Todo comenzó el 31 de mayo del año pasado, cuando el hombre de 35 años que vive en la ciudad de Tula recibió, por un error técnico de su banco, una transferencia equivalente a casi 1,4 millones de dólares que no le pertenecía, informa el sitio RT.
En cuanto descubrió el error, y en muy pocas horas, Yurkov realizó 220 transacciones para poder gastar más de la mitad de la inesperada fortuna.
Para ello, utilizó una aplicación para pasar el dinero a través de una casa de apuestas y, de ese modo, tener la posibilidad de utilizarlo, explica Ridus, un medio local.
De acuerdo a este mismo medio, de manera consciente y sabiendo que era algo que no le pertenecía, el hombre se dio todos los gustos, según publica Clarín.
Entre otras cosas, compró tres departamentos, dos autos -un BMW y un Mercedes Benz-, un iPhone, viajó al exterior y vivió una vida de lujos durante los meses que siguieron. Sin embargo, alrededor de 540.000 dólares aún quedaban en su cuenta cuando las autoridades le incautaron el dinero.
Es que cuando el banco comenzó a cerrar los resultados de los informes trimestrales, el estafador quedó rápidamente al descubierto. Y es por eso que tuvo que devolver lo que aún no había tenido tiempo de gastar.
Luego de presentarse en la sucursal -y a pesar de haber acordado la devolución- el hombre fue arrestado. Además, las autoridades presentaron cargos en su contra por el "robo de una cuenta bancaria cometido a gran escala", lo que terminó en una condena de 6 años de prisión.
La oficina del fiscal de la región de Tula informó que también se le incautaron sus propiedades y a favor del banco se le cobraron unos 775.000 dólares.
Sin embargo, Yurkov asegura que no hizo nada malo. En el juicio, sostuvo que creía que el dinero provenía de sus ganancias en los corredores de apuestas. Además, indicó que se puso en contacto con el banco varias veces y siempre le confirmaban que todo estaba bien... Hasta que le bloquearon el acceso en noviembre.
Como en todo proceso, el hombre tiene derecho a apelar el fallo. Sin embargo, todavía no se sabe si lo hará.
Todo comenzó el 31 de mayo del año pasado, cuando el hombre de 35 años que vive en la ciudad de Tula recibió, por un error técnico de su banco, una transferencia equivalente a casi 1,4 millones de dólares que no le pertenecía, informa el sitio RT.
En cuanto descubrió el error, y en muy pocas horas, Yurkov realizó 220 transacciones para poder gastar más de la mitad de la inesperada fortuna.
Para ello, utilizó una aplicación para pasar el dinero a través de una casa de apuestas y, de ese modo, tener la posibilidad de utilizarlo, explica Ridus, un medio local.
De acuerdo a este mismo medio, de manera consciente y sabiendo que era algo que no le pertenecía, el hombre se dio todos los gustos, según publica Clarín.
Entre otras cosas, compró tres departamentos, dos autos -un BMW y un Mercedes Benz-, un iPhone, viajó al exterior y vivió una vida de lujos durante los meses que siguieron. Sin embargo, alrededor de 540.000 dólares aún quedaban en su cuenta cuando las autoridades le incautaron el dinero.
Es que cuando el banco comenzó a cerrar los resultados de los informes trimestrales, el estafador quedó rápidamente al descubierto. Y es por eso que tuvo que devolver lo que aún no había tenido tiempo de gastar.
Luego de presentarse en la sucursal -y a pesar de haber acordado la devolución- el hombre fue arrestado. Además, las autoridades presentaron cargos en su contra por el "robo de una cuenta bancaria cometido a gran escala", lo que terminó en una condena de 6 años de prisión.
La oficina del fiscal de la región de Tula informó que también se le incautaron sus propiedades y a favor del banco se le cobraron unos 775.000 dólares.
Sin embargo, Yurkov asegura que no hizo nada malo. En el juicio, sostuvo que creía que el dinero provenía de sus ganancias en los corredores de apuestas. Además, indicó que se puso en contacto con el banco varias veces y siempre le confirmaban que todo estaba bien... Hasta que le bloquearon el acceso en noviembre.
Como en todo proceso, el hombre tiene derecho a apelar el fallo. Sin embargo, todavía no se sabe si lo hará.