Filipinas declaró el estado de calamidad y los muertos superan las 10.000 personas

Filipinas decretó ayer el estado de calamidad, mientras comienza a llegar la ayuda exterior para intentar paliar la grave situación en el país tras el paso el viernes del tifón Haiyan, que se calcula puede haber causado unos 10.000 muertos y ha entrado ya en Vietnam y China.

11 NOV 2013 - 22:38 | Actualizado

Filipinas decretó ayer el estado de calamidad, mientras comienza a llegar la ayuda exterior para intentar paliar la grave situación en el país tras el paso el viernes del tifón Haiyan, que se calcula puede haber causado unos 10.000 muertos y ha entrado ya en Vietnam y China.

Con la declaración del estado de calamidad, el presidente filipino, Benigno Aquino, intenta evitar la especulación y el acaparamiento, así como imponer un control de precios a los bienes de primera necesidad.

La isla de Leyte es la más afectada por el tifón, con miles de personas que deambulan por las carreteras en busca de comida y agua y donde el gobierno provincial ha arrojado sacas de arroz de 50 kilos en algunos caminos.

Los equipos de limpieza han comenzado a llegar a las zonas afectadas y retiran los escombros dejados por Haiyan e intentan desbloquear el tránsito rodado, a fin de que pueda llegar la ayuda a las áreas más aisladas.

También el restablecimiento del orden en Tacloban -capital de la provincia de Leyte, en la costa este de Filipinas, y una de las más afectadas por Haiyan- es una de las prioridades de las autoridades y efectivos de la Policía Nacional y el Ejército han sido enviados a la zona para asegurar el orden en la región.

La Policía estima que más del 70 por ciento de los edificios de Tacloban, incluidos varios del aeropuerto como almacenes y la torre de control, ha quedado destruido tras el paso del tifón, que arrasó las provincias centrales de Filipinas.

Mientras los datos extraoficiales y los informes hablan de decenas de miles de víctimas en Leyte, el Consejo para la Gestión y Reducción de Desastres cifra los muertos por ahora en todo el país en 255, con 71 heridos y 38 desaparecidos.

El número de afectados asciende a casi 9,7 millones de personas y a 615.000 desplazados, de los que 433.000 están alojados en 1.444 centros de evacuación.

No obstante, hay zonas de la isla a donde aún no han llegado los equipos de rescate y se desconoce la suerte de sus habitantes.

Ante la falta de víveres, se suceden los actos de pillaje y los saqueos e, incluso, medios locales indicaron que una turba atacó un convoy de la Cruz Roja con un cargamento de ayuda.

En un intento de paliar las consecuencias del tifón entre la población, la ayuda exterior ha comenzado a llegar a Filipinas.

Un avión de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos llegó a Tacloban, cuyo aeropuerto reabrió ayer de manera parcial, con grandes cantidades de agua, mantas, paquetes de comida y generadores eléctrico provisionales.

La Unión Europea, por su parte, ha activado el mecanismo de protección civil para coordinar la ayuda humanitaria sobre el terreno, iniciativa que se suma a los 3 millones de euros que la UE ha destinado a la zona.

También la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha enviado un cargamento de medicinas para cubrir las necesidades básicas de 120.000 personas durante un mes y suministros para 400 intervenciones quirúrgicas.

La OMS colabora con los servicios sanitarios del país en la mejora de su sistema de detección temprana de brotes de enfermedades y otras amenazas para la salud, como riesgos alimentarios y ambientales.

Asimismo, el papa Francisco, quien ayer pidió rezar por las víctimas y que llegue “ayuda concreta” a los damnificados, ha dispuesto una primera donación de 150.000 euros para asistir a la población de Filipinas.

La organización Oxfam busca recaudar doce millones de euros en donaciones para atender a medio millón de damnificados y ha desplegado equipos de evaluación rápida en las provincias de Samar, Leyte y el norte de Cebu para llevar suministros de agua, material sanitario y protección de emergencia.

Mientras, la aerolínea Philippine Airlines ha reanudado los vuelos, que servirán para evacuar a la población en riesgo y aprovisionar a los servicios de emergencia con material médico y de primera necesidad, aunque de momento solo aviones con turbohélice podrán viajar de Cebú a Tacloban.

Tras arrasar Filipinas, Haiyan prosigue su camino: entró la pasada madrugada por el norte de Vietnam, donde las autoridades evacuaron a unas 600.000 personas, y se adentra debilitado, como tormenta tropical, en las provincias del sur de China, donde la región autónoma de Guangxi Zhuang está en estado de máxima alerta.

Al menos cuatro personas han muerto y siete permanecen desaparecidas en el sur de China, mientras en Vietnam trece personas perdieron la vida cuando trabajaban para atajar las consecuencias del fenómeno meteorológico.

