“Rodando en chata”, la idea de una pareja que cambió rutina por los viajes

El Proyecto “Rodando en chata” desde Ushuaia hasta Alaska no es el primero ni el último. Quizás represente el “único” en la vida de Leonardo y Carolina, una pareja porteña, itinerante, aventurera y sin domicilio para recibir una carta.

16 ENE 2022 - 21:09 | Actualizado

“Es una linda locura. En realidad cambiamos el estilo de vida que teníamos; vivíamos con Carolina, mi novia, en Capital, trabajamos durante todo el día y casi no podíamos vernos en ningún momento, salvo a la noche y ya cansados y solo los fines de semana. Yo trabajaba en publicidad y ella, era administrativa en un depósito de hierro”, relató uno de los protagonistas del proyecto viajero que puede seguirse en las redes vía rodando.en.chata en Instagram y Rodando en Chata en Facebook.

Reconoce el cansancio que generó esa rutina y hasta la sensación de hastío que podría alterarlo todo. Los ruidos del microcentro, los autos y miles de personas llenando el ambiente los llevaron a hacer el click necesario. “Nos conocimos en el norte, viajando cada uno por su lado en 2016. Al año siguiente nos volvimos a cruzar pero ya en Perú. Trabajamos todo el año y en verano salíamos cada uno por la suya pero en el tercer año empezamos a tener más onda y nos fuimos a recorrer el Amazonas juntos. Y después decidimos comprar un vehículo o una camioneta para seguir viajando. Eso claramente es lo que nos gusta hacer y es también el estilo de vida que queríamos”, contó

“Nos compramos una Estanciera modelo 65. Hicimos algunos arreglos y nos lanzamos a la aventura en 2019. Salimos sin la idea de hacer Ushuaia-Alaska sino pensando en el norte para recorrer y después cruzar a Bolivia, Perú y Ecuador pero en marzo de 2020 se frenó todo por la pandemia”.

El paso por Comodoro con la consigna grabada de “Rodando en chata” implicó un pase por boxes y generar algunos recursos mediante la venta de cuadernos y agendas que se encuadernan artesanalmente “sobre ruedas” utilizando papel de caña.

Las preguntas sobre el viaje y las reparaciones necesarias para “Killay”, el apodo que recibió su casa-rodado, les han permitido interactuar y entablar un diálogo diferente. “Ahora vamos con rumbo a Ushuaia muy lentamente, el viaje tiene que ver con eso, el vínculo con la gente que es lo que más nos llevamos junto a los paisajes, los kilómetros y todo lo demás. Eso es lo que más nos llena”, reconocen.

“En Comodoro lo que más nos sorprendió y mucho es la amabilidad de la gente y la curiosidad por consultar y preguntarnos cosas sobre el viaje. Es una ciudad grande y eso no se ve, es más común en los pueblos”.

Con la simpleza de los viajes sin fecha, sin vouchers y sin check in la joven pareja entiende que la vida es en sí una aventura. “Es así, cuando uno se decide por lo realmente quiere las cosas van saliendo. Y cuando hay adversidad, la encarás contento porque vas por el camino que se eligió”.

Aunque el viejo vehículo haya sufrido modificaciones. (“La camperizamos, cocinamos, hicimos bauleras y podemos abrir la cama para dormir”), los kilómetros y el largo tiempo compartido hacen que el vínculo se fortalezca y a la vez, maneje consignas claras. “No se puede estar peleado en un lugar reducido. Nos obliga a hablar cuando surge alguna aspereza para poder resolverlo en ese momento”.

“Desde Ushuaia recorreremos todo el país y siempre y cuando, la pandemia permita la apertura de las fronteras, saldremos con rumbo al norte ya que la idea es cruzar todo el continente”, resumieron.#

16 ENE 2022 - 21:09

“Es una linda locura. En realidad cambiamos el estilo de vida que teníamos; vivíamos con Carolina, mi novia, en Capital, trabajamos durante todo el día y casi no podíamos vernos en ningún momento, salvo a la noche y ya cansados y solo los fines de semana. Yo trabajaba en publicidad y ella, era administrativa en un depósito de hierro”, relató uno de los protagonistas del proyecto viajero que puede seguirse en las redes vía rodando.en.chata en Instagram y Rodando en Chata en Facebook.

Reconoce el cansancio que generó esa rutina y hasta la sensación de hastío que podría alterarlo todo. Los ruidos del microcentro, los autos y miles de personas llenando el ambiente los llevaron a hacer el click necesario. “Nos conocimos en el norte, viajando cada uno por su lado en 2016. Al año siguiente nos volvimos a cruzar pero ya en Perú. Trabajamos todo el año y en verano salíamos cada uno por la suya pero en el tercer año empezamos a tener más onda y nos fuimos a recorrer el Amazonas juntos. Y después decidimos comprar un vehículo o una camioneta para seguir viajando. Eso claramente es lo que nos gusta hacer y es también el estilo de vida que queríamos”, contó

“Nos compramos una Estanciera modelo 65. Hicimos algunos arreglos y nos lanzamos a la aventura en 2019. Salimos sin la idea de hacer Ushuaia-Alaska sino pensando en el norte para recorrer y después cruzar a Bolivia, Perú y Ecuador pero en marzo de 2020 se frenó todo por la pandemia”.

El paso por Comodoro con la consigna grabada de “Rodando en chata” implicó un pase por boxes y generar algunos recursos mediante la venta de cuadernos y agendas que se encuadernan artesanalmente “sobre ruedas” utilizando papel de caña.

Las preguntas sobre el viaje y las reparaciones necesarias para “Killay”, el apodo que recibió su casa-rodado, les han permitido interactuar y entablar un diálogo diferente. “Ahora vamos con rumbo a Ushuaia muy lentamente, el viaje tiene que ver con eso, el vínculo con la gente que es lo que más nos llevamos junto a los paisajes, los kilómetros y todo lo demás. Eso es lo que más nos llena”, reconocen.

“En Comodoro lo que más nos sorprendió y mucho es la amabilidad de la gente y la curiosidad por consultar y preguntarnos cosas sobre el viaje. Es una ciudad grande y eso no se ve, es más común en los pueblos”.

Con la simpleza de los viajes sin fecha, sin vouchers y sin check in la joven pareja entiende que la vida es en sí una aventura. “Es así, cuando uno se decide por lo realmente quiere las cosas van saliendo. Y cuando hay adversidad, la encarás contento porque vas por el camino que se eligió”.

Aunque el viejo vehículo haya sufrido modificaciones. (“La camperizamos, cocinamos, hicimos bauleras y podemos abrir la cama para dormir”), los kilómetros y el largo tiempo compartido hacen que el vínculo se fortalezca y a la vez, maneje consignas claras. “No se puede estar peleado en un lugar reducido. Nos obliga a hablar cuando surge alguna aspereza para poder resolverlo en ese momento”.

“Desde Ushuaia recorreremos todo el país y siempre y cuando, la pandemia permita la apertura de las fronteras, saldremos con rumbo al norte ya que la idea es cruzar todo el continente”, resumieron.#


NOTICIAS RELACIONADAS