Apurado por llegar al trabajo, su propietario llamó al auxilio y coordinó con el chofer dónde dejaba las llaves.
Sin embargo, este no se percató que en el lugar había dos autos muy parecidos. Probó el arranque de uno y como no encendió, lo subió al remolque para llevarlo al taller.
Un rato más tarde, cuando el verdadero dueño de este vehículo (un trabajador del hospital) quiso volver a su casa, se encontró con que no estaba en el punto donde lo había dejado. En consecuencia, caminó unos metros hasta la comisaría e hizo la denuncia por robo. En coincidencia, sus compañeros lanzaron una cruzada por las redes sociales para intentar dar con su paradero.
En tanto, el mecánico se enteró por la radio que estaban buscando un auto con la patente y características del que tenía todavía sobre la grúa. En consecuencia, marchó hasta la unidad policial para dar cuenta de su participación y devolverlo. No obstante, al existir un expediente judicial, se le instruyó una causa caratulada como “robo de automotor”.
Apurado por llegar al trabajo, su propietario llamó al auxilio y coordinó con el chofer dónde dejaba las llaves.
Sin embargo, este no se percató que en el lugar había dos autos muy parecidos. Probó el arranque de uno y como no encendió, lo subió al remolque para llevarlo al taller.
Un rato más tarde, cuando el verdadero dueño de este vehículo (un trabajador del hospital) quiso volver a su casa, se encontró con que no estaba en el punto donde lo había dejado. En consecuencia, caminó unos metros hasta la comisaría e hizo la denuncia por robo. En coincidencia, sus compañeros lanzaron una cruzada por las redes sociales para intentar dar con su paradero.
En tanto, el mecánico se enteró por la radio que estaban buscando un auto con la patente y características del que tenía todavía sobre la grúa. En consecuencia, marchó hasta la unidad policial para dar cuenta de su participación y devolverlo. No obstante, al existir un expediente judicial, se le instruyó una causa caratulada como “robo de automotor”.