Europa reaviva el debate sobre el pasaporte sanitario con certificado para reactivar el turismo

La Unión Europea (UE) presentó hoy un certificado sanitario para permitir una mejor circulación de los inmunizados contra el coronavirus, en medio de un debate a nivel mundial por esta medida que reclaman los sectores más golpeados por los efectos económicos de la pandemia como el turismo, pero que también genera rechazo con argumentos que van desde una afrenta a las libertades hasta el poco conocimiento que se tiene todavía de las vacunas.

17 MAR 2021 - 13:44 | Actualizado

La presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, dio a conocer el proyecto para lanzar el documento, formalmente llamado "Certificado Digital Verde", que registrará que el portador fue vacunado, es inmune o obtuvo resultado negativo de un examen de PCR, precisó la agencia de noticias AFP.

"Queremos ayudar a los Estados miembros a restablecer la libertad de circulación de una forma segura, responsable y digna de confianza", dijo la dirigente alemana.

El comisario europeo de Justicia, Didier Reynders, se dedicó a aclarar que no se trata de un "pasaporte sanitario", ante la controversia que genera esta idea, y apuntó que el certificado "no será un requisito previo para ejercer el derecho a la libre circulación y no discriminará de ningún modo".

Con relación a la vacunación, el documento tendrá en cuenta las cuatro que ya fueron autorizadas para su aplicación en la UE: las de BioNTech/Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Johnson & Johnson.

O sea, deja afuera a otros fármacos como el Sputnik V o las de origen chino como Sinopharm que pudieron ser administradas a ciudadanos europeos que se encontraban en el extranjero o en países del bloque donde sí están autorizadas como Hungría y Eslovaquia, aunque la UE permitirá que cada Gobierno decida si acepta la certificación emitida por otras vacunas.

El documento será válido en todos los países europeos y la intención de la Comisión es que esté disponible a tiempo para la temporada del verano boreal (de fines de junio a fines de septiembre), dando cuenta que su implementación fue impulsada por los países que mayores ingresos obtienen del turismo como Grecia y España.

No obstante, la iniciativa no está libre de criticas y suscita severos cuestionamientos, algunos desde un punto de vista científico, ya que aún existen incertidumbres acerca de si las personas vacunadas pueden portar el virus de forma asintomática y transmitirlo.

Tampoco hay conocimientos exactos del tiempo que puede durar la inmunización tras recibir la inoculación y sobre la efectividad de todas las vacunas frente a las cepas ya detectadas y las que podrían surgir.

Además, las campañas de vacunación en la UE lograron que apenas el 3,5% de la población reciba las dos dosis, y por ello se teme una discriminación en perjuicio de las personas que aún aguardan su vacuna.

Incluso el presidente de los Aeropuertos de París, Augustin de Romanet, que ve como "favorable" la medida que ayudaría a una reactivación turística, calificó de "orwelliano" caer en un sistema "en el que por el hecho de que uno no se ha vacunado no puede ni franquear la puerta de la panadería".

Bélgica, en particular, se mostró reacia dentro de la UE a la idea de condicionar la entrada a un país europeo a la presentación de un certificado de vacunación, cuando las vacunas no son de administración obligatoria ya que muchas de ellas tienen una aprobación de emergencia ante la pandemia.

Sin embargo, este concepto no es nuevo y muchos países imponen la obligación de vacunarse de ciertas enfermedades para entrar en su territorio, como puede ser el caso de la fiebre amarilla.

En ese caso, los centros de salud entregan una cartilla de vacunación amarilla, oficialmente llamada "Certificado internacional de vacunación o profilaxis", reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Ante la emergencia de coronavirus, China lanzó este mes un pasaporte digital destinado a sus ciudadanos con el que podrán demostrar en qué situación sanitaria se encuentran cuando viajen hacia o desde el extranjero.

Según informaron fuentes del Gobierno del gigante asiático citadas por la agencia de noticias Xinhua, este "certificado sanitario para los viajes internacionales" es una aplicación para smartphones que muestra y verifica el historial de vacunación y los resultados de los test de Covid-19 (PCR y anticuerpos) del usuario.

Estados Unidos y el Reino Unido estudian lanzar sistemas similares, mientras que Estonia aprovechó que ya cuenta con su propio sistema de historiales médicos electrónicos con información sobre las vacuna, para testear su implementación.

Otra de las críticas apunta a la protección de datos personales del usuario en estos certificados, y por eso la UE aclaró que incluirá un volumen "limitado" de información a la que solo se podrá acceder para confirmar y verificar la autenticidad y validez del documento, indicó la agencia de noticias Europa Press.

