White Horse: la trama del tráfico de cocaína en camión desde Río Negro hasta el Valle Inferior

El caso explotó en 2020 con múltiples allanamientos y detenciones. Les imputan bajar droga desde Río Negro para venderla en el Valle Inferior. Una presunta organización limitada por la pandemia y una trama de reclamos, cobros, escuchas telefónicas y estupefacientes guardados en studs.

02 OCT 2021 - 20:01 | Actualizado

La Fiscalía Federal de Rawson pidió el juicio oral y público para el caso White Horse: un grupo de 23 personas acusadas de traficar desde Río Negro cocaína para venderla en Trelew, Rawson, Playa Unión y Puerto Madryn, desde marzo de 2019 hasta el 4 de octubre de 2020, día que se secuestró droga por $ 33 millones y hubo 30 allanamientos en ambas provincias.

Según la pesquisa de la División Drogas de Rawson, el principal proveedor de los estupefacientes habría sido Darío Rigo, de la provincia de Buenos Aires.

Le habrían comprado tres personas de Villa Regina, Río Negro: Carlos Gallo, Néstor “Caíto” Ferraro y Ariel “Yogurt” Ledesma, de fuerte vínculo entre sí y habilidad para moverse. Se encontraban con Rigo en Huanguelen, una localidad bonaerense. Del trío, Ferraro fue el último en aparecer en la causa cuando Gallo lo llama porque está en Bahía Blanca esperando que un proveedor le traiga “el calzado de la cenicienta”.

Según la hipótesis que el fiscal Fernando Gélvez elevó al juez Gustavo Lleral, la “mercancía” bajaba a Chubut en un camión que manejaba Sergio Kunisch. En varias escuchas acuerdan encuentros y lugares para la carga. Gallo solía llamarlo “mi viejo lobo de mar”. Y hablaban de “comprar los repuestos”.

Ya en Chubut, en Madryn la droga la habría recibido Ángel “Narigón” Mondragón y en Trelew, el comerciante Javier Centeno. Éste último registra reuniones con intercambio de bolsas de nylon con el camionero, por ejemplo, en la estación de servicio “Mica” en el acceso norte sobre ruta 3. También escuchas:

-Centeno: ¿Cuándo venis para aca? No podemos hacer ni una boludo, si no había. Acá re cara la huevada de mierda esa que vamos a conseguir.

-Kunisch: El viernes voy andar por ahí hablamos

-Dale listo no hay drama, ¿pero esta todo piola para traerlo?

-Sí, está todo light.

En cuanto a Mondragón, su primera aparición en las escuchas lo mostró preocupado porque le habían robado en su camioneta y había recaudación: “Qué ojete Me explotaron el vidrio de acompañante y estaba la plata y no se la llevaron”.

En otra charla Gallo le dice a Mondragón: “Mañana a las siete podríamos arrancar el contrapiso”. A la División Drogas la frase le pareció tan absurda que empezaron a vigilarlo. Lo sospechó y por eso frenó algunos días: “Vamos a parar la obra por diez o quince días, avísale al patrón que estamos en huelga”.

Para eludir las restricciones de la pandemia, hasta viajó como polizón del camión hasta Regina. Debía llevar algo de mucha importancia, seguramente dinero, que justificaba el riesgo de ir en persona. Kunisch fue grabado cuando le advirtió: “Ando con un sobrino, se van a tener que acovachar los dos, se van a tener que esconder”. Una escucha entre punteros confirmó el objetivo del viaje: “Andrés se fue a buscar con el camion más maíz para los caballos”.

En otra intercepción, Mondragón le hace un comentario a una mujer: “Dice que agarro un millón, boluda, me dijo que me iba a comprar medio kilo de merca y se compro un terreno y ahora me viene a pedir fiado, está loco”.

El fiscal le imputa al “Narigón” coordinar viajes y entregas con el trío de proveedores rionegrinos, y negociar el precio.

