La Clave del Día / Un salto de calidad

04 MAY 2021 - 20:56 | Actualizado

Los datos son inapelables. En Chubut las mujeres representan sólo un 39% en los juzgados de Primera Instancia, un 34% de mujeres en las Cámaras y nunca ninguna mujer fue ministra del Superior Tribunal de Justicia. No faltaron candidatas, pero no hubo nombramiento alguno en un órgano, el máximo del Poder Judicial provincial, que sufre de ausencias, cuatro para ser precisos. No es cuestión, tampoco, de fomentar que ingrese una mujer porque sí con el objetivo de “desarmar” una estructura “clasista, racista y patriarcal” del sistema, tal como se pretende desde algunos lugares donde la teoría negro o blanco parece primar. No. Se debe sumar una representante del género femenino por su capacidad y vocación de Justicia y por su mirada distinta al hombre. Ni mejor, ni peor. Diferente. Y que en esa diferencia, se optimicen los recursos existentes y se obtengan los mejores resultados deseados. La historia puede dar la razón a una cierta reticencia a nombrar ministras. Y allí se puede admitir que ha existido una estructura machista y patriarcal.

Los tiempos cambian. Los paradigmas también. Y es tiempo de cambios. Y de visión. Dando –como se reclama- un salto de calidad. Cosa que para la Justicia no será poco.

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04 MAY 2021 - 20:56

Los datos son inapelables. En Chubut las mujeres representan sólo un 39% en los juzgados de Primera Instancia, un 34% de mujeres en las Cámaras y nunca ninguna mujer fue ministra del Superior Tribunal de Justicia. No faltaron candidatas, pero no hubo nombramiento alguno en un órgano, el máximo del Poder Judicial provincial, que sufre de ausencias, cuatro para ser precisos. No es cuestión, tampoco, de fomentar que ingrese una mujer porque sí con el objetivo de “desarmar” una estructura “clasista, racista y patriarcal” del sistema, tal como se pretende desde algunos lugares donde la teoría negro o blanco parece primar. No. Se debe sumar una representante del género femenino por su capacidad y vocación de Justicia y por su mirada distinta al hombre. Ni mejor, ni peor. Diferente. Y que en esa diferencia, se optimicen los recursos existentes y se obtengan los mejores resultados deseados. La historia puede dar la razón a una cierta reticencia a nombrar ministras. Y allí se puede admitir que ha existido una estructura machista y patriarcal.

Los tiempos cambian. Los paradigmas también. Y es tiempo de cambios. Y de visión. Dando –como se reclama- un salto de calidad. Cosa que para la Justicia no será poco.


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