“Perdimos todo, reconstruir significa una fortuna”: el relato de otra víctima de los incendios en la Comarca Andina

Ingrid Sibiger, propietaria de la Posada Olaf, contó en Cadena Tiempo cómo se vive después de la catástrofe. “Ni siquiera ha venido el Municipio a preguntarme cómo estoy”.

23 MAR 2021 - 20:32 | Actualizado

La Posada de Olaf, en Lago Puelo, es una de las tantas propiedades arrasadas por el fuego durante los incendios que azotaron la Comarca Andina. Sus propietarios perdieron todo y aún viven momentos de desazón. Ingrid Sibiger, propietaria del lugar, en diálogo con Cadena Tiempo contó con dolor cómo se vive después de esta tragedia.

Minutos antes de la entrevista, Ingrid y su marido recibieron el presupuesto para la reconstrucción de sus cabañas. “Me cayó un balde de agua fría encima”, dijo. “Perdimos todo y empezar a reconstruir significa una fortuna”.

Ingrid no pudo contener las lágrimas. Tuvieron ayuda de familiares, amigos y gente que ni siquiera conocen. “Eso es lo que te empuja a empezar de vuelta, pero a veces en el camino hay piedrotas, y son las que a veces te caen encima y te aplastan por un rato”.

Una vida difícil

Ingrid y su marido están acostumbrados a los tumbos de la vida. Son de Buenos Aires, pero vivieron mucho tiempo en California, Estados Unidos. “Allá es todo un poco más ordenado”, contó Ingrid. Visitaban la Comarca Andina con frecuencia, porque Ingrid tiene familia en El Bolsón. Un día, la economía los obligó a volver a Argentina, y fue entonces cuando eligieron la Comarca para establecerse.

Señaló las diferencias entre vivir en Estados Unidos y Argentina. “Acá hay que ser más suelto para sortear obstáculos. Nos rehicimos como personas, nos dimos cuenta que no se puede seguir el camino recto. Después de 4 años de vivir acá encontramos este lugar. Con los ahorros que teníamos y un empujoncito de mi familia pudimos comprarlo. El primer año fue bien. Habíamos encontrado tranquilidad económica para vivir bien y tranquilos. Acá tuvimos hantavirus, después la pandemia y ahora esto. Ha sido un sinfín de tropiezos”.

Tienen dos hijas, de 8 y 10 años. Ahora luchan por ellas. “Tenés que levantarte porque hay que demostrarle a ellas que eso hay que hacer”.

La Posada de Olaf era un complejo que constaba de 3 cabañas, una casa y un restorán. Solo una cabaña se salvó del fuego, gracias al trabajo a destajo de los bomberos voluntarios de El Bolsón.

La noche del incendio, decidieron volver a su propiedad con la intención de salvar algo. “Vimos que se estaba quemando la segunda cabaña y estaban los bomberos afuera. Salí llorando y me puse de rodillas, con las manos cruzadas les rogué que por favor apagaran lo que se estaba quemando así me quedaba un lugar donde vivir. Gracias a ellos me quedó la última cabañita en pie, que es donde estamos viviendo”.

Después de la terrible noche del fuego, debieron pasar días de vigilancia en su propiedad destruida para evitar saqueos. “Quisieron venir a robar chapas y andaban revisando entre los escombros a ver si había quedado algo.

Ayuda solidaria

No están solos. El pasado fin de semana, cinco de sus amigos pagaron un camión y un volquete para levantar los escombros que habían quedado en el lugar. “Se llevaron 70 viajes de escombros de mi casa. Ese día había un montón de gente limpiando, sacando hollín de las paredes, de los baños, de los pisos. Cuando ves eso te das cuenta que no podes sentarte a mirar el tiempo pasar”.

Más allá de la solidaridad de la gente, que fue inmensa, Ingrid asegura que no ha recibido ayuda municipal. “Ni siquiera ha venido el Municipio acá por empatía a preguntarme cómo estoy. Los vi al frente de mi casa sacándose fotos como si estuvieran en una fiesta”. Les prometieron ayuda económica y créditos blandos, sin embargo Ingrid asegura: “Los tiempos de ellos no son como los nuestros”.

