Tres duras condenas por corrupción y abuso de seis menores en Trelew

Un albañil, un mecánico y un peón rural obtenían sexo de un grupo de 6 menores de entre 11 y 17 años a cambio de pegamento y cargas para celular. El primer proceso se anuló porque las penas eran muy bajas y por absoluciones mal fundamentadas. Ahora fueron castigados con 10 y 11 años de cárcel.

20 JUN 2021 - 18:05 | Actualizado

Por Rolando Tobárez

Un albañil, un mecánico y un peón rural fueron condenados a prisión por corrupción y abuso de menores en Trelew, agravada por violencia y engaño, además de abuso. Misael Israel Chávez Arias, alias “Misa”, fue sentenciado a 11 años. Daniel Amadeo Ñancul, alias “Gordo” y “Amadeo Pitt”, a 10 años y 6 meses. Están presos en el Centro de Detención de Trelew. Y Santos Ramón Coñuel, a diez años de prisión. Se ordenó su detención inmediata.

En un primer juicio oral, Arias y Ñancul habían sido condenados a 4 años de cárcel. Coñuel había sido absuelto.

Fiscalía apeló y la Cámara Federal de Casación Penal consideró que las penas habían sido bajas y que había evidencia para inculpar al peón, como sus llamadas y mensajes hablando de prácticas sexuales con menores. Coñuel se conocía con Chávez y usó sus métodos. Hablaban sobre conseguir tóxicos e intercambiarse menores. Se ordenó repetir el juicio.

El Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia consideró que el trío abusó de un grupo de 6 niñas y adolescentes de entre 11 y 17 años, todas con problemas de adicción y de sectores vulnerables, con familias pobres y numerosas, en situación de calle y poca escolaridad, sin contención.

El fallo fue de Mario Reynaldi, Ana María D´Alessio y Alejandro Ruggero.

Victimarios y victimarios se conocían entre sí, con mucho intercambio en Facebook, fotos incluidas. En la época del delito Ñancul tenía 39 años, Chávez 49 y Coñuel 48.

Obtenían sexo a cambio de regalarles pegamento para aspirar, dinero, ropa, comida, salidas, alcohol y cargas de celular. Los episodios ocurrieron de febrero a septiembre de 2016 en el barrio Planta de Gas.

El caso estalló en 2016 por varias denuncias por averiguación de paradero de menores y su presunta explotación sexual. Hubo alerta de docentes de la Escuela del barrio, de la Asesoría de Familia y de los Centros de Atención Primaria de la Salud.

La Brigada de Investigaciones detectó que las menores –todas amigas- solían fugarse del Hogar de Niñas y Adolescentes Mujeres o de sus casas. La mayoría eran halladas en la periferia del barrio o con estos varones. Las hallaban y escapaban de nuevo. Tenían serios problemas de conducta, sin arraigo ni límites familiares.

A las 8.45 del 5 de agosto de 2016 se allanó una vivienda de calle Mukulis, manzana 126 “B”. Todo estaba muy sucio. En una cama de dos plazas estaban acostadas, desnudas y tapadas con una frazada dos chicas de 14 y 17 años junto con Chávez.

Se secuestró una lata de Poxiran Fortex, celulares, el DNI de una chica, películas porno y gran cantidad de medicamentos. Había un colchón de una plaza en el suelo, con sábana y frazada. Ropas de mujer, celulares y toallas femeninas. Todo tirado en el piso porque no había armario. En un tacho había cajas de vino.

A dos cuadras hubo un procedimiento simultáneo en la Manzana 54 del barrio Norte. Estaba Ñancul en una cama matrimonial en calzoncillos. Escondida en un placard hallaron a una menor de 16 años. Se incautó una bolsita de nylon con pegamento y otra bolsa con una lata de Poxiran Fortex. También un arma 22 con cargador, celulares, mucha ropa femenina, gel íntimo y un preservativo sin usar. Y una carpeta, cartuchera y un cuaderno de comunicados.

En Facebook, Ñancul tenía fotos con tres de las menores. Una publicó fotos en ropa interior donde se veía un pie y un vientre del hombre. El fondo era el domicilio de él.

