Los agroinsumos son sustancias que sirven para tanto para eliminar plagas y hongos —insecticidas y fungicidas— como para garantizar el desarrollo y crecimiento —fertilizantes— de los cultivos. Sin embargo, un mal uso de ellos puede provocar importantes pérdidas de producción.
Por esta razón, resulta clave administrar y aplicar de manera correcta los agroinsumos. En esta nota, repasamos algunas recomendaciones.
1. Comprar productos de calidad
Muchas veces, para ahorrar costos, los productores optan por adquirir productos más baratos y, por ende, de menor calidad. Esto, a la larga, puede traer consecuencias negativas, ya que esos productos impactan directamente en el cultivo y pueden arruinarlo, provocando pérdidas económicas mayores a aquel porcentaje que ahorramos al comprar insumos.
Por esta razón, la primera recomendación es la de priorizar la calidad de los productos. Para ello, una buena opción es buscar insumos y comparar sus precios y calidad en plataformas de venta especializadas como Agrofy Market.
2. Analizar las necesidades específicas de los cultivos
Otro punto clave para tener en cuenta a la hora de invertir en insumos es realizar una evaluación previa de lo que necesitamos. Cada cultivo es diferente y resulta esencial conocer cuáles son sus características específicas.
Esto nos permitirá comprar el agroinsumo que mejor se adapte a sus necesidades. De esta manera, su acción será mucho más eficiente y podremos observar rápidamente los resultados en nuestros cultivos.
3. Seguir las recomendaciones del fabricante
Cada insumo incluye en su etiqueta las recomendaciones para su correcta aplicación y uso. Es muy importante seguirlas, ya que, de esta manera, evitaremos desperdicios o problemas con los mismos.
Entre las precisiones más importantes está por ejemplo, el almacenamiento adecuado, donde nos indicarán cuáles son los espacios y las temperaturas ideales para su mantenimiento. También, encontraremos información acerca de cuáles son los equipamientos recomendados así como los cuidados y precauciones necesarios.
4. Monitorear la frecuencia de aplicación
Otra recomendación fundamental es garantizar que se cumplan los requisitos de aplicación. Estos productos exigen proporciones específicas y en sitios precisos. De no seguir estas indicaciones, los resultados pueden ser contraproducentes.
Por esta razón, resulta clave monitorear y cuidar la correcta aplicación de los insumos. Si no, es probable que dañemos el cultivo.
5. Utilizar el equipamiento adecuado
Para empezar, al tratarse de sustancias químicas, contar con los equipos adecuados resulta clave para la seguridad de los operarios. Pero, además, la calidad de los componentes varía según el método de aplicación. Por esta razón, es clave consultar y utilizar el equipamiento adecuado para cada insumo específico.
Por ejemplo, los fertilizantes pueden aplicarse por fertirriego, pulverización foliar o de manera directa. Dependiendo de las recomendaciones del fabricante, sabremos cuál es la forma más adecuada. Así, evitaremos tanto daños al cultivo como el desperdicio innecesario de los insumos.
Los agroinsumos son sustancias que sirven para tanto para eliminar plagas y hongos —insecticidas y fungicidas— como para garantizar el desarrollo y crecimiento —fertilizantes— de los cultivos. Sin embargo, un mal uso de ellos puede provocar importantes pérdidas de producción.
Por esta razón, resulta clave administrar y aplicar de manera correcta los agroinsumos. En esta nota, repasamos algunas recomendaciones.
1. Comprar productos de calidad
Muchas veces, para ahorrar costos, los productores optan por adquirir productos más baratos y, por ende, de menor calidad. Esto, a la larga, puede traer consecuencias negativas, ya que esos productos impactan directamente en el cultivo y pueden arruinarlo, provocando pérdidas económicas mayores a aquel porcentaje que ahorramos al comprar insumos.
Por esta razón, la primera recomendación es la de priorizar la calidad de los productos. Para ello, una buena opción es buscar insumos y comparar sus precios y calidad en plataformas de venta especializadas como Agrofy Market.
2. Analizar las necesidades específicas de los cultivos
Otro punto clave para tener en cuenta a la hora de invertir en insumos es realizar una evaluación previa de lo que necesitamos. Cada cultivo es diferente y resulta esencial conocer cuáles son sus características específicas.
Esto nos permitirá comprar el agroinsumo que mejor se adapte a sus necesidades. De esta manera, su acción será mucho más eficiente y podremos observar rápidamente los resultados en nuestros cultivos.
3. Seguir las recomendaciones del fabricante
Cada insumo incluye en su etiqueta las recomendaciones para su correcta aplicación y uso. Es muy importante seguirlas, ya que, de esta manera, evitaremos desperdicios o problemas con los mismos.
Entre las precisiones más importantes está por ejemplo, el almacenamiento adecuado, donde nos indicarán cuáles son los espacios y las temperaturas ideales para su mantenimiento. También, encontraremos información acerca de cuáles son los equipamientos recomendados así como los cuidados y precauciones necesarios.
4. Monitorear la frecuencia de aplicación
Otra recomendación fundamental es garantizar que se cumplan los requisitos de aplicación. Estos productos exigen proporciones específicas y en sitios precisos. De no seguir estas indicaciones, los resultados pueden ser contraproducentes.
Por esta razón, resulta clave monitorear y cuidar la correcta aplicación de los insumos. Si no, es probable que dañemos el cultivo.
5. Utilizar el equipamiento adecuado
Para empezar, al tratarse de sustancias químicas, contar con los equipos adecuados resulta clave para la seguridad de los operarios. Pero, además, la calidad de los componentes varía según el método de aplicación. Por esta razón, es clave consultar y utilizar el equipamiento adecuado para cada insumo específico.
Por ejemplo, los fertilizantes pueden aplicarse por fertirriego, pulverización foliar o de manera directa. Dependiendo de las recomendaciones del fabricante, sabremos cuál es la forma más adecuada. Así, evitaremos tanto daños al cultivo como el desperdicio innecesario de los insumos.