“Sigo viviendo el calvario cada día”, dijo la mujer abusada por el pastor

Enojo en El Maitén con el Superior Tribunal de Justicia.

Movilizados. Buena parte de la comunidad de El Maitén sigue reclamando por un proceso que el Superior decidió que debía reiniciarse.
21 FEB 2021 - 20:27 | Actualizado

Sigo viviendo ese calvario todos los días”, dijo la mujer abusada por el pastor evangélico cuya condena fue anulada por el Superior Tribunal de Justicia. Desde el colectivo “Ni una menos” de esa localidad calificaron que “con dolor e indignación, no podemos creer que el Poder Judicial vuelva a exponer a quienes fueron víctimas de este hombre perverso que ya fue condenado, pero que por una cuestión de papeleo en pandemia y, evidentemente, amigos muy poderosos sigue libre. Estamos hartas de un sistema que aún, pese a todo el corpus legal que contempla la perspectiva de género, sigue negando el acceso a la justicia, manosea, degrada y cuida a violadores y abusadores”. Fue en referencia al fallo del STJ que ordenó repetir el juicio contra el pastor evangélico Samuel Figueroa, considerado culpable del abuso sexual de su propia hijastra y sentenciado a cumplir 14 años de cárcel.

Los hechos investigados ocurrieron entre 2000 y 2007, cuando las víctimas eran menores: “Mi prima tenía entre 8 y 15 años cuando fue violada, yo en cambio era adolescente, tenía entre 13 y 14 y lo sufrí hasta los 15 y 16 años, pero finalmente pude hablar y contar todo”, relató una de las mujeres, quien debió mudarse desde El Maitén a Neuquén para rehacer su vida y tratar de olvidar el proceso vivido.

Ante la decisión del STJ, la hijastra abusada (S.C.) señaló ayer que “no lo podía creer, al principio no supe cómo reaccionar en medio de sensaciones y sentimientos encontrados. Pensaba que ya estaba todo concluido después de que tres jueces de Esquel me habían escuchado y habían dado su veredicto”.

Acerca del recurso extraordinario federal que presentó esta semana el procurador Jorge Luis Miquelarena en contra de la sentencia del STJ, la mujer anticipó que “no quiero revivir todo de nuevo solo porque tres personas sentadas detrás de un escritorio dicen que el juicio es nulo por cuestiones burocráticas, pareciera que no escucharon ni leyeron nada de lo que se trataba, no tienen idea de lo que pasó”, recalcó.

“Son hechos aberrantes hacia mi persona y hacia otras que declararon, es una falta de respeto. Ni siquiera se imaginan todo lo que una adolescente tuvo que vivir y callarse durante años”, insistió.

Aún cuando han pasado casi dos décadas, “sigo viviendo ese calvario todos los días. Estoy con tratamiento psicológico y medicada para no estar tirada en una cama sin querer levantarme y sin querer hacer nada. Pensé que luego de la sentencia iba a estar en paz, pero no sé qué vieron estos hombres del STJ, me parece absurdo e injusto su proceder”.

“Si los tuviera enfrente, le diría de todo menos que son buenas personas. Fueron a cuestiones netamente técnicas, olvidando lo humano y obviando incluso que Samuel Figueroa quedó conforme con la condena y no apeló, aún cuando no lo asumió ni lo reconoció durante el juicio”, recordó. “Tampoco quiero pensar que haya alguna mano política que lo esté ayudando, porque sino la justicia sería una porquería y no quiero pensar que ello ocurra en nuestra provincia”.

La mujer reflejó que “todavía hay parte de la sociedad de El Maitén que se resiste a creer que Figueroa no sea tan buena persona como creían. Incluso se preguntan si estoy diciendo la verdad. Sinceramente, me importa poco lo que piensa esa minoría. Tengo amigos y compañeros de trabajo que me apoyan y me han ayudado mucho”.

“Igual entiendo a los que piensan distinto, ya que él es alguien que manipula a las personas. Por ser pastor, así ocurrió con la familia por mucho tiempo”, agregó.

Acerca de su opinión sobre la iglesia evangélica, remarcó que “es mala, porque es un martirio que comencé a vivir desde los 8 años, sumado a las prohibiciones, donde lo que decía Figueroa era palabra santa. Recién lo estoy pudiendo ver y comprobar todo lo que me perjudicó de grande para tomar decisiones. Por entonces, no me daba cuenta. Incluso, luego de lo que pasó, él me decía que Dios lo quería así y yo lo aceptaba, aún cuando muchas veces me preguntaba por qué Dios querría algo así para mí, tan feo y espantoso”.

