El calor y las colas para llegar al estadio, las protestas y la cadena nacional en pleno partido tuvieron un hilo conductor. En el estadio Municipal, CAI y Jorge Newbery saltaron a la cancha para ponerse al día por el TAB. No pudieron sacarse ventajas pese a que el local llegaba mejor en la teoría y hasta con la licencia de rotar a su plantel. Zalazar decidió que descansaran Ruiz, Reynoso, Bonfili mientras que Pereyra, suspendido, se agregó a la lista.
El “Lobo” siguió dando batalla con lo que le queda (Amado se opera hoy y Costi se fue a Estudiantes de San Luis) y planteando un dibujo efectivo, conservador. No pasó mucho en el primer tiempo donde la única de riesgo, la tuvo un defensor –Rilo- y fue bien resuelta por el arquero. Enfrente hubo un par de pelotas liberadas que dejaron a Agüero en una posición inmejorable aunque sin resolución.
La CAI no pudo explotar la velocidad de Villegas, obstruido por el oficio de Torres y perdió el dominio en el medio con Birge imponiéndose en su duelo con Biccicontti en un trámite “pesado” por el clima y las pocas emociones.
Newbery estuvo lejos de fortificarse solamente atrás. Mostró atrevimiento para probar de afuera vía Ramírez y Birge y por momentos pareció sentirse cómodo para ir por afuera, un flanco sensible que expuso la CAI. A los 42’ el “Lobo” jugó mal un corner, Velásquez la sirvió en bandeja y la devolución fue un flash. Entre Morales y Villegas viajaron a mil revoluciones para consumir metros y dejar rivales sorprendidos en el camino. También en quinta velocidad le tocó resolver a Villegas rematando abajo sobre la salida de Tula para sellar la apertura con pista libre y todo a favor. Lección del contragolpe ideal ante un rival superado en número que además había atacado sin tomar recaudos.
El gol aplacó a la CAI tras el reinicio. Levantó Castro en el manejo y Villegas volvió a exigir a Tula con un tiro fuerte y bajo, pegado al palo. La sensación de dominio se profundizó a los 8’ cuando se jugaba mayoritariamente en territorio aeronauta: Yago Castro metió un tiro libre billarístico y Chacón peinó en el primer palo, sorprendiendo a todos con el 2-0 que hizo dueño del partido al azzurro.
El gol maniató a Newbery que perdió imagen y extrañó al pelota. El equipo de Izquierdo no pudo recuperarse y buscó en los cambios lo que empezaba a perder. Sobrevoló el tercero cuando se asociaron Prost y Villegas y el bahiense Castro pateó mordido en el área chica. Igual cada vez que el goleador encontró espacio para despegar, se hizo imparable para la última línea tomando definitivamente el control. Torres y Antognoli le tomaron la patente y Villegas, delantero de otra categoría, se cargó el juego liberando al resto. Tula que no ganaba para sustos, descolgó del ángulo un tiro libre de Rodríguez que se metía y el final fue todo de la CAI que despidió a su goleador con aplausos.
El equipo de Zalazar no levantó el pie ni siquiera en el final cuando Prost apuró en una mala salida de Torres y también en velocidad, repitiendo el libreto definió sobre la desesperada salida del arquero. El 3-0 alimenta la ilusión de seguir peleando arriba; le permite conservar su invicto como local, un karma de otros tiempos y esperar a Racing con mentalidad ultra ganadora.
El calor y las colas para llegar al estadio, las protestas y la cadena nacional en pleno partido tuvieron un hilo conductor. En el estadio Municipal, CAI y Jorge Newbery saltaron a la cancha para ponerse al día por el TAB. No pudieron sacarse ventajas pese a que el local llegaba mejor en la teoría y hasta con la licencia de rotar a su plantel. Zalazar decidió que descansaran Ruiz, Reynoso, Bonfili mientras que Pereyra, suspendido, se agregó a la lista.
El “Lobo” siguió dando batalla con lo que le queda (Amado se opera hoy y Costi se fue a Estudiantes de San Luis) y planteando un dibujo efectivo, conservador. No pasó mucho en el primer tiempo donde la única de riesgo, la tuvo un defensor –Rilo- y fue bien resuelta por el arquero. Enfrente hubo un par de pelotas liberadas que dejaron a Agüero en una posición inmejorable aunque sin resolución.
La CAI no pudo explotar la velocidad de Villegas, obstruido por el oficio de Torres y perdió el dominio en el medio con Birge imponiéndose en su duelo con Biccicontti en un trámite “pesado” por el clima y las pocas emociones.
Newbery estuvo lejos de fortificarse solamente atrás. Mostró atrevimiento para probar de afuera vía Ramírez y Birge y por momentos pareció sentirse cómodo para ir por afuera, un flanco sensible que expuso la CAI. A los 42’ el “Lobo” jugó mal un corner, Velásquez la sirvió en bandeja y la devolución fue un flash. Entre Morales y Villegas viajaron a mil revoluciones para consumir metros y dejar rivales sorprendidos en el camino. También en quinta velocidad le tocó resolver a Villegas rematando abajo sobre la salida de Tula para sellar la apertura con pista libre y todo a favor. Lección del contragolpe ideal ante un rival superado en número que además había atacado sin tomar recaudos.
El gol aplacó a la CAI tras el reinicio. Levantó Castro en el manejo y Villegas volvió a exigir a Tula con un tiro fuerte y bajo, pegado al palo. La sensación de dominio se profundizó a los 8’ cuando se jugaba mayoritariamente en territorio aeronauta: Yago Castro metió un tiro libre billarístico y Chacón peinó en el primer palo, sorprendiendo a todos con el 2-0 que hizo dueño del partido al azzurro.
El gol maniató a Newbery que perdió imagen y extrañó al pelota. El equipo de Izquierdo no pudo recuperarse y buscó en los cambios lo que empezaba a perder. Sobrevoló el tercero cuando se asociaron Prost y Villegas y el bahiense Castro pateó mordido en el área chica. Igual cada vez que el goleador encontró espacio para despegar, se hizo imparable para la última línea tomando definitivamente el control. Torres y Antognoli le tomaron la patente y Villegas, delantero de otra categoría, se cargó el juego liberando al resto. Tula que no ganaba para sustos, descolgó del ángulo un tiro libre de Rodríguez que se metía y el final fue todo de la CAI que despidió a su goleador con aplausos.
El equipo de Zalazar no levantó el pie ni siquiera en el final cuando Prost apuró en una mala salida de Torres y también en velocidad, repitiendo el libreto definió sobre la desesperada salida del arquero. El 3-0 alimenta la ilusión de seguir peleando arriba; le permite conservar su invicto como local, un karma de otros tiempos y esperar a Racing con mentalidad ultra ganadora.