“No todo el pueblo tiene agua y es difícil pedirle a la gente que se lave las manos y tome las medidas de prevención. Abrimos la canilla del agua y sale olor a humo. Además, el agua trae sedimentos”, explicó en comunicación con Cadena Tiempo.
Aunque la parte más aguda del siniestro quedó atrás, la situación en la localidad sigue presentando complejidad: “Ahora hay un arduo trabajo de contención emocional. Acá todos nos conocemos, es muy duro. Sabemos que comienza un proceso largo”.
“No hay palabras para describir lo que pasó. Fue muy difícil. En cinco o seis horas el fuego arrasó con todo. Fue devastador”, agregó el profesional.
“No todo el pueblo tiene agua y es difícil pedirle a la gente que se lave las manos y tome las medidas de prevención. Abrimos la canilla del agua y sale olor a humo. Además, el agua trae sedimentos”, explicó en comunicación con Cadena Tiempo.
Aunque la parte más aguda del siniestro quedó atrás, la situación en la localidad sigue presentando complejidad: “Ahora hay un arduo trabajo de contención emocional. Acá todos nos conocemos, es muy duro. Sabemos que comienza un proceso largo”.
“No hay palabras para describir lo que pasó. Fue muy difícil. En cinco o seis horas el fuego arrasó con todo. Fue devastador”, agregó el profesional.