El fin de semana, el paso del tifón también dejó ocho muertos por el oleaje en Taiwán.

11 NOV 2013 - 22:38

Filipinas decretó ayer el estado de calamidad, mientras comienza a llegar la ayuda exterior para intentar paliar la grave situación en el país tras el paso el viernes del tifón Haiyan, que se calcula puede haber causado unos 10.000 muertos y ha entrado ya en Vietnam y China.

Con la declaración del estado de calamidad, el presidente filipino, Benigno Aquino, intenta evitar la especulación y el acaparamiento, así como imponer un control de precios a los bienes de primera necesidad.

La isla de Leyte es la más afectada por el tifón, con miles de personas que deambulan por las carreteras en busca de comida y agua y donde el gobierno provincial ha arrojado sacas de arroz de 50 kilos en algunos caminos.

Los equipos de limpieza han comenzado a llegar a las zonas afectadas y retiran los escombros dejados por Haiyan e intentan desbloquear el tránsito rodado, a fin de que pueda llegar la ayuda a las áreas más aisladas.

También el restablecimiento del orden en Tacloban -capital de la provincia de Leyte, en la costa este de Filipinas, y una de las más afectadas por Haiyan- es una de las prioridades de las autoridades y efectivos de la Policía Nacional y el Ejército han sido enviados a la zona para asegurar el orden en la región.

La Policía estima que más del 70 por ciento de los edificios de Tacloban, incluidos varios del aeropuerto como almacenes y la torre de control, ha quedado destruido tras el paso del tifón, que arrasó las provincias centrales de Filipinas.

Mientras los datos extraoficiales y los informes hablan de decenas de miles de víctimas en Leyte, el Consejo para la Gestión y Reducción de Desastres cifra los muertos por ahora en todo el país en 255, con 71 heridos y 38 desaparecidos.

El número de afectados asciende a casi 9,7 millones de personas y a 615.000 desplazados, de los que 433.000 están alojados en 1.444 centros de evacuación.

No obstante, hay zonas de la isla a donde aún no han llegado los equipos de rescate y se desconoce la suerte de sus habitantes.

Ante la falta de víveres, se suceden los actos de pillaje y los saqueos e, incluso, medios locales indicaron que una turba atacó un convoy de la Cruz Roja con un cargamento de ayuda.

En un intento de paliar las consecuencias del tifón entre la población, la ayuda exterior ha comenzado a llegar a Filipinas.

Un avión de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos llegó a Tacloban, cuyo aeropuerto reabrió ayer de manera parcial, con grandes cantidades de agua, mantas, paquetes de comida y generadores eléctrico provisionales.

La Unión Europea, por su parte, ha activado el mecanismo de protección civil para coordinar la ayuda humanitaria sobre el terreno, iniciativa que se suma a los 3 millones de euros que la UE ha destinado a la zona.

También la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha enviado un cargamento de medicinas para cubrir las necesidades básicas de 120.000 personas durante un mes y suministros para 400 intervenciones quirúrgicas.

La OMS colabora con los servicios sanitarios del país en la mejora de su sistema de detección temprana de brotes de enfermedades y otras amenazas para la salud, como riesgos alimentarios y ambientales.

Asimismo, el papa Francisco, quien ayer pidió rezar por las víctimas y que llegue “ayuda concreta” a los damnificados, ha dispuesto una primera donación de 150.000 euros para asistir a la población de Filipinas.

La organización Oxfam busca recaudar doce millones de euros en donaciones para atender a medio millón de damnificados y ha desplegado equipos de evaluación rápida en las provincias de Samar, Leyte y el norte de Cebu para llevar suministros de agua, material sanitario y protección de emergencia.

Mientras, la aerolínea Philippine Airlines ha reanudado los vuelos, que servirán para evacuar a la población en riesgo y aprovisionar a los servicios de emergencia con material médico y de primera necesidad, aunque de momento solo aviones con turbohélice podrán viajar de Cebú a Tacloban.

Tras arrasar Filipinas, Haiyan prosigue su camino: entró la pasada madrugada por el norte de Vietnam, donde las autoridades evacuaron a unas 600.000 personas, y se adentra debilitado, como tormenta tropical, en las provincias del sur de China, donde la región autónoma de Guangxi Zhuang está en estado de máxima alerta.

Al menos cuatro personas han muerto y siete permanecen desaparecidas en el sur de China, mientras en Vietnam trece personas perdieron la vida cuando trabajaban para atajar las consecuencias del fenómeno meteorológico.

El fin de semana, el paso del tifón también dejó ocho muertos por el oleaje en Taiwán.


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