Lo sabíamos antes pero lo confirmamos en la pandemia, cuando internet fue vital para sostener estudios y empleos. Sus fallas trastornaron a más de uno. Los anuncios de inversiones circulan pero lo cierto es que nadie puede confiar en su wi-fi.
Así también lo pensaron Benjamín Iturburu, Augusto Soules y Facundo Peláez, tres jóvenes estudiantes esquelenses de un Colegio Salesiano que idearon e impulsan un proyecto para llevar internet inalámbrico para 30 familias de Fofo Cahuel. La iniciativa tiene la colaboración de Samsung y se denomina “Conectar al Sur”. El objetivo es llegar a una velocidad de 9 megas.
Los propios chicos explicaron que los vecinos de esa localidad deben trasladarse varios kilómetros hasta hallar señal. Necesitan $ 900 mil para hacer realidad su proyecto. Ya hay empresas privadas que aportaron los paneles solares.
La novedad tiene dos datos centrales: la vigencia de un problema que la Patagonia debe resolver si es que tiene aspiraciones de desarrollo verdadero. Ya no se puede seguir con redes atadas con alambre. Lo segundo, la relevancia de que las nuevas generaciones no se miren el ombligo y noten que hay otros ciudadanos con problemas que una mente joven puede resolver con un poco de ayuda. No deja de ser un orgullo que Benjamín, Augusto y Facundo hayan pensado en el prójimo. Y merecerían más apoyos contundentes para hacer realidad su objetivo.
Lo sabíamos antes pero lo confirmamos en la pandemia, cuando internet fue vital para sostener estudios y empleos. Sus fallas trastornaron a más de uno. Los anuncios de inversiones circulan pero lo cierto es que nadie puede confiar en su wi-fi.
Así también lo pensaron Benjamín Iturburu, Augusto Soules y Facundo Peláez, tres jóvenes estudiantes esquelenses de un Colegio Salesiano que idearon e impulsan un proyecto para llevar internet inalámbrico para 30 familias de Fofo Cahuel. La iniciativa tiene la colaboración de Samsung y se denomina “Conectar al Sur”. El objetivo es llegar a una velocidad de 9 megas.
Los propios chicos explicaron que los vecinos de esa localidad deben trasladarse varios kilómetros hasta hallar señal. Necesitan $ 900 mil para hacer realidad su proyecto. Ya hay empresas privadas que aportaron los paneles solares.
La novedad tiene dos datos centrales: la vigencia de un problema que la Patagonia debe resolver si es que tiene aspiraciones de desarrollo verdadero. Ya no se puede seguir con redes atadas con alambre. Lo segundo, la relevancia de que las nuevas generaciones no se miren el ombligo y noten que hay otros ciudadanos con problemas que una mente joven puede resolver con un poco de ayuda. No deja de ser un orgullo que Benjamín, Augusto y Facundo hayan pensado en el prójimo. Y merecerían más apoyos contundentes para hacer realidad su objetivo.