Editorial / Otro aporte a la confusión general

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22 MAY 2021 - 21:08 | Actualizado

Pandemia y política. Una u otra. Las dos juntas, difícil. La semana se cerró con una confusión generalizada en cuanto a las duras medidas de restricción que anunció el Gobierno nacional y que la mayoría de los distritos del país duda en aplicar sin matices. La segunda ola llegó (hace rato) y ahora lo que se está viviendo son los vientos huracanados que soplan en la cresta de esa ola.

Las medidas de Nación (como siempre), están apuntadas a tratar de controlar el desmadre que es el AMBA, ese espacio virtual que cubre la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), controlada por el larretismo, y 51 partidos y municipios del Conurbano que la rodea, que son parte de la Provincia de Buenos Aires que gobierna el kirchnerismo puro.

Para tener una idea más acabada: es un lugar en donde viven casi 14 millones de personas dentro de algo más de 13 mil kilómetros cuadrados. Comparada con Chubut, el AMBA es 17 veces más chica en superficie pero tiene la cantidad de habitantes de Chubut multiplicados por 21. Un averno demográfico difícil de controlar.

Para que se entienda, Chubut también está atravesando una segunda ola con contagios en aumento y un alto porcentaje de ocupación de camas de terapia intensiva. Pero la estrategia sanitaria debería estar más enfocada a atacar las debilidades de cada región.

Cuando el presidente Alberto Fernández sale en Cadena Nacional a mostrar su cara de preocupación, le está hablando esencialmente a esos 14 millones de habitantes del AMBA, la mayoría de los cuales vive en una realidad distinta a la del resto.

En Chubut, las medidas de Nación aplicadas a partir de la fría letra de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) no parecen tener demasiado sentido. No se trata de desobedecer sino de aplicar medidas restrictivas más adecuadas a la situación de cada ciudad o localidad.

Está más que claro que Comodoro Rivadavia, por tamaño y densidad poblacional (lo mismo les cabe a Trelew o Puerto Madryn, por ejemplo), requiere de medidas distintas a las de una pequeña localidad del interior, que no está exenta de un brote local (de hecho, ya ocurrió en varios pueblos pequeños) pero que deberá ser atendido con lógica local.

Esperar en vano un DNU de Nación o conferencias de prensa de funcionarios provinciales que no tienen mucho para decir más que hay que esperar un decreto nacional, no parece ser hoy una buena estrategia comunicacional. Hace un año, cuando la gente se estaba “conociendo” con la pandemia, vaya y pase. Pero a esta altura del partido, todos deberín saber qué se puede hacer y qué no. Y los que no acepten las reglas de juego de la convivencia en épocas de emergencia sanitaria, pues entonces que el Estado se las haga recordar. Al resto hay que dejarlo un poco en paz porque ya entendió todo.

Cumbre borrascosa

El otro aporte a la confusión general de los chubutenses lo dio, para variar, el peronismo. Aunque las intenciones de la cumbre del jueves en Trelew hayan sido buenas, el resultado por ahora es por lo menos difuso.

El encuentro hizo mucho ruido en varios sectores, sobre todo los que no fueron convocados y tienen un peso relativo dentro del partido o de la militancia mucho más relevante que el de varios de los invitados. Que no haya habido una sola mujer tampoco cayó bien en los tiempos que corren.

La idea de “unidad” para 2021 y de cara a 2023 es por lo menos una exageración. No porque el objetivo no sea noble en términos políticos sino porque muchos de los que estuvieron presentes hace años que vienen construyendo muros dentro del peronismo que lo único que hacen es dividir y dejar del lado de afuera a los que osan ocupar un lugar.

Es para destacar que Ricardo Sastre, su hermano Gustavo o Adrián Maderna todavía tengan ganas de sentarse a la mesa con los que hasta hace poco los querían echar del partido.

Otros creen que es difícil construir algo con Carlos Linares o Cristóbal López. A algunos les faltan votos y a otros les falta calle.

“Hay dirigentes que se tunean y siguen estando”, ironizó Héctor González, el líder de Luz y Fuerza, para describir el panquequismo de algunos “que cambian de posicionamientos como de calzoncillos y medias”, disparó. “Hay varios que hasta se prueban el traje de candidatos y nunca se pusieron un overol de laburante”, se quejó.

González es uno de los que viene reclamando abrir el partido a todos los sectores, derribar viejas fronteras regionales y armar un peronismo capaz de diseñar una provincia alternativa. Claro que para esto hay que empezar a ganar elecciones y muchos de los que participaron en la reunión del jueves son perdedores seriales de contiendas electorales.

Esta semana, a pesar de los feriados, habrá más reuniones en el Valle y en Comodoro. Los sectores gremiales que brillaron por su ausencia en el tan mentado encuentro del jueves serán convocados a distintas mesas.