Si se aprueba el certificado, que aún debe ser negociado con el Consejo y la Eurocámara, la Comisión también pide que sea una medida "temporal" que sea suspendida en el momento en que la OMS declare el final de la emergencia sanitaria, pero que podría ser reactivado en el futuro en caso de nuevas pandemias.

Las más leídas

17 MAR 2021 - 13:44

La presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, dio a conocer el proyecto para lanzar el documento, formalmente llamado "Certificado Digital Verde", que registrará que el portador fue vacunado, es inmune o obtuvo resultado negativo de un examen de PCR, precisó la agencia de noticias AFP.

"Queremos ayudar a los Estados miembros a restablecer la libertad de circulación de una forma segura, responsable y digna de confianza", dijo la dirigente alemana.

El comisario europeo de Justicia, Didier Reynders, se dedicó a aclarar que no se trata de un "pasaporte sanitario", ante la controversia que genera esta idea, y apuntó que el certificado "no será un requisito previo para ejercer el derecho a la libre circulación y no discriminará de ningún modo".

Con relación a la vacunación, el documento tendrá en cuenta las cuatro que ya fueron autorizadas para su aplicación en la UE: las de BioNTech/Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Johnson & Johnson.

O sea, deja afuera a otros fármacos como el Sputnik V o las de origen chino como Sinopharm que pudieron ser administradas a ciudadanos europeos que se encontraban en el extranjero o en países del bloque donde sí están autorizadas como Hungría y Eslovaquia, aunque la UE permitirá que cada Gobierno decida si acepta la certificación emitida por otras vacunas.

El documento será válido en todos los países europeos y la intención de la Comisión es que esté disponible a tiempo para la temporada del verano boreal (de fines de junio a fines de septiembre), dando cuenta que su implementación fue impulsada por los países que mayores ingresos obtienen del turismo como Grecia y España.

No obstante, la iniciativa no está libre de criticas y suscita severos cuestionamientos, algunos desde un punto de vista científico, ya que aún existen incertidumbres acerca de si las personas vacunadas pueden portar el virus de forma asintomática y transmitirlo.

Tampoco hay conocimientos exactos del tiempo que puede durar la inmunización tras recibir la inoculación y sobre la efectividad de todas las vacunas frente a las cepas ya detectadas y las que podrían surgir.

Además, las campañas de vacunación en la UE lograron que apenas el 3,5% de la población reciba las dos dosis, y por ello se teme una discriminación en perjuicio de las personas que aún aguardan su vacuna.

Incluso el presidente de los Aeropuertos de París, Augustin de Romanet, que ve como "favorable" la medida que ayudaría a una reactivación turística, calificó de "orwelliano" caer en un sistema "en el que por el hecho de que uno no se ha vacunado no puede ni franquear la puerta de la panadería".

Bélgica, en particular, se mostró reacia dentro de la UE a la idea de condicionar la entrada a un país europeo a la presentación de un certificado de vacunación, cuando las vacunas no son de administración obligatoria ya que muchas de ellas tienen una aprobación de emergencia ante la pandemia.

Sin embargo, este concepto no es nuevo y muchos países imponen la obligación de vacunarse de ciertas enfermedades para entrar en su territorio, como puede ser el caso de la fiebre amarilla.

En ese caso, los centros de salud entregan una cartilla de vacunación amarilla, oficialmente llamada "Certificado internacional de vacunación o profilaxis", reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Ante la emergencia de coronavirus, China lanzó este mes un pasaporte digital destinado a sus ciudadanos con el que podrán demostrar en qué situación sanitaria se encuentran cuando viajen hacia o desde el extranjero.

Según informaron fuentes del Gobierno del gigante asiático citadas por la agencia de noticias Xinhua, este "certificado sanitario para los viajes internacionales" es una aplicación para smartphones que muestra y verifica el historial de vacunación y los resultados de los test de Covid-19 (PCR y anticuerpos) del usuario.

Estados Unidos y el Reino Unido estudian lanzar sistemas similares, mientras que Estonia aprovechó que ya cuenta con su propio sistema de historiales médicos electrónicos con información sobre las vacuna, para testear su implementación.

Otra de las críticas apunta a la protección de datos personales del usuario en estos certificados, y por eso la UE aclaró que incluirá un volumen "limitado" de información a la que solo se podrá acceder para confirmar y verificar la autenticidad y validez del documento, indicó la agencia de noticias Europa Press.

Si se aprueba el certificado, que aún debe ser negociado con el Consejo y la Eurocámara, la Comisión también pide que sea una medida "temporal" que sea suspendida en el momento en que la OMS declare el final de la emergencia sanitaria, pero que podría ser reactivado en el futuro en caso de nuevas pandemias.


NOTICIAS RELACIONADAS