La historia de “Inés”, la pichona de cóndor que revolucionó a toda la localidad de Epuyén

07 JUN 2021 - 20:25 | Actualizado

Por alguna razón desconocida, en la tarde del domingo, una pichona de cóndor de aproximadamente un año y medio cayó al valle y debió ser protegida de los perros por una vecina, quien la custodió hasta que llegaron los Bomberos a rescatarla.

Durante la jornada de ayer, luego de ser trasladada hasta una veterinaria de El Bolsón para certificar que no tiene heridas o daños de consideración, aparecieron en escena algunas organizaciones ambientalistas que pidieron llevarla hasta San Carlos de Bariloche “para completar otros estudios, por parte de especialistas”, en contra de la expectativa de la comunidad lugareña para que “sea liberada nuevamente en su hábitat lo antes posible”.

En definitiva, quedó nuevamente en cautiverio en el cuartel de Epuyén hasta que se decida su destino.

“Ahora todos quieren protagonismo y nadie piensa en el animalito, que está estresado y confundido en un ambiente ajeno, sin alimentación y sin tomar agua desde hace dos días. Ojalá no se les ocurra ir a soltarlo a Sierra Pailemán, porque pertenece a esta región”, graficó al respecto un vecino sobre la suerte del pequeño cóndor.

En realidad, toda la geografía de Epuyén es un verdadero paraíso para las aves icónicas de los Andes patagónicos, toda vez que los altos cerros circundantes –con escasa presencia humana o de depredadores- les permite tener un escondite perfecto para sus nidos y desde allí desplazarse a diario hasta unos 200 kilómetros hacia la meseta chubutense para obtener su comida (carroña de animales muertos, principalmente).

Para los habitantes de la zona es habitual verlos levantar vuelo cuando las corrientes térmicas se lo permiten (cerca de horas del mediodía), aprovechando para dar las primeras lecciones a sus pichones.

En el sector hay lugares emblemáticos para observarlos, como “La Condorera”, en lo alto del Parque Municipal Puerto Bonito, o en La Angostura, a pocos metros de la ruta nacional 40, donde utilizan un par de promontorios rocosos (con el río Epuyén al medio) para enseñar a los hijuelos.

En este caso, según detalló el jefe del cuerpo activo del cuartel de Bomberos Voluntarios, Daniel Díaz, “la historia comenzó alrededor de las 18 del domingo, en el callejón Los Pehuenes de la Villa Lago Epuyén, cuando el ave fue vista desplazarse sin poder levantar vuelo. Los vecinos indicaron que hay nidos por allí cerca, a distancia de un kilómetro en las paredes del cerro Pirque, así que se presume que cayó desde allí en una tarde ventosa y con baja temperatura”.

Enseguida puntualizó que “tiene plumaje nuevo en sus patas, es del tamaño un poco superior a un pavo y aparentemente está en buen estado sanitario, aunque no está en condiciones de poder remontar vuelo. Fue encontrada por la vecina Inés Escobar, quien la puso en resguardo de posibles depredadores y curiosos, mientras comenzó a notificar del hallazgo a la Delegación de Bosques y a la Policía.

“Ya con el concurso del Escuadrón 35° de Gendarmería Nacional, se puso en marcha un operativo para buscar un veterinario en El Bolsón”, se supo.

“En tanto –agregó-, los bomberos nos sumamos y cerca de las 22, por recomendación de una profesional, se decidió albergar al cóndor en las instalaciones de nuestro cuartel, en un canil cubierto por una frazada y en una habitación especial, con la premisa de evitar su estrés. Al parecer, está muy bien, ya que desplegó las alas en su totalidad, de una envergadura de casi dos metros, y no se visualiza ninguna lesión”, ilustró Díaz.

Permaneció allí hasta el mediodía del lunes, cuando arribó el delegado del Ministerio de Turismo en la Comarca Andina, Walter Sepúlveda, junto a una patrulla de gendarmes, para trasladar el ave de gran porte hasta la veterinaria “Los Amigos”, en El Bolsón, para certificar sus condiciones físicas.

Inés

Rápidamente, los propios bomberos de Epuyén la bautizaron con el nombre de “Inés”, “en honor a la vecina que la encontró y la protegió”, al tiempo que marcaron su interés “para que sea rápidamente liberada en su hábitat, ya que el nido no está muy lejos y seguramente está siendo esperada por sus padres. Incluso, consultamos con expertos del Parque Nacional Lago Puelo, quienes nos marcaron que sería lo correcto”, señalaron.

Cabe recordar que a los cóndores se los encuentra a lo largo de toda la Cordillera de los Andes, desde Venezuela hasta Tierra del Fuego, pero es más abundante en Chile y Argentina. Es el ave terrestre voladora más grande que habita el mundo. Sus alas alcanzan una envergadura de 3.3 metros y un peso de 12 kilos. Tanto los machos como las hembras adultas poseen un collar blanco alrededor del cuello, pero solo los machos presentan una notable cresta sobre su cabeza.

