Los dos Lioneles y “Chiqui” Tapia, los padres de La Scaloneta histórica del Maracaná

La Selección conquistó una epopeya el sábado. La Scaloneta se proclamó campeona de la Copa América en Brasil en el Maracaná, gesta inédita en la historia del torneo, y quebró una racha de 28 años sin títulos en mayores.

11 JUL 2021 - 20:51 | Actualizado

Por Francisco Caputo / @fran_caputo

Hay tres principales artífices: Lionel Messi, el DT Lionel Scaloni y Claudio Tapia, presidente de la AFA. Tras el adiós de Jorge Sampaoli por el flojo Mundial 2018, era indispensable un cambio. La gestión económica, con superávits constantes precisaba un triunfo en el verde césped.

El nacimiento

Tapia y el resto del Comité Ejecutivo delegaron dicha responsabilidad en Lionel Scaloni. En el marco de un proyecto integral, comenzó un trabajo de hormiga que quedó evidenciado con el trofeo continental número 15.

“Chiqui” puso el ojo en Scaloni por dos factores cruciales. En primer lugar, por la vocación de renovación del DT.

El grueso del plantel campeón está integrado por un par de pelotones. Por un lado, hombres que fueron convocados por primera vez. Por el otro, debutantes de forma testimonial en el ciclo de Sampaoli. Muchos de ellos estaban fuera de los radares masivos. Es el caso de Emiliano Martínez, Cristian Romero, Rodrigo De Paul, Nicolás González, Guido Rodríguez y Nahuel Molina Lucero.

Otro aspecto vital es el manejo de grupo de Scaloni. La sintonía con Lionel Messi roza la perfección. Como clara muestra, la “Pulga” le reconoció en público un gran mérito por la consagración. El vínculo con el resto es óptimo. Hay un profundo respeto, que facilita la conexión entre futbolistas y cuerpo técnico.

Saber manejar grupos es vital para potenciar rendimientos. Un ejemplo es la decisión de no garantizar titularidad a Sergio Agüero y Ángel Di María, dos de los históricos. Eso no quebró la convivencia grupal. El último convirtió el 1-0 de la final.

La armonía humana se combinó con la sapiencia del técnico, que diseñó un plan de juego perfecto para jugar ante el poderoso Brasil en Maracaná. Para jugar la final, hizo cinco cambios, una gran osadía, y perfeccionó el despliegue hecho en los partidos previos. No hubo cuestionamientos internos por esto.

Todas esas son virtudes que suele dar la experiencia previa, elemento que Scaloni no poseía al momento de asumir el cargo. Evidentemente, no necesitó un recorrido previo para ese aprendizaje. Tapia lo vio.

En esa estructura, Messi, quien abrazó efusivamente a Tapia en la premiación, brilló como nunca antes en la Selección. No tuvo la necesidad de ponerse en la piel de salvador absoluto. Hubo un sistema que arropó al mejor jugador del planeta y lo hizo sobresalir, como en la época dorada del Barcelona. Esto permitió tres hitos, pese a las operaciones para debilitar al Seleccionado y a Tapia. Lionel Messi pudo consagrarse campeón con la Selección, Lionel Scaloni conquistó su primer título y Claudio Tapia, que tiene en Pablo Toviggino una eficiente mano derecha, refrendó sus dotes de gestor. Sumó un título histórico al innegable orden económico afista, para dejar bien en claro que un proyecto deportivo no necesita de fuegos artificiales para ser exitoso. #

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11 JUL 2021 - 20:51

Por Francisco Caputo / @fran_caputo

Hay tres principales artífices: Lionel Messi, el DT Lionel Scaloni y Claudio Tapia, presidente de la AFA. Tras el adiós de Jorge Sampaoli por el flojo Mundial 2018, era indispensable un cambio. La gestión económica, con superávits constantes precisaba un triunfo en el verde césped.

El nacimiento

Tapia y el resto del Comité Ejecutivo delegaron dicha responsabilidad en Lionel Scaloni. En el marco de un proyecto integral, comenzó un trabajo de hormiga que quedó evidenciado con el trofeo continental número 15.

“Chiqui” puso el ojo en Scaloni por dos factores cruciales. En primer lugar, por la vocación de renovación del DT.

El grueso del plantel campeón está integrado por un par de pelotones. Por un lado, hombres que fueron convocados por primera vez. Por el otro, debutantes de forma testimonial en el ciclo de Sampaoli. Muchos de ellos estaban fuera de los radares masivos. Es el caso de Emiliano Martínez, Cristian Romero, Rodrigo De Paul, Nicolás González, Guido Rodríguez y Nahuel Molina Lucero.

Otro aspecto vital es el manejo de grupo de Scaloni. La sintonía con Lionel Messi roza la perfección. Como clara muestra, la “Pulga” le reconoció en público un gran mérito por la consagración. El vínculo con el resto es óptimo. Hay un profundo respeto, que facilita la conexión entre futbolistas y cuerpo técnico.

Saber manejar grupos es vital para potenciar rendimientos. Un ejemplo es la decisión de no garantizar titularidad a Sergio Agüero y Ángel Di María, dos de los históricos. Eso no quebró la convivencia grupal. El último convirtió el 1-0 de la final.

La armonía humana se combinó con la sapiencia del técnico, que diseñó un plan de juego perfecto para jugar ante el poderoso Brasil en Maracaná. Para jugar la final, hizo cinco cambios, una gran osadía, y perfeccionó el despliegue hecho en los partidos previos. No hubo cuestionamientos internos por esto.

Todas esas son virtudes que suele dar la experiencia previa, elemento que Scaloni no poseía al momento de asumir el cargo. Evidentemente, no necesitó un recorrido previo para ese aprendizaje. Tapia lo vio.

En esa estructura, Messi, quien abrazó efusivamente a Tapia en la premiación, brilló como nunca antes en la Selección. No tuvo la necesidad de ponerse en la piel de salvador absoluto. Hubo un sistema que arropó al mejor jugador del planeta y lo hizo sobresalir, como en la época dorada del Barcelona. Esto permitió tres hitos, pese a las operaciones para debilitar al Seleccionado y a Tapia. Lionel Messi pudo consagrarse campeón con la Selección, Lionel Scaloni conquistó su primer título y Claudio Tapia, que tiene en Pablo Toviggino una eficiente mano derecha, refrendó sus dotes de gestor. Sumó un título histórico al innegable orden económico afista, para dejar bien en claro que un proyecto deportivo no necesita de fuegos artificiales para ser exitoso. #


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