La Alazana, un whisky orgullo de la comarca

Pensado en Escocia pero hecho con materia prima de Chubut.

Paciencia. Una marca registrada que se elabora en Chubut para el placer de miles de paladares exquisitos.
22 AGO 2021 - 20:28 | Actualizado

Desde Las Golondrinas, al pie del cerro Piltriquitrón, en la zona de El Bolsón y hacia el mundo. En medio de una naturaleza única, un producto distintivo de la Patagonia con los más altos estándares internacionales. En ese punto referencial del mapa, la única destilería de whisky de malta en la Argentina es en sí su propio atractivo.

Néstor Serenelli destaca las bondades del lugar y lo específico de un proyecto comercial “pensado y ejecutado” hace más de 20 años. “Este lugar es fantástico para la producción porque tenemos calidad del agua, y las condiciones climáticas para el añejamiento para la maduración”.

Este año el proyecto llegará a tener whisky con 10 años de antigüedad, una garantía de sabor enriquecido en el tiempo. “De todos los estilos que existen, elegimos el que más nos gusta. Nos formamos en Escocia para hacerlo, nos especializamos en una destilería y mi esposa estudió un Master en Producción específica en una universidad y con esa base decidimos hacer ese estilo que se basa en agua, malta y levadura”. No importa el volumen de la destilería en cuanto a la alteración de estos ingredientes de base.

“Estamos apegados a la legislación que se utiliza allá para este tipo de whisky porque siempre tuvimos el enfoque de la exportación. Fue un gran desafío porque al principio exportábamos la malta desde Escocia y ahora producimos con lo que sembramos en la zona, entre Trevelin y El Bolsón. Tenemos un producto que sembramos nosotros y va del campo a la botella”.

El responsable de “La Alazana” resaltó el nivel de evolución, el “malteo” del producto y el profesionalismo que se adquirió a partir de la experiencia y la evolución. “La logística era un problema. Traer malta de Gran Bretaña. Trajimos dos tipos de cebada y nos fue muy bien porque Trevelin tiene condiciones excelentes. Estamos orgullosos de hacer este proceso ya que necesitábamos un lugar acorde en Patagonia. La maduración del whisky debe hacerse de manera elegante, equilibrada y por un tiempo prolongado”.

En Europa se produce en lugares fríos similares a la Comarca y esto es clave en la cadena. “Uno de los indicativos es la evaporación anualmente en la barrica. A través de los poros de la madera se va perdiendo alcohol y si el clima es cálido o con una amplitud térmica amplia, se desequilibra el proceso”.

Se sembraron dos tipos de cebadas traídas especialmente desde Escocia en una zona propicia para los cereales, de “primavera” y exclusiva para whisky. “Empezamos a maltearla con equipamiento y diseño propio lo que nos ha hecho bajar los costos. Los envases y botellas es traído desde afuera”.

Detrás de una botella hay trabajo, horas de dedicación y la paciencia de la espera. “Desde las 6 estamos en la destilería de lunes a sábado y a la tarde, recibimos a turistas de muy buen humor. Las jornadas siempre son largas”, explicó. “El bebedor de whisky tiene un paladar más sofisticados que el de otras bebidas. Entiende más lo que toma”.

Este whisky chubutense ganó medallas en certámenes europeos y sus análisis de calidad se realizan en laboratorios escoceses. “Tratamos de compararnos siempre con los mejores porque no podemos subestimar esos paladares. Prestamos mucha atención a lo que estamos haciendo”.

Sobre los alcances de la producción de “La Alazana”, Serenelli indicó “todo lo que hacemos lo vendemos. En Argentina vendemos solo en la destilería ya que éste es un lugar turístico de gente que viene solo a conocernos. Nos llena de orgullo porque gracias a nosotros viene mucha gente a visitar la región”. El excedente de la producido se exporta a Canadá y EE.UU., dos mercados altamente demandantes con Asia y Europa por ahora a la espera de un mayor volumen de producción.

