Editorial / La agenda de la gente y la agenda electoral

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Mesa Intersindical. Los gremios más fuertes instalan en el escenario la necesidad de crear empleo genuino.
14 AGO 2021 - 20:25 | Actualizado

Hace una semana, en esta misma Columna, se señalaba a la apatía como la principal característica de la campaña electoral en Chubut. A exactamente cuatro semanas de las PASO, la desconexión de casi todos los precandidatos con la realidad de la provincia parece ser una constante.

Y no es que no haya temas para discutir. Lo que no hay son dirigentes en las listas que quieran embarrarse bajando al llano a debatir las soluciones urgentes que demandan varios de esos temas que a la gente de a pie le preocupan.

Por ejemplo, la reunión por la inseguridad en Trelew tuvo a representantes de muchos sectores políticos, empresarios y sociales, pero a ninguno de los precandidatos, salvo el ministro Federico Massoni, que fue en su calidad de responsable de la cartera de Seguridad. ¿Al resto no los habrán invitado? ¿Necesitan invitación para ir a discutir cara a cara con los que reclaman soluciones?

El otro tema que ocupa la agenda pública desde hace varias semanas es la crisis hídrica. Es inclusive más grave que el de la inseguridad porque afecta a más regiones de Chubut. Tampoco este tema mereció demasiados comentarios de los precandidatos a ocupar bancas en el Senado o la Cámara de Diputados.

Ni que hablar de la crisis energética en el interior, que parece preocuparle sólo a los que viven aislados en esos pueblos y a un puñado más de dirigentes gremiales y sociales que piden obras, interconectado y hasta una empresa provincial de energía para empezar a recuperar la soberanía energética. Hasta ahora, salvo excepciones, ninguno de los aspirantes al Congreso se ha referido al tema.

Desconectados

Esa desconexión con la agenda pública es absolutamente horizontal a los partidos dominantes. En el peronismo, ya sin “frente” y ahora camuflados bajo la denominación de “Todos”, hasta se han dejado invadir por consignas comunicacionales que pueden servir para hacer campaña en el Conurbano bonaerense, pero no en los barrios populares de Comodoro Rivadavia, Trelew o Puerto Madryn. “La vida que queremos”, ese eslogan pergeñado por algún experto en marketing que vive lejos de Chubut, más la imagen de los precandidatos con camisas claras, sentados en banquetas en un escenario y borrando cualquier atisbo de peronismo, parecen más salidos de un fábrica de consignas que de una Unidad Básica.

En Juntos por el Cambio el panorama no es muy distinto. La interna de la interna que terminó dejando afuera a una lista por cuestiones administrativas hizo mostrar la hilacha a varios de los que se la pasan hablando de la “República” y terminan haciendo zancadillas para evitar a algunos competidores. La oposición al peronismo en Chubut goza de todos los vicios que dice combatir. En el PRO, además, hablan de la crisis de Chubut y de “lo que debería hacerse” como si no hubieran sido gobierno o funcionarios de Mauricio Macri durante cuatro años.

En el medio, sin una estrategia clara y a caballo de la gestión que puede mostrar, el Gobierno provincial va para adelante con candidatos como el ministro Fabián Puratich, que tiene para exponer un razonable manejo de la pandemia y un plan de vacunación que sin dudas está funcionando.

Pero también tiene a un Massoni que cada vez se desmarca más de todo el resto y va a fondo por la banquina. Por ahora parece servirle a sus intereses electorales. Lo que no está claro es si le servirá al gobernador Mariano Arcioni y al resto de los chubutenses cuando esté sentado en la Cámara Alta.

Es el empleo, estúpido

Los que salieron la semana pasada a marcar la cancha con claridad fueron los gremios más fuertes de Chubut. Camioneros, Luz y Fuerza, Empleados de Comercio, Petroleros Privados, Jerárquicos, SMATA y La Bancaria, entre otros, conformaron una Mesa Intersindical que agrupa a una docena de sindicatos cuyo objetivo central es comenzar a debatir la generación de empleo genuino en la provincia. El primer encuentro fue en Trelew y el próximo será en Puerto Madryn.

Está claro que gran parte de los gremios presentes tienen visiones políticas distintas, inclusive admitidas por sus propios dirigentes. Pero una coincidencia central es que el movimiento obrero organizado sigue siendo el vagón de cola de la dirigencia política, a pesar de ser los únicos que tienen contacto y defienden los intereses de los trabajadores.

En Chubut hace años que nadie discute políticas para generar empleo. Por eso los gremios tomaron la lanza y pedirán sentarse con Nación, Provincia y municipios. Salvo la industria petrolera, que después de algunos cimbronazos volvió a estabilizarse con el barril de crudo a 70 dólares, el resto ve pasar la crisis laboral por encima de los trabajadores.

