Detuvieron al esposo de la mejor amiga de la diseñadora asesinada

El esposo de la mejor amiga de Celina Bergantiños, la diseñadora de interiores hallada asesinada el fin de semana en su departamento del barrio porteño de San Telmo, quedó hoy detenido por el crimen.

08 OCT 2013 - 17:31 | Actualizado

Fuentes policiales y judiciales informaron a Télam que también se presentaron a declarar dos testigos que dijeron que el propio acusado les dijo: "No saben la cagada que me mandé, la maté".

Los voceros señalaron que el imputado, Miguel Angel Santa Marinha (34), aparentemente descubrió que era vigilado por la Policía Federal y decidió presentarse esta tarde junto a su abogado en los tribunales porteños donde quedó detenido a disposición de la jueza de Instrucción Silvia Ramond.

Según las fuentes, los pesquisas determinaron que, el sábado, el sospechoso se presentó en el garaje ubicado en Bolívar al 700, justo al lado del departamento de Celina (29), y ofreció dinero a los encargados para que le entregaran videos que las cámaras de seguridad del lugar tomaron el miércoles anterior, cuando la víctima sufrió un robo en su departamento.

Ese día, el acusado -que vive en la localidad bonaerense de Monte Grande y trabajaba en el corralón de materiales de su padre- había quedado registrado en esas imágenes cuando estacionó su vehículo y descendió del mismo con una caja de herramientas con la que se sospecha burló el ingreso al departamento de Celina.

En el garaje funcionan 16 cámaras dos de las cuáles apuntan hacia la entrada y la boletería, y el resto están distribuidas por distintos sectores del amplio predio que consta de dos plantas.

Respecto de la supuesta confesión, los voceros precisaron que dos conocidos del acusado declararon que se reunieron los tres en una estación YPF de Monte Grande y este último les explicó que el crimen ocurrió cuando fue a reclamarle a la víctima calzas que ella supuestamente había tomado de un negocio de él y se originó una discusión.

Las fuentes señalaron que en base a los nuevos elementos incorporados a la causa, los pesquisas sospechan que el robo no fue el verdadero móvil del crimen sino que fue simulado para ocultar una posible relación entre la víctima y el ahora imputado.

Además, el sospechoso y su esposa estuvieron presentes en la escena del crimen luego del hallazgo del cuerpo y dialogaron con los investigadores, añadieron los voceros.

En tanto, la fiscal de la causa, María Paula Asaro, ordenó tras la autopsia que el Cuerpo Médico Forense envíe a laboratorio las uñas de la víctima ante la posibilidad de encontrar el perfil genético de quien cometió el crimen, en caso de que la víctima haya llegado a rasguñarlo.

También fue enviado a peritar el cordón de un buzo hallado cerca de la víctima y que, según la presunción de los investigadores, fue usado por el asesino para iniciar las maniobras de estrangulamiento.

"Creemos que empezaron a estrangularla con ese cordón, pero la víctima se debe haber resistido y el asesino terminó el trabajo con sus propias manos", dijo a Télam uno de los investigadores.

El homicida pisó a la víctima y le dejó grabada en el pecho la impronta de parte de la suela de una zapatilla, aunque las fuentes aclararon que sólo se trata de una marca sobre la piel.

El crimen fue descubierto el sábado a media mañana cuando el padre de la joven diseñadora de interiores que trabajaba en el shopping "Buenos Aires Design" de Recoleta, se acercó hasta el PH de la calle Bolívar 743, porque ésta no contestaba llamados ni mensajes.

En paralelo, un vecino que se encontraba podando unas ramas trepado a una escalera, llegó a ver el cuerpo ensangrentado de la joven por una ventana, lo que provocó que se cayera por el susto y alertara a los vecinos.

Cuando la Policía entró a la vivienda, halló a Bergantiños asesinada en el piso del living y notaron un fuerte olor a gas porque el asesino dejó abiertas las llaves de las hornallas de la cocina.

La víctima, quien vivía sola y alquilaba hace seis meses el departamento ubicado en un primer piso del fondo del PH, presentaba varias lesiones cortantes en el cuello, por lo que en un principio se pensó que había muerto degollada.

Sin embargo, la autopsia determinó que la causa de la muerte fue una asfixia, que la víctima tenía signos de estrangulamiento manual, que los cortes en el cuello fueron superficiales y que el crimen se había cometido el día anterior.

Los investigadores también determinaron que quien cometió el crimen revolvió el placar y robó ahorros en euros y dólares que la víctima allí guardaba, además de una notebook.

Testigos declararon que Bergantiños estaba preocupada porque tres días antes había notado que le faltaban de su casa 350 dólares, por lo que el dueño del inmueble le había cambiado la cerradura.

