Evenepoel es el nuevo campeón del mundo y Sepúlveda el cuarto mejor sudamericano

Tras exhibirse en solitario en el sinuoso trazado de 266.9 kilómetros alrededor de Wollongong, Australia, el ciclista de Bélgica supo resolver con autoridad un gran planteamiento táctico de su selección y redondea un memorable 2022 para él. El chubutense, único representante argentino, fue 71°.

25 SEP 2022 - 16:32 | Actualizado 25 SEP 2022 - 20:42

El ciclista oriundo de Rawson, Eduardo "Balito" Sepúlveda, llegó a 6 minutos 37 segundos del campeón Evenepoel, siendo el cuarto mejor entre los ciclistas sudamericanos que participaron.

Sergio Higuita (Colombia) fue 31°, a 2:31; Jhonatan Narváez (Ecuador) fue 32°, a 2:31; y Nairo Quintana (Colombia) fue 66°, a 6:11.

La primera noticia del día fue el abandono de Van der Poel recién iniciada la prueba. Esto a raíz de que la noche anterior fue arrestado por aparentemente agredir a una niña que con un grupo de otros adolescentes, tocaban a la puerta de su habitación constantemente. Prácticamente no durmió y no estaba en condiciones plenas para competir.

Ante todo pronóstico, el inicio fue feroz, con una fuga nada sencilla de armar -usualmente se forman con excesiva facilidad- y serios intereses de meter por delante a gente buena. Al final se filtró más de una decena de corredores, que tuvieron que derrochar energías para hacer presencia en la escapada.

Sin embargo, todo se disolvería a 220 km de meta, cuando en la subida más larga, Francia puso a su tren a trabajar a bloque para eliminar gente en el pelotón y tener una carrera selecta de salida. Su ritmo, con Sivakov y Pacher, surtió efecto y redujo al lote a menos de 30 unidades, poniendo bajo presión a un segundo grupo cortado donde rodaba Remco Evenepoel.

A partir de ahí, cosecharon una diferencia cercana a los 2′ aunque solo fuesen los franceses los únicos con convicción de moldear la movida. Por detrás en un mar de dudas, fueron Alemania y Colombia las que entraron a tratar de cerrar el hueco, mostrando una buena cooperación que iría dando sus frutos conforme al desinterés delante de cooperar. Aunque tuvieron que sudarla, lograron unificarse todos y entrar a una tensa calma tras casi 100 km de batalla pura.

Previamente un quinteto con Sivakov, O’Connor, Plapp, Battistella y Serry había tomado distancia y se fusionaba con cabeza de carrera. Dentro de lo táctico, era benévolo para Francia y Bélgica, que se podían lavar las manos y no poner a tirar a su gente en el pelotón. Esa responsabilidad la asumieron Países Bajos y España cuando la renta de los punteros creció a los 6’30”.


Fueron reduciendo progresivamente la diferencia hasta que a 80 km, con 1’50” todavía, volvieron a desatar las hostilidades. Esta vez, Evenepoel saltaba al coronar el repecho a falta de 5 vueltas, logrando generar un corte que incluía a Nairo Quintana, Bardet, Lutsenko, Pacher, Hermans, Tratnik, Hindley, Tulett, Powless o Eenkhoorn. Destacar la presencia de 4 franceses y 2 gregarios para Evenepoel (Hermans y Dewulf) que convertían a este en un serio movimiento.
La gran víctima era Tadej Pogacar, quien sin compañeros, debía arriesgar en las subidas remanentes antes de que se le fuera el caballo. Para su infortunio, no contaba con las piernas para maniobrar y reducir daños. Su gran lote, que incluía a Van Aert o Girmay, se hallaba a 2′ del de Evenepoel.

Adelante, la cooperación no era apropiada por los constantes ataques principalmente de Remco. Se entraba en una fase clave donde el belga debía marcharse para evitar una confrontación al sprint. A unos 40 km, logró soltarse junto con Lutsenko y partir en búsqueda de la aventura por el arcoíris.

Rodó un rato con el kazajo, hasta que en el penúltimo ascenso, a punta de ritmo, pudo soltarlo y emprender su marcha en solitario para concretar el sueño de ser campern mundial.


En un terreno para rodadores, donde él es especialista, marcó la pauta y se hizo inalcanzable para el resto, pudiendo llegar a meta con suficiente ventaja para celebrar efusivamente otro triunfo de peso para su palmarés. En un mismo año consiguió un monumento y una grande, dejando claro que dio el paso adelante y ahora es una realidad que atemoriza seriamente al resto.

