Amor al trabajo: tres décadas en el Concejo de Trelew

“Lucy” trabaja en la cocina del Concejo de Trelew. Relató sus días entre políticos, discusiones y café.

18 JUL 2021 - 20:26 | Actualizado

Por Lorena Leeming / @loreleeming

Servicio de Cocina buenos días..”. Esa frase, con su voz al teléfono resuena en cientos de personas que han pasado por el Concejo Deliberante de Trelew: ediles, asesores, personal, todos. Y en los que están. Ella es Lucía Ingratti. Para todo el mundo: “Lucy”. Cumplió el 15 de junio 30 años en su trabajo. Su categoría dice: Jefa de Limpieza pero Lucy está en todas partes. El café batido con reluciente espuma ya tiene su sello. En las sesiones, reuniones de comisiones y en cada uno de los despachos ella está presente atendiendo a las personas con infusiones o servicio de catering. Así, con amabilidad y transparencia. “Sí, se debaten todos temas políticos acá, pero cuando entro con el café digo siempre: soy ciega, sorda y muda, trato de no enterarme nada” dice riéndose, con el humor que la caracteriza porque claramente: siempre sabe todo.

Lucy es mamá de 10 hijos. Es una mujer que si de trabajo y lucha se habla, vale ponerla de ejemplo. “No estoy acostumbrada a esto” deslizó esbozando una carcajada al mirar el grabador en la entrevista con Jornada. No está acostumbrada a ser protagonista de la noticia, pero sí a estar entre periodistas. La cocina del Concejo Deliberante suele ser muchas veces el lugar de encuentro de la prensa y es ella la que nunca deja a nadie sin un mate, un café y vaya que muchas veces, hasta convida pan casero y dulce hechos por ella.

El mes pasado, los concejales hicieron un alto en la sesión y Juan Aguilar, presidente del Cuerpo le entregó un ramo de flores como reconocimiento a sus 30 años de servicio. Su primer día de trabajo allí fue el 15 de junio de 1991 en el viejo Concejo Deliberante que funcionaba en el actual Palacio Municipal. Jorge Pitiot era intendente y el doctor Jorge Morado presidente del Concejo Deliberante. “Comencé con tareas de limpieza. Era la única empleada de esa área. Las chicas que estaban eran del municipio. Solamente era yo del Concejo Deliberante. Fui la primera empleada. Luego vino Alicia y Elba, después de muchos años ascendí a jefa” recordó. Elba, falleció hace pocos días en medio de la pandemia por Covid-19 y también recibió el cálido reconocimiento por parte de los ediles.

“Siempre intenté hacer las cosas como corresponde cuando comencé, luego sirviendo café, atendiendo reuniones de comisiones, sesiones, encuentros. Tratando de ser amable con todos y hacerme querer con todas las personas. No importa el partido político. Estoy para atender a todos por igual”, remarcó Lucy.

“Sí, tengo 10 hijos. Nos ayudamos unos a otros. Antes se me hacía muy difícil pero intentaba que entre ellos se cuidaran y estén bien. Y yo, venir a trabajar todos los días como corresponde”.

Lucía no se cansa de decir que su trabajo es casi su vida. La hace feliz. “Me gusta compartir, ser amable, ayudar a la gente. Siempre estoy para quien me necesita. No tengo fuerzas a veces pero sé que me tengo que levantar y salir adelante. Tengo que hacerlo. Hay gente que la está pasando muy mal con el tema de la pandemia. Eso también lo se”, manifestó.

La cocina del Concejo Deliberante no es su único trabajo. Lucy no se rasga las vestiduras y hace de todo para llevar un peso más a su casa. Su familia es numerosa y un sueldo no le alcanza, cumple tareas en otros lugares también. Pero ella no le esquiva a nada: vende pan, dulces, sorrentinos y todas las delicias que sus manos saben elaborar. En el Concejo no hay quien no le pregunte qué tiene para vender cada día: muchos colaboran adquiriendo sus productos.

En 30 años pasaron muchas gestiones: radicales, peronistas y del partido que sea. “No me importa de qué signo político sean. Mi trabajo es atender bien a todas las personas. Nunca tuve problema con ningún partido político. Síiiiiiiiiii, he pasado momentos ingratos, no lo niego pero siempre los supe sobrellevar”.

El Concejo Deliberante es por decantación la “cocina política” de la ciudad. Los debates más intensos y las decisiones que luego de maratónicas discusiones de plasman en ordenanzas en la ciudad, salen de allí. Lucy danza en medio de ese clima todo tiempo. Es quien entra y sale con el café o lo que soliciten de despachos, comisiones y hasta es quien está atenta que no falte agua, alcohol en gel y todo lo necesario para cada concejal al momento de sesionar.