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Paciencia. Una marca registrada que se elabora en Chubut para el placer de miles de paladares exquisitos.
22 AGO 2021 - 20:28

Desde Las Golondrinas, al pie del cerro Piltriquitrón, en la zona de El Bolsón y hacia el mundo. En medio de una naturaleza única, un producto distintivo de la Patagonia con los más altos estándares internacionales. En ese punto referencial del mapa, la única destilería de whisky de malta en la Argentina es en sí su propio atractivo.

Néstor Serenelli destaca las bondades del lugar y lo específico de un proyecto comercial “pensado y ejecutado” hace más de 20 años. “Este lugar es fantástico para la producción porque tenemos calidad del agua, y las condiciones climáticas para el añejamiento para la maduración”.

Este año el proyecto llegará a tener whisky con 10 años de antigüedad, una garantía de sabor enriquecido en el tiempo. “De todos los estilos que existen, elegimos el que más nos gusta. Nos formamos en Escocia para hacerlo, nos especializamos en una destilería y mi esposa estudió un Master en Producción específica en una universidad y con esa base decidimos hacer ese estilo que se basa en agua, malta y levadura”. No importa el volumen de la destilería en cuanto a la alteración de estos ingredientes de base.

“Estamos apegados a la legislación que se utiliza allá para este tipo de whisky porque siempre tuvimos el enfoque de la exportación. Fue un gran desafío porque al principio exportábamos la malta desde Escocia y ahora producimos con lo que sembramos en la zona, entre Trevelin y El Bolsón. Tenemos un producto que sembramos nosotros y va del campo a la botella”.

El responsable de “La Alazana” resaltó el nivel de evolución, el “malteo” del producto y el profesionalismo que se adquirió a partir de la experiencia y la evolución. “La logística era un problema. Traer malta de Gran Bretaña. Trajimos dos tipos de cebada y nos fue muy bien porque Trevelin tiene condiciones excelentes. Estamos orgullosos de hacer este proceso ya que necesitábamos un lugar acorde en Patagonia. La maduración del whisky debe hacerse de manera elegante, equilibrada y por un tiempo prolongado”.

En Europa se produce en lugares fríos similares a la Comarca y esto es clave en la cadena. “Uno de los indicativos es la evaporación anualmente en la barrica. A través de los poros de la madera se va perdiendo alcohol y si el clima es cálido o con una amplitud térmica amplia, se desequilibra el proceso”.

Se sembraron dos tipos de cebadas traídas especialmente desde Escocia en una zona propicia para los cereales, de “primavera” y exclusiva para whisky. “Empezamos a maltearla con equipamiento y diseño propio lo que nos ha hecho bajar los costos. Los envases y botellas es traído desde afuera”.

Detrás de una botella hay trabajo, horas de dedicación y la paciencia de la espera. “Desde las 6 estamos en la destilería de lunes a sábado y a la tarde, recibimos a turistas de muy buen humor. Las jornadas siempre son largas”, explicó. “El bebedor de whisky tiene un paladar más sofisticados que el de otras bebidas. Entiende más lo que toma”.

Este whisky chubutense ganó medallas en certámenes europeos y sus análisis de calidad se realizan en laboratorios escoceses. “Tratamos de compararnos siempre con los mejores porque no podemos subestimar esos paladares. Prestamos mucha atención a lo que estamos haciendo”.

Sobre los alcances de la producción de “La Alazana”, Serenelli indicó “todo lo que hacemos lo vendemos. En Argentina vendemos solo en la destilería ya que éste es un lugar turístico de gente que viene solo a conocernos. Nos llena de orgullo porque gracias a nosotros viene mucha gente a visitar la región”. El excedente de la producido se exporta a Canadá y EE.UU., dos mercados altamente demandantes con Asia y Europa por ahora a la espera de un mayor volumen de producción.


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