En el peronismo de Chubut crece la idea conceptual de que los cambios profundos que hay que hacer deben incluir a muchos actores. Pero el famoso “es con todos” no debería confundirse con dejarse llevar de las narices por “los de siempre”.#

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22 MAY 2021 - 21:08

Pandemia y política. Una u otra. Las dos juntas, difícil. La semana se cerró con una confusión generalizada en cuanto a las duras medidas de restricción que anunció el Gobierno nacional y que la mayoría de los distritos del país duda en aplicar sin matices. La segunda ola llegó (hace rato) y ahora lo que se está viviendo son los vientos huracanados que soplan en la cresta de esa ola.

Las medidas de Nación (como siempre), están apuntadas a tratar de controlar el desmadre que es el AMBA, ese espacio virtual que cubre la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), controlada por el larretismo, y 51 partidos y municipios del Conurbano que la rodea, que son parte de la Provincia de Buenos Aires que gobierna el kirchnerismo puro.

Para tener una idea más acabada: es un lugar en donde viven casi 14 millones de personas dentro de algo más de 13 mil kilómetros cuadrados. Comparada con Chubut, el AMBA es 17 veces más chica en superficie pero tiene la cantidad de habitantes de Chubut multiplicados por 21. Un averno demográfico difícil de controlar.

Para que se entienda, Chubut también está atravesando una segunda ola con contagios en aumento y un alto porcentaje de ocupación de camas de terapia intensiva. Pero la estrategia sanitaria debería estar más enfocada a atacar las debilidades de cada región.

Cuando el presidente Alberto Fernández sale en Cadena Nacional a mostrar su cara de preocupación, le está hablando esencialmente a esos 14 millones de habitantes del AMBA, la mayoría de los cuales vive en una realidad distinta a la del resto.

En Chubut, las medidas de Nación aplicadas a partir de la fría letra de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) no parecen tener demasiado sentido. No se trata de desobedecer sino de aplicar medidas restrictivas más adecuadas a la situación de cada ciudad o localidad.

Está más que claro que Comodoro Rivadavia, por tamaño y densidad poblacional (lo mismo les cabe a Trelew o Puerto Madryn, por ejemplo), requiere de medidas distintas a las de una pequeña localidad del interior, que no está exenta de un brote local (de hecho, ya ocurrió en varios pueblos pequeños) pero que deberá ser atendido con lógica local.

Esperar en vano un DNU de Nación o conferencias de prensa de funcionarios provinciales que no tienen mucho para decir más que hay que esperar un decreto nacional, no parece ser hoy una buena estrategia comunicacional. Hace un año, cuando la gente se estaba “conociendo” con la pandemia, vaya y pase. Pero a esta altura del partido, todos deberín saber qué se puede hacer y qué no. Y los que no acepten las reglas de juego de la convivencia en épocas de emergencia sanitaria, pues entonces que el Estado se las haga recordar. Al resto hay que dejarlo un poco en paz porque ya entendió todo.

Cumbre borrascosa

El otro aporte a la confusión general de los chubutenses lo dio, para variar, el peronismo. Aunque las intenciones de la cumbre del jueves en Trelew hayan sido buenas, el resultado por ahora es por lo menos difuso.

El encuentro hizo mucho ruido en varios sectores, sobre todo los que no fueron convocados y tienen un peso relativo dentro del partido o de la militancia mucho más relevante que el de varios de los invitados. Que no haya habido una sola mujer tampoco cayó bien en los tiempos que corren.

La idea de “unidad” para 2021 y de cara a 2023 es por lo menos una exageración. No porque el objetivo no sea noble en términos políticos sino porque muchos de los que estuvieron presentes hace años que vienen construyendo muros dentro del peronismo que lo único que hacen es dividir y dejar del lado de afuera a los que osan ocupar un lugar.

Es para destacar que Ricardo Sastre, su hermano Gustavo o Adrián Maderna todavía tengan ganas de sentarse a la mesa con los que hasta hace poco los querían echar del partido.

Otros creen que es difícil construir algo con Carlos Linares o Cristóbal López. A algunos les faltan votos y a otros les falta calle.

“Hay dirigentes que se tunean y siguen estando”, ironizó Héctor González, el líder de Luz y Fuerza, para describir el panquequismo de algunos “que cambian de posicionamientos como de calzoncillos y medias”, disparó. “Hay varios que hasta se prueban el traje de candidatos y nunca se pusieron un overol de laburante”, se quejó.

González es uno de los que viene reclamando abrir el partido a todos los sectores, derribar viejas fronteras regionales y armar un peronismo capaz de diseñar una provincia alternativa. Claro que para esto hay que empezar a ganar elecciones y muchos de los que participaron en la reunión del jueves son perdedores seriales de contiendas electorales.

Esta semana, a pesar de los feriados, habrá más reuniones en el Valle y en Comodoro. Los sectores gremiales que brillaron por su ausencia en el tan mentado encuentro del jueves serán convocados a distintas mesas.

En el peronismo de Chubut crece la idea conceptual de que los cambios profundos que hay que hacer deben incluir a muchos actores. Pero el famoso “es con todos” no debería confundirse con dejarse llevar de las narices por “los de siempre”.#


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