En una de las escuchas, Mondragón le avisa a Gallo que estaba entrando a Villa Regina con “dos mochilas llenas con dos millones y medio”. Y su proveedor le confirma: “Estoy armando el motor”. Era una entrega.

Ya en Madryn, el “Narigón” habría entregado la droga al chofer de colectivo Mario Costa y el marinero Pablo Agustín Pazos, hombres de su confianza que distribuían a los “punteros” o directamente vendían.

Según la acusación del fiscal Gélvez, Costa mostraba preocupación para no guardar droga: “Te lo llevo de una para no tener nada en mi casa”. Habría participado su pareja, la vendedora de ropa Vanesa Méndez.

En cuanto a Pazos, le imputan usar su stud “El Tamarisco” para el acopio de droga. En las escuchas se lo notaba muy preocupado ya que la Policía preguntaba por el lugar. Las escuchas lo detectaron vendiendo a marineros que estaban por amarrar. Llegó a confesarle a una mujer lo inquieto que estaba debido a que cerca de su casa “estaba lleno de policías. me cagué todo, yo digo: ya veo que es mi casa, la concha de la lora”

Cadena

La cadena seguía hacia abajo con la empleada doméstica Claudia Juárez, en Rawson: habría distribuido para el menudeo de sus “punteros”: según la causa habrían sido César Cadagán, Johana Sánchez y su pareja el marinero Gustavo “Chori” Romero, María de los Ángeles Fernández (alias “Belén”), Federico Mayo y Sebastián Brizuela. Le habrían rendido a ella como el eslabón más jerarquizado de la organización en Rawson.

Claudio Juárez –padre de Claudia y dueño de un stud- y su pareja Romina Alderete habrían transportado el estupefaciente desde Madryn y a la vuelta llevaban la plata recaudada.

Cadagán, trabajador portuario, era la mano derecha de Claudia: recaudaba y ocupaba su casa en su ausencia. Ella le instruía cómo estirar, fraccionar y pesar la droga con cuidado y en cuál balanza, y quién pasaría a comprar. Cadagán le prestaba su chacra para el negocio y hasta debió advertirle que no hablara de esos asuntos por teléfono.

En una escucha le comentó que estaban por llevarse caballos de la chacra y tendría un “huequito adentro del box” para ocultar la carga.

Policía notó el temor de Claudia al hablar de un vehículo desconocido: “Hay una camioneta blanca con vidrios polarizados adelante, dejá todo en tu casa y borrá los sms”.

En una escucha un cliente le quiere intercambiar drogas por un reloj:

-Cadagán : Me quiere dar un reloj que vale como 60 lucas para que le dé dos bolsas o cinco gramos.

-Juárez: Qué ojete, ¿pero después a quién mierda se lo vendemos?

-Lo vendes por 15, 20, pero no, dejalo nomás, le voy a decir que no hay y que me dé su número o le doy el mío.

En otra charla, Claudia Juárez le rindió a su padre más de $ 100.000 para Pazos. Pero Claudio se lo gasta: “Me comió como el cáncer con la plata así que toy patrás, con el culo entre las patas. Le digo entrégale 65 (a Pazos) y dejate 5 mil para vos si estas seco, viste que ya empieza a llorar cuando ve un poquito de plata. Me re calenté. Yo no lo cago a él, porque me tiene que estar cagando, forro, sorete de mierda se caga en la hija el concha de su madre, llegué a llorar de la bronca, que se agarre si me llegó a gastar la plata, yo ni tengo ahorros”.

La pesquisa registró advertencias de Juárez sobre las deudas de sus punteros: “Eso que me deben lo voy a dejar más así que voy a trabajar con dos nomás, que me pagan seguro. A los otros les voy a poner un caño en la cabeza, que se haga el loco”.

Y también: “Me voy a poner a trabajar firme así te junto cash; ahora me voy a poner a cobrar a la mina esa que me debe plata, que hace como un mes que no me paga. La voy a re cagar a trompadas sino”.