Su casita de material era de 4 metros por 3. Tenía un galponcito de chapa que usaba como taller de autos y un Fiat 147 azul para sacar a pasear a las menores por Trelew. Los fines de semana las llevaba al boliche “Mil Demonios”, en Rawson. Las chicas no pagaban entrada ni bebidas a cambio de bailar en la tarima.

En septiembre de 2016, en José Rucci al 1.700 de Planta del Gas, Policía sorprendió en una cama de una plaza acostados a Coñuel y a una menor de 17 años. Vivían pegados por el patio trasero, separados por un pequeño paredón que ella saltaba fácil para verlo.

Los vecinos le dijeron a la Policía que los “aguantaderos” eran la casa de Chávez y de Ñancul. Lo sabía todo el barrio, por lo evidente.

María Juana Mendoza, exdirectora del Hogar de Niñas y Adolescentes “Rincón de Luz”, contó que las búsquedas podían durar días. Las chicas eran encontradas tan intoxicadas que necesitaban atención médica. Cada vez que se iban esperaban media hora y daban a aviso a la Comisaría 1ª.

Al ser identificados, Chávez y Ñancul admitieron que alojaban a las niñas “porque no tienen dónde ir, andan vagando por la noche; almuerzan o cenan con ellos y a veces se quedan a dormir”. A Chávez “se lo notó nervioso ante varias preguntas”.

Cuando llegaba Policía a las casas, escapaban por la puerta trasera. Una menor ,al ser devuelta al Hogar, mostró llave de la casa de Chávez: podía ir cuando y con quien quisiera.

Las chicas desafiaban a las autoridades. “Se iban a volver a escapar, no importándole nada porque en la calle estaban mejor y en el Hogar las hacían limpiar y las maltrataban; vociferaban que ellas igual tenían techo y comida”, dice la causa.

Algunos mensajes de texto fueron pistas claves: “Che, querés trío ja avisá”, “Se quedan las tres acá en mi cama, te enpresto una si querés, en un rato me acuesto, hoy es mi día las mejores minas acá con el Chávez ja”; “A las chicas que están en mi casa hace tres días hoy se van a Madryn”; “Viene medio mañosonga, viste que son todas así, si no les das algo no quieren”; “¿Conseguiste un Viagra boludo? Una sola, tomamos la mitad cada uno y que se cague todo porque yo ando bien, viste, pero para darle con alma y vida”; “Yo a la negraza le voy a dar con todo, las dos un rato cada uno; le mandé una foto de ella durmiendo acá en la casa”.

Las escuchas telefónicas también revelaron la trama:

-Chávez: Mirá, es corta ¿va a venir o no?

-NN.: No sé, voy a ver.

-C: Acá estamos con el viejo, los dos tenemos ganas, ¿me entendés? Si vos andás con muchas vuelta ni subas no vengas, fue. Si querés venir vení, porque ya muchas vueltas al pedo.

-NN.: Bueno, dale, ahora voy, espérenme.

En otro tramo:

-Chávez: Tranqui nomás, pero si te la recomiendo, es la mejor que todas.

-NN: Cuando vaya entonces...

-C: Sí, te la voy a presentar, parece una culebrita.

-NN: Jajajaj.

-C: Sí, vos sabés qué bien che…

-NN: Me imagino la chiquitita...

Otro ejemplo:

-Ramón: Después vení a la noche.

-NN: Bueno pero cárgame crédito.Movistar eh, chau.

Débiles

El grupo tuvo información privada para elegir a las víctimas más débiles. Chávez fue líder: conocía la vulnerabilidad de las menores por su adicción, y su situación familiar. Fue quien más abusó de ellas. Promovió los tríos y actuó de “catador”. Tiene 7 hijos, algunos menores, y mostró arrepentimiento.

Declaró que las aconsejó porque en el Hogar la pasaban muy mal. Sintió “pena” porque no tenían el respaldo de sus padres: quería tener un lugar en sus vidas, ser como un padre, darles un abrazo, un consejo. Al tribunal le pidió compasión. Era un simple obrero, “un laburante”.

