La tensión por Ucrania abre una encrucijada para el nuevo Gobierno alemán

El cortocircuito diplomático con Ucrania provocado por las declaraciones del jefe de la Armada alemana puso en aprietos al Gobierno del socialdemócrata Olaf Scholz, quien desde su llegada al Gobierno ha tenido dificultades para convencer a sus aliados dentro de la OTAN sobre cuál será su política hacia Rusia.

23 ENE 2022 - 15:02 | Actualizado

El incidente que Berlín habría querido evitar se disparó a partir de la exposición del excomandante de la Armada alemana, Kay-Achim Schoenbach, durante un acto en el Instituto de Estudios de la Defensa de India, en el que calificó como "sandez" la idea de que Rusia podría invadir Ucrania y además consideró que Vladimir Putin "probablemente merece" respeto.

Pese a la destitución forzada de Schoenbach, 24 horas después de difundirse tales declaraciones realizadas en India, la irritación del gobierno de Kiev continúa siendo importante, y se profundiza por la persistencia de Alemania en no brindarle armas.

"La única política pertinente es permitirnos defendernos", replicó hoy, en una entrevista con el diario alemán Welt am Sonntag, el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmitro Kuleba, por lo que volvió a mencionar su "decepción" por la posición alemana.

Al respecto, el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, aseguró no tener "ninguna duda" sobre la determinación de Berlín frente a Rusia y de ese modo se sumó a las repercusiones que generaron las palabras del excomandante naval, justo cuando el gobierno alemán recibe críticas por su renuencia a entregar armas a Ucrania.

"Puedo decir que los alemanes comparten completamente nuestras preocupaciones y están resueltos y decididos a responder de manera rápida, efectiva y presentando un frente unido", afirmó este domingo Blinken.

Los países occidentales llevan semanas inquietos por el riesgo de una invasión rusa a Ucrania.

Estados Unidos, Reino Unido y los países bálticos anunciaran el envío de armas a este país, pero Berlín considera que esta forma de apoyo solamente exacerbaría las tensiones.

El socialdemócrata Scholz, quien no cesa de repetir que cualquier agresión rusa a Ucrania tendrá un "elevado costo" para Moscú, como repitió en una entrevista que publicó este domingo el Süddeutsche Zeitung, en la que, no obstante, hace también un llamado a la "prudencia".

La semana pasada, el canciller ucraniano Kuleba recibió a la jefa de la diplomacia alemana, la ecologista Annalena Baerbock, quien le aseguró que su país haría "todo lo posible para garantizar la seguridad de Ucrania".

Desde diciembre, con la toma de funciones del sucesor de Angela Merkel, que gobierna en coalición con ecologistas y liberales, "reina la confusión respecto a quién determina el rumbo actual de la política alemana hacia Rusia", indicó en un artículo publicado esta semana la investigadora Jana Puglierin, de la rama berlinesa del centro de reflexión ECFR (European Council on Foreign Relations).

Mientras estuvo al frente del Gobierno alemán, la excanciller federal Angela Merkel (2005-2021) también se preocupó por mantener buenas relaciones con Moscú, eludiendo las disputas geopolíticas por los intereses económicos entre ambos países.

Entretanto, los socialdemócratas se muestran particularmente divididos en esta cuestión, como lo demuestran las prórrogas a la puesta en funcionamiento del controvertido gasoducto Nord Stream 2 (NS2).

A mediados de enero, el ministro de Defensa alemán (del SPD) consideró que la decisión respecto a la puesta en marcha de este gasoducto entre Rusia y Alemania debería quedar fuera del asunto ucraniano.

Otro socialdemócrata Michael Roth, exsecretario de Estado para Asuntos Europeos, en cambio, pensaba que Alemania debería desaprobar al NS2 en caso de una agresión rusa a Ucrania.