La Policía determinó que ninguno de los accesos -ni la puerta de calle, ni la del departamento-, estaban violentadas, por lo que se cree que el asesino tenía llave, era conocido de la víctima o logró ingresar a la casa con algún engaño.

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08 OCT 2013 - 17:31

Fuentes policiales y judiciales informaron a Télam que también se presentaron a declarar dos testigos que dijeron que el propio acusado les dijo: "No saben la cagada que me mandé, la maté".

Los voceros señalaron que el imputado, Miguel Angel Santa Marinha (34), aparentemente descubrió que era vigilado por la Policía Federal y decidió presentarse esta tarde junto a su abogado en los tribunales porteños donde quedó detenido a disposición de la jueza de Instrucción Silvia Ramond.

Según las fuentes, los pesquisas determinaron que, el sábado, el sospechoso se presentó en el garaje ubicado en Bolívar al 700, justo al lado del departamento de Celina (29), y ofreció dinero a los encargados para que le entregaran videos que las cámaras de seguridad del lugar tomaron el miércoles anterior, cuando la víctima sufrió un robo en su departamento.

Ese día, el acusado -que vive en la localidad bonaerense de Monte Grande y trabajaba en el corralón de materiales de su padre- había quedado registrado en esas imágenes cuando estacionó su vehículo y descendió del mismo con una caja de herramientas con la que se sospecha burló el ingreso al departamento de Celina.

En el garaje funcionan 16 cámaras dos de las cuáles apuntan hacia la entrada y la boletería, y el resto están distribuidas por distintos sectores del amplio predio que consta de dos plantas.

Respecto de la supuesta confesión, los voceros precisaron que dos conocidos del acusado declararon que se reunieron los tres en una estación YPF de Monte Grande y este último les explicó que el crimen ocurrió cuando fue a reclamarle a la víctima calzas que ella supuestamente había tomado de un negocio de él y se originó una discusión.

Las fuentes señalaron que en base a los nuevos elementos incorporados a la causa, los pesquisas sospechan que el robo no fue el verdadero móvil del crimen sino que fue simulado para ocultar una posible relación entre la víctima y el ahora imputado.

Además, el sospechoso y su esposa estuvieron presentes en la escena del crimen luego del hallazgo del cuerpo y dialogaron con los investigadores, añadieron los voceros.

En tanto, la fiscal de la causa, María Paula Asaro, ordenó tras la autopsia que el Cuerpo Médico Forense envíe a laboratorio las uñas de la víctima ante la posibilidad de encontrar el perfil genético de quien cometió el crimen, en caso de que la víctima haya llegado a rasguñarlo.

También fue enviado a peritar el cordón de un buzo hallado cerca de la víctima y que, según la presunción de los investigadores, fue usado por el asesino para iniciar las maniobras de estrangulamiento.

"Creemos que empezaron a estrangularla con ese cordón, pero la víctima se debe haber resistido y el asesino terminó el trabajo con sus propias manos", dijo a Télam uno de los investigadores.

El homicida pisó a la víctima y le dejó grabada en el pecho la impronta de parte de la suela de una zapatilla, aunque las fuentes aclararon que sólo se trata de una marca sobre la piel.

El crimen fue descubierto el sábado a media mañana cuando el padre de la joven diseñadora de interiores que trabajaba en el shopping "Buenos Aires Design" de Recoleta, se acercó hasta el PH de la calle Bolívar 743, porque ésta no contestaba llamados ni mensajes.

En paralelo, un vecino que se encontraba podando unas ramas trepado a una escalera, llegó a ver el cuerpo ensangrentado de la joven por una ventana, lo que provocó que se cayera por el susto y alertara a los vecinos.

Cuando la Policía entró a la vivienda, halló a Bergantiños asesinada en el piso del living y notaron un fuerte olor a gas porque el asesino dejó abiertas las llaves de las hornallas de la cocina.

La víctima, quien vivía sola y alquilaba hace seis meses el departamento ubicado en un primer piso del fondo del PH, presentaba varias lesiones cortantes en el cuello, por lo que en un principio se pensó que había muerto degollada.

Sin embargo, la autopsia determinó que la causa de la muerte fue una asfixia, que la víctima tenía signos de estrangulamiento manual, que los cortes en el cuello fueron superficiales y que el crimen se había cometido el día anterior.

Los investigadores también determinaron que quien cometió el crimen revolvió el placar y robó ahorros en euros y dólares que la víctima allí guardaba, además de una notebook.

Testigos declararon que Bergantiños estaba preocupada porque tres días antes había notado que le faltaban de su casa 350 dólares, por lo que el dueño del inmueble le había cambiado la cerradura.

La Policía determinó que ninguno de los accesos -ni la puerta de calle, ni la del departamento-, estaban violentadas, por lo que se cree que el asesino tenía llave, era conocido de la víctima o logró ingresar a la casa con algún engaño.


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