En una ocasión, Mondragón estaba molesto con la demora de Claudia y amenazó al intermediario, Costa con darle menos droga, medida que afectaría a sus punteros: “Andrés se alunó pero si me da menos cagué porque no le puedo responder a los otros tampoco. La próxima vamos a tratar de hacerla mejor Claudia, por lo menos vamos a tratar de cumplirle a éste”. Juárez le respondió: “La plata está pero toda en la calle” en referencia a las deudas sin cobrar.

También la División Drogas interceptó cómo Costa habría destacado el grado de pureza de la cocaína, apta para estirar y que rinda más: “Buena esa, le podés meter guacha”. Y las recomendaciones de seguridad de Mondragón: “Andrés me decía que agarre por la 25, que no agarre por la 7 porque esta re vigilanteada”. Ya había nerviosismo al percibir que los vigilaban policías de civil.

En Rawson, el carnicero “Maxi” Mayo habría vendía en su casa como “kiosco”. En la causa constan varias visitas de presuntos clientes registradas y mensajes con pedidos.

A veces recibía compradores, iba a casa de Juárez a buscar carga –vivía a la vuelta- y volvía para completar el intercambio.

Hubo conflictos: por una supuesta deuda, Mayo habría ingresado a la casa de Claudia para llevarse cosas. Lo denunciaron y desde Río Negro, ella le pidió a Cadagán un arma para amedrentarlo: “Le dije que el sábado llegábamos y ahí arreglabamo, le iba a dar merca para que venda.

A Brizuela, taxista desocupado, le imputan vender droga en “kiosco” y “delivery” en Rawson desde su departamento.

Puerto y Playa

También se sospecha que Mondragón proveía a los hermanos trabajadores portuarios Marcelo “Kato” y Francisco “Lupo” Terán para presunstos “kioscos” y “delivery” en Rawson, Playa Unión y el Puerto. Lo guardaban en una chacra. En las escuchas ellos lo conocían como “el muchacho de la ropa de agua”. Hay múltiples contactos con ellos y hasta acuerdan verse un domingo ya que, en palabras de Francisco: “Ya el sábado junto la plata de los otros muchachos”. Policía detectó a Mondragón estacionado en paralelo con Francisco, intercambiando sobres.

También hay visitas de los Terán a Madryn, portando mochilas. Y una advertencia de Francisco a un cliente para presuntamente frenar la venta por un tiempo: “Por dos o tres meses voy a suspender la fiesta, cualquier cosa te aviso”.

A Mondragón lo acusan además de proveer droga a Jorge Páez e Iván Vivanco, quienes vendían en Trelew. Páez llegó a pedirle encontrarse en el dinosaurio de ruta 3 “para que me hagas la pasada”. La droga la habría llevado Gustavo Álvarez desde Madryn. También habría juntado la plata. Como enfermero policial, circulaba sin problemas.

En julio de 2020, por las restricciones, Páez no pudo ingresar a Madryn para rendirle plata a Mondragón. El “Narigón” le pidió a Álvarez buscar una manera para cobrar esa plata y la del carnicero Vivanco, a quien denomina “mi compadre” por ser padrino de uno de sus hijos. Álvarez recibió la carga y fue al Gauchito Gil con el doble propósito de proveer y cobrar. Fueron 5 minutos en el coche de Páez. De regreso en Trelew, Páez habría abastecido a Vivanco con una bolsa de nylon negro.

El final

El 1 de octubre del 2020, Gallo charló con Mondragón y lo interceptaron: estaba todo listo y en la “dulce espera”. Sólo esperaban que pasara el transportista, Kunisch. Le decían “Ceferino” porque vivía en Chimpay. Gallo lo instruyó para encontrarse en la ruta y entregarle la carga: “Ni bien pasas el pueblo tirate a la colectora”. Tras el despacho le avisó a Mondragón día y hora de arribo a Madryn: “El domingo vamos a comer un asadito”. Los investigadores escucharon todo.