Scholz dejó clara su posición recién esta semana, al decir que se ciñe al acuerdo germano-estadounidense sobre el gasoducto firmado durante el verano (del Hemisferio Norte), que prevé sanciones contra Rusia si "utiliza la energía como arma o comete actos de agresión contra Ucrania".

23 ENE 2022 - 15:02

El incidente que Berlín habría querido evitar se disparó a partir de la exposición del excomandante de la Armada alemana, Kay-Achim Schoenbach, durante un acto en el Instituto de Estudios de la Defensa de India, en el que calificó como "sandez" la idea de que Rusia podría invadir Ucrania y además consideró que Vladimir Putin "probablemente merece" respeto.

Pese a la destitución forzada de Schoenbach, 24 horas después de difundirse tales declaraciones realizadas en India, la irritación del gobierno de Kiev continúa siendo importante, y se profundiza por la persistencia de Alemania en no brindarle armas.

"La única política pertinente es permitirnos defendernos", replicó hoy, en una entrevista con el diario alemán Welt am Sonntag, el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmitro Kuleba, por lo que volvió a mencionar su "decepción" por la posición alemana.

Al respecto, el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, aseguró no tener "ninguna duda" sobre la determinación de Berlín frente a Rusia y de ese modo se sumó a las repercusiones que generaron las palabras del excomandante naval, justo cuando el gobierno alemán recibe críticas por su renuencia a entregar armas a Ucrania.

"Puedo decir que los alemanes comparten completamente nuestras preocupaciones y están resueltos y decididos a responder de manera rápida, efectiva y presentando un frente unido", afirmó este domingo Blinken.

Los países occidentales llevan semanas inquietos por el riesgo de una invasión rusa a Ucrania.

Estados Unidos, Reino Unido y los países bálticos anunciaran el envío de armas a este país, pero Berlín considera que esta forma de apoyo solamente exacerbaría las tensiones.

El socialdemócrata Scholz, quien no cesa de repetir que cualquier agresión rusa a Ucrania tendrá un "elevado costo" para Moscú, como repitió en una entrevista que publicó este domingo el Süddeutsche Zeitung, en la que, no obstante, hace también un llamado a la "prudencia".

La semana pasada, el canciller ucraniano Kuleba recibió a la jefa de la diplomacia alemana, la ecologista Annalena Baerbock, quien le aseguró que su país haría "todo lo posible para garantizar la seguridad de Ucrania".

Desde diciembre, con la toma de funciones del sucesor de Angela Merkel, que gobierna en coalición con ecologistas y liberales, "reina la confusión respecto a quién determina el rumbo actual de la política alemana hacia Rusia", indicó en un artículo publicado esta semana la investigadora Jana Puglierin, de la rama berlinesa del centro de reflexión ECFR (European Council on Foreign Relations).

Mientras estuvo al frente del Gobierno alemán, la excanciller federal Angela Merkel (2005-2021) también se preocupó por mantener buenas relaciones con Moscú, eludiendo las disputas geopolíticas por los intereses económicos entre ambos países.

Entretanto, los socialdemócratas se muestran particularmente divididos en esta cuestión, como lo demuestran las prórrogas a la puesta en funcionamiento del controvertido gasoducto Nord Stream 2 (NS2).

A mediados de enero, el ministro de Defensa alemán (del SPD) consideró que la decisión respecto a la puesta en marcha de este gasoducto entre Rusia y Alemania debería quedar fuera del asunto ucraniano.

Otro socialdemócrata Michael Roth, exsecretario de Estado para Asuntos Europeos, en cambio, pensaba que Alemania debería desaprobar al NS2 en caso de una agresión rusa a Ucrania.

Scholz dejó clara su posición recién esta semana, al decir que se ciñe al acuerdo germano-estadounidense sobre el gasoducto firmado durante el verano (del Hemisferio Norte), que prevé sanciones contra Rusia si "utiliza la energía como arma o comete actos de agresión contra Ucrania".


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