La Clase 470 premió con el oro a Australia y la plata a Gran Bretaña, mientras que Argentina, que afrontó casi el 80 por ciento de la competencia sin margen de error, se quedó con el bronce por haberse ubicado por delante de Italia, su principal rival, que finalizó cuarto.
Así, la náutica nacional, desde la aparición de Carlos “Camau” Espínola en Atlanta 1996, acumuló cuatro platas y cinco bronces, mientras que el boxeo conquistó 24.
El gran mérito de Calabrese y De la Fuente fue, sin dudas, haberse repuesto del error cometido en la segunda de las 10 regatas clasificatorias, cuando la embarcación sufrió una vuelta de campana y no sumaron ninguna unidad, lo que motivó continuar adelante casi sin margen de error para entrar a la “Medal Race”.
“De no haber tenido esa tumbada, hubiéramos luchado por la medalla de oro. Tuvimos que hacer una regata muy pensada, trabajada, sufrida y táctica”, confesó De la Fuente, quien fue también medalla de bronce en Sydney 2000, en esa ocasión en dupla con Javier Conte.
“Merecimos la medalla de punta a punta. Fuimos el tercer mejor equipo del campeonato y vivimos días de muchísima tensión”, expresó a Calabrese, de apenas 25 años y con una participación inolvidable en su primera incursión en un Juego Olímpico.
De la Fuente, de 35 años y con la experiencia de haber participado en Sydney y también en Atenas 2004 y Beijing 2008, fue el líder de una tripulación que se mantuvo desde la largada por delante de Italia, lo que permitió definir con comodidad la clasificación, sin apremios.
La Clase 470 premió con el oro a Australia y la plata a Gran Bretaña, mientras que Argentina, que afrontó casi el 80 por ciento de la competencia sin margen de error, se quedó con el bronce por haberse ubicado por delante de Italia, su principal rival, que finalizó cuarto.
Así, la náutica nacional, desde la aparición de Carlos “Camau” Espínola en Atlanta 1996, acumuló cuatro platas y cinco bronces, mientras que el boxeo conquistó 24.
El gran mérito de Calabrese y De la Fuente fue, sin dudas, haberse repuesto del error cometido en la segunda de las 10 regatas clasificatorias, cuando la embarcación sufrió una vuelta de campana y no sumaron ninguna unidad, lo que motivó continuar adelante casi sin margen de error para entrar a la “Medal Race”.
“De no haber tenido esa tumbada, hubiéramos luchado por la medalla de oro. Tuvimos que hacer una regata muy pensada, trabajada, sufrida y táctica”, confesó De la Fuente, quien fue también medalla de bronce en Sydney 2000, en esa ocasión en dupla con Javier Conte.
“Merecimos la medalla de punta a punta. Fuimos el tercer mejor equipo del campeonato y vivimos días de muchísima tensión”, expresó a Calabrese, de apenas 25 años y con una participación inolvidable en su primera incursión en un Juego Olímpico.
De la Fuente, de 35 años y con la experiencia de haber participado en Sydney y también en Atenas 2004 y Beijing 2008, fue el líder de una tripulación que se mantuvo desde la largada por delante de Italia, lo que permitió definir con comodidad la clasificación, sin apremios.