“El día que esté en la cárcel podré cerrar este capítulo, una etapa muy fea de mi vida, aunque será muy difícil que pueda ser feliz”, concluyó.

Movilizados. Buena parte de la comunidad de El Maitén sigue reclamando por un proceso que el Superior decidió que debía reiniciarse.
21 FEB 2021 - 20:27

Sigo viviendo ese calvario todos los días”, dijo la mujer abusada por el pastor evangélico cuya condena fue anulada por el Superior Tribunal de Justicia. Desde el colectivo “Ni una menos” de esa localidad calificaron que “con dolor e indignación, no podemos creer que el Poder Judicial vuelva a exponer a quienes fueron víctimas de este hombre perverso que ya fue condenado, pero que por una cuestión de papeleo en pandemia y, evidentemente, amigos muy poderosos sigue libre. Estamos hartas de un sistema que aún, pese a todo el corpus legal que contempla la perspectiva de género, sigue negando el acceso a la justicia, manosea, degrada y cuida a violadores y abusadores”. Fue en referencia al fallo del STJ que ordenó repetir el juicio contra el pastor evangélico Samuel Figueroa, considerado culpable del abuso sexual de su propia hijastra y sentenciado a cumplir 14 años de cárcel.

Los hechos investigados ocurrieron entre 2000 y 2007, cuando las víctimas eran menores: “Mi prima tenía entre 8 y 15 años cuando fue violada, yo en cambio era adolescente, tenía entre 13 y 14 y lo sufrí hasta los 15 y 16 años, pero finalmente pude hablar y contar todo”, relató una de las mujeres, quien debió mudarse desde El Maitén a Neuquén para rehacer su vida y tratar de olvidar el proceso vivido.

Ante la decisión del STJ, la hijastra abusada (S.C.) señaló ayer que “no lo podía creer, al principio no supe cómo reaccionar en medio de sensaciones y sentimientos encontrados. Pensaba que ya estaba todo concluido después de que tres jueces de Esquel me habían escuchado y habían dado su veredicto”.

Acerca del recurso extraordinario federal que presentó esta semana el procurador Jorge Luis Miquelarena en contra de la sentencia del STJ, la mujer anticipó que “no quiero revivir todo de nuevo solo porque tres personas sentadas detrás de un escritorio dicen que el juicio es nulo por cuestiones burocráticas, pareciera que no escucharon ni leyeron nada de lo que se trataba, no tienen idea de lo que pasó”, recalcó.

“Son hechos aberrantes hacia mi persona y hacia otras que declararon, es una falta de respeto. Ni siquiera se imaginan todo lo que una adolescente tuvo que vivir y callarse durante años”, insistió.

Aún cuando han pasado casi dos décadas, “sigo viviendo ese calvario todos los días. Estoy con tratamiento psicológico y medicada para no estar tirada en una cama sin querer levantarme y sin querer hacer nada. Pensé que luego de la sentencia iba a estar en paz, pero no sé qué vieron estos hombres del STJ, me parece absurdo e injusto su proceder”.

“Si los tuviera enfrente, le diría de todo menos que son buenas personas. Fueron a cuestiones netamente técnicas, olvidando lo humano y obviando incluso que Samuel Figueroa quedó conforme con la condena y no apeló, aún cuando no lo asumió ni lo reconoció durante el juicio”, recordó. “Tampoco quiero pensar que haya alguna mano política que lo esté ayudando, porque sino la justicia sería una porquería y no quiero pensar que ello ocurra en nuestra provincia”.

La mujer reflejó que “todavía hay parte de la sociedad de El Maitén que se resiste a creer que Figueroa no sea tan buena persona como creían. Incluso se preguntan si estoy diciendo la verdad. Sinceramente, me importa poco lo que piensa esa minoría. Tengo amigos y compañeros de trabajo que me apoyan y me han ayudado mucho”.

“Igual entiendo a los que piensan distinto, ya que él es alguien que manipula a las personas. Por ser pastor, así ocurrió con la familia por mucho tiempo”, agregó.

Acerca de su opinión sobre la iglesia evangélica, remarcó que “es mala, porque es un martirio que comencé a vivir desde los 8 años, sumado a las prohibiciones, donde lo que decía Figueroa era palabra santa. Recién lo estoy pudiendo ver y comprobar todo lo que me perjudicó de grande para tomar decisiones. Por entonces, no me daba cuenta. Incluso, luego de lo que pasó, él me decía que Dios lo quería así y yo lo aceptaba, aún cuando muchas veces me preguntaba por qué Dios querría algo así para mí, tan feo y espantoso”.

“El día que esté en la cárcel podré cerrar este capítulo, una etapa muy fea de mi vida, aunque será muy difícil que pueda ser feliz”, concluyó.


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