Gobernar es crear trabajo, dijo un viejo líder que murió hace 47 años y todavía sigue describiendo a la Argentina como si estuviera vivo.

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Mesa Intersindical. Los gremios más fuertes instalan en el escenario la necesidad de crear empleo genuino.
14 AGO 2021 - 20:25

Hace una semana, en esta misma Columna, se señalaba a la apatía como la principal característica de la campaña electoral en Chubut. A exactamente cuatro semanas de las PASO, la desconexión de casi todos los precandidatos con la realidad de la provincia parece ser una constante.

Y no es que no haya temas para discutir. Lo que no hay son dirigentes en las listas que quieran embarrarse bajando al llano a debatir las soluciones urgentes que demandan varios de esos temas que a la gente de a pie le preocupan.

Por ejemplo, la reunión por la inseguridad en Trelew tuvo a representantes de muchos sectores políticos, empresarios y sociales, pero a ninguno de los precandidatos, salvo el ministro Federico Massoni, que fue en su calidad de responsable de la cartera de Seguridad. ¿Al resto no los habrán invitado? ¿Necesitan invitación para ir a discutir cara a cara con los que reclaman soluciones?

El otro tema que ocupa la agenda pública desde hace varias semanas es la crisis hídrica. Es inclusive más grave que el de la inseguridad porque afecta a más regiones de Chubut. Tampoco este tema mereció demasiados comentarios de los precandidatos a ocupar bancas en el Senado o la Cámara de Diputados.

Ni que hablar de la crisis energética en el interior, que parece preocuparle sólo a los que viven aislados en esos pueblos y a un puñado más de dirigentes gremiales y sociales que piden obras, interconectado y hasta una empresa provincial de energía para empezar a recuperar la soberanía energética. Hasta ahora, salvo excepciones, ninguno de los aspirantes al Congreso se ha referido al tema.

Desconectados

Esa desconexión con la agenda pública es absolutamente horizontal a los partidos dominantes. En el peronismo, ya sin “frente” y ahora camuflados bajo la denominación de “Todos”, hasta se han dejado invadir por consignas comunicacionales que pueden servir para hacer campaña en el Conurbano bonaerense, pero no en los barrios populares de Comodoro Rivadavia, Trelew o Puerto Madryn. “La vida que queremos”, ese eslogan pergeñado por algún experto en marketing que vive lejos de Chubut, más la imagen de los precandidatos con camisas claras, sentados en banquetas en un escenario y borrando cualquier atisbo de peronismo, parecen más salidos de un fábrica de consignas que de una Unidad Básica.

En Juntos por el Cambio el panorama no es muy distinto. La interna de la interna que terminó dejando afuera a una lista por cuestiones administrativas hizo mostrar la hilacha a varios de los que se la pasan hablando de la “República” y terminan haciendo zancadillas para evitar a algunos competidores. La oposición al peronismo en Chubut goza de todos los vicios que dice combatir. En el PRO, además, hablan de la crisis de Chubut y de “lo que debería hacerse” como si no hubieran sido gobierno o funcionarios de Mauricio Macri durante cuatro años.

En el medio, sin una estrategia clara y a caballo de la gestión que puede mostrar, el Gobierno provincial va para adelante con candidatos como el ministro Fabián Puratich, que tiene para exponer un razonable manejo de la pandemia y un plan de vacunación que sin dudas está funcionando.

Pero también tiene a un Massoni que cada vez se desmarca más de todo el resto y va a fondo por la banquina. Por ahora parece servirle a sus intereses electorales. Lo que no está claro es si le servirá al gobernador Mariano Arcioni y al resto de los chubutenses cuando esté sentado en la Cámara Alta.

Es el empleo, estúpido

Los que salieron la semana pasada a marcar la cancha con claridad fueron los gremios más fuertes de Chubut. Camioneros, Luz y Fuerza, Empleados de Comercio, Petroleros Privados, Jerárquicos, SMATA y La Bancaria, entre otros, conformaron una Mesa Intersindical que agrupa a una docena de sindicatos cuyo objetivo central es comenzar a debatir la generación de empleo genuino en la provincia. El primer encuentro fue en Trelew y el próximo será en Puerto Madryn.

Está claro que gran parte de los gremios presentes tienen visiones políticas distintas, inclusive admitidas por sus propios dirigentes. Pero una coincidencia central es que el movimiento obrero organizado sigue siendo el vagón de cola de la dirigencia política, a pesar de ser los únicos que tienen contacto y defienden los intereses de los trabajadores.

En Chubut hace años que nadie discute políticas para generar empleo. Por eso los gremios tomaron la lanza y pedirán sentarse con Nación, Provincia y municipios. Salvo la industria petrolera, que después de algunos cimbronazos volvió a estabilizarse con el barril de crudo a 70 dólares, el resto ve pasar la crisis laboral por encima de los trabajadores.

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