Tres días después, en Arroyo Verde, Policía interceptó ese viaje de Kunisch con 5 kilos de cocaína en 5 paquetes para Mondragón y mucho efectivo. Fue el final.

En las casas del grupo se halló mucho efectivo, cocaína, envoltorios, balanzas de precisión y libreta con anotaciones.

Ledesma es vendedor de autos y motos; Gallo, mecánico, herrero y vendedor de autos; Ferraro, comisionista de frutas, y Mondragón, albañil. Son los únicos de la causa que están presos.#

“Los vagos de allá del norte”

La Policía obtuvo múltiples escuchas que reflejan la presunta actividad. Por ejemplo la necesidad de Claudio y Claudia Juárez, padre e hija, de rendir ganancias.

-Che hija, ¿ibas a comprar caballos?

-¿Te parece? ¿compramos?

-No, primero vamos a pagar las deudas.

-Eso seguro, ¿cuánto debés? Yo debo una banda también, lo único que quiero es pagarle al tío Pablo y listo, a la mierda, ya estoy.

También mostraban atención al trabajo policial mientras juntaban dólares para pagar cargas en Río Negro:

-Gallo: Hubo barullo….

-Mondragón: Fuá!!! No sabés!!!

-Sí, me enteré ayer.

-Como 26 allanamientos, todos conchetos eran… escúchame ¿ni una noticia no?

-Es muy probable, esta semana a lo mejor. Pero está duro el tema del paso, acá arriba está todo trabado.

-Tengo las cosas de ellos, deciles que se queden tranquilo que están como lo hablamos. La tengo como la querían, en dólares.

La pandemia le trajo problemas al grupo para buscar droga en Regina:

-Gallo: Vas a tener que prepararte un viajecito.

-Mondragón: Pero no puedo pescar papá, está re complicado, me tengo que comer 14 días allá y 14 días acá. Uno de los muchachos amigo nuestros tuvo que ir a Sierra y se tuvo que comer 14 días de cuarentena

Las charlas incluyen los presuntos acuerdos para que la distribución a los punteros sea una vez mensual

-Costa: Hablé con Andrés, ahora va a dar plazo para pagarle, un mes…

-Juárez: Sí, olvídate.

-Nosotros estamos al día pero me dijo que hay muchos que le deben y él todos los meses tiene que ir y depositar la plata a los vagos de allá del norte. Cambia la forma de dar porque si no siempre tengo que poner plata de mi bolsillo, dice, los otros se hacen los pijas. Así que me dice fíjate cuánto mueven por mes y le das y que se manejen un mes, de un viaje todo.

-Buenísimo

-Es mucho mejor porque vos tenés que calcular que no te vayas a quedar sin nada tampoco, más o menos cuánto estas moviendo por mes…

-Cuatro por ahí, un poquito más.

-Voy y te dejo eso y te manejás un mes completo con eso tranquila, es mejor para mí también porque si no estás mandando mensaje y yendo allá dos veces al mes; vas una sola vez, la dejás toda y listo, y ahí te manejás vos. No te vas a quedar corta nomás porque ahí ya no puedo pedir…

-Me conviene a mí y te conviene a vos, es un poco más de tiempo.

-Y sí, porque sabés que pedís y ya tenés un mes de plazo; le dije que no tengo drama pero que se fije el precio porque a Pablo se la deja más barata; fijate que le estoy moviendo más de un kilo por mes.

También procuraban quedarse con material de calidad para el consumo propio:

-Juárez: ¿Cuánto queda de lo bueno?

-Cadagán: 94 gramos, de corte te deben quedar un poquito más de cien…

-Bueno después sácame… está buena esa che?

-Sí, le mandé un poquito con la cuchara y andaba a las arcadas, me bajó la cagada. Tenemos que dejar uno para la semana para tomar los dos solos.

