Kamala Harris llegó a Vietnam y le pide "aumentar la presión" a China en disputa marítima

La vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, de visita en Hanói, la capital vietnamita, abogó hoy por "aumentar la presión" sobre Beijing para que renuncie a sus "abusivas" reivindicaciones en el mar de China Meridional, un punto neurálgico del comercio marítimo mundial disputado por cuatro países del sureste asiático, entre ellos Vietnam.

25 AGO 2021 - 10:43 | Actualizado 24 ABR 2022 - 7:47

"Debemos encontrar formas de aumentar la presión (..) sobre Beijing para que cumpla con la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y desafiar su intimidación y reclamos marítimos excesivos", dijo en declaraciones en la apertura de una reunión con el presidente vietnamita Nguyen Xuan Phuc.

Harris también expresó su apoyo al envío de un guardacostas estadounidense adicional a Vietnam para ayudar a defender sus intereses de seguridad en la vía fluvial en disputa, y prometió que Estados Unidos "mantendrá una fuerte presencia en el Mar de China Meridional" para desafiar a China.

Además de su compromiso de defender el Mar de China Meridional contra los avances de Beijing, la vicepresidenta informó sobre una serie de acuerdos bilaterales y apoyo para Vietnam en áreas que incluyen el cambio climático, el comercio y la pandemia de coronavirus.

Ayer, desde Singapur, donde Harris inició su gira asiática por dos países, acusó a China de "intimidación" en la región, palabras que Beijing respondió con reproches similares sobre la actitud de Estados Unidos en Afganistán.

El vocero de la Cancillería china, Wang Wenbin, dijo que Washington se esconde detrás de la retórica de un orden global basado en reglas para defender su propio "comportamiento hegemónico y de intimidación".

"Para defender el 'América primero', Estados Unidos puede difamar, oprimir, coaccionar e intimidar arbitrariamente a otros países sin pagar ningún precio. Este es el orden que quiere (...) Pero, ¿quién le va a creer ahora?", afirmó ayer Wang, en referencia a la intervención en Afganistán, informó la agencia de noticias AFP.

La visita a Vietnam, la primera para una vicepresidenta de Estados Unidos, llega en un momento crítico para Estados Unidos.

La caída de Kabul y las caóticas evacuaciones desde la capital afgana despertaron el trauma de la guerra de Vietnam y el recuerdo de la huida en 1975 de los diplomáticos estadounidenses de Saigón.

Kamala Harris no visitará, no obstante, el pulmón económico de Vietnam, rebautizado Ciudad Ho Chi Minh.

Vietnam es estratégica y económicamente importante para Washington, en momentos de una fuerte disputa hegemónica con China, que le disputa la influencia política y la dominación naval en la región indo-pacífica.

Harris buscará también enfatizar el compromiso con la seguridad sanitaria en el Sudeste Asiático, al inaugurar en Hanói una oficina regional del Centro de Control de Enfermedades (CDC) estadounidense.

Vietnam, que pudo contener la epidemia de Covid-19 en 2020, se enfrenta como otros países de la región, a un repunte sin precedentes causado por la variante Delta.

Las relaciones sino-estadounidenses se vienen deteriorando por una serie de temas, desde la ciberseguridad y la supremacía tecnológica hasta los derechos humanos en Hong Kong y Xinjiang.

Ayer en Singapur, Harris buscó aplacar los temores de que las tensiones entre las dos potencias obligarían a tomar partido a países que tienen fuertes vínculos con ambas.

Vietnam busca forjar su propio camino y el primer ministro, el comunista Pham Minh Chinh, se reunió ayer con el embajador chino para decirle que Hanói "no se alineará con un país contra el otro".

Pero para el diario China Daily, controlado por el Estado chino, la gira asiática de la funcionaria estadounidense busca "abrir una brecha entre las naciones del sudeste asiático y China".

Su llegada a Vietnam se retrasó tres horas anoche por un "incidente anómalo de salud" en Hanói, según funcionarios estadounidenses.

Washington utiliza esta expresión generalmente para hacer referencia al llamado "síndrome de La Habana" que aqueja a diplomáticos en varios países, incluidos China y Rusia.

