Río Gallegos: con chaleco antibalas y una biblia, el cura imputado de abuso sexual negó las acusaciones

Se trata de Nicolás Parma, un sacerdote conocido como “Padre Felipe”, de la Congregación Hijos de Jesús San Juan Bautista, fundada en Salta por el cura Agustín Rosa Torino, también condenado por abusar de varios chicos.

01 SEP 2021 - 10:25 | Actualizado

Comenzó en Río Gallegos, Santa Cruz, un juicio calificado como histórico: por primera vez en la provincia un sacerdote identificado como Nicolás Parma está siendo enjuiciado por delitos de índole sexual. La del martes fue una jornada maratónica y en pocos días más se dará turno a los alegatos.

Luego de la lectura de la requisitoria de elevación a juicio por parte de la fiscalía, los jueces dieron paso a la oportunidad que tiene el imputado de dar a conocer su verdad.Parma negó las acusaciones de abuso sexual contra seminaristas que tenía a su cargo en la Iglesia Exaltación de la Santa Cruz.

El acusado habló, en cambio, de un complot contra la congregación que integra, cuyo creador fue condenado en Salta en una causa similar.

El sacerdote ahora juzgado era conocido como “Padre Felipe” en la Congregación Hijos de Jesús San Juan Bautista, fundada en Salta por el cura Agustín Rosa Torino, condenado en julio pasado a 12 años de prisión en esa provincia por abusar de varios chicos.

El juicio incluyó en su primer día las declaraciones de Yair y Jonatan, los denunciantes de Parma y también víctimas del condenado Rosa Torino, conectados desde su lugar de residencia actual, en Cafayate (Salta) y Pergamino (Buenos Aires), respectivamente. También varios testigos y peritos participan del juicio en forma virtual, por lo que las audiencias continuarían esta semana.

Parma llegó a juicio acusado por abuso simple doblemente agravado en concurso real, con abuso gravemente ultrajante doblemente agravado en concurso real con corrupción de menores agravada.

El sacerdote fue trasladado desde Puerto Santa Cruz, ciudad ubicada a unos 250 kilómetros al norte de Río Gallegos, donde cometió los delitos y está detenido, y llegó al Tribunal vestido de color oscuro, con una biblia en la mano, barbijo y cubierto con un chaleco antibalas.

(Fuente: Diario El Nuevo Día / Fotos: La Opinión Austral)

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01 SEP 2021 - 10:25

Comenzó en Río Gallegos, Santa Cruz, un juicio calificado como histórico: por primera vez en la provincia un sacerdote identificado como Nicolás Parma está siendo enjuiciado por delitos de índole sexual. La del martes fue una jornada maratónica y en pocos días más se dará turno a los alegatos.

Luego de la lectura de la requisitoria de elevación a juicio por parte de la fiscalía, los jueces dieron paso a la oportunidad que tiene el imputado de dar a conocer su verdad.Parma negó las acusaciones de abuso sexual contra seminaristas que tenía a su cargo en la Iglesia Exaltación de la Santa Cruz.

El acusado habló, en cambio, de un complot contra la congregación que integra, cuyo creador fue condenado en Salta en una causa similar.

El sacerdote ahora juzgado era conocido como “Padre Felipe” en la Congregación Hijos de Jesús San Juan Bautista, fundada en Salta por el cura Agustín Rosa Torino, condenado en julio pasado a 12 años de prisión en esa provincia por abusar de varios chicos.

El juicio incluyó en su primer día las declaraciones de Yair y Jonatan, los denunciantes de Parma y también víctimas del condenado Rosa Torino, conectados desde su lugar de residencia actual, en Cafayate (Salta) y Pergamino (Buenos Aires), respectivamente. También varios testigos y peritos participan del juicio en forma virtual, por lo que las audiencias continuarían esta semana.

Parma llegó a juicio acusado por abuso simple doblemente agravado en concurso real, con abuso gravemente ultrajante doblemente agravado en concurso real con corrupción de menores agravada.

El sacerdote fue trasladado desde Puerto Santa Cruz, ciudad ubicada a unos 250 kilómetros al norte de Río Gallegos, donde cometió los delitos y está detenido, y llegó al Tribunal vestido de color oscuro, con una biblia en la mano, barbijo y cubierto con un chaleco antibalas.

(Fuente: Diario El Nuevo Día / Fotos: La Opinión Austral)


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