-Mañana a la noche nomas, qué mierda…

-Sí, tomamos una bolsita nomás o dos…

-No vamos a tomar una bolsa, si sabes cómo soy yo.

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02 OCT 2021 - 20:01

La Fiscalía Federal de Rawson pidió el juicio oral y público para el caso White Horse: un grupo de 23 personas acusadas de traficar desde Río Negro cocaína para venderla en Trelew, Rawson, Playa Unión y Puerto Madryn, desde marzo de 2019 hasta el 4 de octubre de 2020, día que se secuestró droga por $ 33 millones y hubo 30 allanamientos en ambas provincias.

Según la pesquisa de la División Drogas de Rawson, el principal proveedor de los estupefacientes habría sido Darío Rigo, de la provincia de Buenos Aires.

Le habrían comprado tres personas de Villa Regina, Río Negro: Carlos Gallo, Néstor “Caíto” Ferraro y Ariel “Yogurt” Ledesma, de fuerte vínculo entre sí y habilidad para moverse. Se encontraban con Rigo en Huanguelen, una localidad bonaerense. Del trío, Ferraro fue el último en aparecer en la causa cuando Gallo lo llama porque está en Bahía Blanca esperando que un proveedor le traiga “el calzado de la cenicienta”.

Según la hipótesis que el fiscal Fernando Gélvez elevó al juez Gustavo Lleral, la “mercancía” bajaba a Chubut en un camión que manejaba Sergio Kunisch. En varias escuchas acuerdan encuentros y lugares para la carga. Gallo solía llamarlo “mi viejo lobo de mar”. Y hablaban de “comprar los repuestos”.

Ya en Chubut, en Madryn la droga la habría recibido Ángel “Narigón” Mondragón y en Trelew, el comerciante Javier Centeno. Éste último registra reuniones con intercambio de bolsas de nylon con el camionero, por ejemplo, en la estación de servicio “Mica” en el acceso norte sobre ruta 3. También escuchas:

-Centeno: ¿Cuándo venis para aca? No podemos hacer ni una boludo, si no había. Acá re cara la huevada de mierda esa que vamos a conseguir.

-Kunisch: El viernes voy andar por ahí hablamos

-Dale listo no hay drama, ¿pero esta todo piola para traerlo?

-Sí, está todo light.

En cuanto a Mondragón, su primera aparición en las escuchas lo mostró preocupado porque le habían robado en su camioneta y había recaudación: “Qué ojete Me explotaron el vidrio de acompañante y estaba la plata y no se la llevaron”.

En otra charla Gallo le dice a Mondragón: “Mañana a las siete podríamos arrancar el contrapiso”. A la División Drogas la frase le pareció tan absurda que empezaron a vigilarlo. Lo sospechó y por eso frenó algunos días: “Vamos a parar la obra por diez o quince días, avísale al patrón que estamos en huelga”.

Para eludir las restricciones de la pandemia, hasta viajó como polizón del camión hasta Regina. Debía llevar algo de mucha importancia, seguramente dinero, que justificaba el riesgo de ir en persona. Kunisch fue grabado cuando le advirtió: “Ando con un sobrino, se van a tener que acovachar los dos, se van a tener que esconder”. Una escucha entre punteros confirmó el objetivo del viaje: “Andrés se fue a buscar con el camion más maíz para los caballos”.

En otra intercepción, Mondragón le hace un comentario a una mujer: “Dice que agarro un millón, boluda, me dijo que me iba a comprar medio kilo de merca y se compro un terreno y ahora me viene a pedir fiado, está loco”.

El fiscal le imputa al “Narigón” coordinar viajes y entregas con el trío de proveedores rionegrinos, y negociar el precio.

En una de las escuchas, Mondragón le avisa a Gallo que estaba entrando a Villa Regina con “dos mochilas llenas con dos millones y medio”. Y su proveedor le confirma: “Estoy armando el motor”. Era una entrega.