No está claro lo que provoca el síndrome, que ha motivado denuncias sin pruebas de que Rusia u otros países usan aparatos electrónicos de alta intensidad para causar daño a diplomáticos estadounidenses.

25 AGO 2021 - 10:43

"Debemos encontrar formas de aumentar la presión (..) sobre Beijing para que cumpla con la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y desafiar su intimidación y reclamos marítimos excesivos", dijo en declaraciones en la apertura de una reunión con el presidente vietnamita Nguyen Xuan Phuc.

Harris también expresó su apoyo al envío de un guardacostas estadounidense adicional a Vietnam para ayudar a defender sus intereses de seguridad en la vía fluvial en disputa, y prometió que Estados Unidos "mantendrá una fuerte presencia en el Mar de China Meridional" para desafiar a China.

Además de su compromiso de defender el Mar de China Meridional contra los avances de Beijing, la vicepresidenta informó sobre una serie de acuerdos bilaterales y apoyo para Vietnam en áreas que incluyen el cambio climático, el comercio y la pandemia de coronavirus.

Ayer, desde Singapur, donde Harris inició su gira asiática por dos países, acusó a China de "intimidación" en la región, palabras que Beijing respondió con reproches similares sobre la actitud de Estados Unidos en Afganistán.

El vocero de la Cancillería china, Wang Wenbin, dijo que Washington se esconde detrás de la retórica de un orden global basado en reglas para defender su propio "comportamiento hegemónico y de intimidación".

"Para defender el 'América primero', Estados Unidos puede difamar, oprimir, coaccionar e intimidar arbitrariamente a otros países sin pagar ningún precio. Este es el orden que quiere (...) Pero, ¿quién le va a creer ahora?", afirmó ayer Wang, en referencia a la intervención en Afganistán, informó la agencia de noticias AFP.

La visita a Vietnam, la primera para una vicepresidenta de Estados Unidos, llega en un momento crítico para Estados Unidos.

La caída de Kabul y las caóticas evacuaciones desde la capital afgana despertaron el trauma de la guerra de Vietnam y el recuerdo de la huida en 1975 de los diplomáticos estadounidenses de Saigón.

Kamala Harris no visitará, no obstante, el pulmón económico de Vietnam, rebautizado Ciudad Ho Chi Minh.

Vietnam es estratégica y económicamente importante para Washington, en momentos de una fuerte disputa hegemónica con China, que le disputa la influencia política y la dominación naval en la región indo-pacífica.

Harris buscará también enfatizar el compromiso con la seguridad sanitaria en el Sudeste Asiático, al inaugurar en Hanói una oficina regional del Centro de Control de Enfermedades (CDC) estadounidense.

Vietnam, que pudo contener la epidemia de Covid-19 en 2020, se enfrenta como otros países de la región, a un repunte sin precedentes causado por la variante Delta.

Las relaciones sino-estadounidenses se vienen deteriorando por una serie de temas, desde la ciberseguridad y la supremacía tecnológica hasta los derechos humanos en Hong Kong y Xinjiang.

Ayer en Singapur, Harris buscó aplacar los temores de que las tensiones entre las dos potencias obligarían a tomar partido a países que tienen fuertes vínculos con ambas.

Vietnam busca forjar su propio camino y el primer ministro, el comunista Pham Minh Chinh, se reunió ayer con el embajador chino para decirle que Hanói "no se alineará con un país contra el otro".

Pero para el diario China Daily, controlado por el Estado chino, la gira asiática de la funcionaria estadounidense busca "abrir una brecha entre las naciones del sudeste asiático y China".

Su llegada a Vietnam se retrasó tres horas anoche por un "incidente anómalo de salud" en Hanói, según funcionarios estadounidenses.

Washington utiliza esta expresión generalmente para hacer referencia al llamado "síndrome de La Habana" que aqueja a diplomáticos en varios países, incluidos China y Rusia.

No está claro lo que provoca el síndrome, que ha motivado denuncias sin pruebas de que Rusia u otros países usan aparatos electrónicos de alta intensidad para causar daño a diplomáticos estadounidenses.


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