Ñancul también se arrepintió. No declaró en el primer juicio porque estaba aterrado, no había estado preso, no tenía idea de lo que era pasar por esto. En Facebook era “Amadeo Pitt” ya que su hermana bromeaba con Brad Pitt.

Coñuel sostuvo que su vecina menor era su novia, a punto de cumplir 18 años. Él tenía 47. Toda su vida vivió en el campo, con ovejas y vacas. Bajaba a Trelew un par de días cada 4 o 5 meses. “El noviazgo era charlar, darse besos, acariciarse, nunca relaciones. Le comentaba sus problemas de convivencia. Andaban juntos, le contaba historias de ella, vivía con él”, dijo.

Una abuela de una víctima declaró que la chica a los 12 años se empezó a escapar y ya no lo pudo evitar. Se iba por la ventana y debió poner rejas. Estos sujetos la escondían. “Varias veces tuvo que entrar por la fuerza”, relató. O llamar al patrullero. “La bronca era porque cuando la sacaba de esos lugares la sacaba drogada”.

A veces la iba a buscar y Ñancul estaba consumiendo de un plato de “polvo blanco”. Había otras chicas. “Amadeo le decía `No tenés miedo de venir, mirá que yo tengo fierro, un día puedo estar loco y te puedo dar´”.

Hoy la nieta tiene 22 años y vive sola. “Era muy inteligente, muy buena, muy dominable, por eso estos tipos se aprovechaban. La buscaba hasta encontrarla, se jugaba todo. Estudiaba toda la noche, y una vez sacó 4 materias en un día, la llevaron para el mal camino”. Cuando inhalaba Poxiran se daba cuenta por el olor. “No quería que la viera drogada y por eso se escapaba, andaba tonta y dormía”. Tuvo muchas charlas de educación sexual con ella. “Al ver que las cosas iban de mal en peor le hizo poner un chip para que no quede embarazada”.

Mario Nahuelcheo investigó el caso. Estaba a cargo de la Sección Búsqueda de Personas, con vasta experiencia en menores. “Era un barrio muy conflictivo con personas de mal vivir que reconocían los vehículos y les tiraban piedras”. Debían ir de mañana para poder hablar con los vecinos.

“A estas chicas no tenían formas de contenerlas. Quería darles consejos y eran muy infantiles, todo lo tomaban a la ligera, usaban una jerga villera, muy básica. No tenían maduración psicológica. Eran como niñas”.

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20 JUN 2021 - 18:05

Por Rolando Tobárez

Un albañil, un mecánico y un peón rural fueron condenados a prisión por corrupción y abuso de menores en Trelew, agravada por violencia y engaño, además de abuso. Misael Israel Chávez Arias, alias “Misa”, fue sentenciado a 11 años. Daniel Amadeo Ñancul, alias “Gordo” y “Amadeo Pitt”, a 10 años y 6 meses. Están presos en el Centro de Detención de Trelew. Y Santos Ramón Coñuel, a diez años de prisión. Se ordenó su detención inmediata.

En un primer juicio oral, Arias y Ñancul habían sido condenados a 4 años de cárcel. Coñuel había sido absuelto.

Fiscalía apeló y la Cámara Federal de Casación Penal consideró que las penas habían sido bajas y que había evidencia para inculpar al peón, como sus llamadas y mensajes hablando de prácticas sexuales con menores. Coñuel se conocía con Chávez y usó sus métodos. Hablaban sobre conseguir tóxicos e intercambiarse menores. Se ordenó repetir el juicio.

El Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia consideró que el trío abusó de un grupo de 6 niñas y adolescentes de entre 11 y 17 años, todas con problemas de adicción y de sectores vulnerables, con familias pobres y numerosas, en situación de calle y poca escolaridad, sin contención.

El fallo fue de Mario Reynaldi, Ana María D´Alessio y Alejandro Ruggero.

Victimarios y victimarios se conocían entre sí, con mucho intercambio en Facebook, fotos incluidas. En la época del delito Ñancul tenía 39 años, Chávez 49 y Coñuel 48.

Obtenían sexo a cambio de regalarles pegamento para aspirar, dinero, ropa, comida, salidas, alcohol y cargas de celular. Los episodios ocurrieron de febrero a septiembre de 2016 en el barrio Planta de Gas.