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07 JUN 2021 - 20:25

Por alguna razón desconocida, en la tarde del domingo, una pichona de cóndor de aproximadamente un año y medio cayó al valle y debió ser protegida de los perros por una vecina, quien la custodió hasta que llegaron los Bomberos a rescatarla.

Durante la jornada de ayer, luego de ser trasladada hasta una veterinaria de El Bolsón para certificar que no tiene heridas o daños de consideración, aparecieron en escena algunas organizaciones ambientalistas que pidieron llevarla hasta San Carlos de Bariloche “para completar otros estudios, por parte de especialistas”, en contra de la expectativa de la comunidad lugareña para que “sea liberada nuevamente en su hábitat lo antes posible”.

En definitiva, quedó nuevamente en cautiverio en el cuartel de Epuyén hasta que se decida su destino.

“Ahora todos quieren protagonismo y nadie piensa en el animalito, que está estresado y confundido en un ambiente ajeno, sin alimentación y sin tomar agua desde hace dos días. Ojalá no se les ocurra ir a soltarlo a Sierra Pailemán, porque pertenece a esta región”, graficó al respecto un vecino sobre la suerte del pequeño cóndor.

En realidad, toda la geografía de Epuyén es un verdadero paraíso para las aves icónicas de los Andes patagónicos, toda vez que los altos cerros circundantes –con escasa presencia humana o de depredadores- les permite tener un escondite perfecto para sus nidos y desde allí desplazarse a diario hasta unos 200 kilómetros hacia la meseta chubutense para obtener su comida (carroña de animales muertos, principalmente).

Para los habitantes de la zona es habitual verlos levantar vuelo cuando las corrientes térmicas se lo permiten (cerca de horas del mediodía), aprovechando para dar las primeras lecciones a sus pichones.

En el sector hay lugares emblemáticos para observarlos, como “La Condorera”, en lo alto del Parque Municipal Puerto Bonito, o en La Angostura, a pocos metros de la ruta nacional 40, donde utilizan un par de promontorios rocosos (con el río Epuyén al medio) para enseñar a los hijuelos.

En este caso, según detalló el jefe del cuerpo activo del cuartel de Bomberos Voluntarios, Daniel Díaz, “la historia comenzó alrededor de las 18 del domingo, en el callejón Los Pehuenes de la Villa Lago Epuyén, cuando el ave fue vista desplazarse sin poder levantar vuelo. Los vecinos indicaron que hay nidos por allí cerca, a distancia de un kilómetro en las paredes del cerro Pirque, así que se presume que cayó desde allí en una tarde ventosa y con baja temperatura”.

Enseguida puntualizó que “tiene plumaje nuevo en sus patas, es del tamaño un poco superior a un pavo y aparentemente está en buen estado sanitario, aunque no está en condiciones de poder remontar vuelo. Fue encontrada por la vecina Inés Escobar, quien la puso en resguardo de posibles depredadores y curiosos, mientras comenzó a notificar del hallazgo a la Delegación de Bosques y a la Policía.

“Ya con el concurso del Escuadrón 35° de Gendarmería Nacional, se puso en marcha un operativo para buscar un veterinario en El Bolsón”, se supo.

“En tanto –agregó-, los bomberos nos sumamos y cerca de las 22, por recomendación de una profesional, se decidió albergar al cóndor en las instalaciones de nuestro cuartel, en un canil cubierto por una frazada y en una habitación especial, con la premisa de evitar su estrés. Al parecer, está muy bien, ya que desplegó las alas en su totalidad, de una envergadura de casi dos metros, y no se visualiza ninguna lesión”, ilustró Díaz.

Permaneció allí hasta el mediodía del lunes, cuando arribó el delegado del Ministerio de Turismo en la Comarca Andina, Walter Sepúlveda, junto a una patrulla de gendarmes, para trasladar el ave de gran porte hasta la veterinaria “Los Amigos”, en El Bolsón, para certificar sus condiciones físicas.

Inés

Rápidamente, los propios bomberos de Epuyén la bautizaron con el nombre de “Inés”, “en honor a la vecina que la encontró y la protegió”, al tiempo que marcaron su interés “para que sea rápidamente liberada en su hábitat, ya que el nido no está muy lejos y seguramente está siendo esperada por sus padres. Incluso, consultamos con expertos del Parque Nacional Lago Puelo, quienes nos marcaron que sería lo correcto”, señalaron.

Cabe recordar que a los cóndores se los encuentra a lo largo de toda la Cordillera de los Andes, desde Venezuela hasta Tierra del Fuego, pero es más abundante en Chile y Argentina. Es el ave terrestre voladora más grande que habita el mundo. Sus alas alcanzan una envergadura de 3.3 metros y un peso de 12 kilos. Tanto los machos como las hembras adultas poseen un collar blanco alrededor del cuello, pero solo los machos presentan una notable cresta sobre su cabeza.


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