Ya en Madryn, el “Narigón” habría entregado la droga al chofer de colectivo Mario Costa y el marinero Pablo Agustín Pazos, hombres de su confianza que distribuían a los “punteros” o directamente vendían.

Según la acusación del fiscal Gélvez, Costa mostraba preocupación para no guardar droga: “Te lo llevo de una para no tener nada en mi casa”. Habría participado su pareja, la vendedora de ropa Vanesa Méndez.

En cuanto a Pazos, le imputan usar su stud “El Tamarisco” para el acopio de droga. En las escuchas se lo notaba muy preocupado ya que la Policía preguntaba por el lugar. Las escuchas lo detectaron vendiendo a marineros que estaban por amarrar. Llegó a confesarle a una mujer lo inquieto que estaba debido a que cerca de su casa “estaba lleno de policías. me cagué todo, yo digo: ya veo que es mi casa, la concha de la lora”

Cadena

La cadena seguía hacia abajo con la empleada doméstica Claudia Juárez, en Rawson: habría distribuido para el menudeo de sus “punteros”: según la causa habrían sido César Cadagán, Johana Sánchez y su pareja el marinero Gustavo “Chori” Romero, María de los Ángeles Fernández (alias “Belén”), Federico Mayo y Sebastián Brizuela. Le habrían rendido a ella como el eslabón más jerarquizado de la organización en Rawson.

Claudio Juárez –padre de Claudia y dueño de un stud- y su pareja Romina Alderete habrían transportado el estupefaciente desde Madryn y a la vuelta llevaban la plata recaudada.

Cadagán, trabajador portuario, era la mano derecha de Claudia: recaudaba y ocupaba su casa en su ausencia. Ella le instruía cómo estirar, fraccionar y pesar la droga con cuidado y en cuál balanza, y quién pasaría a comprar. Cadagán le prestaba su chacra para el negocio y hasta debió advertirle que no hablara de esos asuntos por teléfono.

En una escucha le comentó que estaban por llevarse caballos de la chacra y tendría un “huequito adentro del box” para ocultar la carga.

Policía notó el temor de Claudia al hablar de un vehículo desconocido: “Hay una camioneta blanca con vidrios polarizados adelante, dejá todo en tu casa y borrá los sms”.

En una escucha un cliente le quiere intercambiar drogas por un reloj:

-Cadagán : Me quiere dar un reloj que vale como 60 lucas para que le dé dos bolsas o cinco gramos.

-Juárez: Qué ojete, ¿pero después a quién mierda se lo vendemos?

-Lo vendes por 15, 20, pero no, dejalo nomás, le voy a decir que no hay y que me dé su número o le doy el mío.

En otra charla, Claudia Juárez le rindió a su padre más de $ 100.000 para Pazos. Pero Claudio se lo gasta: “Me comió como el cáncer con la plata así que toy patrás, con el culo entre las patas. Le digo entrégale 65 (a Pazos) y dejate 5 mil para vos si estas seco, viste que ya empieza a llorar cuando ve un poquito de plata. Me re calenté. Yo no lo cago a él, porque me tiene que estar cagando, forro, sorete de mierda se caga en la hija el concha de su madre, llegué a llorar de la bronca, que se agarre si me llegó a gastar la plata, yo ni tengo ahorros”.

La pesquisa registró advertencias de Juárez sobre las deudas de sus punteros: “Eso que me deben lo voy a dejar más así que voy a trabajar con dos nomás, que me pagan seguro. A los otros les voy a poner un caño en la cabeza, que se haga el loco”.

Y también: “Me voy a poner a trabajar firme así te junto cash; ahora me voy a poner a cobrar a la mina esa que me debe plata, que hace como un mes que no me paga. La voy a re cagar a trompadas sino”.