La definición por las medallas fue extraña, pues cuando parecía que lo tenían Skjelmose, Rota y Schmid, se dejaron agarrar por el lote por estar mirándose, y al sprint, Laporte y Matthews se hicieron con la plata y el bronce, respectivamente. Reseñar lo del francés que le dio un justo premio a su selección, que fue la que animó la carrera y se desempeño mejor tácticamente después que los belgas.

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25 SEP 2022 - 16:32

El ciclista oriundo de Rawson, Eduardo "Balito" Sepúlveda, llegó a 6 minutos 37 segundos del campeón Evenepoel, siendo el cuarto mejor entre los ciclistas sudamericanos que participaron.

Sergio Higuita (Colombia) fue 31°, a 2:31; Jhonatan Narváez (Ecuador) fue 32°, a 2:31; y Nairo Quintana (Colombia) fue 66°, a 6:11.

La primera noticia del día fue el abandono de Van der Poel recién iniciada la prueba. Esto a raíz de que la noche anterior fue arrestado por aparentemente agredir a una niña que con un grupo de otros adolescentes, tocaban a la puerta de su habitación constantemente. Prácticamente no durmió y no estaba en condiciones plenas para competir.

Ante todo pronóstico, el inicio fue feroz, con una fuga nada sencilla de armar -usualmente se forman con excesiva facilidad- y serios intereses de meter por delante a gente buena. Al final se filtró más de una decena de corredores, que tuvieron que derrochar energías para hacer presencia en la escapada.

Sin embargo, todo se disolvería a 220 km de meta, cuando en la subida más larga, Francia puso a su tren a trabajar a bloque para eliminar gente en el pelotón y tener una carrera selecta de salida. Su ritmo, con Sivakov y Pacher, surtió efecto y redujo al lote a menos de 30 unidades, poniendo bajo presión a un segundo grupo cortado donde rodaba Remco Evenepoel.

A partir de ahí, cosecharon una diferencia cercana a los 2′ aunque solo fuesen los franceses los únicos con convicción de moldear la movida. Por detrás en un mar de dudas, fueron Alemania y Colombia las que entraron a tratar de cerrar el hueco, mostrando una buena cooperación que iría dando sus frutos conforme al desinterés delante de cooperar. Aunque tuvieron que sudarla, lograron unificarse todos y entrar a una tensa calma tras casi 100 km de batalla pura.

Previamente un quinteto con Sivakov, O’Connor, Plapp, Battistella y Serry había tomado distancia y se fusionaba con cabeza de carrera. Dentro de lo táctico, era benévolo para Francia y Bélgica, que se podían lavar las manos y no poner a tirar a su gente en el pelotón. Esa responsabilidad la asumieron Países Bajos y España cuando la renta de los punteros creció a los 6’30”.


Fueron reduciendo progresivamente la diferencia hasta que a 80 km, con 1’50” todavía, volvieron a desatar las hostilidades. Esta vez, Evenepoel saltaba al coronar el repecho a falta de 5 vueltas, logrando generar un corte que incluía a Nairo Quintana, Bardet, Lutsenko, Pacher, Hermans, Tratnik, Hindley, Tulett, Powless o Eenkhoorn. Destacar la presencia de 4 franceses y 2 gregarios para Evenepoel (Hermans y Dewulf) que convertían a este en un serio movimiento.
La gran víctima era Tadej Pogacar, quien sin compañeros, debía arriesgar en las subidas remanentes antes de que se le fuera el caballo. Para su infortunio, no contaba con las piernas para maniobrar y reducir daños. Su gran lote, que incluía a Van Aert o Girmay, se hallaba a 2′ del de Evenepoel.

Adelante, la cooperación no era apropiada por los constantes ataques principalmente de Remco. Se entraba en una fase clave donde el belga debía marcharse para evitar una confrontación al sprint. A unos 40 km, logró soltarse junto con Lutsenko y partir en búsqueda de la aventura por el arcoíris.

Rodó un rato con el kazajo, hasta que en el penúltimo ascenso, a punta de ritmo, pudo soltarlo y emprender su marcha en solitario para concretar el sueño de ser campern mundial.


En un terreno para rodadores, donde él es especialista, marcó la pauta y se hizo inalcanzable para el resto, pudiendo llegar a meta con suficiente ventaja para celebrar efusivamente otro triunfo de peso para su palmarés. En un mismo año consiguió un monumento y una grande, dejando claro que dio el paso adelante y ahora es una realidad que atemoriza seriamente al resto.

La definición por las medallas fue extraña, pues cuando parecía que lo tenían Skjelmose, Rota y Schmid, se dejaron agarrar por el lote por estar mirándose, y al sprint, Laporte y Matthews se hicieron con la plata y el bronce, respectivamente. Reseñar lo del francés que le dio un justo premio a su selección, que fue la que animó la carrera y se desempeño mejor tácticamente después que los belgas.


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