¿Cómo es trabajar en ese ámbito, tan político, tan discutido?. “Mirá, como siempre digo: soy sorda, ciega y muda en esos momentos. Ellos están en sus cosas y no me meto. Entro, sirvo y salgo para no enterarme de nada” se sinceró riéndose y haciendo un gesto con las manos negando justamente lo que en palabras afirmó. Es así su humor. Ella es la primera en enterarse de las novedades, pero cumple a rajatabla su trabajo de preservar la intimidad de los políticos que llegan al Cuerpo Deliberativo para dar debate a sus proyectos.

El 15 de junio, en medio de una sesión ordinaria Lucy entró al recinto y los concejales hicieron un alto. El presidente Juan Aguilar y sus pares la reconocieron por sus 30 años de servicio. Fue un momento sorpresivo y emotivo. Con la bandeja que contenía varias tazas de café, sus ojos se llenaron de lágrimas y como complemento un enorme ramo de flores en sus manos como reconocimiento a su labor. “Me sorprendieron con la distinción. Quedó pendiente una placa y distinciones a otras personas por la pandemia, como Ermindo, José Luis y Mario que trabajan hace tanto como yo y somos ya como una familia”, advirtió.

Su vida implicó remarla todo el tiempo. Y no dudó en hacerlo. “Muchas veces hice de todo para vender, como pan entre otras. Es otra forma de rebuscarme la vida, al tener tantos chicos no alcanza el sueldo. Ellos siempre me dicen que nunca les hice faltar nada. Cuando ya no esté, ya sabrán que hacer. Salgo del Concejo y trabajo en otros lados porque no hay nada que alcance”, describió.

¿Qué es lo que más disfrutás de tu trabajo?. “Me gusta servir café, atender, sonreír, mis problemas quedan afuera. Ojo, a veces me sacan (ríe) y digo: “Señor, dame paciencia”. Se que hay gente que me quiere y capaz otra que no, como todo, porque no me callo nada” se sinceró con una sonrisa.

¿Como son los políticos? ¿Son como se muestran con la gente?. “Mirá, yo jamás tuve problemas con ellos.Sé el gusto de cada uno. Se quien toma mate, café, algunos se quejan porque un café tiene más espuma que otro. Otros té con y sin azúcar. Sé cómo servir y qué prefiere cada uno para no volver con las cosas a la cocina.Si hay mala onda no lo sé. De mi parte, no”.

¿Cómo te imaginás tu futuro? “No quiero pensarlo fuera del Concejo. Por mi edad ya me tengo que jubilar, cumplo 58 en diciembre”. ¿Agradecimientos? “A todos. Sin distinción. A todos. Se portaron siempre muy bien conmigo”.

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18 JUL 2021 - 20:26

Por Lorena Leeming / @loreleeming

Servicio de Cocina buenos días..”. Esa frase, con su voz al teléfono resuena en cientos de personas que han pasado por el Concejo Deliberante de Trelew: ediles, asesores, personal, todos. Y en los que están. Ella es Lucía Ingratti. Para todo el mundo: “Lucy”. Cumplió el 15 de junio 30 años en su trabajo. Su categoría dice: Jefa de Limpieza pero Lucy está en todas partes. El café batido con reluciente espuma ya tiene su sello. En las sesiones, reuniones de comisiones y en cada uno de los despachos ella está presente atendiendo a las personas con infusiones o servicio de catering. Así, con amabilidad y transparencia. “Sí, se debaten todos temas políticos acá, pero cuando entro con el café digo siempre: soy ciega, sorda y muda, trato de no enterarme nada” dice riéndose, con el humor que la caracteriza porque claramente: siempre sabe todo.

Lucy es mamá de 10 hijos. Es una mujer que si de trabajo y lucha se habla, vale ponerla de ejemplo. “No estoy acostumbrada a esto” deslizó esbozando una carcajada al mirar el grabador en la entrevista con Jornada. No está acostumbrada a ser protagonista de la noticia, pero sí a estar entre periodistas. La cocina del Concejo Deliberante suele ser muchas veces el lugar de encuentro de la prensa y es ella la que nunca deja a nadie sin un mate, un café y vaya que muchas veces, hasta convida pan casero y dulce hechos por ella.

El mes pasado, los concejales hicieron un alto en la sesión y Juan Aguilar, presidente del Cuerpo le entregó un ramo de flores como reconocimiento a sus 30 años de servicio. Su primer día de trabajo allí fue el 15 de junio de 1991 en el viejo Concejo Deliberante que funcionaba en el actual Palacio Municipal. Jorge Pitiot era intendente y el doctor Jorge Morado presidente del Concejo Deliberante. “Comencé con tareas de limpieza. Era la única empleada de esa área. Las chicas que estaban eran del municipio. Solamente era yo del Concejo Deliberante. Fui la primera empleada. Luego vino Alicia y Elba, después de muchos años ascendí a jefa” recordó. Elba, falleció hace pocos días en medio de la pandemia por Covid-19 y también recibió el cálido reconocimiento por parte de los ediles.

