componentes y las características de cada unidad. “Ahora traen un montón de cambios de marcha y el mismo cuerpo va marcando qué piñón utilizar y en qué momento. Cuando se compre una bici debería incluirse un manual para que la gente aprenda”.

Santilli junto a Claudio Cseh formaron esta agrupación de ciclistas, unidos por la misma pasión hace cinco años y a lo largo del tiempo han albergado a más de doscientos cincuenta aficionados.

Si bien no hay un propósito competitivo, se apunta a la “terapia en dos ruedas” dejando de lado las preocupaciones diarias, los problemas familiares o de salud.

“Aprendimos a andar juntos; viajar, parar todos si uno para; a ser solidarios y rodar al ritmo del último. Juntamos más de setenta bicicletas todos los sábados para enseñarle a la gente nueva. Andamos en lugares seguros y llegamos a mover a más de 140 personas por fin de semana”.

La bicicleta parece no tener limitaciones. Se requiere como único requisito el uso del casco y el aprendizaje incluye la posición; la prevención de dolores musculares o articulares transmitiendo en palabras simples, el conocimiento adquirido. “Hay muchísimos portales que enseñan cómo utilizar una bicicleta”, resumió Santilli.

El encierro debido a la pandemia no impidió que el grupo generara actividades y propuestas que trascendieron el deporte y el esparcimiento. “Nos gusta ser uno, la bici y el viento que nos pega en la cara”.

“Nos reinventamos haciendo cosas. Nos contábamos historias y hasta surgió escribir un libro que ya está impreso y estará a disposición de la gente en breve”.

Si bien los valores del mercado no parecen ser accesibles, invertir en la bici equivale a un gasto consciente. “No es barato y los precios se han disparado. Nosotros mismos nos asombramos cuando se nos rompe algo y tenemos que salir a comprarlo”.

“Una cubierta rodado 29 sale 11 mil pesos más que una rueda de auto. Para empezar una bicicleta común sale entre 70 y 80 mil pesos. Muchos han empezado con el Cicloturismo y ahora están midiéndose en la competencia”.

“Comodoro Sobre Ruedas” propone un aprendizaje para conocer la distancia; regular el esfuerzo y compartir en muchos sentidos. El grupo a su vez apadrina un merendero, donó libros a una biblioteca de la Cordillera y pintura para una escuela en Carrenleufú y demás acciones en Camarones, Gaiman y Sarmiento. “Llevamos todo en mano propia. La bicicleta nos enseñó cosas que quizás no teníamos”.


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