“Coco” Muñoz: de Gualjaina a los Juegos Olímpicos de Tokio 2021

El atleta olímpico, Eulalio “Coco” Muñoz, entrenó en la pista municipal de Trelew previo a su cita olímpica en Tokio. JornadaPlay charló con él y su entrenador sobre las expectativas por la experiencia y los días previos de entrenamiento en México para lograr la aclimatación.

26 JUN 2021 - 9:19 | Actualizado

Antes de partir hacia su primera aventura olímpica, “Coco” Muñoz se despidió de Trelew en una charla a solas con JornadaPlay.

Nació en Gualjaina, en un patio donde jugar terminaba en el horizonte. Empezó a correr jugando a la pelota en el club del pueblo. El Social, Deportivo y Cultural Gualjaina cerró cuando él cumplió los 16 años. Después se dio cuenta que podía correr, así que empezó a entrenar. Después supo que podía correr más, y comenzó a competir para la Escuela Municipal Awkache, de Esquel. Así se convirtió en el maratonista de Chubut y hoy es uno de los fondistas más rápidos de la Argentina.

“Son cosas muy lindas las que me ha tocado vivir desde hace dos años a esta parte, cuando conseguí la marca mínima para ir a los Juegos Olímpicos de Tokio 2021”, contó el corredor.

Este 5 de julio saldrá para México donde va a pasar 25 días cumpliendo la última parte de la preparación: “Allá el clima es el mismo que el de Sapporo, la ciudad donde vamos a competir. Vamos a la altura para ganar hematocritos, lo que hace que tenga un pulmón extra para correr”.

Pero el 2021 transcurre varios años después de llegar desde Gualjaina a Esquel para vivir en una pensión, lejos de sus padres. “En el año 2013 me fui a vivir solo con la ayuda de mi entrenador, Rodrigo Peláez, que me consiguió un lugar para alojarme. Hasta ese momento no conocía Esquel porque, aunque esté a 100 kilómetros dónde nací, cuando era chicao no teníamos los recursos para viajar. Solo iba cuando tenía que acompañar a mi papá a cobrar una jubilación”.

“A pocos meses de estar en Esquel mi papá falleció y fue un golpe duro. Creía que era mi culpa porque yo me había alejado de él. Eso me hizo replantear muchas cosas, pero por suerte, con el paso del tiempo, uno va entendiendo que son cosas de la vida y gracias al círculo que me rodea lo pude entender de la mejor manera”, reflexionó.

“El hecho de competir a nivel nacional requiere de mucho esfuerzo y disciplina. Dejar fiestas, cumpleaños, amigos. Uno no empieza a ganar de un día para otro, eso lleva muchos años”.

Las más leídas

26 JUN 2021 - 9:19

Antes de partir hacia su primera aventura olímpica, “Coco” Muñoz se despidió de Trelew en una charla a solas con JornadaPlay.

Nació en Gualjaina, en un patio donde jugar terminaba en el horizonte. Empezó a correr jugando a la pelota en el club del pueblo. El Social, Deportivo y Cultural Gualjaina cerró cuando él cumplió los 16 años. Después se dio cuenta que podía correr, así que empezó a entrenar. Después supo que podía correr más, y comenzó a competir para la Escuela Municipal Awkache, de Esquel. Así se convirtió en el maratonista de Chubut y hoy es uno de los fondistas más rápidos de la Argentina.

“Son cosas muy lindas las que me ha tocado vivir desde hace dos años a esta parte, cuando conseguí la marca mínima para ir a los Juegos Olímpicos de Tokio 2021”, contó el corredor.

Este 5 de julio saldrá para México donde va a pasar 25 días cumpliendo la última parte de la preparación: “Allá el clima es el mismo que el de Sapporo, la ciudad donde vamos a competir. Vamos a la altura para ganar hematocritos, lo que hace que tenga un pulmón extra para correr”.

Pero el 2021 transcurre varios años después de llegar desde Gualjaina a Esquel para vivir en una pensión, lejos de sus padres. “En el año 2013 me fui a vivir solo con la ayuda de mi entrenador, Rodrigo Peláez, que me consiguió un lugar para alojarme. Hasta ese momento no conocía Esquel porque, aunque esté a 100 kilómetros dónde nací, cuando era chicao no teníamos los recursos para viajar. Solo iba cuando tenía que acompañar a mi papá a cobrar una jubilación”.

“A pocos meses de estar en Esquel mi papá falleció y fue un golpe duro. Creía que era mi culpa porque yo me había alejado de él. Eso me hizo replantear muchas cosas, pero por suerte, con el paso del tiempo, uno va entendiendo que son cosas de la vida y gracias al círculo que me rodea lo pude entender de la mejor manera”, reflexionó.

“El hecho de competir a nivel nacional requiere de mucho esfuerzo y disciplina. Dejar fiestas, cumpleaños, amigos. Uno no empieza a ganar de un día para otro, eso lleva muchos años”.


NOTICIAS RELACIONADAS