Impericia política, intolerancia extrema, violencia sin fin, mala lectura de los hechos y sus derivados, subestimación de la realidad, lenta reacción y falta de previsibilidad fueron un cóctel explosivo que encaminó, ayer a la tarde en Rawson, a una quema de la Casa de Gobierno y del Superior Tribunal de Justicia, la plaza central de la ciudad “Guillermo Rawson” y el destrozo de varios edificios públicos y privados, vehículos y un número no precisado de personas lesionadas.
La aprobación de la ley de Zonificación Minera el pasado miércoles a la noche por parte de 14 diputados provinciales fue el detonante de la espiral de violencia que comenzó inmediatamente cuando terminó la sesión legislativa y que tuvo su correlato ayer cuando grupos que se oponían a esta norma comenzaron a concentrarse en varias ciudades de la provincia.
La capital de Chubut pareció una ciudad devastada por la guerra. Focos ígneos por doquier, bombas molotov que impactaban en lugares puntuales, piedras por doquier y respuesta de la Policía con balas de goma mostraron una imagen dantesca que nadie quiere ver.
La escena demencial tuvo varios responsables, pros y antis. Es hora de que se hagan cargo.
Impericia política, intolerancia extrema, violencia sin fin, mala lectura de los hechos y sus derivados, subestimación de la realidad, lenta reacción y falta de previsibilidad fueron un cóctel explosivo que encaminó, ayer a la tarde en Rawson, a una quema de la Casa de Gobierno y del Superior Tribunal de Justicia, la plaza central de la ciudad “Guillermo Rawson” y el destrozo de varios edificios públicos y privados, vehículos y un número no precisado de personas lesionadas.
La aprobación de la ley de Zonificación Minera el pasado miércoles a la noche por parte de 14 diputados provinciales fue el detonante de la espiral de violencia que comenzó inmediatamente cuando terminó la sesión legislativa y que tuvo su correlato ayer cuando grupos que se oponían a esta norma comenzaron a concentrarse en varias ciudades de la provincia.
La capital de Chubut pareció una ciudad devastada por la guerra. Focos ígneos por doquier, bombas molotov que impactaban en lugares puntuales, piedras por doquier y respuesta de la Policía con balas de goma mostraron una imagen dantesca que nadie quiere ver.
La escena demencial tuvo varios responsables, pros y antis. Es hora de que se hagan cargo.