“Siempre intenté hacer las cosas como corresponde cuando comencé, luego sirviendo café, atendiendo reuniones de comisiones, sesiones, encuentros. Tratando de ser amable con todos y hacerme querer con todas las personas. No importa el partido político. Estoy para atender a todos por igual”, remarcó Lucy.

“Sí, tengo 10 hijos. Nos ayudamos unos a otros. Antes se me hacía muy difícil pero intentaba que entre ellos se cuidaran y estén bien. Y yo, venir a trabajar todos los días como corresponde”.

Lucía no se cansa de decir que su trabajo es casi su vida. La hace feliz. “Me gusta compartir, ser amable, ayudar a la gente. Siempre estoy para quien me necesita. No tengo fuerzas a veces pero sé que me tengo que levantar y salir adelante. Tengo que hacerlo. Hay gente que la está pasando muy mal con el tema de la pandemia. Eso también lo se”, manifestó.

La cocina del Concejo Deliberante no es su único trabajo. Lucy no se rasga las vestiduras y hace de todo para llevar un peso más a su casa. Su familia es numerosa y un sueldo no le alcanza, cumple tareas en otros lugares también. Pero ella no le esquiva a nada: vende pan, dulces, sorrentinos y todas las delicias que sus manos saben elaborar. En el Concejo no hay quien no le pregunte qué tiene para vender cada día: muchos colaboran adquiriendo sus productos.

En 30 años pasaron muchas gestiones: radicales, peronistas y del partido que sea. “No me importa de qué signo político sean. Mi trabajo es atender bien a todas las personas. Nunca tuve problema con ningún partido político. Síiiiiiiiiii, he pasado momentos ingratos, no lo niego pero siempre los supe sobrellevar”.

El Concejo Deliberante es por decantación la “cocina política” de la ciudad. Los debates más intensos y las decisiones que luego de maratónicas discusiones de plasman en ordenanzas en la ciudad, salen de allí. Lucy danza en medio de ese clima todo tiempo. Es quien entra y sale con el café o lo que soliciten de despachos, comisiones y hasta es quien está atenta que no falte agua, alcohol en gel y todo lo necesario para cada concejal al momento de sesionar.

¿Cómo es trabajar en ese ámbito, tan político, tan discutido?. “Mirá, como siempre digo: soy sorda, ciega y muda en esos momentos. Ellos están en sus cosas y no me meto. Entro, sirvo y salgo para no enterarme de nada” se sinceró riéndose y haciendo un gesto con las manos negando justamente lo que en palabras afirmó. Es así su humor. Ella es la primera en enterarse de las novedades, pero cumple a rajatabla su trabajo de preservar la intimidad de los políticos que llegan al Cuerpo Deliberativo para dar debate a sus proyectos.

El 15 de junio, en medio de una sesión ordinaria Lucy entró al recinto y los concejales hicieron un alto. El presidente Juan Aguilar y sus pares la reconocieron por sus 30 años de servicio. Fue un momento sorpresivo y emotivo. Con la bandeja que contenía varias tazas de café, sus ojos se llenaron de lágrimas y como complemento un enorme ramo de flores en sus manos como reconocimiento a su labor. “Me sorprendieron con la distinción. Quedó pendiente una placa y distinciones a otras personas por la pandemia, como Ermindo, José Luis y Mario que trabajan hace tanto como yo y somos ya como una familia”, advirtió.

Su vida implicó remarla todo el tiempo. Y no dudó en hacerlo. “Muchas veces hice de todo para vender, como pan entre otras. Es otra forma de rebuscarme la vida, al tener tantos chicos no alcanza el sueldo. Ellos siempre me dicen que nunca les hice faltar nada. Cuando ya no esté, ya sabrán que hacer. Salgo del Concejo y trabajo en otros lados porque no hay nada que alcance”, describió.

¿Qué es lo que más disfrutás de tu trabajo?. “Me gusta servir café, atender, sonreír, mis problemas quedan afuera. Ojo, a veces me sacan (ríe) y digo: “Señor, dame paciencia”. Se que hay gente que me quiere y capaz otra que no, como todo, porque no me callo nada” se sinceró con una sonrisa.

¿Como son los políticos? ¿Son como se muestran con la gente?. “Mirá, yo jamás tuve problemas con ellos.Sé el gusto de cada uno. Se quien toma mate, café, algunos se quejan porque un café tiene más espuma que otro. Otros té con y sin azúcar. Sé cómo servir y qué prefiere cada uno para no volver con las cosas a la cocina.Si hay mala onda no lo sé. De mi parte, no”.

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