En una ocasión, Mondragón estaba molesto con la demora de Claudia y amenazó al intermediario, Costa con darle menos droga, medida que afectaría a sus punteros: “Andrés se alunó pero si me da menos cagué porque no le puedo responder a los otros tampoco. La próxima vamos a tratar de hacerla mejor Claudia, por lo menos vamos a tratar de cumplirle a éste”. Juárez le respondió: “La plata está pero toda en la calle” en referencia a las deudas sin cobrar.

También la División Drogas interceptó cómo Costa habría destacado el grado de pureza de la cocaína, apta para estirar y que rinda más: “Buena esa, le podés meter guacha”. Y las recomendaciones de seguridad de Mondragón: “Andrés me decía que agarre por la 25, que no agarre por la 7 porque esta re vigilanteada”. Ya había nerviosismo al percibir que los vigilaban policías de civil.

En Rawson, el carnicero “Maxi” Mayo habría vendía en su casa como “kiosco”. En la causa constan varias visitas de presuntos clientes registradas y mensajes con pedidos.

A veces recibía compradores, iba a casa de Juárez a buscar carga –vivía a la vuelta- y volvía para completar el intercambio.

Hubo conflictos: por una supuesta deuda, Mayo habría ingresado a la casa de Claudia para llevarse cosas. Lo denunciaron y desde Río Negro, ella le pidió a Cadagán un arma para amedrentarlo: “Le dije que el sábado llegábamos y ahí arreglabamo, le iba a dar merca para que venda.

A Brizuela, taxista desocupado, le imputan vender droga en “kiosco” y “delivery” en Rawson desde su departamento.

Puerto y Playa

También se sospecha que Mondragón proveía a los hermanos trabajadores portuarios Marcelo “Kato” y Francisco “Lupo” Terán para presunstos “kioscos” y “delivery” en Rawson, Playa Unión y el Puerto. Lo guardaban en una chacra. En las escuchas ellos lo conocían como “el muchacho de la ropa de agua”. Hay múltiples contactos con ellos y hasta acuerdan verse un domingo ya que, en palabras de Francisco: “Ya el sábado junto la plata de los otros muchachos”. Policía detectó a Mondragón estacionado en paralelo con Francisco, intercambiando sobres.

También hay visitas de los Terán a Madryn, portando mochilas. Y una advertencia de Francisco a un cliente para presuntamente frenar la venta por un tiempo: “Por dos o tres meses voy a suspender la fiesta, cualquier cosa te aviso”.

A Mondragón lo acusan además de proveer droga a Jorge Páez e Iván Vivanco, quienes vendían en Trelew. Páez llegó a pedirle encontrarse en el dinosaurio de ruta 3 “para que me hagas la pasada”. La droga la habría llevado Gustavo Álvarez desde Madryn. También habría juntado la plata. Como enfermero policial, circulaba sin problemas.

En julio de 2020, por las restricciones, Páez no pudo ingresar a Madryn para rendirle plata a Mondragón. El “Narigón” le pidió a Álvarez buscar una manera para cobrar esa plata y la del carnicero Vivanco, a quien denomina “mi compadre” por ser padrino de uno de sus hijos. Álvarez recibió la carga y fue al Gauchito Gil con el doble propósito de proveer y cobrar. Fueron 5 minutos en el coche de Páez. De regreso en Trelew, Páez habría abastecido a Vivanco con una bolsa de nylon negro.

El final

El 1 de octubre del 2020, Gallo charló con Mondragón y lo interceptaron: estaba todo listo y en la “dulce espera”. Sólo esperaban que pasara el transportista, Kunisch. Le decían “Ceferino” porque vivía en Chimpay. Gallo lo instruyó para encontrarse en la ruta y entregarle la carga: “Ni bien pasas el pueblo tirate a la colectora”. Tras el despacho le avisó a Mondragón día y hora de arribo a Madryn: “El domingo vamos a comer un asadito”. Los investigadores escucharon todo.