El propio gobernador de Chubut, Mariano Arcioni, se apersonó en el lugar del siniestro forestal y prometió ayudar a los damnificados. “El gobernador estuvo y se comprometió, me lo dijo en la cara de palabra y me dio la mano. Para mí eso significa mucho, espero que para él también”.#

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23 MAR 2021 - 20:32

La Posada de Olaf, en Lago Puelo, es una de las tantas propiedades arrasadas por el fuego durante los incendios que azotaron la Comarca Andina. Sus propietarios perdieron todo y aún viven momentos de desazón. Ingrid Sibiger, propietaria del lugar, en diálogo con Cadena Tiempo contó con dolor cómo se vive después de esta tragedia.

Minutos antes de la entrevista, Ingrid y su marido recibieron el presupuesto para la reconstrucción de sus cabañas. “Me cayó un balde de agua fría encima”, dijo. “Perdimos todo y empezar a reconstruir significa una fortuna”.

Ingrid no pudo contener las lágrimas. Tuvieron ayuda de familiares, amigos y gente que ni siquiera conocen. “Eso es lo que te empuja a empezar de vuelta, pero a veces en el camino hay piedrotas, y son las que a veces te caen encima y te aplastan por un rato”.

Una vida difícil

Ingrid y su marido están acostumbrados a los tumbos de la vida. Son de Buenos Aires, pero vivieron mucho tiempo en California, Estados Unidos. “Allá es todo un poco más ordenado”, contó Ingrid. Visitaban la Comarca Andina con frecuencia, porque Ingrid tiene familia en El Bolsón. Un día, la economía los obligó a volver a Argentina, y fue entonces cuando eligieron la Comarca para establecerse.

Señaló las diferencias entre vivir en Estados Unidos y Argentina. “Acá hay que ser más suelto para sortear obstáculos. Nos rehicimos como personas, nos dimos cuenta que no se puede seguir el camino recto. Después de 4 años de vivir acá encontramos este lugar. Con los ahorros que teníamos y un empujoncito de mi familia pudimos comprarlo. El primer año fue bien. Habíamos encontrado tranquilidad económica para vivir bien y tranquilos. Acá tuvimos hantavirus, después la pandemia y ahora esto. Ha sido un sinfín de tropiezos”.

Tienen dos hijas, de 8 y 10 años. Ahora luchan por ellas. “Tenés que levantarte porque hay que demostrarle a ellas que eso hay que hacer”.

La Posada de Olaf era un complejo que constaba de 3 cabañas, una casa y un restorán. Solo una cabaña se salvó del fuego, gracias al trabajo a destajo de los bomberos voluntarios de El Bolsón.

La noche del incendio, decidieron volver a su propiedad con la intención de salvar algo. “Vimos que se estaba quemando la segunda cabaña y estaban los bomberos afuera. Salí llorando y me puse de rodillas, con las manos cruzadas les rogué que por favor apagaran lo que se estaba quemando así me quedaba un lugar donde vivir. Gracias a ellos me quedó la última cabañita en pie, que es donde estamos viviendo”.

Después de la terrible noche del fuego, debieron pasar días de vigilancia en su propiedad destruida para evitar saqueos. “Quisieron venir a robar chapas y andaban revisando entre los escombros a ver si había quedado algo.

Ayuda solidaria

No están solos. El pasado fin de semana, cinco de sus amigos pagaron un camión y un volquete para levantar los escombros que habían quedado en el lugar. “Se llevaron 70 viajes de escombros de mi casa. Ese día había un montón de gente limpiando, sacando hollín de las paredes, de los baños, de los pisos. Cuando ves eso te das cuenta que no podes sentarte a mirar el tiempo pasar”.

Más allá de la solidaridad de la gente, que fue inmensa, Ingrid asegura que no ha recibido ayuda municipal. “Ni siquiera ha venido el Municipio acá por empatía a preguntarme cómo estoy. Los vi al frente de mi casa sacándose fotos como si estuvieran en una fiesta”. Les prometieron ayuda económica y créditos blandos, sin embargo Ingrid asegura: “Los tiempos de ellos no son como los nuestros”.

El propio gobernador de Chubut, Mariano Arcioni, se apersonó en el lugar del siniestro forestal y prometió ayudar a los damnificados. “El gobernador estuvo y se comprometió, me lo dijo en la cara de palabra y me dio la mano. Para mí eso significa mucho, espero que para él también”.#


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