El caso estalló en 2016 por varias denuncias por averiguación de paradero de menores y su presunta explotación sexual. Hubo alerta de docentes de la Escuela del barrio, de la Asesoría de Familia y de los Centros de Atención Primaria de la Salud.

La Brigada de Investigaciones detectó que las menores –todas amigas- solían fugarse del Hogar de Niñas y Adolescentes Mujeres o de sus casas. La mayoría eran halladas en la periferia del barrio o con estos varones. Las hallaban y escapaban de nuevo. Tenían serios problemas de conducta, sin arraigo ni límites familiares.

A las 8.45 del 5 de agosto de 2016 se allanó una vivienda de calle Mukulis, manzana 126 “B”. Todo estaba muy sucio. En una cama de dos plazas estaban acostadas, desnudas y tapadas con una frazada dos chicas de 14 y 17 años junto con Chávez.

Se secuestró una lata de Poxiran Fortex, celulares, el DNI de una chica, películas porno y gran cantidad de medicamentos. Había un colchón de una plaza en el suelo, con sábana y frazada. Ropas de mujer, celulares y toallas femeninas. Todo tirado en el piso porque no había armario. En un tacho había cajas de vino.

A dos cuadras hubo un procedimiento simultáneo en la Manzana 54 del barrio Norte. Estaba Ñancul en una cama matrimonial en calzoncillos. Escondida en un placard hallaron a una menor de 16 años. Se incautó una bolsita de nylon con pegamento y otra bolsa con una lata de Poxiran Fortex. También un arma 22 con cargador, celulares, mucha ropa femenina, gel íntimo y un preservativo sin usar. Y una carpeta, cartuchera y un cuaderno de comunicados.

En Facebook, Ñancul tenía fotos con tres de las menores. Una publicó fotos en ropa interior donde se veía un pie y un vientre del hombre. El fondo era el domicilio de él.

Su casita de material era de 4 metros por 3. Tenía un galponcito de chapa que usaba como taller de autos y un Fiat 147 azul para sacar a pasear a las menores por Trelew. Los fines de semana las llevaba al boliche “Mil Demonios”, en Rawson. Las chicas no pagaban entrada ni bebidas a cambio de bailar en la tarima.

En septiembre de 2016, en José Rucci al 1.700 de Planta del Gas, Policía sorprendió en una cama de una plaza acostados a Coñuel y a una menor de 17 años. Vivían pegados por el patio trasero, separados por un pequeño paredón que ella saltaba fácil para verlo.

Los vecinos le dijeron a la Policía que los “aguantaderos” eran la casa de Chávez y de Ñancul. Lo sabía todo el barrio, por lo evidente.

María Juana Mendoza, exdirectora del Hogar de Niñas y Adolescentes “Rincón de Luz”, contó que las búsquedas podían durar días. Las chicas eran encontradas tan intoxicadas que necesitaban atención médica. Cada vez que se iban esperaban media hora y daban a aviso a la Comisaría 1ª.

Al ser identificados, Chávez y Ñancul admitieron que alojaban a las niñas “porque no tienen dónde ir, andan vagando por la noche; almuerzan o cenan con ellos y a veces se quedan a dormir”. A Chávez “se lo notó nervioso ante varias preguntas”.

Cuando llegaba Policía a las casas, escapaban por la puerta trasera. Una menor ,al ser devuelta al Hogar, mostró llave de la casa de Chávez: podía ir cuando y con quien quisiera.

Las chicas desafiaban a las autoridades. “Se iban a volver a escapar, no importándole nada porque en la calle estaban mejor y en el Hogar las hacían limpiar y las maltrataban; vociferaban que ellas igual tenían techo y comida”, dice la causa.