Tres días después, en Arroyo Verde, Policía interceptó ese viaje de Kunisch con 5 kilos de cocaína en 5 paquetes para Mondragón y mucho efectivo. Fue el final.

En las casas del grupo se halló mucho efectivo, cocaína, envoltorios, balanzas de precisión y libreta con anotaciones.

Ledesma es vendedor de autos y motos; Gallo, mecánico, herrero y vendedor de autos; Ferraro, comisionista de frutas, y Mondragón, albañil. Son los únicos de la causa que están presos.#

“Los vagos de allá del norte”

La Policía obtuvo múltiples escuchas que reflejan la presunta actividad. Por ejemplo la necesidad de Claudio y Claudia Juárez, padre e hija, de rendir ganancias.

-Che hija, ¿ibas a comprar caballos?

-¿Te parece? ¿compramos?

-No, primero vamos a pagar las deudas.

-Eso seguro, ¿cuánto debés? Yo debo una banda también, lo único que quiero es pagarle al tío Pablo y listo, a la mierda, ya estoy.

También mostraban atención al trabajo policial mientras juntaban dólares para pagar cargas en Río Negro:

-Gallo: Hubo barullo….

-Mondragón: Fuá!!! No sabés!!!

-Sí, me enteré ayer.

-Como 26 allanamientos, todos conchetos eran… escúchame ¿ni una noticia no?

-Es muy probable, esta semana a lo mejor. Pero está duro el tema del paso, acá arriba está todo trabado.

-Tengo las cosas de ellos, deciles que se queden tranquilo que están como lo hablamos. La tengo como la querían, en dólares.

La pandemia le trajo problemas al grupo para buscar droga en Regina:

-Gallo: Vas a tener que prepararte un viajecito.

-Mondragón: Pero no puedo pescar papá, está re complicado, me tengo que comer 14 días allá y 14 días acá. Uno de los muchachos amigo nuestros tuvo que ir a Sierra y se tuvo que comer 14 días de cuarentena

Las charlas incluyen los presuntos acuerdos para que la distribución a los punteros sea una vez mensual

-Costa: Hablé con Andrés, ahora va a dar plazo para pagarle, un mes…

-Juárez: Sí, olvídate.

-Nosotros estamos al día pero me dijo que hay muchos que le deben y él todos los meses tiene que ir y depositar la plata a los vagos de allá del norte. Cambia la forma de dar porque si no siempre tengo que poner plata de mi bolsillo, dice, los otros se hacen los pijas. Así que me dice fíjate cuánto mueven por mes y le das y que se manejen un mes, de un viaje todo.

-Buenísimo

-Es mucho mejor porque vos tenés que calcular que no te vayas a quedar sin nada tampoco, más o menos cuánto estas moviendo por mes…

-Cuatro por ahí, un poquito más.

-Voy y te dejo eso y te manejás un mes completo con eso tranquila, es mejor para mí también porque si no estás mandando mensaje y yendo allá dos veces al mes; vas una sola vez, la dejás toda y listo, y ahí te manejás vos. No te vas a quedar corta nomás porque ahí ya no puedo pedir…

-Me conviene a mí y te conviene a vos, es un poco más de tiempo.

-Y sí, porque sabés que pedís y ya tenés un mes de plazo; le dije que no tengo drama pero que se fije el precio porque a Pablo se la deja más barata; fijate que le estoy moviendo más de un kilo por mes.

También procuraban quedarse con material de calidad para el consumo propio:

-Juárez: ¿Cuánto queda de lo bueno?

-Cadagán: 94 gramos, de corte te deben quedar un poquito más de cien…

-Bueno después sácame… está buena esa che?

-Sí, le mandé un poquito con la cuchara y andaba a las arcadas, me bajó la cagada. Tenemos que dejar uno para la semana para tomar los dos solos.

-Mañana a la noche nomas, qué mierda…

-Sí, tomamos una bolsita nomás o dos…

-No vamos a tomar una bolsa, si sabes cómo soy yo.


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