Algunos mensajes de texto fueron pistas claves: “Che, querés trío ja avisá”, “Se quedan las tres acá en mi cama, te enpresto una si querés, en un rato me acuesto, hoy es mi día las mejores minas acá con el Chávez ja”; “A las chicas que están en mi casa hace tres días hoy se van a Madryn”; “Viene medio mañosonga, viste que son todas así, si no les das algo no quieren”; “¿Conseguiste un Viagra boludo? Una sola, tomamos la mitad cada uno y que se cague todo porque yo ando bien, viste, pero para darle con alma y vida”; “Yo a la negraza le voy a dar con todo, las dos un rato cada uno; le mandé una foto de ella durmiendo acá en la casa”.

Las escuchas telefónicas también revelaron la trama:

-Chávez: Mirá, es corta ¿va a venir o no?

-NN.: No sé, voy a ver.

-C: Acá estamos con el viejo, los dos tenemos ganas, ¿me entendés? Si vos andás con muchas vuelta ni subas no vengas, fue. Si querés venir vení, porque ya muchas vueltas al pedo.

-NN.: Bueno, dale, ahora voy, espérenme.

En otro tramo:

-Chávez: Tranqui nomás, pero si te la recomiendo, es la mejor que todas.

-NN: Cuando vaya entonces...

-C: Sí, te la voy a presentar, parece una culebrita.

-NN: Jajajaj.

-C: Sí, vos sabés qué bien che…

-NN: Me imagino la chiquitita...

Otro ejemplo:

-Ramón: Después vení a la noche.

-NN: Bueno pero cárgame crédito.Movistar eh, chau.

Débiles

El grupo tuvo información privada para elegir a las víctimas más débiles. Chávez fue líder: conocía la vulnerabilidad de las menores por su adicción, y su situación familiar. Fue quien más abusó de ellas. Promovió los tríos y actuó de “catador”. Tiene 7 hijos, algunos menores, y mostró arrepentimiento.

Declaró que las aconsejó porque en el Hogar la pasaban muy mal. Sintió “pena” porque no tenían el respaldo de sus padres: quería tener un lugar en sus vidas, ser como un padre, darles un abrazo, un consejo. Al tribunal le pidió compasión. Era un simple obrero, “un laburante”.

Ñancul también se arrepintió. No declaró en el primer juicio porque estaba aterrado, no había estado preso, no tenía idea de lo que era pasar por esto. En Facebook era “Amadeo Pitt” ya que su hermana bromeaba con Brad Pitt.

Coñuel sostuvo que su vecina menor era su novia, a punto de cumplir 18 años. Él tenía 47. Toda su vida vivió en el campo, con ovejas y vacas. Bajaba a Trelew un par de días cada 4 o 5 meses. “El noviazgo era charlar, darse besos, acariciarse, nunca relaciones. Le comentaba sus problemas de convivencia. Andaban juntos, le contaba historias de ella, vivía con él”, dijo.

Una abuela de una víctima declaró que la chica a los 12 años se empezó a escapar y ya no lo pudo evitar. Se iba por la ventana y debió poner rejas. Estos sujetos la escondían. “Varias veces tuvo que entrar por la fuerza”, relató. O llamar al patrullero. “La bronca era porque cuando la sacaba de esos lugares la sacaba drogada”.

A veces la iba a buscar y Ñancul estaba consumiendo de un plato de “polvo blanco”. Había otras chicas. “Amadeo le decía `No tenés miedo de venir, mirá que yo tengo fierro, un día puedo estar loco y te puedo dar´”.

Hoy la nieta tiene 22 años y vive sola. “Era muy inteligente, muy buena, muy dominable, por eso estos tipos se aprovechaban. La buscaba hasta encontrarla, se jugaba todo. Estudiaba toda la noche, y una vez sacó 4 materias en un día, la llevaron para el mal camino”. Cuando inhalaba Poxiran se daba cuenta por el olor. “No quería que la viera drogada y por eso se escapaba, andaba tonta y dormía”. Tuvo muchas charlas de educación sexual con ella. “Al ver que las cosas iban de mal en peor le hizo poner un chip para que no quede embarazada”.

Mario Nahuelcheo investigó el caso. Estaba a cargo de la Sección Búsqueda de Personas, con vasta experiencia en menores. “Era un barrio muy conflictivo con personas de mal vivir que reconocían los vehículos y les tiraban piedras”. Debían ir de mañana para poder hablar con los vecinos.

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